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Lápida sin nombre - por Altair MidnightR.
En la lápida no había ningún nombre. Ayer, en el panteón de los ilustres de Borogham, la lápida de mármol blanco seguía sin grabado alguno. Hoy, tampoco lo hay. La niebla densa que cubre la ciudad envuelve el cementerio y difumina las sombras. Solo el resplandor azul de las lámparas de gas ilumina tenuemente las figuras macizas de las estatuas de guardianes y los imponentes mausoleos.
Una figura solitaria, con una capa de terciopelo negro y el rostro oculto por un velo, se detiene frente a la piedra muda. Los detalles de su silueta se revelan a la luz titilante: una actriz de renombre, cuyas interpretaciones habían capturado el corazón y la desesperación de Borogham. Es una mujer de emociones intensas, capaz de encarnar tanto el furor de la pérdida como la dulce ironía del destino. Pero aquí, lejos de las luces del escenario, no hay aplausos tras su último acto.
El silencio, interrumpido solo por el murmullo de la bruma y el leve crujir de las hojas secas, la rodea. Borogham, la ciudad que nunca duerme, se encuentra en una pausa inquietante, como si el mismo tiempo se contuviera para presenciar este momento. Una leve brisa levanta su velo y revela ojos oscuros y húmedos, testigos de noches de insomnio y excesos.
A sus pies, entre las piedras desgastadas, asoma una pequeña flor silvestre, un signo de vida frágil en un lugar consagrado a la muerte. Se agacha, la toma en sus manos y la observa. Las líneas de sus dedos aún están manchadas con el rastro azul del polvo de su última actuación, un recordatorio de su papel en la obra que predijo este encuentro: La Caída de las Estrellas. Fue un éxito tan rotundo que las gentes de la ciudad aún hablaban de la intensidad de su voz, que resonaba incluso sobre el bullicio de las tabernas de vapor.
Los rumores decían que la actriz había interpretado con una pasión que rozaba la locura. Solo ella sabía por qué. Esa obra había despertado más que interés: había traído polémica. El texto parecía haber sembrado cierta semilla de duda. De discordia. Y, por supuesto, la cara visible, ella, debía cargar con el sentir de la ciudadanía, y lo que es peor, los dirigentes.
Su pecho se contrae al recordar las palabras masticadas en la penumbra del patio de butacas. No eran solo un eco teatral, sino una sentencia. Había oído los susurros de los susurrantes de Ocaso, conocidos por sus delirios y profecías accidentales. «La que traiga la voz de las sombras se unirá a ellas», decían. Pero ella no les había creído, no hasta esa noche en que la niebla se espesó y las gárgolas parecieron seguirla con la mirada.
De pie frente a la lápida, siente que la barrera entre la vida y la muerte se desdibuja. La luz cerúlea danza amenazante, como si reconociera su presencia. Las leyendas hablaban de las almas atrapadas en las lámparas de gas; ella siempre había descartado esas historias como un truco del folclore de Borogham, pero ahora, la idea de un final sin nombre se le antoja más que un cuento.
—¿Por qué no hay nombre? —murmura, sabiendo que la respuesta no está en las palabras, sino en las decisiones que la llevaron allí.
La luna, velada por nubes de seda, apenas se asoma, proyectando un reflejo plateado que resalta las lágrimas que surcan sus mejillas. El eco de su respiración acelerada es el único aplauso en este escenario sombrío. Se escucha un ruido a lo lejos, el chasquido de un zapato sobre el adoquín, y se vuelve rápidamente. No hay nadie. O al menos, nadie visible. En Borogham, las presencias invisibles son comunes, y la niebla es aliada tanto de los curiosos como de los que desean permanecer ocultos.
El miedo se cuela en sus venas, y por primera vez, siente que la actuación se ha convertido en realidad. Sus piernas tiemblan, y el pensamiento final que cruza su mente es un verso de la obra: «Cuando la última luz se apague, solo el nombre olvidado prevalecerá».
