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PREJUICIOS - por LabajosR.
Un extraño subió tras ella cuando las puertas del ascensor ya se cerraban. Sus pintas le dieron mala espina: rastas, piercings, camiseta de tirantes ajustada resaltando sus músculos tatuados; una daga en el antebrazo y la cabeza de un dragón asomando entre la pelambrera del pecho. Pensó en gritar, disimuló el miedo, las llaves en su bolsillo quizá sirviesen de autodefensa… «Seguro que algo va a pasar», lo sentía en el estómago. Con un fuerte chirrido el ascensor se paró entre dos pisos.
―No se inquiete ―la tranquilizó el desconocido―, enseguida llegarán los de mantenimiento.
Comentarios (23):
Labajos
17/06/2019 a las 15:06
Perdonad, el reto no fue logrado, puse dragón en lugar de dinosaurio… Y eso que lo repasé un montón de veces.
Amparo
17/06/2019 a las 18:29
labajos,
Hola, como te dije lo lei como sinonimo (la cabeza de un dragón con puas como las de un dinosaurio asomando…)
Esta interesante el corto, haber que fin me imagino aunque soy romanticona.
Me gusto tu relato,
saludes
Martagla
17/06/2019 a las 19:19
Hola Labajos!
No pidas disculpas por haber puesto el dragón en lugar del dinosaurio… lo sentimos por ti, porque seguramente te habrá dado bastante rabia después de haberlo repasado y no haberte dado cuenta. Ya sabes que a veces, tenemos tan claro en nuestra cabeza que queremos decir (en este caso) dinosaurio, que lo leemos viendo que pone esa palabra. Nos ha pasado a todos, ¡seguro! ¡Pero no te preocupes, porque como dice Amparo, yo también lo he leído como sinónimo! 🙂
Quédate con que has escrito un relato muy interesante, que da a entender la importancia de no juzgar a los demás por las apariencias y por las cosas con las que relacionamos esas apariencias. Además, el final (aunque de alguna manera me da rabia porque soy de esas que siempre quieren que les dejen el final muy claro), me parece muy inteligente: dejas el final abierto. Dice que van a venir los de mantenimiento, lo cual puede significar que ese hombre extraño es buena persona y sólo quiere tranquilizarla; pero también puede ser que le haya dicho eso pero sea él quien ha parado el ascensor y quiere hacerle algo malo; O tal vez se gustan y tienen sexo descontrolado en el ascensor… jajaja! ¿Quién sabe?
Por todo ello… ¡te doy mi enhorabuena! 🙂
Un abrazo
JUANA MEDINA
17/06/2019 a las 19:28
Hola Labajos,
Bien, muy bien! Excelente micro contra la discriminación y contra la discriminación de la discriminación que es como yo leo tu final abierto. Cualquier final más contundente, con un cierre decidido a la historia, nos habría puesto en un lugar obligado. Así, es la vida la que queda siempre con las riendas en la mano.
Me encantó.
Un saludo
IreneR
17/06/2019 a las 20:24
Buenas, Labajos.
Qué rabia lo del reto, pero tampoco habría pasado nada, tatuarse un T-Rex en el pecho tiene que quedar muy épico.
La idea me ha parecido muy interesante. Creo que nos haces pensar en los prejuicios de las apariencias.
Solo un detalle, “«Seguro que algo va a pasar», lo sentía en el estómago. Con un fuerte chirrido el ascensor se paró entre dos pisos.”, yo los pondría como dos párrafos separados, pues describe dos cosas diferentes, por un lado el sentimiento de la chica, y por otro continua la acción narrativa.
Nos leemos.
Un saludo.
El chaval
18/06/2019 a las 09:44
Hola Labajos
Ya te han castigado suficiente sobre el dragón en el pecho, pero verdad que tu intención era buena, y pensabas en el dinosaurio?
Por llevar la contraria; yo no veo discriminación, veo más bien caguetas.
un cordial saludo(24)
G. King
18/06/2019 a las 14:17
Hola Labajos.
Muy buen trabajo, me ha gustado mucho.
Coincido con IreneR que separando en dos párrafos esa última parte todo suena más limpio y claro.
El final abierto creo es lo indicado en este caso, gran acierto a mi entender.
