Literautas - Tu escuela de escritura

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LA DUDA - por MOTR.+18

— A las ocho, en la tumba sin nombre. Tengo material de primera, AK47, cosecha propia del Joaqui. También llevo el bebercio. ¡Ah! Y no te olvides del rotulador.
Una vez leído el mensaje de Ricardo, Benjamín, una gran sonrisa en su cara llena de granos, pasó las tres horas restantes jugando a la Play. Ya haría los deberes durante el fin de semana, si es que los hacía; pasaba olímpicamente del colegio, tenía ya ganas de acabar la maldita ESO y buscar un trabajo, disponer de su propio dinero, como Ricardo con sus trapicheos, y no tener que suplicar y dar explicaciones a los muermos de sus padres.
A las ocho menos cinco, la noche oscura, Ricardo, dos años mayor que Benjamín y repetidor empedernido, ya estaba esperando, apoyado en la lápida, liándose un porro, el paquete de cervezas a sus pies. Lo encendió, le dio una profunda calada y miró a Benjamín.
— ¿Has traído el rotu, Ben? Echó otra calada y se lo pasó a su amigo, que hizo lo propio mientras se sacaba el rotulador del bolsillo. Ricardo volvía a la carga con otro canuto, su segunda cerveza ya en la mano, y le pasó una lata a Benjamín, que aceptó de buena gana. Expulsó el humo por la nariz, y añadió, en tono solemne:
— Cuenta la leyenda que esta tumba está maldita… Se dice que si se le ofrece el sacrificio de la sangre y se escribe el nombre de una persona en su lápida, esa persona morirá esa misma noche.
Esto último lo dijo Ricardo entre carcajada y carcajada, entre calada y calada, entre trago y trago, sus ojos ya entrecerrados, imposibles de mantener completamente abiertos.
— ¡Menuda gilipollez!— añadió. Impaciente y emocionado, se sacó una moneda del bolsillo y se la puso a Benjamín frente a la cara. No podía parar de reír, se lo estaba pasando en grande.
Benjamín miró la moneda, ojos perdidos, ojos “de coreano”. Vio que en la lápida no había ningún nombre grabado y se centró en el peta, que apuró en menos que canta un gallo. Luego, acto seguido, abrió la cerveza, que se derramó sobre un zapato arrancándole un nuevo torrente de carcajadas, y siguió descojonándose hasta que le entró un ataque de tos, el cual, una vez remitió, provocó todavía más risas y toses, que se perdían en la solitaria noche, en la quietud y el silencio del pequeño cementerio del pueblo. Ricardo ya estaba de nuevo en faena liándose otro porro, y otro, y luego otro; entre medias, cervezas y más cervezas. Lanzó la moneda al aire y preparó el rotulador y su sempiterna navaja multiusos.
¡La madre de todas las resacas! Benjamín no recordaba casi nada de la noche anterior, todo eran fragmentos borrosos… Una maldición, un sacrificio… No sé qué de una paja y de una actriz porno con unas tetas enormes (era típico de Ricardo entrar en detalles de sus “trabajos manuales” cuando iba muy pedo)… Vómitos y arcadas y tos… Porros y birras… Negrura… Una moneda, cara, cruz… Gritos de victoria, ¡he ganado!, ¡he ganado!… Ricardo rotulador y navaja en mano, un reguero de sangre en la muy afilada hoja… Más toses y carcajadas… Negrura… Más negrura…
¡Joder, menuda pea! Pedazo de cogorza pillaron, ni se acordaba de haber llegado a su casa. Fue un pedal de campeonato, de los de órdago, de escándalo. Fue de los gordos gordos, de esos que no se olvidan.
Después de un milagroso café muy cargado, seguido de dos necesarios y vitales paracetamol y una reparadora ducha, el martillear de un ejército de gnomos dentro de su cerebro fue menguando, poco a poco, lentamente. El sábado empezó a tomar forma y Benjamín se conectó al servidor, la partida a punto de empezar en cuanto Ricardo hiciera lo mismo, como cada sábado a la misma hora; la hora LOL la llamaban ellos.
Hoy, sin embargo, su amigo estaba tardando, iba con retraso, no estaba en el servidor, y el tiempo pasaba, minuto a minuto.
Ricardo no se conectaba.

FIN

Comentarios (7):

Fernando Rodríguez

18/11/2024 a las 13:12

Algún error en el primer dialogo entre ambos. La lápida todavía no es de nadie. La moneda no entiendo que sentido tiene.
El fondo del relato si que me ha parecido entretenido.

María Jesús

18/11/2024 a las 14:52

Con muchas ganas de saludarte, MOT, viejo amigo. Tu relato lleno de suspense me ha gustado porque no sabes a donde conducirá tanto porro y tanta cerveza, tantas carcajadas y tanto cachondeo. Pero vamos, acabar estaba claro que no iba a acabar bien para alguno. Lo dejas ahí en el aire para que el lector saque sus propias conclusiones exprimiendo su imaginación. Buen trabajo, como siempre. Un saludo.

