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Juzgar sin saber: pasatiempo nacional. - por IreneR

Web: https://irenerguezescritora.blogspot.com/

Unos zapatos de tacón, negros y elegantes, resonaban en el tranquilo silencio del cementerio. El barro los había ensuciado, así como el bajo de unos pantalones igual de caros, sin embargo, la chica andaba con paso decidido, sin dar muestras de que las manchas le importaran.

Se dirigió, entre el laberinto de lápidas, a una en concreto, sin titubear ni volver sobre sus pasos, como si supiese a dónde se dirigía. Su destino estaba al fondo del recinto, en la zona más descuidada. Al lado de unas fosas comunes y decenas de lápidas sin nombre.

—Lo tengo —susurró, parándose a los pies de una de aquellas tumbas anónimas—. Mi primer contrato como actriz. Va a ser grande, lo presiento. Esto es solo el principio —afirmó, completamente segura de sus palabras. —Y cuando eso pasé, te daré todo lo que no pudiste tener en vida. Te devolveré con creces el esfuerzo enorme que realizaste para que fuese la mujer que soy ahora. Aunque nunca podré llegar a compensarte por tus sacrificios.

No dijo nada más. Se marchó sin despedirse, sin siquiera rozar la losa y sin colocar una flor, una vela o una bayeta sobre la superficie mojada y polvorienta. El resto de los visitantes la miraron con el ceño fruncido por llevar un traje que debía costar casi mil euros, y dejar a ese supuesto ser querido en aquella tumba anónima.

«¿Con todo lo que se ha gastado en ropa no puede ni siquiera ponerle el nombre a la lápida?».

«Vaya una egoísta».

«Esta gente joven sólo piensa en sí misma. ¡Qué va a ser de nosotros! No hay futuro».

Nadie se fijó en los ojos llorosos, en la voz rota que no la dejó continuar hablando, ni en las manos temblorosas que guardó, con vergüenza, en los bolsillos de su chaqueta de diseñador.

Aquella fue la última vez que pisó el cementerio, nunca más se la volvió a ver, y los comentarios juiciosos no se hicieron esperar. Más, un año más tarde, aquella tumba anónima al final del recinto, al lado de las fosas comunes, entra las tumbas sin nombre, se convirtió en la lápida más hermosa de todas. Una lápida de granito negro, sobrio y elegante, reemplazó la piedra barata original y un grabado en diamantes anunciaron al mundo que allí yacía la mejor madre del mundo. Una virgen de mármol blanco sin una sola imperfección fue colocada en la cabecera de la lápida y cada vez que llovía, la figura parecía llorar lágrimas de felicidad.

—¡Ve con todo, mi niña! Demuéstrales lo que vales y que les den a aquellos que juzgan sin saber —parecía que gritaba la estatua.
Mientras, a cientos de kilómetros de allí, un pensamiento volvía una y otra vez a aquella tumba.

—Lo estoy haciendo, mamá. Estoy cumpliendo nuestro sueño —pensaba, mientras sus ojos estaban fijos en unas letras blancas ancladas en la cima de una colina.

Las criticas siguieron a la chica allá donde fuera. Los años no apaciguaron los comentarios maliciosos y todos la juzgaron sin saber, ni querer conocer la historia detrás de esos zapatos negros de tacón, elegantes en su momento, pero llenos de remiendos, que siempre la acompañaban.

Unos zapatos que siempre la transportaban a su infancia, a casa y a aquel cementerio, donde la figura de una virgen lloraba de alegría en los días de lluvia y su madre yacía, orgullosa, de la mujer en la que se había convertido.

¿La historia de esos zapatos? Tres vidas llenas de sacrificios, penurias y dolor, pero cargadas del amor más puro de todos. Mas eso, eso es otra historia.

Comentarios (15):

Fernando Rodríguez

18/11/2024 a las 12:58

Muy bien escrito, estilo y forma.
Por desgracia, muchas veces eso es así. Solo nos fijamos en lo que se ve, sin mirar lo que unos gestos o una lágrima podrían mostrarnos.

Borja

18/11/2024 a las 19:08

Hola!
Bueno, hace tiempo que no comento un texto, así que intentaré hacerlo lo mejor posible y lo más honesto que pueda. Sin olvidarme de decir que lo que diga, simplemente es la opinión de una persona sin más formación que su afición.

Coincido con el compañero, buen texto y tono. Lenguaje adecuado, preciso y claro.
Buen trabajo
Un saludo

Yoli

19/11/2024 a las 03:13

Hola Irene, gracias por permitirnos aprender con tu relato.

Una historia triste y que al final la hija le retribuye a la madre lo que no tuvo en vida. Tiene hilo conductor, se entiende bien.

En cuanto a mejorables: Más, un año más tarde,…
ese primer “mas” va sin tilde cuando puede sustituirse por “pero”, además que sería conveniente cambiarlo para que no quede junto al otro más, que si lleva tilde, que se lee extraño.

