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El príncipe de Goray - por OtiliaR.

EL PRÍNCIPE DE GORAY

Blanca, como todas los jueves, bajó del autobús con parada frente al cementerio bilbaíno. Venía a visitar a su abuela que la dejó sin el calor de sus abrazos hacía unos meses.
Rodeada de panteones, caminó por la calle principal hasta encontrarse delante de la tumba de doña Ana. Quitó las flores secas, colocó el nuevo ramo y se sentó en la lápida mientras en un susurro le contaba su satisfacción con los estudios en la Escuela de Teatro y Cine, que todavía no había sido protagonista en ninguna obra, pero que los profesores le felicitaban por su naturalidad actuando y su imaginación para salir airosa en escenas conflictivas por ello le auguraban éxito como actriz. «¡Ay abuela, aún me faltan dos cursos para acabar la carrera!», suspiró cerrando los ojos.
De pronto, un trueno rompió el silencio del lugar y las nubes amenazantes desataron la tormenta. Un relámpago cruzó el cielo y Blanca expectante esperó al trueno, simultáneos con el estruendo de la descarga eléctrica también escuchó cerca unos ruidos extraños. Las primeras gotas la levantaron, se despidió de su abuela y a paso rápido emprendió la salida, entonces, advirtió que, en una de las tumbas, la losa estaba desplazada. Sin acercarse demasiado y en alerta, no veía a nadie alrededor, observó que en la lápida no había ningún nombre. Iba a marcharse porque la lluvia arreciaba cuando al girarse tropezó con un apuesto joven vestido, tenía hasta espada, como Don Juan Tenorio, la obra que representarían en noviembre para conseguir dinero y hacer un buen viaje de final de carrera. No sintió temor porque sus ojos azules reflejaban bondad, el cabello era rubio y tenía la piel de nácar.
—No os asustéis, hermosa dama. Mi aparición es extraña pero mis intenciones honorables —dijo con voz afable.
—¿Quién eres? ¿De dónde sales? —dijo Blanca asombrada.
—Soy Rob, el príncipe de Goray. Bueno, lo era antes de que me mataran.
—Entonces, ¿estás muerto?
—No exactamente…
—¿Qué quieres decir?
—Que he estado lustros en la segunda región, tú estás en la primera que es el mundo de los vivos…
—Pues eso, ¡qué estás muerto!
—No, soy un Quipu, muerto vivo. Los muertos vivos son los que aún alientan en la memoria de los que viven.
—¿Quién te convirtió en Quipu?
—Mi tío, hermano de mi padre el rey, envenenó a toda nuestra familia y así ser él el monarca.
—¿Y qué puedes hacer?
—Sin vuestra ayuda, nada. Llevo tiempo viendo la tranquilidad que emanáis entre los difuntos. Vuestra templanza me ha animado a pediros que me ayudéis a llevar a cabo la posibilidad de arrebatar el reino a mi tío.
—Pero ¿cómo te puedo ayudar?
—Mi corazón, para bombear la sangre necesaria, debe de estar acompañado por un ser de la primera región y os he elegido para que me ayudéis en esta misión arriesgada.
Blanca pensó en que ella recordaba todos los días a su abuela, en momentos, hasta oía su voz, ¿sería una Quipu como Rob? De repente, se escuchó diciendo:
—Os acompañaré. ¡Ah! Me llamo Blanca.
—Muchas gracias —dijo y agarrándola de la mano entraron, por la tumba abierta, a aquel mundo paralelo.
En el primer tramo todo fue negrura, luego la oscuridad desapareció. Blanca, durante el trayecto, pudo ver un paraje semidesértico. Una orografía singular: grandes barrancos, cerros solitarios, vegetación casi nula.
De pronto, apareció un enorme reptil que entre gran polvareda les cortó el paso.
—Un dragón —gritó Blanca maravillada.
—No soy un dragón, aunque tengo el poder de prender fuego con la mirada.
—¿Qué quieres? Déjanos pasar —amenazó Rob, blandiendo la espada.
—Si queréis cruzar, adivinaréis el acertijo —aseveró dando un resoplido que obligó a los jóvenes a agarrarse para no caer —. Zapatos de goma, ojos de cristal, con una manguera lo alimentarás…
—Déjate de necedades —desafió Rob.
—Tranquilo, Rob. —Y dirigiéndose al monstruo le preguntó—: Si acierto ¿qué ganaré?
El reptil caviló.
—Pasaréis y os concederé el poder de incendiar con la mirada. ¿Qué objeto es?
—Un automóvil —adivinó ante la perplejidad de Rob.
Al terminar de decirlo, el dragón desapareció.
El desierto quedó atrás y cuando la brisa hizo sonar las hojas de los árboles, Rob dijo emocionado:
—¡Goray!
La conquista del reino fue dura, mientras Rob se enfrentaba a su tío en un duelo sangriento, Blanca detenía a los soldados con su mirada. Sin embargo, el olor que le llegaba no era a quemado sino a humedad.
Una pertinaz lluvia mojaba su cara despertándola.

