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Asesinato inacabado - por Héctor Romero
Seis destellos de fuego irrumpieron la penumbra de la fría madrugada, al tiempo que dos millonésimas de segundo marcaron el compás, entre cada uno de los disparos que clausuraron la existencia de la desamparada mujer.
Tres siluetas de sombras masculinas, en veloz carrera, se desvanecieron entre la maleza. En su huida escucharon la voz de su víctima, y aseguraron entre sí que ella aún vivía; era el murmullo continúo del agua del viejo río, que se abría paso entre las piedras.
Por la mañana los rotativos publicaron irresponsablemente en primera plana:
“MUERE INDÍGENA AMBIENTALISTA EN CRIMEN PASIONAL”
Comentarios (13):
Servio Flores
17/06/2019 a las 23:35
Héctor, cómo siempre tus cuentos son fruto de una mente, clara y aguda.
Un cuento con dedicatoria tácita y universal a todos esos hombres y mujeres que luchan por un mundo mejor. Y específicamente a Berta Cáceres, mujer valiente y transparente, como el mismo río Gualcarque.
Un escrito valiente, sobra describir el entorno en el que vivimos…
Quizá mejorar un par de cuestiones de forma que se que ya notaste y que se te escaparon por escribir a último minuto 😉
¡Bien hecho!
Carlyn
18/06/2019 a las 02:01
Breve pero muy profundo, y sobretodo claro. Éxitos…. Espero más textos suyos.
JGila
18/06/2019 a las 07:53
Reconozco que he tenido que leer dos veces la primera frase.
Al margen de eso (que no es una crítica), me gusta tu manera de escribir.
Quizá, por tratar de mejorar algo, tendería a hacer frases más cortas para acentuar el impacto al lector. Pero eso ya es cosa del estilo de cada uno.
Un saludo y a seguir así.
Dennise García
18/06/2019 a las 18:01
Vaya, me gusta tu forma de escribir, las palabras que utilizas y tu forma de adentrar al lector en el micro. Me fascinó el tema y sobre todo el desenlace.
Es bastante actual y claro. Saludos, sigue así.
Ichabod Kag
18/06/2019 a las 18:44
Hola, Héctor.
Me gustó la conclusión, poniendo en relevancia el amarillismo de los medios y la indiferencia ante una posible investigación. También me parece importante el hecho de que sea ambientalista, un grupo que suele ser incómodo para ciertos grupos.
Creo que el primer párrafo sale sobrando y dificulta lo que debería ser una lectura rápida. Puedes comenzar desde la huida de los asesinos y así dedicar más palabras a describir sus dudas sobre la muerte de la mujer (que dejas un poco al aire).
Saludos.
Osvaldo Vela
21/06/2019 a las 00:01
Hola Hector Romero.
Me gusto tu mini relato pues deja enseñanzas de comportamiento que debemos fomentar para lograr una mejor calidad de vida.
La primera es violencia en contra de las mujeres. Inmolaciones que, por sentido común, son difíciles de aceptar. Existe y no ha habida forma de contenerlo.
La segunda es una naturaleza castigada por el hombre que, a través del murmullo del correr de las aguas , alza la voz herida por el maltrato.
la tercera la impunidad de los crímenes ante la nulidad de las autoridades y el poco sentido de información veraz de nuestros medios de comunicación irresponsables.
me gustó la voz de la naturaleza: “era el murmullo continúo del agua del viejo río, que se abría paso entre las piedras”.
Un Abrazo y saludos. un placer leerte.
Oscar Bados
21/06/2019 a las 22:32
Ese intro atrapador, con palabras exquisitas, de inmediato me traslado al lugar de los hechos… muy bien maestro, quizá esta parte estuvo de más “entre cada uno de los disparos que clausuraron la existencia de la desamparada mujer” pero en general la narrativa es maravillosa.
Amilcar Barça
21/06/2019 a las 23:07
Al fin te encuentro, y he leído y releído la lista. Sin que sirva de crítica, he leído demasiados relatos en los cuales la muerte, la sangre, figura como sujeto principal. El final, es el sino de nuestros días. salu2
Luna Paniagua
22/06/2019 a las 15:37
Hola, Héctor:
Un microrrelato-denuncia muy bueno. Parece increíble la persecución que pueden sufrir quienes defienden activamente el hogar de todos.
La primera frase me resulta algo difícil. En mi opinión quedaría mejor así: “Seis destellos de fuego irrumpieron la penumbra de la fría madrugada. Dos millonésimas de segundo marcaron el compás entre cada uno de los disparos que clausuraron la existencia de la desamparada mujer”.
Un saludo,
Luna
JUANA MEDINA
24/06/2019 a las 18:00
Hola Héctor,
Aquí, conmovida con tu micro que dice tanto en tan pocas líneas.
Además,dejas que la lírica se cuele en la dura y mentirosa realidad.
Sí, creo que la palabra “conmovida” sigue siendo la mejor para describir todo lo que has sabido provocar.
Gracias, un abrazo
PROYMAN
26/06/2019 a las 12:29
Saludos Héctor Romero, crónica de una muerte anunciada seguramente decidida en algún despacho, el relato me gusta aunque tengo la duda de si se distinguen las sombras masculinas de las femeninas y mas si hay maleza de por medio. Nos seguimos leyendo si tienes interés.
isan
26/06/2019 a las 22:33
Me ha parecido un relato de denuncia de algo que ocurre realmente y a lo que no se le pone freno. Cómo los poderosos quieren cada vez más, quieren todo, y no tienen escrúpulos para conseguirlo. Al leer el primer comentario de Servio Flores, veo que es un pequeño homenaje a una luchadora de la causa indígena que, por ende, es la lucha a favor del medio ambiente.
Has sabido expresarlo con crudeza pero, a s vez, con la magia de la prosa.
En cuanto a la forma, un par de cosas. “Irrumpieron EN la penumbra” con ese verbo falta la preposición. Si el verbo hubiera sido “rompieron” no haría falta. La palabra continúo debe ser continuo. Continúo es la primera persona del presente de indicativo del verbo continuar (yo continúo), mientras que continuo es un adjetivo con acento tónico en la sílaba TI.
Saludos. .
Elisa González
28/06/2019 a las 16:05
Nuevamente nos sorprendés con un relato exquisito, fino, transparente. Usas con exactitud y sigilo algunas figuras literarias que ayuda a dar un mensaje claro. He leído varias piezas literarias en diferente género, pero este homenaje a nuestra Berta Cáceres me parece genial. Felicidades, sigue escribiendo por favor.