Un saludo y gracias.
El Apuntador Mudo
18/06/2019 a las 15:35
Hola Labajos.
Un buen micro. Y es que, a veces, las apariencias engañan. Quizás la premonición que sentía se la provocó el ascensor falto de mantenimiento.
Quizás, un título menos evidente que siga complementando el relato, le diera más fuerza a ese final tan bueno que has logrado. Pero esto es tan solo una apreciación muy personal.
Me ha gustado el microrrelato.
He disfrutado y he aprendido.
Saludos, nos leemos.
dopidop
18/06/2019 a las 15:54
Buenas Labajos,
Paso a visitarte ya que estoy justo encima de ti, y me encuentro con un relato muy interesante.
Me ha encantado como trasmites esa sensación de peligro que tiene la protagonista al ver entrar al tipo con “malas pintas”. Haces que sea muy fácil visualizarla e incluso sentirla.
Por otro lado me ha hecho pensar en lo diferente que vemos el mundo cada persona. A mi se me sube un tío así en el ascensor y terminamos haciendo migas seguro y pasándonos los teléfonos de nuestros tatuadores. Lo que a alguien le intimida a otra persona le puede llamar la atención.
Me encanta el final, aunque tengo que reconocer, que como dicen los compañeros, el título ya hacía que lo viéramos venir. Creo que soy la única que no lo veo abierto. Para mí está claro que ella tiene paranoias en la cabeza. Si por ejemplo hubieras añadido que el chico al final sonríe de forma extraña o hace algún gesto que pueda sembrar duda… Pero es que por mucho que lo intento, tal y como está, no lo veo de otra forma.
Coincido también con los compis que quedaría mejor separando el párrafo final.
Por otro lado no te des mal por lo del dinosaurio… ¿Qué otra cosa eran los dragones si no? Yo creo que cumple el reto 100%
Nada mas que decir, solo me queda felicitarte por un buen trabajo.
Un abrazote y ¡nos seguimos leyendo!
Amilcar Barça
18/06/2019 a las 22:49
Labajos, a mí me hubiera ocurrido lo mismo. Un tío con esas pintas… y es que hay gente pa tó. salu2
Wanda Reyes
19/06/2019 a las 03:55
Hola Labajos, gracias por comentar mi relato. Muy bien logrado el tuyo. Me gustó el hecho de que nos haces sentirnos algo inseguras con el personaje desde los ojos de la chica, pero el final nos deja la sensación de que es alguien quien le habla de manera bastante distante y me hace pensar que talvez el ni siquiera se habia fijado en ella tanto como ella lo hizo. Saludos.
El chaval
19/06/2019 a las 16:58
Hola Labajos
Gracias por estar de nuevo contigo.La inclusión del título en el texto, seguro que ha sido el dinosaurio al reventar que ha movido las letras. No me había dado cuenta. Gracias
Josè maría
20/06/2019 a las 17:41
Hola labajos .Tu relato me ha recordado un anuncio de una cadena de hoteles …Las aparecias engañan, es un gran refrán que la mayoria de veces es cierto.Creo que te ha faltado relato para algo mas grande ,como por ejemplo una historia de amor entre los dos personajes,un saludo mi relato es el 148 por si quieres pasarte
Dalyoko
20/06/2019 a las 23:47
Hola Labajos
Me ha gustado mucho esta invitación tuya al tema de los prejuicios dinosáuricos, que no hacen más que ocultar nuestros numerosos miedos hacia los otros y a la vida. Me gustaría no obstante invitarte a darle un poco más de pimienta.
He aquí algunas observaciones mías (por tanto personales) en cuanto a la forma:
1. Subió. Se abalanzó, la empujó, etc. Para dar más presión a la primera frase.
2. Sus pintas le dieron mala espina. Lenguaje coloquial que convendría a ciertos personajes u ocasiones, pero en este caso te sugiero de utilizar algo más neutro.
3. La pelambrera en el pecho es algo que atrae a las mujeres, como signo distintivo del macho feroz, pero seguramente tapan al dragón o al dinosaurio, por lo que te sugeriría que pusieses al bicho en cuestión más claramente visible, como en el musculoso antebrazo tatuado.
