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Aniversario Luctuoso - por SakuraR.
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Era una nublada y fría tarde otoñal. Marta se sentía mas triste de lo habitual por ser el aniversario del fallecimiento de su abuela y el clima no la ayudaba a sentirse mejor. Se toma un chocolate caliente, agarra la capa, las flores que compró en la mañana y sale a visitar el lecho de muerte de su anciana.
Al llegar al cementerio no pudo evitar sentir escalofríos por el silencio y el ambiente que lucía clásico como el de una película de terror. Se le ocurre que solo faltaría que saliera una actriz gritando mientras la persigue una sombra oscura y esboza una pequeña sonrisa. Continúa por los estrechos pasillos dispuestos como callejuelas hasta la dirección de la tumba. Llega al mismo sitio al que había ido durante tantas veces a desahogarse y se asombra desconsolada, al descubrir que en la lápida no había ningún nombre. Después de mirarla fijo durante unos segundos, su primera reacción fue comprobar que estaba en el lugar correcto. Así que regresó por sus pasos y dio dos o tres vueltas mirando en todas direcciones del vacío cementerio. Atormentada por no entender que sucedía tropieza y cae al suelo, justo cuando más desesperada se siente, ve un zapato roñoso delante de su rostro y la voz de un señor mayor preguntando si necesita ayuda.
Al descubrir que tenía delante al cuidador del cementerio, confundida y angustiada lo lleva hasta la tumba y le pregunta ¿qué ha sucedido? ¿Porqué han cambiado la lápida y borrado el nombre de mi abuela? Él le cuenta que desde hace años en esa tumba no hay registro alguno de un entierro y se marcha. La nieta vuelve a quedarse sola, en silencio y desconsolada. De pronto, de una forma espontánea, en un acto de resolución y sin pensarlo mucho, agarra la navaja que siempre lleva consigo como arma de defensa y con manos temblorosas comienza a grabar el nombre de su abuela en la lápida. Lo hace mientras llora pero decidida, sabiendo que su nana merece un lugar en el mundo, aunque sea uno anónimo.
El viento comienza a soplar, uno suave que se siente en el rostro como una caricia. Marta lo interpreta como la presencia de la anciana, cierra los ojos y recuerda su sonrisa, su voz, sus consejos y comprende que ese nombre que falta no es tan importante, porque su memoria la lleva en el corazón. Le coloca las flores y se marcha en paz, un nombre en una piedra no es la verdadera huella de su abuela.
Comentarios (6):
Fernando Rodríguez
19/11/2024 a las 10:09
No he apreciado ningún fallo, claro que no soy experto, solo que me gusta leer y escribir.
El relato enternecedor y que llega, y eso, creo que es lo mas importante.
Sakura
20/11/2024 a las 00:12
Muchas gracias Fernando. Yo después de enviarlo sí que le vi varios fallos, como el echo de que la protagonista vaya al cementerio en plena noche, eso no lo haría alguien con sentido común.
Altair Midnight
20/11/2024 a las 10:16
¡Hola, Sakura!
El texto tiene un buen punto de partida al abordar un tema emocional como la pérdida y el recuerdo, pero hay aspectos que podrían fortalecerse para realzar su impacto. Por ejemplo, la descripción inicial de la tarde otoñal, aunque efectiva, podría ser más original para captar la atención del lector de manera única. En lugar de explicar directamente el motivo de la tristeza de Marta, insinuarlo a través de sus acciones o pensamientos añadiría profundidad emocional. El desarrollo, aunque sólido, avanza de forma un tanto predecible; quizás incluir un giro o construir más suspense alrededor del escenario del cementerio lo haría más envolvente. Asimismo, el paso de la angustia de Marta a su decisión de grabar la lápida parece algo abrupto; suavizar esta transición podría amplificar el impacto emocional. Finalmente, la resolución es bonita, pero apresurada, y enriquecer el simbolismo del viento daría al cierre un toque más poético y memorable. Muy buen borrador; con algunos ajustes, este relato tiene el potencial de dejar una huella mucho más poderosa.
Sakura
20/11/2024 a las 22:56
Muchas gracias Altair, algo así he pensado después de escribirlo, enviarlo y releerlo. Me apasionan estos ejercicios de escritura en los que otras personas perciben, con mucha más claridad que uno mismo, el resultado de lo que creamos. Gracias, muchas de ellas.
Chus Galego
22/11/2024 a las 19:20
Hola, Sakura.
Me parece una buena historia y no veo nada malo que alguien vaya al cementerio al anochecer (ahora, mientras escribo, son las siete de la tarde y ya es de noche).
Yo cambiaría la puntuación en algunas frases, por ejemplo: “se asombra desconsolada, al descubrir que en la lápida no había ningún nombre”. Creo que después de desconsolada no debería ir una coma; pero si veo pertinente un punto en “cae al suelo. Justo cuando más desesperada se siente, ve un zapato roñoso delante de su rostro”.
Lo del zapato delante del rostro también me ha llamado la atención. No sé si querías provocar cierta tensión terrorífica antes de la tranquilidad que produce el que sea un simple trabajador del lugar.
Es un relato muy emotivo.
Un saludo.
Sakura
28/11/2024 a las 01:22
Muchas gracias Chus, revisaré la puntuación y me agrada saber tu opinión sobre la hora en la que se va a un cementerio. Los puntos de vista sobre lo que sería el ¨sentido común¨ pueden variar inmensamente según las experiencias de cada persona. Lo tendré también en cuenta. Muchas gracias.