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La búsqueda - por Lola Pena DovaleR.

Web: https://almaruralblog.wordpress.com

Sin darse cuenta, Sergio había metido el pie derecho en todo el charco. Toda la mañana sin parar de llover; toda la mañana sin poder salir del hotel. Notaba la humedad en el calcetín, en el zapato, pero ahora que estaba allí, no podía irse sin encontrarla. Tendría que aguantar el frío que comenzaba a sentir entre los dedos. Había estado esperando a que dejara de llover para acercarse a buscar la lápida. Su actriz favorita le esperaba en aquel cementerio. Un punto de friki sí que tenía la admiración que sentía por aquella mujer; él lo sabía como también sabía que sus amigos se reían a costa suya.

Nada de aquello le importaba, y, menos en ese momento, cuando estaba a punto de ver el lugar en donde reposaba para toda la eternidad el cuerpo de su diva favorita. El ramo de rosas rojas que llevaba sujeto con la mano izquierda, boca abajo, para que no se estropeara ninguna de las flores, le había costado un buen pastizal. Aquello tampoco le importaba.

Sergio no conocía el lugar exacto del cementerio en el que descansaba la actriz. Sólo sabía que en la lápida no había ningún nombre. La intérprete había dejado escrito que no quería que nadie identificara su tumba, salvo su familia. Y así se había hecho.

Con paciencia, Sergio comenzó a recorrer los pasillos de suelo arenoso y húmedo que discurrían entre las sepulturas. De forma metódica, fue dibujando con su andar las cuadrículas que formaban los caminos para no pasar ninguna tumba por alto. El resto de su atención la repartía entre esquivar los charcos formados por la lluvia, ya le llegaba con llevar un pie mojado, y mirar hacia las lápidas buscando la que no tuviera ninguna inscripción.

Dos horas después que haber iniciado su caminar, Sergio ralentizó su paso. El cansancio y el desánimo estaban haciendo mella en él. Aquel cementerio era enorme. No pensó que lo fuera tanto. A ese paso no iba a encontrar la tumba de la actriz en toda la tarde. A las ocho cerraban las puertas. Tenía otras dos horas para recorrer lo que le quedaba de camposanto. No iba a tener tiempo suficiente.

Sergio torció a la derecha al acabar aquella calle y continuó todo recto. Le faltaba ese pasillo de tumbas para cerrar la cuadrícula que estaba haciendo. Una mujer vestida de negro venía andando en dirección contraria. Según se fue acercando, pudo verla mejor. Delgada, con la piel muy blanca. Un vestido entallado y manga de sisa, unos zapatos de salón y un pequeño bolso de mano, todos ellos negros, definían con detalle su silueta. El pelo, recogido en un moño alto, dejaba ver el collar de perlas que delimitaba el cuello del vestido. Unas gafas de sol oscuras terminaban de completar el conjunto.

—¡Sígueme! —dijo la mujer cuando llegó a la altura de Sergio.

En un primer momento, Sergio se quedó parado sin saber qué hacer, pero al ver que la mujer no detenía su paso sino que seguía andando sin esperar por él, se dio la media vuelta y reanudó la marcha tras ella.

Cruzaron recto dejando dos pasillos a la izquierda. En el tercero, la mujer se metió por él. Al fondo del mismo se veía una tumba cubierta de flores de todos los colores y formas. La mujer continuó andando hasta llegar al pie del sepulcro. Allí había rosas, gladiolos, lirios, gardenias, dalias, crisantemos… rosas, blancas, amarillas, azules, moradas… Sergio comenzó a respirar más rápido y más profundamente. La lápida tan solo tenía una cruz. No había ningún nombre grabado en la piedra. Se arrodilló, quitó una rosa roja de su ramo y depositó el resto junto a las demás flores. Dio un beso a la rosa que había separado mientras se levantaba. Se giró hacia la mujer que lo había acompañado hasta allí para dársela, pero había desaparecido. Entonces supo que su búsqueda había acabado.

Comentarios (8):

Andy

18/11/2024 a las 15:55

Me gusta tu relato. Personalente este mes no pude participar en el taller pero aqui va mi comentario.
-La forma de tu texto me gusta lo que describes a la mujer toda su ropa y demas. En la parte de describir el ambiente seria mejor que lo hicieras detalladamente desde el inicio o en el primer o segundo parrafo para saber en el lugar que te encuentras. Es decir describir el ambiente. Algo asi como el sol de medio día iluminaba las tumbas y en conjunto con la lluvia lo hacia un escenario terrorifico… por ejemplo. Describir el clima o si la lluvia empapaba a Sergio, eso no estaba tan claro o como el vestia, o porque le gustaba tanto esa mujer, cual era su obsecion con encontrarla.
En el tema del argumento es una historia muy entretenida.. salvo que bueno aqui en mi pais si vas a un cementerio cualquiera hay varias tumbas que no estan escritas con ningun nombre.. me imagino que seria mejor que detallaras solo un cementerio en concreto, ejemplo: que en aquel cementerio llamado Los Pinos al sur de la ciudad se encontraba la tumba.. y no lo hagas de forma general para todos los cementerios.
Este es mi comentario espero te ayude mucho y ya nos vemos el siguiente mes para seguir avanzando y mejorando en la escritura.
Un abrazo.

