<< Volver a la lista de textos
Descuido intencionado - por marazulR.
A Emilia le tiembla la mano cuando firma la carta. Se da cuenta de que su letra ha cambiado, ya no es tan firme ni tan puntiaguda, ahora el trazo se ha vuelto irregular hasta parecer inseguro.
La vuelve a leer despacio sintiendo cada frase, cada palabra y cada sílaba. Es corta pero muy pensada, resume todo lo que desde hace veinte años ha mantenido oculto, escondido en el último rincón de su cerebro.
Mientras la va doblando con mucho cuidado, un sentimiento de entrega pero también de cierta liberación la embarga. A continuación la introduce en un sobre blanco; la cierra pasando el puño varias veces por la solapa, como si temiera que su contenido se pudiera escapar; o tal vez para reafirmarse en su decisión.
Al salir a la calle no repara en el tendero que reparte los pedidos esa mañana. Tampoco escucha el saludo de una vecina con la que se cruza en la acera; pero sí se fija en la anciana de pelo blanco que, como todas las mañanas está sentada en el mirador del número nueve de su calle. Es Carmen como una estatua, ya peinada y aseada, con la mirada fija y perdida en algún punto de la calle.
Instintivamente Emilia se palpa el bolsillo del abrigo. «Allí está la carta».
Cuando pasa delante del Consultorio de la Seguridad Social tiene la intención de entrar, duda…, al final decide no hacerlo. «¿Para qué más medicinas? si ya le dijo el oncólogo hace unos días que lo suyo estaba muy avanzado, que cómo no había acudido antes…¿En qué mes se iba a parar el calendario de su vida…en mayo, tal vez en junio? ¡Ya daba igual!»
El médico insistió mucho en que debería de estar acompañada, que avisase a su familia, que le haría bien. Incluso le dio su teléfono personal para que le llamara cada vez que hiciese falta.
Pero Emilia no quiere compañía, ni que la tengan lástima, ni tan siquiera busca el perdón. Solo pretende abrir su alma, soltar esa fiera que, como un león enjaulado, no la deja ni dormir ni vivir.
Sentada en el autobús que la lleva al centro de la ciudad recuerda a Carmina, tan alegre, guapa y simpática que todo el mundo la quería. Su mejor amiga que no quiso compartir con nadie y menos con ese chico con el que había empezado a salir.
Fueron la envidia y los celos lo que la trastornaron. Eso la llenó de cólera y lo que la llevó a cometer aquel terrible acto.
«Fue tan fácil… Carmina adormilada junto al asiento del conductor, la excusa de bajarme a hacer unas fotos, el freno de mano sin poner y luego el coche dando vueltas por el barranco como si fuera un juguete. El crimen perfecto, a no ser…»
Y mientras lo piensa vuelve a meter la mano en el bolsillo para tocar la carta.
Es verdad que Emilia no tenía coartada, ni tampoco la necesitó; al fin y al cabo ella era la conductora de aquel coche que estacionó junto al barranco, la única testigo, la dueña de sus pensamientos y de sus frustraciones.
No pudieron probar ni acusarla de nada, todo lo más de un acto de imprudencia.
"Una distracción imperdonable" declaró Emilia totalmente compungida en los días siguientes al "accidente". Incluso la pobre Carmen, la madre de la chica, pudo perdonar aquella imprudencia. Así se lo dijo en el entierro de su hija mientras las dos se abrazaban, la una rota de dolor, la otra totalmente trastornada.
—¿Se va a bajar, señora?
—Sí… sí me bajo en la próxima —contesta Emilia, aturdida.
No oye el bullicio de la calle al abrirse las puertas, no escucha al chico que le da las gracias al bajarse del autobús, ni el ruido de los coches.
No se fija en los puestos de flores junto al Mercado, ni mira al mendigo que le pide limosna.
Solo tiene un objetivo: llegar al número veintidós de la calle, subir al segundo piso y entregar la carta con su confesión al Notario.
Se lo debe a Carmen, ya anciana, pero sobre todo a sí misma.
Liberarse de aquella horrible carga para poder descansar.
Comentarios (33):
isan
16/05/2019 a las 18:28
Hola Marazul:
Emilia tenía muy escondido en el último rincón de su cerebro su secreto, pero supongo que muy presente y que diariamente le atormentó. Una historia conmovedora y con una narración muy cuidada. Me ha gustado cuando pasa por el tendero, la vecina se adivina que será la última vez que los verá. Pero especialmente me ha gustado cuando mira a Carmen de forma especial, quien luego descubriremos que fue su amiga y su mayor enemiga. Genial.