Comentarios (17):

Yoli

19/11/2024 a las 01:56

Hola, Otilia, soy tu vecina de arriba, me corresponde leerte. Gracias por permitirnos aprender con tu relato.

Un cuento entretenido, tienes bien puestos los guiones de diálogo.

Algunos mejorables: tienes 8 veces el nombre Blanca, según entiendo en relato de menos de mil palabras debe aparecer máximo 3 veces (nombres u otras palabras), hay que buscar como sustituir el nombre, o por sinónimos.

En la siguiente frase tienes cacofonía que se siente al leerlo en voz alta: …caminó por la calle principal hasta encontrarse delante de la tumba de doña Ana. Quitó las flores secas, colocó el nuevo ramo y se sentó…
me refiero a: caminó, quitó, colocó, sentó, tratar de cambiar por otras para que tenga mejor sonido la frase.

Te invito a leerme y aportar mejorables que agradezco para aprender, soy la #49 https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-64/11156

Saludos,
(¯`•¸•´¯)YOLI L(¯`•¸•´¯)

Rocío Recouso

20/11/2024 a las 11:10

Hola, Otilia
Me gustó mucho la idea de tu relato. Me encantó encontrar intertextualidad en otras grandes obras. Por momentos, el príncipe hablando en un castellano más antiguo que el de Blanca, me hizo acordar al Quijote en su afán de ser un caballero andante. La venganza, a Hamlet y toda esa historia de fantasmas. El momento se atravesar el portal, un guiño a la ciencia ficción. Gracias por traer al cuento todos esos relatos en un mismo cuento, me gustó mucho.
El final, está muy bien resuelto con las gotas de lluvia sobre la protagonista que le permiten “salir” o “volver” a su propio mundo.
¡Nos leemos! Saludos 🙂

Dante Tenet

20/11/2024 a las 16:07

Hola.Muy buen relato, como ya sabes, solo me atengo a la historia en mis comentarios.
Esta tiene una idea/concepto que me encanto, solo te diría que al final le daría algo más de letra, me sonó algo abrupto.
Nos seguimos leyendo.

Patricia Redondo

20/11/2024 a las 16:53

Hola Otilia !!! Gracias por pasarte por mi relatito. Con gusto te devuelvo la visita.

¿Qué decir del tuyo? Está lleno de imaginación y aventuras. Como alguien ha comentado por ahí , más parece un esbozo de algo más grande que no cabe en un texto de 750 palabras. Así que , ánimate a darle desarrollo!

Me ha gustado mucho la referencia a Don Juan , me he quedado con las ganas de verle aparecer (es uno de mis personajes favoritos de la literatura universal), un auténtico rebelde.

Gracias por el relato.

Por cierto: muy perspicaz con tu comentario sobre la figura del narrador en mi texto. Tienes razón , desvela una falta de coherencia narrativa de la que me dí cuenta cuando ya lo habia enviado. Te explico un poco el porqué de la mezcla entre un narrador imparcial y que en algún momento la hija aparezca como narradora. Efectivamente el relato empieza con un narrador omniescente, pero como tiene algo de autobiográfico ( mi madre y yo llevamos desde hace una año sufriendo la enfermedad degenerativa de mi padre) al final el subconsciente me pudo y acabó aflorando la figura de la hija.. de ahi la mezcla entre un narrador y otro…Gracias.

Migul Castelló

22/11/2024 a las 12:38

Hola, Otilia. Me ha gustado tu relato. Pienso que tanto diálogo le quita fuerza. Y el final… Es una forma de terminar muy manida. Yo le daría una vuelta, la historia lo merece.
Un saludo, nos leemos.

Otilia

22/11/2024 a las 15:25

Hola, Miguel Castelló, gracias por leer y por las aportaciones.
Saludos.

