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Zapatos de muñeca - por ChariR.

Web: https://rinconrevuelto.blogspot.com/

Lucía tiene 8 años y quiere ser actriz desde que sus padres le regalaron la Barbie Actriz de Hollywood en su cumpleaños. Se imagina rodeada de fans. Ya ha decidido que 15 son los autógrafos que permitirá cada día. Un día su profesora le obligó a copiar una y otra vez “No hablaré en clase” por haber estado riendo con su amiga Andrea durante la clase de castellano y 15 fueron las líneas que pudo escribir sin que le doliera la muñeca.

Todos los días se levanta, peina a su Barbie y se mira con ella en el espejo del cuarto de aseo que comparte con su padre y sus dos hermanos. Le gustaría poder hacerlo en su habitación, con uno de esos grandes espejos que su madre le ha explicado que tienen “luces de camerino”, pero su padre le ha dicho que tener algo así en el cuarto son “chorradas que solo tiene la gente de las películas”. Así que coge la linterna que su padre guarda en uno de los cajones grandes del comedor, junto a las velas y los manteles que solo usan en Navidad. Se dirige hacia el aseo, coge el taburete con cara de hipopótamo al que le falta un ojo y se sube encima de él, dirige la luz hacia su cara, pero de frente porque ya ha aprendido que, desde abajo, es donde se pone para contar historias de terror. Es entonces cuando se da cuenta de que Barbie Actriz de Hollywood ha perdido su zapato.

Se baja del taburete y va corriendo hacia su habitación. Sacude el coche de su muñeca, pero no sale nada de allí. Se arrodilla para buscar debajo de la cama y, es entonces cuando su madre entra en el dormitorio para avisarle de que si no se viste ya, llegará tarde al colegio.

— Mamá, ¡mi Barbie ha perdido un zapato! —le dice gritando visiblemente ofendida, como si su educación académica no fuera nada en comparación con ese terrible suceso.

— Lo buscaremos cuando salgas del colegio, no te preocupes —le responde en tono conciliador.

— ¡No, mamá! ¡No puedo dejar a Taylor descalza! —replica con los ojos llorosos.

Su madre decidió ceder porque ya sabía lo tozuda que podía ser en esas situaciones. Le concedería 5 minutos más de búsqueda antes de desayunar. Lucía intentó involucrar en la búsqueda a su padre y a su hermano, pero el segundo solo se arrodilló dos segundos debajo de la cama y el primero se limitó a dedicarle una mirada rápida a la habitación. A medida que sus “ayudantes” se negaban a colaborar, su furia iba en aumento y sus lágrimas también.

Fueron muchas las veces que la madre de Lucía le recordó ese momento entre risas durante su adolescencia y adultez, mientras Lucía intentaba sonreír, sin éxito. Así siguió incluso cuando recibió un importante premio por su labor como actriz y ganó el suficiente dinero como para poder comprarse todos los zapatos que quisiera. Ni siquiera ella misma entendió que lo que estaba pidiendo ese día, no era encontrar un zapato perdido.

Cuando empezó a ser rechazada en castings, empezó a sentir la misma furia que aquel día, y empezó a buscar con ansia, pero esta vez sin saber la forma que tenía aquello que la completaría. Quizás por eso, la mayoría de veces buscaba donde no debía. Su propia mente le avisaba en sueños del peligro de la espiral de autodestrucción en la que se estaba internando; sin embargo, no decidió pedir ayuda hasta que tuvo la peor pesadilla de todas: moría, y en la lápida no había ningún nombre.

Comentarios (5):

LectVerd

19/11/2024 a las 03:24

Hola, muy bonita la historia, sobretodo en la parte de la niñez. Esa etapa siempre es más tierna y llena de momentos de imaginación e inocencia. Transmites muy bien la forma de ver el mundo de la protagonista desde su perspectiva de niña. Y de repente pasamos a su etapa de adulta, cuando cambian los pensamientos y empiezan los dilemas de la vida. Casi me dan ganas de que se quedara pequeña, todo parece ser más fácil de niño.
Aunque la parte en la que es mayor es muy corta, alcanzo a entender que a veces un simple hecho de la infancia puede influenciar en nuestra vida de adultos. Si me equivoco puedes decirme.
Ante todo, reitero, te felicito por lo bien lograda que está la etapa de niña, y que es lo que más destaca en esta buena historia.
Un saludo, Chari.

L. Mor Arcadia

20/11/2024 a las 00:11

¡Hola, Chari!

Ya que tu relato muestra dos fases de la vida de la protagonista se siente cierto cambio de tono y enfoque que está súper; un evento aparentemente nimio de la niñez adquiere un significado existencial. En una primera lectura me pareció que la parte de la adultez era muy incompleta (quizá sí se podría darle un poco más de espacio sin la limitante de palabras), pues no me quedaba muy claro ese sentimiento de vacío de la protagonista. Sin embargo, ahora veo un poco de más sentido: el elemento de la muñeca quizá puede simbolizar un deseo superficial de admiración externa, pues el personaje no se siente satisfecho ni con éxito ni con fracaso en su profesión.

En cuanto a la forma, te recomendaría poner un poquito de atención en la repetición de verbos reflexivos (se), pues junto con algunas palabras dicho sonido, pueden llegarse a escuchar varias rimas.

La verdad es que me gustó el final de tu texto, me recordó mucho al libro de Clarissa Pinkola Estés, “Mujeres que corren con los lobos”, en el cual menciona los conflictos de vacio en la psique femenina, su sentido de autodestrucción y cómo esto se manifiesta en sueños donde la mujer muere o corre peligro de muerte.

En fin, me encantó.

Espero leerte en la próxima entrega del taller.

Si quieres leerme estoy en la entrada 55.

¡Saludos! 🙂

jose

20/11/2024 a las 20:58

Buenas noches Chari, he de comentar que soy pésimo comentando textos, quizás sea porque casi todos me gustan y como soy un desastre corrigiendo pues dejo esa parte a compañeros más expertos en esa materia a mí me gusta escribir y escribir. veo una cosa que me llama la atención es que tienes dos partes en la historia y que parece como forzada la parte del final por el reto, a mí personalmente me gusta que pase inadvertido la parte del reto. un saludo y espero leerte muy a menudo

María Jesús

21/11/2024 a las 12:23

Hola: Me ha gustado mucho tu relato, reflejas a la perfección los sueños infantiles, muy original la explicación de por qué solo firmaría quince autógrafos diarios cuando llegase a ser famosa.
Al final la protagonista cumple sus sueños y la manera en que abordas el ocaso de su carrera me ha parecido redondo.
Seguimos escribiendo.

Yvonne

27/11/2024 a las 19:11

Muy buen relato! Me gusta el tono pausado del narrador en tercera persona, la introducción de otros miembros de la familia, la coherencia interna del relato y su ritmo acompasado. Cuan importantes son las marcas indelebles de los traumas infantiles para el desarrollo de la vida futura, ¿verdad?
Tú narración tiene una lectura amena. Has eludido cementerios, sarcófagos y zombis, apariciones del inframundo y perseguidas a la luz de la luna para deleitarnos con un relato costumbrista, un poco oscurecido al final, eso sí. Felicidades

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