Un saludo.
Galia
17/05/2019 a las 14:01
Hola Marazul: realmente muy intenso tu relato, esa culpa que carcome a Emilia como el cáncer que en corto tiempo pondrá fin a su vida.El final es sorpresivo pues durante el transcurso de la historia el lector puede imaginar distintos planteos en la carta, por ejemplo justificar el suicidio, pero nunca la confesión.Me gustó mucho.
Saludos
Galia
Josè maría
17/05/2019 a las 16:03
Hola Marizul:buen relato un poco triste,quizás como fue la vida de Emilia sintiéndose culpable y arrepentida toda la vida.
Un saludo mi relato es el 43
El chaval
17/05/2019 a las 17:14
Hola Marazul.
Entiendo en la jugada de la madre de que a pesar en el entierro de haberle una confianza de perdón, ha sido capaz durante tanto tiempo a la vista de ella, para hacerle recordar y sentir el remordimiento, hasta llegar-quizá- al suicidio a pesar de la enfermedad.
Muy bien relatado; a tí no hace falta buscarte si falta coma o punto, aparte de que si hay algo, algún especialista mas que yo, te lo hará saber.
Otra cosa: Este mes, por imponderables envié el texto una hora antes de que finalizara el tiempo, y se me pasó poner “no tenía coartada”
Para no descolgarme del todo, he partido por dos los 114 que habéis podido entrar y he escogido los tres antes y los tres después.Y da Marazul con el 54, que te parece
Un cordial saludo y hasta el próximo.
Clau Cruz
17/05/2019 a las 18:50
Hola Marazul
Me ha gustado tu relato, bastante intenso para llegar a un crimen por celos.
Nos seguimos leyendo…
soy tu vecina del 53.
Mario Fernández
17/05/2019 a las 20:00
Hola, Marazul.
Un relato muy cuidado y cargado de emociones.
He sentido la carga de Emilia, y la pena de Carmen. Me ha gustado la forma plasmar lo que está ocurriendo en la escena, desde la falta de atención de Emilia, centrándose sólo en lo que es relevante para la historia.
¡Buen trabajo!
Mario (71)
JUANA MEDINA
17/05/2019 a las 20:11
Salud compañera!
Impecable historia, Marazul. Con maestría nos vas llevando por los últimos pasos de Emilia en este mundo y mostrándonos el nudo principal de su vida. Me saco el sombrero.
Gracias por tu visita y tu comentario.
Un abrazo hasta el mes próximo.
Alex
17/05/2019 a las 20:48
¡Joder con la ancianita!
¡Uy! Perdón, mis modales. Siempre peco de impetuoso.
Hola Marazul, que placer que supone siempre leerte.
Genial relato. Creo que te has esforzado (conscientemente) en escribir en presente. Es más difícil de lo que pueda parecer. Te ha salido bien, me hace pensar en una escena moderna (que no tuviera porqué). Es sin duda fruto de ese tiempo verbal.
Por aportar algo, hay una cosa que no sé si es incorrecta, pero me ha resultado extraña: Utilizas «la embriaga», «la trastornaron». ¿No debería ser “le embriaga” y “le trastornaron”?
No sé si es asó o si es que yo estoy espeso (que lo estoy seguro).
Un gustazo, como siempre, leerte.
Te espero. 🙂
Alex
marazul
18/05/2019 a las 09:43
Hola Isan, gracias por pasarte. No sé si leerás este comentario pero me quedó la duda de si realmente se entendió bien la trama de mi relato. Carmen, la anciana que aparece al principio del relato, es la madre de Carmina, la chica asesina por causa de los celos de Emilia.
Si tienes un momento te invito a que lo vuelvas a leer y me dices.
Encantada, como siempre, de verte por aquí.
Galia, gracias por tu tiempo y por comentar. Efectivamente el lector puede pensar en algún momento que Emilia se va a suicidar, pero es su enfermedad, la corta esperanza de vida y la conciencia que la consume lo que la empuja a esa confesión. Hasta la próxima.
José María, muchas gracias por leer y comentar. Ya he dejado comentario al tuyo.
Un abrazo
marazul
18/05/2019 a las 09:45
Vaya Isan, te voy a confundir más con mis errores. Lógicamente he querido decir: “la chica asesinada”
marazul
18/05/2019 a las 09:49
El chaval, vaya pues ya siento que no entrases en la lista. A mi me pasó una vez que, sin darme cuenta, cambié la frase obligada y no pude participar. La casualidad matemática que has empleado para comentar te ha llevado a mi relato.
