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"Retrato de un silencio" - por Luciano Sívori
Web: http://www.viajarleyendo451.blogspot.com.ar/
“Retrato de un silencio”
El hombre se transformó en silencio esa noche. Pero dejemos mejor que él nos lo cuente de primera mano. Estamos a punto de ingresar en su cabeza. Por favor, tengan a bien abrocharse los cinturones y cerrar los ojos por un momento. El viaje puede ser movido.
***
Son las tres de la tarde. Estoy un poco molesto de haberme despertado porque mi día suele comenzar una o dos horas más tarde. Pero supongo que no importa. Salgo de la cama, camino hasta la heladera y me abro una Coca. La tomo desde que era estudiante de secundaria. Siempre me levanto con un sentimiento de que hay un agujero en mi cerebro. La gaseosa ayuda a llenarlo. A veces la cerveza también.
Hay un WhatsApp en mi teléfono. Es la primera vez que me escribe después de la separación. La recuerdo como una piba amigable y segura, pero también muy bajón. “¿Supiste que [un ex compañero en común] falleció?”. Siento que debería mover algo. Pero ya pasó. Cómo me sienta o deje de sentirme no va a cambiar el hecho. “Sí”, le respondo. Es la última vez que voy a hablar con ella.
Me acuerdo del fallecido. Es primavera, pero hace más de diez años. El pasto está más verde que los días anteriores. Ya sale el sol, podemos andar en remera. Camino a gimnasia junto a mis amigos después de la hora del almuerzo. Están riendo. Ríen conmigo. Todo es lo que debería ser pero yo siento como un dolor punzante. Vi la cara del pibe cuando nos estábamos yendo y sé que casi lo hicimos llorar. Lo hemos estado molestando las últimas semanas. No sé bien por qué. Es molesto y se cree más inteligente que el resto. Pero yo a veces le hablo. Él entiende que sólo estamos jodiendo, que nada de esto va en serio. ¿Qué importa, de todas maneras?
Me despierto a mitad de la noche con lágrimas en los ojos. Esto es nuevo, diferente. No sé bien qué pensar. Sé que no estoy triste, ni ansioso. Tampoco creo que me sienta solo. ¿Qué falta? ¿Qué puede faltar? Se siente como si el universo entero estuviera en modo silencioso. El silencio está acá, en la habitación, y está allá afuera. Está dentro y fuera de mí. El silencio no me pide nada. Me siento con él. Lo observo. Ahora me doy cuenta de que ha estado creciendo por años y, hasta ahora, venía haciendo un buen trabajo para mantenerlo fuera de foco.
El silencio es ese enemigo astuto que intenta todo por vencerte sin que siquiera sepas de su existencia. Un día, sin aviso, te llena de un vacío insoportable. Aparece en forma de culpa en momentos de felicidad, como remordimiento en la boca del estómago. Te vuelve un espectador de tu propia vida. La soledad del silencio tiene un olor particular, como a hierro oxidado, como si la estructura que da un supuesto sentido a la vida comenzara a pudrirse. Me duermo con ese pensamiento en la mente. Me despertaré mañana por la tarde para vivir un nuevo día.
Comentarios (12):
Jose Luis
16/03/2019 a las 19:02
Hola
Acabo de leer tu relato.
Lo primero es que he de hacer notar esta pequeña paradoja:
“Por favor, tengan a bien abrocharse los cinturones y cerrar los ojos por un momento.”
Si cerramos los ojos como nos pides, Luciano, ¿cómo vamos a leer el resto del cuento? 😉 (Es una broma, no te lo tomes a mal.)
Por otra parte, se nos promete algo que luego no se cumple. Igual es que estoy acostumbrado a otro tipo de relatos menos intimistas e introspectivos, pero esperaba algo más de conflicto, para hacerlo más interesante, o un final con algún giro inesperado que se resuelve en el último momento.
Un saludo
JaimeM
17/03/2019 a las 12:24
Hola, Luciano Sívori:
He disfrutado mucho con tu cuento. Me encanta el comienzo, que ya anticipa algo distinto a la mayoría de relatos. También me gusta el aire enigmático de lo que cuentas, que obliga al lector a poner de sí mismo, a completar por su cuenta y reflexionar. Tu descripción del silencio es poética y sugerente en el mejor sentido. Me gusta especialmente la siguiente frase: “Se siente como si el universo entero estuviera en modo silencioso.” Mis felicitaciones.
Nos leemos, ¡un saludo!