Da un paso atrás, y el crujir de su zapato resuena como un aplauso sordo en la penumbra. La flor se le escapa de las manos, cayendo al suelo, y en ese instante comprende la verdad que había negado: la lápida sin nombre no es el destino de otro; es el suyo.
Comentarios (6):
Paola
19/11/2024 a las 13:27
Hola Altair
Menudo relato. Ambientación no le falta, no!
Me ha encantado la forma en que describes la atmósfera, las sensaciones y los sentires.
Vibrante y misterioso te atrapa de principio a fin.
Un final bien conseguido o buscado con maestría desde el principio.
Enhorabuena 2 veces. Saludos
Sakura
20/11/2024 a las 00:19
Pienso que es demasiado descriptivo, me habría gustado que pasaran más cosas y menos narraciones. Los cuentos cortos suelen ser más exitosos mientras más cosas sucedan y se describa lo justo necesario. La historia necesita reforzarse porque en ocasiones llega a aburrir. Lo siento, es mi humilde opinión.
Altair Midnight
22/11/2024 a las 09:05
Hola Paola,
¡Hola!
Muchísimas gracias por tus palabras tan cálidas y motivadoras. Me alegra enormemente que hayas disfrutado del relato y que la atmósfera y las sensaciones hayan conseguido atraparte de principio a fin. Es un placer saber que el final también te ha resultado satisfactorio; siempre trato de dar lo mejor en cada historia.
Tu mensaje me anima a seguir escribiendo con más ganas y pasión. ¡De verdad, gracias por tomarte el tiempo de compartirlo conmigo!
Un saludo muy especial.
Altair Midnight
22/11/2024 a las 09:08
¡Hola Sakura!
Primero que nada, gracias por tomarte el tiempo de leer el relato y compartir tu opinión de manera honesta. Aprecio mucho que lo hagas, ya que me ayuda a reflexionar y crecer como escritor. Entiendo perfectamente tu crítica; la narración puede sentirse densa debido al nivel de detalle y a que el foco está más en la atmósfera que en la acción.
En este caso, mi intención fue crear una historia donde la ambientación y las emociones fueran el eje central, más que el desarrollo de eventos. Quería que el lector se sumergiera en Borogham, sintiendo el peso de sus sombras y las emociones del personaje principal. Quizá me encuentro en una etapa más introspectiva que salpica a mi estilo. Sin embargo, reconozco que el equilibrio entre narración y acción es crucial, y trabajaré en ello para futuros relatos.
Tus comentarios son valiosos, ya que me recuerdan que hay muchos enfoques posibles y que puedo adaptar mi estilo según el contexto o el público al que quiero llegar. Gracias de nuevo por compartir tu perspectiva con tanto respeto y claridad.
Un saludo,
Altair
Chus Galego
22/11/2024 a las 19:35
Hola, Altair.
Me encanta tu relato, me encanta tu estilo tan literario, tan poético y tan sugerente. Aunque aún no leí muchos, creo que es uno de los mejores.
Has creado un espacio ficticio,Borogham, que me recuerda a Las ciudades invisibles de Italo Calvino, con su halo de misterio, ya que es una ciudad que observa.
Creo que consigues pintar una atmósfera tensa e inquietante en ese acercamiento del personaje ¿tocado por la desgracia? a su destino final.
Solo te voy a poner un pero. Desde mi punto de vista, la frase final: “es el suyo” sobra. Se entiende perfectamente sin esa explicación.
Enhorabuena.
Un saludo.
PROYMAN1
30/11/2024 a las 17:29
Saludos Altair muy buen relato y con buena puesta en escena aunque no me queda claro si esta representando una obra teatral o realmente es una visita al cementerio, Los compañeros en sus comentarios ya expresan su opinion así que la mía tiene que ser breve. Té doy las gracias por haber leído mi relato y tomo nota de tus observaciones que me parecen acertadas lo que pasa es que al escribir los sentimientos afloran y dejas pasar ciertas cosas importantes.
Confio en seguir leyéndonos.