Ryan Infield Ralkins

19/11/2024 a las 00:31

Saludos Lola

La descripción que haces de la mujer me parece muy bien lograda. Es fácil imaginarla caminando en el cementerio. En cuanto a la historia me parece interesante aunque no niego que se me pusieron los pelos de punta con el final. También he de admitir que admiro a Sergio por ser un fan a ese nivel. Yo ni loco me meto en un cementerio solo por mas fan que sea de alguien, jaja.

Saludos nuevamente y nos leemos!

Wiccan

21/11/2024 a las 01:36

Buenas Lola,

Como dicen los compañeros creo que es un relato que destaca sobretodo por la buenas descripciones que realizas, el ambiente en el cementerio, la descripción de la mujer, la descripción de la tumba, es muy gráfico y no cuesta hacerse una imagen mental de lo que está ocurriendo. En cuanto a la historia también me ha gustado la idea del fan en busca de su ídolo y como se resuelve su búsqueda de forma inesperada.
Te comento varias cosas que si que pensé como lector y que podrías revisar:
– A nivel formal hay varias partes que me parece que tienen frases demasiado cortas, principalmente el párrafo que empieza por “Dos horas…”. Es posible que tu intención fuera ralentizar la lectura para dar esa sensación de lentitud en la búsqueda y si fuera así perfecto, pero sino cambiar algún punto por una coma creo que podría estar bien.
– A nivel narrativo se me hizo algo injustificado que el protagonista siguiera a la mujer, salvo por el aburrimiento de llevar mucho tiempo dando vueltas entre tumbas. Me resulta raro que una persona con una idea tan clara de lo que está buscando siga a una desconocida sin más, solo porque se lo diga. Si hubiese algún pequeño indicio de la razón, por ejemplo se me ocurre que algo en la ropa le llevase a pensar que era otra fan, que tenía algo que le llamó la atención especialmente o que aparte del “sígueme” dijera algo relacionado con la actriz.
– Otra cosa a nivel narrativo que pensé fue que la tumba, si era desconocida y se pretendía que lo fuese, no debería estar tan adornada. A día de hoy es muy difícil que se desconozca el lugar donde está enterrado un famoso, pero si en un cementerio una tumba está tan adornada llamaría la atención incluso aunque no pusiese un nombre, y el protagonista no tendría que buscarla.
En cualquier caso son apreciaciones como lector que no quitan el buen relato que has hecho a nivel historia y que solo te comento por que tengas más perspectivas, gracias por compartirlo. Nos leemos.

Don Kendall

22/11/2024 a las 18:01

Estimada colega: Mi amiga G, tiene una palabra definitiva para aquel relato que considera magnífico: «Es redondo». Este que propones a los participantes del taller MUE- 64, para mí lleva esta etiqueta.
Impecable en la presetación, en la forma, en el estilo, elegante en sus proporciones y respetuoso con el narratario, sea el que sea.
Hay un punto de vista claro desde el principio, con lo que el lector se deja llevar por un gondolero bien entrenado que no da palazos al agua ni pretende sorprender con algo más que esa búsqueda para el personaje que conoce su punto de frikismo en la admiración a su diva.
No tengo más que apostillar. Gracias por este aporte y esta posibilidad de aprender con tu trabajo.
Un abrazo y salud

Verso suelto

22/11/2024 a las 19:02

Hola Lola,

creo que tu forma de escribir es como un bisturí, troceas con precisión la historia que nos quieres contar y nos la das a cachitos, llevándonos de la mano sin darnos cuenta, hasta ese magnífico desenlace que narras sin necesidad de ningún adorno.
No me quiero repetir pero coincido con los compañeros en la estupenda descripción de la actriz.
Mi sincera felicitación.

Paola

22/11/2024 a las 20:13

Qué bonito, Lola!!!

Perfecto. Parece sencillo y no lo es, es que está muy bien escrito.
Tu relato es como esa mujer con collar de perlas, un susurro.

Enhorabuena y saludos.

Yvonne

23/11/2024 a las 20:30

Un bonito relato, bien escrito, ligero, detallista. Me gustó lo del zapato mojado. Supiste emplear las palabras obligatorias sin que parezcan insertadas a propósito. Tiene nudo y desenlace. Redondo.
Saludos.

Otilia

25/11/2024 a las 15:35

Hola, Lola, gracias por tu relato. Me ha gustado la historia.
Los mejorables ya te han comentado los compañeros anteriores. Por aportar algo diría que en esta frase “…que sus amigos se reían a costa suya” yo escribiría “a su costa”.
En la descripción de la mujer he visto a Audrey Hepburn en “Breakfast at Tiffany´s. Muy bien.
Saludos.

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