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Risas y Llantos - por UlisesR.
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—Ojalá no tengas que echar de menos el dolor y necesitarlo para dejar de estar solo
—¿Tú lo echas de menos? — lo interrumpió
Su abuelo clavó los ojos en la ventana como si pudiese ver algo más allá de las praderas del campo y las margaritas del jardín. Su rostro se contrajo al igual que si, después de llevar siglos encerrado, hubiese sacado un íntimo secreto a la luz.
— Yo… —añadió pausadamente— vivo en él
Tiburón lo miró con curiosidad. Desde que tenía uso de razón hablaba con su abuelo todas las tardes, aprendía un poco más de él cada día e, incluso, tenía la sensación de que nadie más que él lo conocía tanto. Hasta ese momento.
—¿Estas triste entonces? — preguntó
—¿El dolor implica tristeza?
Se quedó pensativo un instante.
—El dolor no es más que uno de los tantos sentimientos a los que el hombre se ve abocado a sufrir —prosiguió— Con el tiempo, te acabas acostumbrando a tanta sinrazón. Con los años comprendes que solo padecerás aquello que decidas ver. Entenderás que se puede estar triste y contento a la vez y que, paradójicamente, no llorarás ni reirás, no te sentirás bien ni mal… —hizo un breve descanso. Se colocó la mascarilla de oxígeno y se bebió un vaso del Whisky que descansaba sobre la pequeña mesa del salón — Y, aún así, nunca terminarás de comprender la vida.
Necesitó un tiempo para asimilar tanta información. Se dio cuenta de que sólo conocía la parte de su abuelo que no tenía miedo a ocultarse: las grandes aventuras que vivió en África, los secretos que desveló en Tánger… Y que, ajeno a la parte escondida entre las sombras, no tenía ni la más remota idea de quién tenía delante.
Observó su cara pálida, y vio la vergüenza y la debilidad como si hubieran convergido después de una larga separación, y cuya unión no fuera compatible, aunque sí posible. Lo vio marcharse a la cocina y abrir una botella de Whisky, más caro que el que se había bebido unos segundos antes. Se hecho un poco en el vaso y se lo bebió sin vacilar. Después lo dejó en el pollo de la cocina y cerró los ojos.
Comentarios (11):
Galia
18/04/2019 a las 21:33
Buenas tardes Ulises, muy emotivo tu relato, la soledad de los viejos y el deslumbamiento del nieto que tras tantos relatos de aventuras, puede ahora vislumbrar al verdadero hombre que tiene frente a sí y empezar a conocerlo en los umbrales del fin.
Un sólo detalle, a veces no colocas los puntos finales.
Nos seguimos leyendo.
Saludos.
Galia
Laura
20/04/2019 a las 22:12
Hola Ulises.
Muchas gracias por tu comentario.
Con relaciòn a tu relato, me pareció muy bueno, nada para señalar a corregir.
Considero excelente las pausas que has hecho entre los diálogos y los incisos, dan una pausa que obliga al lector a paladearlo.
Realmente, un muy buen trabajo.
Mis saludos.
Hasta la próxima propuesta.
Ulises
20/04/2019 a las 23:47
Gracias por tu comentario, Galia. ¡Ups¡ Tienes razón, se me pasaron algunos. A veces creo que no conocemos todo sobre las personas que tenemos al lado y, si bien pienso que hay secretos que nunca deben de ser revelados, también creo que aquellos que finalmente lo son nos hacen ver a esa persona totalmente diferente, como si nunca la hubiéramos conocido.
Ulises
20/04/2019 a las 23:49
Muy buenas de nuevo Laura, y gracias por tu comentario. Me alegra que te haya gustado y que hayas valorado tan bien el relato.
¡Hasta la proxima!
El chaval
23/04/2019 a las 13:13
Hola Ulises
En los diálogos me encuentro un poco desorientado, al no saber bien quien habla.
La triste historia de la soledad de los mayores en los recuerdos, que hay que borrar muchas veces con el alcohol. Suerte de tener a alguien como el nieto que todavía´le escucha.
Felicidades
Saludos (52)
Josè maría
23/04/2019 a las 16:19
Hola Ulises ,¿se puede beber un vaso de whisky con la careta de oxígeno? buena historia en tan corto relato un saludo.mi relato es el 43 por si te quieres pasar.
Ulises
23/04/2019 a las 22:13
Muy buenas El Chaval,
A lo mejor debería haber especificado de forma más concreta los guiones, sin embargo me parece que se puede entender por el contexto y la forma de hablar. Además de que, al final de los guiones, trato de hacer una alusión a estos y así aclarar quién es el que esta hablando (“…se dio cuenta de que sólo conocía la parte de su abuelo…”). En cualquier caso una valoración muy respetable y que tomaré en consideración. Gracias por tu comentario 🙂
Efectivamente, por desgracia hoy en día hay mucha gente que se encuentra en esta situación de desamparo, en la que las propias familias no las tiene en cuenta. Quise poner el alcohol, como ya has dicho, como un símbolo de esa tristeza que, en este caso, no encuentra otra salida.
Hasta la próxima. Me pasaré por tu relato esta semana
Ulises
23/04/2019 a las 22:16
Muy buenas Jose María,
Cuando un hombre se encuentra tan triste, como el abuelo de Tiburón, creo que su salud le importa bien poco .
Por supuesto, me pasaré esta semana seguro.
Muchas gracias por comentar, compañero.
Jorge Blanco
25/04/2019 a las 15:48
Hola Ulises:
Interesante reflexión la que nos presentas. Las batallitas del abuelo no solo eran eso, venían acompañadas de otras vivencias. Especialmente más duras cuanto más próximas. Buen comienzo de relato y buena pregunta: ¿El dolor implica tristeza?
Quizás, por poner un interrogante acerca de su idoneidad, no veo el encaje de la vergüenza en contraposición o en encuentro con la debilidad.
En lo formal, breve, bien construido. Comentando los comentarios de mis anteriores, no había mucho diálogo y he podido seguir bien la secuencia de quién hablaba. Respecto a lo de beber con la careta, creo que no es necesario decir que se la quita, sea whisky (con minúscula) o agua o comida. Incluso algún pitillo se permiten quienes necesitan oxígeno. Buen relato.
Un saludo.
isan
25/04/2019 a las 16:43
Hola Ulises:
Suscribo lo que comenta Jorge porque me parece certero. Me ha gustado el tono filosófico que tiene el relato. Esa pregunta que deja en el aire el abuelo, efectivamente es muy interesante como ya te han comentado. Hay que darle vuelta a la pregunta. Creo que el dolor no implica tristeza, pero la tristeza sí. Lo triste es que cuando la vida te da la experiencia para afrontarla con soltura, llegas demasiado tarde.
Como te indica José María, según este fragmento: “Se colocó la mascarilla de oxígeno y se bebió un vaso del Whisky” parece difícil hacerlo al unísono a lo ser que lo que se coloca no es una mascarilla sino unos pequeños tubos que se acoplan a la nariz.
Ha sido un placer.
Ismael Tomas Perez
26/04/2019 a las 15:59
Hola Ulises
Tu relato me ha gustado mucho, refleja el cariño del nieto al abuelo y lo hace muy tierno, para mi gusto, has metido alguna coma de sobra. Tampoco veo el viajero en el tiempo, creo que son recuerdos. Felicidades y nos seguiremos leyendo