Todos los caminos llevan a mar-azul ja,ja,ja…
Muchísimas gracias por comentar
Beba
18/05/2019 a las 21:30
Hola, marazul:Muy bueno tu relato. Muchas imágenes señalan el retrato psicológico y espiritual de Emilia: el remordimiento; los celos; su propia inseguridad que la vuelve avara de sus afectos. La más importante, el cáncer que la corroe. Buen juego de intrigas a partir de la carta.
Nada para sugerir con vistas a corregir o mejorar: impecable.
Gracias por tu visita y comentario.
Laura
18/05/2019 a las 22:21
Hola Marazul.
Gracias por pasar por mi relato.
Vamos por el tuyo.¿Qué aportar? Nada, simplemente está muy bien logrado con la dosificación de la información que va dejando al lector que vaya sacando sus propias conclusiones.
Las palabras obligatorias se deslizan como la seda.
Mis felicitaciones por tu talento.
Saludos.
Hasta la próxima propuesta.
Carla Daniela
19/05/2019 a las 00:14
Hola Marazul! Como estas?
Me encantaron los detalles de este relato. El principio, me pareció espectacular en cuanto a esto… Su letra insegura, la fuerza al cerrar el sobre… Me saco el sombrero. La historia me gustó mucho, que señora más mala, por favor!! No me había quedado claro lo de Carmen, hasta que leí los comentarios, puede ser que se me haya pasado. Muy buen relato.
Saludos y nos leemos (N°47)
Sebas A
19/05/2019 a las 04:25
Hola Marazul:
Me pareció excelente tu relato. A mi me quedó clarísimo en la primera lectura quien es Carmén
Intenso, triste, atrapante y ágil; así es tu relato.
Felicitaciones.
Pilar
19/05/2019 a las 09:03
Hola, Marazul
No me extiendo mucho, por no repetir…
Triste y valiente, emotivo, aún siendo un poco previsible, pero llega directamente al corazón. Y las palabras del reto muy bien integradas, con naturalidad (el uso de «calendario», es similar al mío)
En fin, como siempre, sin peros que ponerte. Da gusto leerte 🙂
Felicidades y hasta pronto!
Pilar, 41
Baltasar
19/05/2019 a las 17:00
Hola, marazul:
Encantadora la manera de hacernos ver (de mostrarnos) no solo ese cáncer del cuerpo, que padece Emilia y que tan poco la importa. Sí ese otro que padece en el alma.
Te felicito, Muy buena historia y extraordinariamente bien desarrollada.
Te ruego me permitas un par de cosillas, que me atrevo precisamente por lo bien que escribes, y que creo ha sido más pronto por falta de un buen repaso: coma ante la conjunción adversativa pero. Hay alguna excepción, pero con su regla.
« El médico insistió mucho en que debería de estar acompañada».
La perífrasis deber de + infinitivo indica suposición o probabilidad, en tanto que deber + infinito tiene matiz obligativo, que creo es lo que el médico le dice a Emilia.
Mi felicitación de nuevo, con mi más cordial saludo.
Ofelia Gómez
19/05/2019 a las 23:26
Hola Marazul
¡Muy buen relato!… y Carmen siempre sentada en el mirador del número nueve de su calle. La pobre mujer tal vez no tenga ya reproches, pero siempre está allí como un recordatorio.
Y una y otra vez, Emilia palpando la carta como si temiera perderla.
Tu historia nos muestra a una mujer trastornada que decidió elegir entre su mejor amiga y su noviecito. Parecería que hizo mal su cálculo porque asesinó a Carmina y él ya no figura en su vida.
Habrá verdadero arrepentimiento al entregar su carta al notario, o será que quiere dejar sus cosas en orden. Puede que después sienta cierto alivio, pero nunca quedará liberada de su carga, aunque le quede tan poca vida.
“Fueron la envidia y los celos lo que la trastornaron. Eso la llenó de cólera y lo que la llevó a cometer aquel terrible acto.” Me parece que debería ser: “Fueron la envidia y los celos los que la trastornaron. Eso la llenó de cólera y la llevó a cometer aquel terrible acto.”
Cuando pases los textos al formulario conviene que les des una leída porque algunos párrafos quedan sin el espacio intermedio. Es lo que me ha pasado varias veces, hasta que aprendí 😉
Has entregado una buena historia con un entorno que acompaña adecuadamente a la protagonista. Tienes mis sinceras felicitaciones, describes a Emilia y su entorno con toda fidelidad.
