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Eternos - por Sonia Arias
Web: https://soniaariasdelacruz.wordpress.com/
Estaba en la cocina intentando superar la resaca. Abrió el grifo del fregadero y dejó correr el agua mientras miraba por la ventana. Aún llevaba la camiseta de dormir, una desgastada con el cartel de la primera película de \\\"Tiburón\\\".
La noche anterior habían bebido, fumado y bailado como si se fuera a terminar el mundo. No existía nada más allá de ellos, de su juventud, la muerte no era una opción, era un estúpido huésped incómodo.
Diana preparaba margaritas cada hora, el tequila se vertía, se derramaba de los vasos y la sal se secaba en cuellos, vientres y manos. La niebla del tabaco y de los porros les adormecía el intelecto, dejándoles en estado de sopor. La noche parecía eterna.
Sin embargo hoy, parecía terminarse el mundo. Carolina se ahogaba. La presión del pecho era casi tan fuerte como el dolor de cabeza. La boca pastosa y la sensación de escalofríos apenas le molestaban tras la noticia de la madrugada.
Santi ahora si era eterno, anoche reía lleno de vida y hoy, ahora ya no existía.
Comentarios (4):
Isabel Caballero
17/04/2019 a las 20:51
Hola Sonia. Por aquí ando leyendo tu corto.
Pues sí, eso es lo que tienen las resacas extremas y continuadas. Creo que las has definido a la perfección. Y el dolor de cuando un amigo se queda en el camino.
Tienes por ahí, Sonia, un par de terminaciones en –ado que resultan algo cacofónicas, por lo demás, un corto terminal y definitivo.
Un cordial saludo compañera.
Alex
17/04/2019 a las 22:30
Hola Sonia,
Brutal relato de como pueden acabar en muchas ocasiones las noches de desenfreno. Por desgracia, ocurre con mucha más frecuencia de la que debiera. A mi, me has removido algunos fantasmas del pasado.
Está muy bien escrito y muy concentrado. No te vas por las ramas, pero para mi gusto te has pasado de escueto. ¡No has llegado ni a 200 palabras! Podrías haber descrito quién era Santi. Qué relación tenía con Carolina, o con los demás. No sé. O muchas más cosas.
El texto está bien, pero me hubiera gustado más.
Por aportar una mejora: «La noche parecía eterna.
Sin embargo hoy, parecía terminarse el mundo.»
El “parecía” está en las dos frases y hace que suene repetitivo.
Lo que sí que me ha gustado, es como has introducido la palabra “tiburón” solo con el matiz de la camiseta. Muy bueno.
También: «el tequila se vertía, se derramaba de los vasos y la sal se secaba en cuellos, vientres y manos.» Muy evocador, como si fuera un anuncio de tequila, en esos que sale un maromo con cara de malote y una morenaza sudorosa que vaya usted a saber que le va a hacer al maromo.
Espero leerte de nuevo, por que hay calidad.
Saludos,
Alex.
Miguel Rojas
17/04/2019 a las 22:35
Hola Sonia.
Un buen relato corto sobre los efectos de emborracharse. Al igual que Isabel te digo que tienes esas terminaciones que hacen un poco de ruido. Además, la última frase me chirría un poco, porque tiene alguna coma donde debería ir un punto y siento que está recargada de adverbios.
Sonia
19/04/2019 a las 16:22
Gracias chicos, tomo nota de vuestros consejos y ahora releyendo, lleváis toda la razón.
Me habría gustado extenderme más pero se me echó el tiempo encima, con lo cual la brevedad del relato es acorde al tiempo.
Os leo.