Javier López Montes

24/11/2024 a las 12:33

Hola Otilia, gracias por tu inventiva. Una fábula, aunque vestida de sueño siempre es refrescante entre relatos de muerte. Como ya te han dado algunos consejos yo sólo te voy a mencionar un detalle que me ha chirrido. En ‘Un relámpago cruzó el cielo y Blanca expectante esperó al trueno, simultáneos con el estruendo de la descarga eléctrica también escuchó cerca unos ruidos extraños.’ bajo mi percepción, después de trueno, le va mejor un punto.
Por lo demás, buena prosa y una historia que esconde un mundo más amplio por explorar.
Un saludo, sigue escribiendo.

Otilia

24/11/2024 a las 14:37

Javier, gracias por leer y comentar.
Nos seguimos leyendo.
Saludos.

IGNACIO

24/11/2024 a las 18:30

Un relato muy imaginativo. Un gusto leerlo.En la medida que los sueños expresan deseos, supongo que en el clima de Bilbao hay muchos sueños que se desarrollan en paisajes cálidos. Por otra parte has tocado el tema del príncipe y la rana saliendo de la ruta habitual. Quizás se puede mejorar el final. No hace falta llevar el sueño hasta la conquista del reino.

Yvonne

24/11/2024 a las 19:13

Hola Otilia, un gusto leerte. Es ameno, entretenido y bien escrito. Algunas pequeñas erratas, muy pequeñas, no detienen la lectura. Se mantiene el interés hasta el final…sabe mal volver a la realidad. Uno quiere seguir en el cuento. Muy bien organizado todo.
Saludos

Otilia

25/11/2024 a las 15:17

Muchas gracias Ignacio e Ivonne. Nos seguimos leyendo.
Saludos.

CARMELILLA

25/11/2024 a las 15:34

Hola,Otilia
He leído tu relato con una sonrisa desde que apareció Rob. Quizá en ese momento me hubiera parecido más oportuno que blanca se sorprendiera sobremanera, se acababa de encontrar con un muerto o un quipu como se considere. No obstante, un relato lleno de imaginación y de lectura ágil, aunque creo que usas demasiadas comas y a veces tengo que volver a releer la frase para que tenga el sentido correcto. Me parece una trama original y una atmósfera divertida. Sí es cierto que creo que el final parece apresurado, y menos mal que ha despertado ese mundo no parecía muy seguro.
Buen trabajo.
Saluditos.

Mónica Bezom

26/11/2024 a las 00:12

Hola, Otilia.

Un relato de agradable lectura y de factura entrañable; me ha dejado un sabor a niñez y a cuentos de hadas, muy bien introducido este aspecto en una visita ordinaria al cementerio que de pronto deviene en extraordinaria. Me acordé de Alicia en el país de las maravillas.
El final me ha encantado.

Un gusto leerte.
Saludos.

Otilia

26/11/2024 a las 10:55

Hola, Carmelilla:
Muchas gracias por leer y comentar. Nos seguimos leyendo.
Saludos.

Verso suelto

28/11/2024 a las 12:50

Hola Otilia. Muchas gracias por pasar por mi relato. El tuyo me ha resultado muy entretenido. Se lee fácil y te encariñas rápidamente de los personajes. Me ha gustado la descripción del segundo mundo concisa y clara. He visto alguna cosilla, nimiedades, sobre la que tengo dudas. Por ejemplo en “…los profesores le felicitaban por su naturalidad…”, ese le no se si debería ser la, pero la verdad es que yo me armo un lío con los les, las los. En resumen, muy buen trabajo.

Verso suelto

28/11/2024 a las 12:50

Hola Otilia. Muchas gracias por pasar por mi relato. El tuyo me ha resultado muy entretenido. Se lee fácil y te encariñas rápidamente de los personajes. Me ha gustado la descripción del segundo mundo concisa y clara. He visto alguna cosilla, nimiedades, sobre la que tengo dudas. Por ejemplo en “…los profesores le felicitaban por su naturalidad…”, ese le no se si debería ser la, pero la verdad es que yo me armo un lío con los les, las los. En resumen, muy buen trabajo.

Otilia

28/11/2024 a las 15:28

Hola, Verso suelto, gracias por leer y comentar.
Me ha encantado lo de “te encariñas con los personajes”. En cuanto al laísmo, leísmo… no te puedo aclarar porque no lo domino.
Saludos.

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