—”Lo estoy haciendo, mamá. Estoy cumpliendo nuestro sueño” —pensaba…
Según entiendo cuando es pensamiento va entre comillas, si no es así, ya lo indicará otro compañero.

Te invito a leerme y aportar mejorables que agradezco para aprender, soy la #49 https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-64/11156

Saludos,
(¯`•¸•´¯)YOLI L(¯`•¸•´¯)

María Jesús

23/11/2024 a las 13:05

Hola: Has creado un texto lleno de sentimiento, bien narrado.
Me ha gustado leerlo.
Un saludo.

Patricia Redondo

24/11/2024 a las 17:03

Una historia de amor y recompensa, que con muy poca frecuencia se dan en la realidad. Me gusta la historia, el ritmo, y la cadencia. Formalmente no puedo criticar por qué no tengo conocimientos ni experiencia para ello.
Como te han dicho por ahí parece el comienzo de algo más grande. Atrévete a desarrollarlo.
Por poner un pero, parece una historia de madre e hija , pero al final apuntas a tres vidas ¿?
Muchas gracias por pasarte por mi relato y comentarme.
Nos seguimos leyendo!

Rudiguer

24/11/2024 a las 18:42

Buenas tardes,

has creado una buena atmósfera y entran ganas de saber que vida tuvieron la madre y la hija. Creo que ha faltado un poco más de historia, difícil con el límite de espacio y al final tampoco entendí quien era la tercera generación.

Verso suelto

24/11/2024 a las 19:22

La emotiva historia de un triunfo, rubricada por las letras de Holliwood. No era fácil colocar a una actriz en un cementerio. Tu lo has conseguido. Te felicito.

Yvonne

24/11/2024 a las 20:32

Hola Irene,
Es muy muy bonito, me ha encantado y la lectura me ha resultado muy ligera. Las palabras/requisitos super bien integradas, casi ni se notan. El lector está totalmente invertido en los sentimientos y en el movimiento, el ritmo. Uno como lector compra la historia sin duda y se siente acompañado durante un rato.
Nos leemos.

Vespasiano

25/11/2024 a las 18:44

Buenas tardes, Irene:
Gracias por tus amables comentarios a mi relato.
Con gusto y con la mejor intención, te devuelvo la visita tratando de darte una opinión que te pueda interesar.
TE ESCRIBO ALGUNAS SUGERENCIAS Y COMENTARIOS EN MAYÚSCULA PARA QUE RESULTE MÁS FACIL IDENTIFICARLOS.
En tu historia CUENTAS el esfuerzo que ha tenido que realizar la chica para llegar a ser actriz y los sacrificios que tuvo que hacer su madre para que ella consiguiera el éxito, pero no MUESTRAS ninguna escena donde se den esas circunstancias.
(INICIAS TU HISTORIA NARRANDO EN TIEMPO PRESENTE): Unos zapatos de tacón, negros y elegantes, resonaban en el tranquilo silencio del cementerio.
Se dirigió, entre el laberinto de lápidas, a una en concreto, sin titubear ni volver sobre sus pasos, como si supiese a dónde se dirigía.
(EL PÁRRAFO QUE SIGUE A CONTINUACIÓN CREO QUE DEBERÍA IR ENTRECOMILLADO EN VEZ DE CON RAYAS DE DIÁLOGO, PUES INTUYO QUE ESTÁ HABLANDO “ESPIRITUALMENTE” CON SU MADRE FALLECIDA QUE NO PUEDE ESCUCHARLA)
«”Lo tengo —susurró, parándose a los pies de una de aquellas tumbas anónimas».
«”Mi primer contrato como actriz. Va a ser grande, lo presiento. Esto es solo el principio” —afirmó completamente segura de sus palabras».
«”Y cuando eso pasé, (AQUÍ SOBRA EL ACENTO) te daré todo lo que no pudiste tener en vida. Te devolveré con creces el esfuerzo enorme que realizaste para que fuese la mujer que soy ahora. Aunque nunca podré llegar a compensarte por tus sacrificios”».
Se marchó sin despedirse, sin siquiera rozar la losa y sin colocar una flor, una vela o una bayeta sobre la superficie mojada y polvorienta. (ME SUENA RARO LO DE “MOJADA Y POLVORIENTA” SI HA LLOVIDO TANTO QUE HAY HASTA BARRO EN EL CAMINO).
El cambio de escenario que sigue a continuación debería estar diferenciado del anterior de manera más explícita, porque estabas narrando en tiempo presente y de repente aquella situación la conviertes en pasado CUANDO DICES: ”Aquella fue la última vez que pisó el cementerio”. Para seguir avanzando, contando lo que pasaría futuramente, cuando colocaron la lápida un año más tarde. (EN MI OPINIÓN TODO EL RELATO DEBERÍA ESTAR CONTADO EN TIEMPO PASADO PORQUE ENCAJARÍA PERFECTAMENTE CON LO QUE SIGUE:
Aquella fue la última vez que pisó el cementerio, nunca más se la volvió a ver…
Más, (YO SUPRIMIRÍA ESTE MAS) Un año más tarde, aquella tumba anónima…
Una lápida de granito negro, sobrio y elegante reemplazó la piedra barata original y un grabado en diamantes anunciaron al mundo que allí yacía la mejor madre del mundo. Una virgen de mármol blanco…
(SERÍA MEJOR ESCRIBIR LO DE LA “VIRGEN DE MÁRMOL” SEPARADAMENTE PUES DA LA IMPRESION AL LEERLO DE QUE LA MADRE FUERA VIRGEN, AUNQUE NO DE MÁRMOL).
Mejor sería iniciar el párrafo así: (EN LA CABECERA DE LA LÁPIDA FUE COLOCADA UNA VIRGEN DE MÁRMOL BLANCO SIN UNA SOLA IMPERFECCIÓN…)
«”Lo estoy haciendo, mamá. Estoy cumpliendo nuestro sueño”» pensaba, mientras sus ojos estaban fijos en unas letras blancas ancladas en la cima de una colina.
(AQUÍ NUEVAMENTE CREO QUE DEBERÍA IR ENTRECOMILLADO, PUES TU MISMA LO DICES: “pensaba, mientras sus ojos…)
… mientras sus ojos estaban fijos en unas letras blancas ancladas en la cima de una colina). (SIN DUDA TE REFIERES A LA MECA DEL CINE, HOLLYWOOD)
¿La historia de esos zapatos? Tres vidas llenas de sacrificios, penurias y dolor, pero cargadas del amor más puro de todos. Mas eso, eso es otra historia.
(LO DE LAS TRES VIDAS, NO ME QUEDA CLARO, parece como si esta historia formara parte de otra más larga y con más protagonistas y al extraerla y resumirla se te haya colado la abuela, por ejemplo). SI ME HE PASADO DE LISTO, ME PERDONA POR FAVOR.
Nos seguiremos leyendo.