4. El grito y el miedo deberían expresarse ya tras la primera frase; como reacciones espontáneas.
5. Las llaves en el bolsillo no me convencen, a menos que las apriete hasta sangrar. Es más, por lo que te diré en los párrafos siguientes, no la siento (yo) muy dispuesta a auto-defenderse.
6. “El ascensor se paró entre dos pisos” me ha dejado con hambre. ¿Por qué? ¿Cuál es el motivo?
En cuanto al fondo, me gustaría proponerte de resaltar la quizás ambivalencia de la mujer en cuestión, que le puede asustar muchísimo el chico pero quizás no se defendería tanto si llegara la ocasión. Da más posibilidad de interpretaciones divergentes lo que, a mi entender, enriquece el texto.
En definitiva pues, te propongo las siguientes variaciones en tu texto, para ver si son de tu agrado y aquiescencia:
Un extraño se escurrió tras ella en el ascensor vacío, cuando las puertas ya se cerraban. Al volverse, tuvo que contener un grito aterrorizado y controlar su miedo.
El invasor tenía un aspecto feroz: pelambrera en el pecho, rastas, piercings, camiseta de tirantes ajustada y antebrazo tatuado con una cabeza de dinosaurio, perforada en el ojo por una daga. No obstante, sus enormes músculos evidenciaban también un cuerpo atlético y viril.
«Seguro que algo va a pasar», lo sentía en las vísceras. Retrocedió instintivamente y, sin darse cuenta, pulsó con la espalda el botón de paro. Con un fuerte chirrido el ascensor obedeció, parándose entre dos pisos. El agudo sonido invocó en su mente como el grito de un dinosaurio asesino que fuera a rasgarle las entrañas y lo expresó ella mediante un rictus, o sonrisa de terror, en sus labios, al par que sus ojos cerrados se negaban a presenciar lo inevitable.
―Tranquilícese – susurró el bello desconocido―, enseguida llegarán los de mantenimiento para desencallarnos.
He colado yo también algunos dinosaurios y ascensores al final de mi comentario al texto “18. El dinosaurio y el cavernícola”. Si se te antoja leerlos y aportar alguna mejora te estaría muy agradecido. Un abrazo y ¡a seguir practicando!
Isabel Caballero
21/06/2019 a las 11:08
Me pongo en tu lugar, Labajos, y a mi también me habría dado rabia confundirme…, pero mira, ha quedado casi mejor el dragón que el dinosaurio (como tatuaje).
El tema del ascensor ha dado para mucho como escenario, un espacio ya de por sí claustrofóbico… y luego están las otras fobias, la del temor y rechazo a lo diferente y a los clichés de buenos-malotes.
Me ha gustado tu trabajo.
Labajos
22/06/2019 a las 02:43
Gracias a todos, efectivamente el párrafo del final queda mejor separado.
En cuanto a lo importante, que es transmitir, creo que he cometido un error. Si lo que pretendía era dejar en evidencia un prejuicio, por causa de las pintas de alguien, no debería haber identificado el sexo del personaje protagonista, puesto que prejuicios los tenemos todos y todas. Dodidop me lo ha dejado claro en su comentario.
Pia Daría
22/06/2019 a las 10:20
Hola Labajos, me gustó como planteaste el micro, el mensaje quedó claro. Solo algunas indicaciones que pueden interesarte en los cambios:
“Pinta” en vez de “Pintas”, por cierto ¿Sabes que esta palabra viene de las señales que se le ponían a las cartas? eran trucos para ver si te había caído en suerte una buena carta “qué pinta tiene” después se le ha atribuido a muchas cosas más: el tiempo, la cerveza. Mira serviría para título, jeje “la pinta”.
Pues al hilo de esto último, el título que has elegido es muy revelador de la historia, estoy contigo que es importante y que debe entrar a formar parte del suceso. Bueno si es así, entonces no debería de repetirse, “pinta” no es buena idea, no puede ser título.
Estoy segura que tú lo vas a resolver mejor que eres la autora. Un abrazo
Dalyoko
22/06/2019 a las 11:46
Hola Labajos,
Permíteme diferir totalmente de tu reflexión en el punto 16, que no veo tampoco claramente sostenida en el comentario de Dodidop en el 9.
Cierto que todas y todos, toditos y todetas, tenemos prejuicios y yo probablemente el primero, que no primera.