Luigi Callieri
17/03/2019 a las 19:20
Hola Luciano. Me gusta este trabajo que ofreces. El tema de la ausencia “ausente” evocada por un mensaje de WhatsApp que pasa a ausencia “presente” con un ruidoso silencio, pienso que queda hábilmente conseguido con el recurso a cambiar la voz narrativa a segunda persona y después de nuevo a la intimidad del personaje reforzada por una segunda persona :
donde el personaje se desdobla hablando consigo mismo.
En línea con esto, tal vez pudiese quedar más elegante o señalada esta característica si esta parte del último párrafo quedase independiente, de tal modo que el último párrafo tal como está, quedase divido en dos.
Advierto que esto no deja de ser una opinión totalmente despreciable, como la de cualquiera, y que lo que prevalece es tu trabajo, muy meritorio por cierto.
Gracias por el aporte.
Luciano Sívori
19/03/2019 a las 18:31
¡Hola a todos! Gracias por sus aportes. Le hice varios arreglos y retoques al cuento y lo subí al blog. ¡Los invito a darse una vueltita para ver cómo quedo! =)
http://viajarleyendo451.blogspot.com/2019/03/retratos-del-silencio-cuento.html
Rafa Frisby
20/03/2019 a las 03:34
Me gusta como dominas el contarlo en tiempo actual, no siempre salen bien, el tuyo está muy bien desarrollado.
¿Escribes poesía? Si lo haces me gustaría leer algo tuyo.
Carla Daniela
21/03/2019 a las 16:58
Hola Luciano!
Primero que todo, es muy lindo encontrar tantas referencias argentinas! Tu relato está muy bueno. Comienza de una forma muy original, prácticamente, no nos da la opción a dejar de leer.
Me pareció muy interesante todo lo que decís del silencio, como una poesía sin reglas. Coincido con el comentario anterior, que me esperaba algo más con un conflicto y desenlace. Creo que el personaje que presentaste tiene mucho potencial y me dan muchas ganas de saber más de él, tu forma de escribir es atrevida, directa y original, con gusto me paso por tu blog en estos dias.
Un gran saludo y nos leemos (N°80)
Luciano Sívori
21/03/2019 a las 17:54
@Rata Frisby, ¡gracias! No escribo poesía =/
@Carla, siempre busco que el relato quede en mi idioma natal. =)
María Jesús
23/03/2019 a las 14:06
Hola Luciano: Curiosa manera de empezar un relato, me ha gustado mucho ese encabezamiento, te anima a seguir. El resto me ha parecido un poco “batiburrillo”, pero como avisabas que íbamos a entrar en la cabeza del protagonista, y los pensamientos de la gente son así de desconcertantes, pues podía pasar de todo. Un ejercicio el tuyo, original y diferente.
Saludos desde el 114.
Alf
23/03/2019 a las 17:03
Hola, Luciano.
Creo que en tu texto desfilas una clara habilidad para transmitir la sensaciones que pretendes a través de tu lenguaje. En este relato, el conflicto del personaje es por completo interno y difícil de comprender para él, lo cual se expresa, como digo, de forma muy acertada al lector. Me ha gustado la idea y, pese a ser de España, también me ha gustado bastante cómo está escrito y ninguna expresión me ha chocado.
¡Un saludico!
Ofelia Gómez
26/03/2019 a las 20:16
Hola Luciano Sívori
El primer párrafo de tu texto me parece (ojo! opinión personal y poco capacitada)que no encaja con el resto del escrito, igual seguí con la lectura y me gustó tu estilo.
Después pasé por tu blog y leí le nueva versión de “Retratos del silencio”. Me pareció excelente, no puedo menos que felicitarte e invitar a todos los literautas a que se den una vuelta por allí.
Quedo esperando leerte el mes próximo.
Saludos
Luciano Sívori
28/03/2019 a las 14:52
¡Ofelia! Muchas gracias por tu comentario.
Sí, tal cual, el texto que mandé acá está poco pulido y le faltaban unos golpes de horno. Creo que el que subí al blog quedó muchísimo mejor. =)
¡Gracias!
Toñi Avila (vibe)
30/03/2019 a las 16:25
Hola Luciano:
Muy buena historia, una reflexión bien lograda de los sentimientos que te invaden a lo largo de la vida. En concreto como te va afectando el silencio de la noche y convirtiéndose en culpa…
La forma en que has conectado los pasos del silencio a través de los años en el blog te ha quedado genial y los pequeños cambios que has agregado le dan la fuerza que le faltaba.
Nos leemos.