Doralú

26/11/2024 a las 18:27

Hola Irene, Una historia completa en pocas palabras. Un personaje bien dibujado a traves de sus palabras y las descripciones. Despues del reposo obligado del texto y analizando los comentarios acertados de los compañeros unificaras los problemas de la temporalidad y aclararas lo que me pareció un gancho para los lectores: “…conocer la historia detrás de esos zapatos negros de tacón, elegantes en su momento, pero llenos de remiendos… Tres vidas llenas de sacrificios, penurias y dolor,…”
La historia puede ser la punta de una madeja mucho mas grande.
Felicidades

Beatriz Emilia VF

28/11/2024 a las 16:46

Hola Irene, me gustó tu relato, me encanta que el reto haya dado lugar para agradecer y honrar a las madres. Qué bueno y necesario poder hacerlo.
Ya Vespasiano se encargó de hacerte algunas precisiones sobre algunas tildes, el uso de tiempos verbales y otros detalles que pueden mejorar tu cuento.

Espero seguirte leyendo, y poder comenzar a participar en el taller de diciembre

Pepe

30/11/2024 a las 08:40

Hola, Irene, un gusto volver a leerte. Has planteado una historia muy original, donde los zapatos son protagonistas de la misma y donde todo es pesar y alegría a partes iguales. Mucho sentimiento, muy bien plasmado, y mucha critica a la sociedad actual, llena de envidia, ignorancia y ganas de prejuzgar.
Muy buen trabajo.
Un abrazo

IreneR

01/12/2024 a las 10:16

Muchas gracias a todos por tomaros el tiempo de leer mi relato y comentarlo. Tendré en cuenta vuestras opiniones para mejorarlo.
Nos leemos.

Un saludo.

José Luis Navarro García

01/12/2024 a las 21:37

Hola, Irene. Soy el vecino de arriba llamando a tu puerta.

Lo primero es decir que el texto fluye y se lee fácilmente. El lenguaje qué usas es acertado para la historia que cuentas, y con solo unos pequeños datos todos podemos crear una imagen de la chica que entra al cementerio.

Algunas cosas a revisar sería:
Los pensamientos van entrecomillados.

“Unos zapatos qué siempre la transportaban a su infancia”. La cambiaría por otra….

Aunque yo prefiero el diálogo tradicional, en este relato habría probado el diálogo indirecto.

—”Lo estoy haciendo, Mamá, estoy cumpliendo nuestro sueño—
pensaba mientras sus ojos estaban fijos en unas letras blancas ancladas en la cima de una colina”.
Lo siento, pero está parte la cortaría.

Un abrazo.

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