No obstante yo defenderé siempre la LIBERTAD del escritor (o la escritora) para poder escoger libremente el sexo y la inclinación sexual de sus protagonistas, haciéndolos relacionarse entre sí de la forma más variopinta que se tercie: tías con tíos, abuelas con abuelas, imberbes con viejos “orangutanes”…
Si consigues darle la vuelta a la tortilla en tu historia, con un reprimido acorbatado que se va a sentir asaltado por una bruja del percing, pues tanto mejor, el cuento podrá parecer hasta más interesante…
Labajos
22/06/2019 a las 14:49
Son opiniones… Dalyoko. Puntualizar que los prejuicios son independientes del género del prejuzgador, es sólo un comentario para precisar. Naturalmente el protagonista de la acción es el que es, aunque pudiera haber sido otro. Remachar en el mismo clavo no merece la pena. Únicamente declarar que el lenguaje inclusivo, que tanto divierte a algunos, cumple su función social, aunque discrepe con académicos que recurren a ridiculizar lo que moralmente tiene su espacio. Hay formas de expresión incorrectas, por ejemplo el argot, que en su contexto preciso son necesarias e incluso convenientes, y por ello no son perseguidas como lo es el lenguaje inclusivo.
dopidop
22/06/2019 a las 15:26
Buenas otra vez, ya que he sido nombrada de forma expecífica, creo que lo suyo es pasarme de nuevo y explicar mi punto de vista.
Tengo que decir que coincido con Dalyoko, yo tampoco veo el error que comentas. Has mostrado dos personajes y una situación, y ellos han actuado como son. Y permite que te diga que el relato funciona de maravilla. Queda más que claro el tema de los prejuicios.
No tiene que ver con el sexo, podrías intercambiarlos, podrías no expecificalos, y a mi parecer, tu historieta seguiría funcionando.
Puse mi ejemplo, pues yo, aunque mi nick es dudoso, soy mujer, y me puse en la piel de la protagonista y me chocó mucho lo diferente que hubiera actuado de encontrarme en ese ascensor. No lo hice como crítica, si no como anécdota.
Espero haber aclarado un poquico el tema, y muchas gracias por pasar a comentar mi texto. Seguiré leyéndote por aquí sin duda.
Un abrazote.
Osvaldo Vela
22/06/2019 a las 23:55
LO mejor forma de aprender a conseguir algo es sabiéndolo pedir.
El recurrir a las instancias adecuadas caséda resultado.
El taller de literautas se distingue por leer a conciencia los argumentos que se le presentan y luego toman la decisión adecuada a lo planteado. No siempre es un sí, pero en tu caso me alegra que lo hayas logrado.
Te felicito y ademas agradezco tu visita a mi texto.
Un abrazo.
En cuanto a tu mini me gustó porque los mismo sucede otros oficios. El la voz vi a un concursante llegar en sandalias tobilleras, el pelo ensortijado y con tatuajes quedé perplejo, Pero al escuchar aquella presentación de varitono, todo lo que representaba cambió.
Labajos
23/06/2019 a las 01:46
Gracias a todos por vuestra aportación.
Nicolás Falcón
24/06/2019 a las 11:27
Muchas gracias, Labajos, por pasarte y comentar mi texto: no las merece.
Siento no haber podido expresar bien el tema: la vejez, la muerte.
También siento que el argumento: un anciano que hace un ritual con una aparición, para a cambio, regresar; —de ahí el título (regresión)— a la niñez no esté bien definido.
Y también siento que la trama no esté bien estructurada: anciano, pacto, ritual, desaparición, regresión y entrada en escena (como niño ya; y con dinosaurio incluido: “el mismo juguete de mi padre”).
Le he comentado al compañero, Luis Duque, que lo que pretendía era que cada lector rellenase con su imaginación y su buen hacer los huecos del texto y, por ende, que él mismo lo terminase (el lector digo):
Pero está claro que tendré que darle alguna vuelta más para mejorar semejante batiburrillo.
Espero sepas disculparme la demora en contestarte- les, pero estoy de trabajo hasta arriba; así que voy contestando de hueco en hueco.
Bueno…, lo dicho, muchas gracias y que pases y tengas un feliz verano.