Un abrazo
Luigi Callieri
20/05/2019 a las 18:57
Hola Marazul,
Me corresponde hacer comentario de tu trabajo, según la recomendación del taller.
He leído los comentarios anteriores, incluído el tuyo “explicando” lo que tu “autor implícito” pretendió mostrar. Y lo hubo que explicar habiendo elegido una voz narrativa omnisciente hasta la exasperación: «lo sabe todo, de todo el mundo, y lo que es más arriesgado, pasea por los tiempos verbales con un completo desparpajo, del presente al pasado, de nuevo al presente, de nuevo al pasado y aterrizando en un presente más actualizado encarar el futuro apoyada en el infinitivo»
Tal vez, ese periplo también haya descolocado a tu “autor implícito” hasta el punto de haber dudado si se entendería lo que quería contar. Así que si tu autor se siente dudoso, imagínate un lector despistado 😉
EMDO, dejar solo lo que hace ese tipo de narrador, sin poda ninguna, es un riesgo grande, porque implica quedarse SOLO en el ARGUMENTO de la historia, es decir, en describir de forma cronológica las acciones que van realizando los personajes. Hasta ahí eso está bien, pero para una historia “redonda” es necesario recurrir a la TRAMA, a esa ligazón entre los elementos que conforman la estructura del relato, las causas, los efectos, las relaciones entre los personajes y el orden, NO NECESARIAMENTE cronológico en el que suceden los hechos.
En este sentido, el relato que -dejo claro – que es potente, se debilita cuando la «clave de bóveda» que aguanta por toda la estructura consiste en estas dos frases:
EMDO (En Mi Despreciable Opinión)tal vez merezca la pena prescindir de ellas y dejar al lector que administre su conocimiento o ignorancia sobre los celos y sus efectos, .Ten en cuenta lo que le costó a Shakespeare con su Otelo,;-)para enseñar algo tan complejo como las conductas celotípicas que son lo único que se puede mostrar, dado que “los celos” en sí mismos no tienen identidad.
En otro orden, hay una frase que me descoloca, por la utilización de la conjunción adversativa pero seguida del adverbio afirmativo también:
un sentimiento de entrega pero también de cierta liberación la embarga. Aún considerando su valor restrictivo y no el excluyente, me suena raro. Es tu trabajo y no tengo nada que decir, tal vez son manías mías 😉
En resumen, me explayado y si me extralimité en el comentario y/o en la forma de hacerlo, de antemano te digo que lo siento y lo tiras con mucho cuidado a la papelera jeje. En mi descargo he de decirte que me parece un trabajo interesante y por eso merece la pena buscarle un poco las vueltas. El trabajo es tuyo y solo queda agradecerte tu generosidad por ofrecerlo. Un abrazo
María Esther
21/05/2019 a las 01:29
Hola Marazul, tu relato engancha por la carta que se presenta misteriosa y te lleva en una lectura ágil hasta el final.
Bien escrita, usas correctamente las palabras propuestas y también la frase. Toda la historia está bien pensada, solo encuentro que veinte años es mucho tiempo para cargar con una culpa tan dolorosa como se percibe que es. A mi es lo único que me resulta poco creíble.
Es mi opinión, por lo demás me pareció muy buena.
Saludos cordiales.(59?
marazul
21/05/2019 a las 18:17
Clau Cruz: muchas gracia por pasarte y comentar.
Mario, veo que has entendido el sentido del relato. Gracias.
Juana, me encanta verte por aquí. Nos leemos
Alex, me encanta tu espontaneidad. Debo confesarte que como soy del Norte de España tengo tendencia al laísmo. Voy a repasar lo que me apuntas. Gracias.
Beba y Laura, asiduas literautas. Un honor que os haya gustado.
Me paso por los vuestros y os dejo mi comentario.
Un abrazo general.
marazul
21/05/2019 a las 18:43
Carla Daniela: yo también creo que Emilia es más que mala je,je… Y yo que la conozco incluso te diría que cobarde. Comete un asesinato y, cuando ya está desahuciada por la enfermedad, quiere confesarlo. No es una heroína desde luego. Pero es un personaje, como la vida misma.
Gracias Carla por comentar.
Sebas, Pilar, Baltasar, muchas gracias por leer mi relato. Me falta leer los vuestros pero me paso en breve.
Ofelia, tengo muy presente tus comentarios y lo repaso. Muchas gracias por tu tiempo.
