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Tercer acto - por José TormaR.
Web: http://www.cuentoshistoriasyotraslocuras.wordpress.com
Margarita siempre odio su nombre, hasta el día de su muerte, que es hoy, maldijo a sus padres por darle ese apelativo.
—Ponerme como a la actriz de moda de los años cuarenta. ¿A quién se le ocurre? — Se pregunta irritada mientras se calza el zapato.
Con cuidado y arte se aplica el maquillaje, alistándose para entrar a escena. No puede evitar sonreír, la ironía es clara.
Aparta con cuidado un ramo de rosas y es cuando ve el sobre rojo. “Seguro son de Joaquín; hay hombres que nomás no entienden”, piensa mientras las tira en el cesto de basura.
Cinco funciones por semana, descansar lunes y martes. Esa es la vida de Margarita Izcasalla.
Al ponerse de pie, nota algo diferente. Observa su camerino sin lograr poner el dedo en aquello que la está molestando. Una tela colorida cubre una parte de la pared. Piensa en llamar a Carolina para inquirir sobre semejante ofensa a la vista, pero la curiosidad puede más. Decidida tira el paño al suelo y enfurece. Sobre la repisa, acomodadas en bellos floreros, están las flores que ella tira todos los días.
Los sobres recargados sobre ellos.
Hay algo hipnótico y seductor en la manera que, lánguidamente reposan sobre el cristal. Toma el primero y lo abre. Es una foto de un panteón, o al menos eso parece. Se acerca la imagen e identifica la utilería. Esta foto fue tomada en el tercer acto, “La muerte de Guillermina”.
Una lápida de mármol; con bella letra escrito su odiado nombre en cursiva.
¡Grita!
La gente corre a su alrededor, intentado tranquilizarla, asegurando que “probablemente” sea una broma.
Sobre la mesa, seis fotografías. Todas con su nombre y un número romano al centro. El utilero trae el objeto y lo pone en el centro de la habitación.
—Les digo que no he visto quien ha escrito, a diario la lijo y limpio. Ganas me dan de dejarla como esta —dice molesto.
El detective Gonzáles revuelve las imágenes cual si fueran cartas. Van del IV al IX.
—¿Estamos seguros de que son todas? —pregunta—. Faltarían tres.
Carolina abre un cajón y saca un sobre manila.
—Me quedé con las flores —confiesa —. Conservé los sobres por si la “seño” cambiaba de opinión.
Sobre la mesa las nueve fotografías, todas de la lápida de utilería.
—Gutiérrez, ¿nota algo raro en las fotos?
Tras una leve inspección, el aludido responde.
—Es más tenue en las últimas, como si se fuera difuminando.
—Me parece que esto pueda no ser una broma.
Margarita se acerca y revisa la exhibición.
—En verdad la imagen es más clara y definida en el número I —comenta —, ¿acaso al llegar al X desaparecerá, desapareceré?
—Lo siento, señor director —dice Gonzáles —. La función debe de continuar, dicen, pero creo que tenemos que cerrar hasta que aclaremos todo este asunto.
—¡De ninguna manera! —exclama Margarita —. Hoy es la función especial con el gobernador. Imposible suspender —explica agitada —. ¿No puede poner seguridad adicional en el teatro?
El telón se levanta y empieza la función. Bailarines llenan el escenario mientras la obra transcurre sin contratiempos. Margarita Izcasalla dando la actuación de su vida. Corre tras bambalinas para que se prepare el tercer acto, la muerte de su personaje.
Con temor observa como colocan la lápida. Con las luces negras, el relieve de las letras es más notorio. Un escalofrió recorre su cuerpo. Mueve, sacude sus manos y brazos para liberarse de la sensación.
Sale a escena con el corazón sobrecogido, levanta la vista a los balcones superiores, los VIP. Uno de ellos destaca por su oscuridad. Solo la luz incandescente de un cigarrillo rompe la hegemonía de la ausencia de luz. La persona sentada se inclina un poco, como sintiendo su mirada. Margarita evade el contacto, pero es superior a sus fuerzas. Las luces bajan en el teatro, pero la del balcón se enciende, por un par de segundos antes de extinguirse. Tiempo suficiente para que pierda la cordura. Un hombre de mediana edad, sosteniendo un ramo de flores y una daga en su mano izquierda. Las luces se apagan y empieza el tercer acto.
Manos la atan con delicadeza y ella finge, actúa como nunca. Sabe que, en el camerino al que no va a regresar, van a encontrar otro ramo de rosas, otra fotografía.
—Así es, jefe —dice Gutiérrez —. La confiscamos, pero en la lápida no había ningún nombre, solo una gran X al centro, a la señorita Izcasalla la seguimos buscando.
Comentarios (12):
Fernando Rodríguez
18/11/2024 a las 18:30
Todo método es bueno para retener la atención del lector. Unas frases diferentes, un diálogo rápido, una sombra que no se sabe de donde puede venir. Todo admirable, todo permitido.
Amilcar Barça
18/11/2024 a las 18:51
Solo un reparo a tu macarro relato: no es lo mismo odio que odió. Me ha despistado al comienzo.
Amilcar Barça
18/11/2024 a las 18:52
Macabro; como ves, yo también meto la gamba y entono el mea culpa.
Patricia Redondo
19/11/2024 a las 09:29
Después de la “obligada” visita a mis dos vecinos de abajo suelo leerme y comentar cuantos relatos puedo. Empezando por el último or que creo firmemente que los últimos serán los primeros.
Buen relato el tuyo, aunque creo que ay! hoy debo de estar un tanto espesa por que en algun punto me perdí , me resultó algo confuso y tuve que releerlo.
El principio rompedor , muy bueno , ánima a seguir leyendo para que se revele el resto de la historia. El final no me acaba de encajar, muere y desaparece ? o solo desaparece?
