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Desaparecidos - por Pilar (marazul)R.
En la lápida no había ningún nombre pero si muchas flores. La mujer vestida de blanco caminaba despacio con un ramo de margaritas en la mano, sin importarle el calor, ni el frío ni la lluvia.
Como ella decenas, centenares de personas acudían en fila. Delante había miles, detrás tantas que no se alcanzaba a ver el final.
Todos con el mismo propósito, la de rendir homenaje a un ser querido.
Al marinero que se perdió en el mar un día de galerna.
Al hijo que nunca regresó a casa y que algunos vieron subirse a un barco.
A la joven que se perdió una noche de verbena mientras regresaba a casa y de la que solo se pudo encontrar un zapato.
A la mujer de mala vida que no pudo cumplir su sueño de ser actriz. Se esfumó en el bosque dejando el pañuelo ensangrentado enredado en un árbol.
A ese niño que junto a su madre desapareció en el lodo arrastrado por la riada.
Al anciano sin memoria y sin rumbo que decidió ir en busca de su mujer ya muerta.
Al padre secuestrado por la guerrilla hace ya tanto tiempo que se agotó la esperanza.
Al soldado cuyo cuerpo está enterrado en una fosa común, en un lugar lejano y extraño.
Una letanía de vidas, una procesión de historias sin terminar como la del pequeño, de no más de seis años, que camina solo. Va descalzo, no conoce el idioma ni tan siquiera el color de su piel es igual al de los demás.
La mujer vestida de blanco le tiende la mano.
Juntos depositan el ramo de margaritas ante el monumento al desaparecido, un lugar común en donde nadie es olvidado. Ella por ese hijo robado al nacer que no llegó a conocer, el niño por esos padres enterrados en el océano que quisieron darle una vida mejor
Comentarios (11):
Fernando Rodríguez
18/11/2024 a las 13:02
Bien escrito, el relato mejorado con el detalle de muchos implicados.
Que triste el lugar pero en el que todos terminaremos, o no. Esto que escribimos, permanecera.
María Jesús
18/11/2024 a las 17:10
Precioso tu relato, un homenaje magistralmente escrito, no puedo añadir nada más.
Juli Blanco
18/11/2024 a las 18:34
Muy bien escrito, es tan vívido que mientras lo lees realmente se siente como si estuvieras ahí.
Pato Menudencio
18/11/2024 a las 22:33
Un relato potente y poético. Me gustó bastante, fluye en un ritmo que nunca se pierde ni se diluye.
Doralú
19/11/2024 a las 23:16
Recordada Marazul, muy hermoso tu texto. Poesia que desde el inicio vibra en el corazón. Feliz de leerte.
Lunaclara
19/11/2024 a las 23:48
Que grande Marazul! Encantada de leerte de nuevo.
Tus relatos se visualizan conforme se leen. Me ha encantado!
Gracias por pasarte por mi relato.
Gracias por tus palabras.
Espero que estés bien.
Un abrazo.
Yvonne
20/11/2024 a las 16:46
Hola Marazul, me alegro de reencontrarte. Has escrito un relato dulce, triste y elegante, con buen estilo y, aunque sin nudo ni suspense ni desenlace, se desliza como un suave gesto de compasión. Saludos
Patricia Redondo
20/11/2024 a las 16:59
Estoy visitando antiguos “escribientes” que recordaba de la etapa anterior (me debo de estar volviendo vieja por que la nostalgia me puede)
Recalé en este tuyo, Pilar, Marazul..
Precioso texto, toda la potencia y el significado contenidos en las lineas justas, las palabras justas. Gracias
Estoy en el 74 por si te apetece visitarme
Nos leemos
Pilar Cabezudo González
25/11/2024 a las 11:56
Muchas gracias a todos por pasaros a leer y dejar vuestros comentarios.
Me pasaré por los vuestros e intentaré leer los más que pueda.
Se aprende de todos.
Abrazos
Pepe
28/11/2024 a las 22:34
Buenísimo, Marazul, una oda a la tumba sin nombre con todos los ejemplos vividos y perdidos, pero con un final lleno de esperanza.
Me encantó cómo enfocaste el reto.
Un abrazo!
José Torma
29/11/2024 a las 17:49
Hola Marazul, soy cabezón y los cambios me ofuscan; batallo en adaptarme pero lograré llamarte Pilar, algún día de estos jaja.
Que te digo del gusto de volver a leer a antiguos compañeros y más cuando lo hacen tan bien como lo has hecho aquí. Evocativo, visual, en cierto modo cinematográfico con imágenes que sugieres y mi mente adorna y sublima. Si tengo alguna pega y es gusto personal mas que una falla, creo yo…
“En la lápida no había ningún nombre pero si muchas flores. La mujer vestida de blanco caminaba despacio con un ramo de margaritas en la mano, sin importarle el calor, ni el frío ni la lluvia.”
Yo sufro mucho con esto e intento usar la coma.
“En la lápida no había ningún nombre pero si muchas flores. La mujer vestida de blanco caminaba despacio con un ramo de margaritas en la mano, sin importarle el calor, el frío, la lluvia.”
Pero como te comento es gusto y nada mas.
Super contento de estar reconectando con viejos conocidos.
Saludos.