María Esther, creo que la decisión que tomó Elvira de confesar no tiene mucho que ver con el tiempo, más bien con su enfermedad terminal. Agradezco mucho tu impresión y tu tiempo.
Un abrazo
El Apuntador Mudo
21/05/2019 a las 22:14
Hola Marazul.
A bote pronto, no tengo dudas de que es un buen relato, que protagonice un perdedor me engancha por la sombra del alma.
Me ha gustado el paralelismo entre la enfermedad y su flagelación psicológica. Me ha gustado, como deambula como ida, sin reconocer, sin estar, pero muriendo en vida.
Su tristeza me ha dado para soñar, soñar con carmencita, sus pesares, sus alegrías y desconciertos ante la vida. Hasta que ella la mató por que era suya. Y Carmen, esperando en el mirador por si aparece algún día su querida hija.
Da con gusto para la letra de una canción que pudiera firmar Sabina.
Me ha gustado el relato. He disfrutado y he aprendido.
Saludos.
Isabel Caballero
22/05/2019 a las 18:17
¡Hola Marazul! Es muy difícil escribir una tragedia, y condensar el dolor en solo 750 palabras. No hay humor, no hay ironía, no hay causticidad, ni ningún ingrediente que suavice el tema. Es una tragedia con todas las letras, sin paliativos, agudizado, además, por los remordimientos.
La trama está bien hilada, las palabras bien escogidas, quizás la de “embarga” no me convence (cuestión de gusto personal) porque se ha sobre utilizado en los dramas, pero por lo demás, salvo los laísmos que ya te han indicado, bien escrito y desarrollado.
Te felicito compañera.
María Jesús
22/05/2019 a las 20:55
Hola marazul: Impecable relato de una confesión tardía. Me ha resultado muy grato de leer, incluso esos pequeños detalles que intercalas y que sitúan al personaje. Es un relato como los que a mí me gustan clarito, que comprendas lo que quieres decir sin darle mucho a la sesera, jeje.
Un saludo desde el 48.
marazul
22/05/2019 a las 22:03
Hola Luigi Callieri: no voy a tirar ningún comentario a la basura. Agradezco tu extenso comentario y tu opinión. Me quedo con lo bueno: “que es potente y que merece la pena buscarle las vueltas”. Gracias.
Estoy de acuerdo en que ese “pero también “ suena raro. Y también en que he sido atrevida con ese narrador omnisciente que todo lo sabe. Tal vez fruto de mis últimas lecturas. Es verdad que la misma historia podría contarse de varias maneras, con estructuras diferentes (empezando con el crimen, por ejemplo), o con otro narrador…, se me ocurren varias formas.
Gracias por tu tiempo.
Saludos
marazul
22/05/2019 a las 22:08
El Apuntador Mudo, Isabel Caballero, María Jesús me paso en breve por vuestros relatos. Muchas gracias por vuestros amables comentarios.
Saludos
El Apuntador Mudo
23/05/2019 a las 07:04
No me busques Marazul, que este mes no he podido particiar, para la próxima.
Saludos.
Pato Menudencio
24/05/2019 a las 20:36
Hola, juro que había escrito mi comentario ayer y no apareció, así que lo repito:
Me encantó la sutileza como fuiste hilandocada hecho, cada palabra, cada acción de la protagonista hasta llegar a ese desenlace demoledor.
Saludos.
Osvaldo Vela
27/05/2019 a las 15:48
Hola Marazul.
Vaya tamaño de escrito que logras. admiro la meticulosidad y lo impecable de la trama.
No dejas nada importante fuera, ni incluyes datos innecesarios. todo se va dando con la certeza que te propusiste. te felicito.
Un pecado inconfeso encuentra en tus letras la vía para redimirse. Excelso y sutil.
UN fuerte abrazo y saludos.
marazul
28/05/2019 a las 20:25
Pato, muchas gracias por pasarte y comentar.
Osvaldo, ya he leído que estás muy ocupado. Por eso agradezco de veras que te haya pasado a leer mi relato.
Un abrazo
ortzaize
29/05/2019 a las 14:03
hola vivo cada palabra y cada frase de tu bonito y triste texto. como siempre me ha encantado.
este mes imposible escribir ni leer, haber si hoy puedo leer alguno, saludos.
marazul
29/05/2019 a las 14:28
Hola ortzaize: gracias por tu comentario.Me alegro te haya gustado.
El oficio de escritor requiere tiempo, como cualquier actividad que se quiera hacer bien. Espero que puedas hacerlo el mes que viene. Te espero.
Un abrazo