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Claudio y la magia de la vida - por Carlos Jaime Noreña
Web: http://ocurr-cj.blogspot.com
La dulce vida de Claudio se vuelve humo el día que la suerte decide darle la espalda: pierde a su amada, su trabajo y su salud. Ni médicos ni adivinas le aciertan con química o embrujos.
Va buscando amor y alegría en los bares, hasta que un día, una mujer le dice “Aquí no hallarás lo que buscas, sino en la magia verdadera”.
Se decide a buscar la magia, andando… En un parque ve a una bella mujer, con colorido vestido, que le regala una maravillosa sonrisa. La toma de la mano y se van caminando sin rumbo.
Comentarios (9):
Patricia Redondo
18/06/2019 a las 16:58
Es bonito, pero el final demasiado abierto para mi gusto.
Muy bien escrito y con ese tono tuyo tan personal y característico. No lo pierdas nunca.
Nos leemos!
eli
20/06/2019 a las 14:17
Me ha gustado. Pese a la brevedad del texto, se cuenta una historia completa. Para mí falta precisión a la hora de elegir las palabras como cuando dices, al principio, que la vida de Claudio era dulce. Dulce ¿en que sentido?
dopidop
21/06/2019 a las 17:39
Buenas Carlos,
Consigues contarnos una historia de amor en unas pocas líneas, y eso es un logro importante. Me gusta como expresas los sentimientos, primero de angustia y perdida, luego de búsqueda y esperanza y al final de felicidad.
Me hubiera gustado que explicaras algun detalle de que sucede en el parque. Ella lee un libro de adivinación o lleva un colgante de la buena suerte como él… no sé, algo que los una a parte de una mirada y una sonrisa. Hablas mucho de
Por lo demás, creo que es un buen trabajo que he disfrutado leyendo. ¡Gracias por compartir y hasta otra!
Carlos Jaime Noreña
23/06/2019 a las 04:10
Muchas gracias a Patricia, Eli y Dopidop por comentarios tan elogiosos, que me animan a seguir manchando papel (mejor dicho, pantalla).
Saludos.
María Jesús
24/06/2019 a las 20:31
Hola Carlos: Bonito micro en tono romántico. Está claro que tu protagonista encuentra la magia verdadera en la bella mujer del vestido colorido. Precioso inicio de una novela de amor y un canto a las segundas oportunidades.
Saludos desde el 142.
JUANA MEDINA
24/06/2019 a las 21:58
Hola Carlos Jaime,
Perdón por llegar tan tarde. Estuve sin internet unos días y me atrasé en todos los comentarios.
Me gusta tu historia de amor. Encuentro, como ya te ha dicho alguien, que el final es demasiado abierto y tal vez por eso mismo un poco débil; como si hubieras querido terminarlo rápido con la solución más fácil. Creo que las sugerencias de Dopidop pueden ayudarte.
Pero me gusta mucho la idea de salir de esos momentos en los que se cierran todos los caminos anteriores por medio del amor,o sea la “magia verdadera”.
Nos seguimos leyendo.
Rigo
25/06/2019 a las 16:29
Saludos, Carlos!
Me ha gustado tu micro, poniendo la magia verdadera en los pequeños detalles que ofrece la cotidianidad pero que a la vez, resultan trascendentes, contrario a los placeres fugaces de las charlas en un bar.
Saludos!!
isan
25/06/2019 a las 20:10
Hola Carlos Jaime:
Primero un par de apuntes en lo formal.
“…el día EN que la suerte…” añadir la preposición.
“…en los bares, hasta que un día,” quitaría la coma posterior a bares y la pondría después de que.
Dicen que hay tres cosas fundamentales en la vida: salud, dinero y amor. Es mala suerte perder las tres el mismo día. Al menos ha encontrado el amor que no es poco, luego ya veremos lo demás cómo lo vamos solucionando. A mí ese “sin rumbo” final me da mala espina. Quiero decir que tiene doble lectura porque sin rumbo puede significar perdidos, además de lo que quieres decir que ya se entiende. Quitaría colorido vestido porque no me parece que aporte mucho y diría que se toman de la mano (los dos, en plural) y quitaría sin rumbo. Las palabras que te sobran se pueden sustituir por otro final que no me atrevo a sugerirte porque se trata de tu relato
Un saludo.
Carlos Jaime Noreña
27/06/2019 a las 02:11
Muchas gracias a María Jesús, Juana Medina, Rigo e Isan. Lo tomaré todo muy en cuenta; tanto las correcciones, para mejorar lo hecho, como los elogios, para construir siempre algo mejor sobre lo ya considerado bueno.
Saludos.