Por lo demás buena historia , bien llevada , amena y con su misterio ¿qué más se puede pedir?
Pasate por el mio si te apetece. Estoy en el 74.
Nos seguimos leyendo!
Lunaclara
19/11/2024 a las 17:13
¡Jose! Esa primera frase no se entiende, jajajaja … Cuanto me alegro de leerte de nuevo por aquí, compañero mexicano.
A ver si lo continúas, porque puede dar para mucho.
Muy buen relato.
Un saludo.
Tavi
24/11/2024 a las 14:38
Hola José.
Me alegro reencontrarnos.
Bueno a mí siempre me ha sorprendido tu estilo de escribir. Es como si en la medida que avanza la historia, fueras golpeando con las palabras.
Ya en el primer párrafo dejas claro el tema del relato. Es una buena historia la de Margarita aunque tuve que leerla dos veces para ver si la comprendía bien. Me gusta el final abierto que has usado, eso de quedar en la duda de lo que ocurrió, da que pensar.
Te comento algunas cosillas.
En esta oración: “La gente corre a su alrededor, intentado tranquilizarla, asegurando que “probablemente” sea una broma”. La coma después de “alrededor” hay que obviarla porque el predicado está directamente relacionado a la primera frase. Y no entiendo por qué “probablemente” está entre comillas
Acá: “Ganas me dan de dejarla como esta —dice molesto”. El verbo “está” debe ir con acento.
Por último, aquí: “y es cuando ve el sobre rojo. “Seguro son de Joaquín;” es “es un sobre, por lo que corresponde usar “es” y no “son”
Bueno José es mi pequeño aporte. Y gracias por pasar por mi relato.
Ryan Infield Ralkins
24/11/2024 a las 19:38
Saludos José
Me ha gustado tu relato y concuerdo con Lunaclara: da para más. El misterio de las flores y las fotos además de como se sintió Margarita al intuir que moriría allí es muy intrigante.
En definitiva, me encantó tu relato.
¡Nos leemos!
Yvonne
24/11/2024 a las 19:39
Hola José,
Leí tu relato del tirón y me cautivó por el misterio que posee. No me paré a mirar los mejorables, sólo lo saboreé. Construiste el suspense suficiente para atrapar al lector hasta el final y uno se ve arrastrado casi sin querer. Esa es la principal cualidad que le veo. Sabes enganchar al lector.
Saludos
¸.•*´¨`*•.¸Yoli¸.•*´¨`*•.¸
25/11/2024 a las 02:52
Hola José, leo que el final lo develas desde el primer párrafo, Margarita muere en ese tercer acto, “La muerte de Guillermina”, a manos de Joaquín, posiblemente por no sentirse correspondido.
He disfrutado la lectura, llena de imágenes.
En cuanto a los mejorables, la recomendación es con respecto a los guiones de diálogo, no se deben separar de la primera ni última letra, como bien los tienes en —pregunta—., pero en los demás no los has pegado a la letra final, es como colocar un paréntesis, (las letras quedan encerradas).
En el primer párrafo: odió con tilde.
Por si te quieres pasar por el mío es el #49 https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-64/11156
Nos seguimos leyendo
Jesús López
26/11/2024 a las 15:33
Hola Jose, me ha gustado bastante tu relato. No voy a resaltar lo del odió con tilde que todo el mundo comenta, pero los diálogos me han parecido un poco confusos. Me resulta muy apropiado que tu relato sea el último y también se llame “Tercer Acto”. Muy buen trabajo. Mi relato es el 12 por si te apetece pasarte. Un saludo
José Torma
29/11/2024 a las 01:41
Hola Yoli, gracias por tu visita y tus comentarios que hare una vez termine el ciclo de lectura de este mes.
A ti se te ven las tablas, porque a pesar de que se entiende un texto recortado (mencionas que iniciaste con mas de mil palabras) se entiende que, al editar, algunas cosas se caigan o de plano se mal entiendan. Yo no te machacaré en lo que ya te han dicho. Tenemos entre los compañeros, gente de mucha autoridad y experiencia para comentar lo técnico. Yo me voy por lo que tu texto me hace sentir.
La palabra “confusión” se me viene a la mente y creo que es por lo ya dicho de los recortes. Si pega que la abuela no visitara a la hija por ser actriz y sin embargo la nieta agarra el mismo camino. Para ser una lápida sin epitafio o información, si que la visita mucha gente. Así nacen las leyendas urbanas y Clara, tal vez sin querer, ha destrozado el mito.
Si te soy sincero, aunque imaginé que podría ser el rumbo que tomarías, que sea la nieta me pareció un poco fácil, para la complejidad de la historia de familias deshechas por una elección.
Pero son pequeñas cosas, yo me la he leído de corrido y me ha gustado.
Lo demás es lo de menos.
Un abrazo.
ie Vespasiano
07/12/2024 a las 00:50
Buenas noches José Torma:
Gracias por comentar tan positivamente mi relato.
Yo satisfecho y muy contento de volver a encontrar a antiguos compañeros de este taller.
Vespasiano es el seudónimo que siempre he utilizado para escribir en Literautas y me alegro que te haya gustado. Lo escogí porque fue este un emperador que impulsó enormemente la cultura en Roma, durante su reinado.
Volviendo a tu relato te puedo decir que la trama me ha parecido de una intriga y suspense genial. La atmósfera que se intuye y la zozobra de la protagonista está muy bien reflejada.
Me queda la duda de saber si se murió del susto; si la mataron o si ella salió corriendo del teatro sin quitarse los zapatos. Sea como fuere tu relato me ha gustado.
Y la policía que siga investigando.
Nos seguiremos leyendo.