Pilar (marazul)

18/11/2024 a las 19:44

Hola Mot, creo que he leído textos tuyos en la etapa anterior. Mi seudónimo era/es marazul. Encantada de leerte otra vez.
Tu relato es fuerte y trepidante. Muy bien ambientado, utilizas el lenguaje típico de esas dos “firmas”, Ricardo y Benjamín. La estructura bien diferenciada: presentación, el nudo en donde se desarrolla la acción y el desenlace. En cuanto a esto último está claro que con el “colocón” que llevaban los hechos se desarrollaron de la siguiente manera:
la moneda al aire se supone es para elegir de los dos el nombre que habría que poner en la lápida. Y le tocó a Ricardo que es el que palmó —perdona pero me he metido en la escena y ya hablo como ellos jaja…—. Me gusta el final, que lo dejes sin explicar. Y nos queda la duda, bien por el título, de si fue Benjamín quién lo mató o un tercero….
En cuanto a la forma tiene buen ritmo y lo mantiene hasta el final. En cuanto a la puntuación no me atrevo a opinar. Creo que lo mejor, si te apetece, es leer las entradas de nuestra “profe” Iría en relación a la puntuación. Ella lo explica de maravilla.
Encantada de leerte Mot.

Silvina

19/11/2024 a las 15:44

Hola Mot, como estás? Es la primera vez que leo un relato tuyo.
Tengo que confesarte que algunas palabras las tuve que buscar, porque no sabía su significado. Me pareció muy entretenido, y la forma en que el final queda haciendo total referencia al título.
En cuanto a gramática y puntuación, todavía no puedo opinar demasiado, porque nos queda mucho por aprender a todos. Estoy totalmente de acuerdo con Marazul, en lo que se refiere a utilizar todo el material que nos proporciona Iría, que está genial.
Pero realmente disfruté mucho tu trabajo, ya quiero ver que seguís escribiendo!

MOT

20/11/2024 a las 11:50

Hola a todos.
En primer lugar, quiero daros las gracias por leer mi relato, y todavía más por haberlo comentado. Admiro y respeto mucho el tiempo que habéis dedicado a ello.

Fernando, ¿podrías ser más concreto respecto al error en el primer diálogo? Me ayudaría bastante para no cometer según qué errores en el futuro (no sé exactamente a qué te refieres, lo siento).
Tampoco entiendo lo de “La lápida todavía no es de nadie”, agradecería que me lo aclararas, pues seguro que te refieres a algo importante que a mí se me escapa.
Lo de la moneda, tal y como bien ha deducido marazul, es el “juego” de saber qué nombre van a escribir el la lápida, pues lo de la maldición se lo toman como una tontería, es un juego para ellos.
Me alegro que te haya parecido entretenido, al menos ya es algo.
Saludos… Nos leemos.

¡María Jesús! Qué alegría más grande volver a saber de ti, apreciada y veterana amiga Literauta de “los viejos tiempos”, je je je… Siempre un verdadero placer. A ver si saco tiempo para leerte (este mes voy un poco apurado por motivos personales, pero haré lo posible).
Me alegro que te haya gustado, y sí, efectivamente, mi intención era que cada uno sacara su conclusión.
Recibe un respetuoso abrazote del oso. ¡Nos leemos!

Hola Marazul (Pilar), veterana también de esta nave, nuestra nave. Un cordial saludo.
Tomo buena nota en lo que a la puntuación se refiere, pues me doy cuenta que estoy oxidado, que necesito clases de repaso a “punta pala”, te doy toda la razón y acepto de buen grado tus sugerencias al respecto.
Saludos… Nos leemos.

Hola Silvina. Buenos y muy útiles tus comentarios; y eso de que nos queda mucho por aprender, ¡ya te digo! Lo tengo más que claro: soy un aprendiz al que le queda mucho, mucho, mucho camino por delante…
Cordiales saludos, espero leerte en un futuro.

Fernando Rodríguez

20/11/2024 a las 13:07

— ¿Has traído el rotu, Ben? Echó (Creo que te falta un guion después de cerrar la interrogación).
Seguro que la lápida era de alguien, no había cogido el matiz de que además iba a ser de alguno de ellos dos, ahí he pecado de ignorante y tu sin embargo, has ligado ese detalle con la moneda que yo no había sido capaz de entender. Como ves, estamos para aprender y mirar más allá de lo superficial, evidentemente, me quedé en las ramas sin entrar al meollo. Me gusta haberlo hecho ahora.

MOT

22/11/2024 a las 09:21

Hola Fernando.
¡Oído cocina! Marchando una de clases de “desoxidación”, je je je…
Bromas aparte, nuevamente gracias por tu respuesta, y, tal y como tú dices, estamos para aprender.
Saludos.

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