Literautas - Tu escuela de escritura

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BALANCE - por LabajosR.

El hombre se transformó en cuanto pisó las baldosas de esa casa que, aunque abandonada, siempre había sido suya. De repente sintió peso en los hombros, los músculos de su cara se distendieron y una sensación de tranquilidad invadió su espíritu. Como contrapartida sus pasos se hicieron lentos e inseguros, notó esa opresión en el pecho, producto de la melancolía, que se apoderó involuntariamente de sus pensamientos. Siempre le pasaba lo mismo al traspasar ese umbral y cuando cruzaba otros parecidos, igualmente abandonados. Todos ellos destartalados, con signos de ser poco frecuentados, con un pesado polvo sobre los muebles y objetos que permanecen intactos como en sus recuerdos.

Le faltó aire. Sabía que esas visitas no le hacían mal, aunque doliesen, pero tampoco bien cuando arrancaban una melancólica sonrisa.

En las repletas paredes del inmueble se exponían, como cuadros, sus recuerdos. Claros y nítidos los malos, tremendamente precisos y despiadados aquellos que llegan a avergonzar. Contempló sobre un aparador, en lugar destacado, los episodios que hubiera querido borrar de su memoria, lo inconfesable: aquello que no debió suceder…

Mezclados en abigarrado desorden apreció, desdibujados y sin brillo alguno, los objetos en los que reconocer algunas alegrías del pasado. Lamentablemente, lo bueno no siempre se recuerda. Por supuesto, no todos esos trastos eran completamente suyos…(pensamos que la multipropiedad es un invento moderno) allí estaban, bajo el polvo, sus proyectos, intenciones, experiencias e inquietudes compartidas unas, desconocidas para todos otras, caricias no dadas, promesas incumplidas…Aquellas confesiones no compartidas. Fue consciente de su dualidad.

Súbitamente, se dio cuenta de que los enseres no le dejaban espacio, el pánico se impuso, corrió hacia la puerta y salió dejándola abierta. Otra vez él. Respiró profundamente.

Comentarios (13):

marazul

17/03/2019 a las 11:40

Hola Labajos
En solo una escena, la que nos presentas en tu relato, se condensan recuerdos, momentos vividos… toda una vida, o muchas vidas.
En un relato corto no hace falta explicar mucho más. El lector imagina. Por el final se adivina que los recuerdos no son buenos, qué algo malo pasó.
Me ha gustado por lo que dice y por lo que no dice.
Saludos

Galia

17/03/2019 a las 22:01

Buenas tardes Labajos, gracias por pasar por mi relato. El tuyo es un microrrelato que condensa en pocas palabras los sentimientos del protagonista al observar una película de su vida en aquellos objetos cubiertos de polvo. Esa ambivalencia que por momentos le trae paz , y por momentos zozobra. Queda flotando la duda sobre el hecho terrible que no debió suceder pero que no es necesario mencionarlo. Pienso que la siguiente oración (pensamos que la multipropiedad es un invento moderno)es disruptiva e innecesaria, además cambias la persona del narrador.Por lo demás, breve y contundente.
Nos seguimos leyendo.
Saludos
Galia

El chaval

19/03/2019 a las 11:44

Hola Labajos
Es la terrible soledad del alma, que en su día se obró mal en alguna circunstancia que no era lo que se quería hacer.
Esto se llama remordimiento que solo sale al cabo del tiempo, cuando reposan los pensamientos.
Buen relato. Felicidades.(106)

María Jesús

19/03/2019 a las 13:38

Hola Labajos: Tu relato me ha parecido inquietante, desasosegado. Y me ha desconcertado un poco cuando dices “siempre le pasaba lo mismo cuando cruzaba ese umbral y otros parecidos” Ahí me pierdo. ¿Es un espíritu tu protagonista?
Parece que el hombre tiene cuentas pendientes que no le dejan ir en paz
Muy interesante. Saludos desde el 114.

Labajos

19/03/2019 a las 19:10

Gracias a todos, Maria Jesús, no se trata de un espíritu, es alguien que recuerda su pasado, cuando lo hacemos, no siempre es sobre lo mismo, o en iguales escenarios, muchas veces depende del estado de ánimo.

IreneR

20/03/2019 a las 21:32

Buenas, Labajos.

Qué relato más triste. No se describe nada bueno, nada alegre, solo soledad y desasosiego. Pobre hombre, qué mala vida y qué malos recuerdos.

La escena en sí me ha gustado, me ha parecido que está bien escrita, pero me ha parecido muy triste.

Nos leemos.

Un saludo.

Laura

21/03/2019 a las 11:38

Hola Labajos.
Como ya te han señalado, me parece que la frase de la multipropiedad queda algo fuera de lugar ya que no la relacionas con el resto del texto. Igualmente me daría a pensar que los objetos que hay pertenecen a otras personas que hayan estado ahì, en el edificio que haya pertenecido a su familia.
Por todo lo demás, me parece muy bien escrito el texto.
Mis saludos.
Hasta la próxima propuesta.

Labajos

21/03/2019 a las 16:24

Gracias IreneR. No debemos confundir la introspección, la melancolía, el análisis del pasado con la tristeza. Los recuerdos buenos existen sólo que mezclados con los malos, cubiertos por ese polvo espeso que es el pasado. La sensación de pánico final tiene más que ver con la saturación del espacio restante (cercanía de la muerte) que con los malos recuerdos.
Gracias también a Laura por su aportación, es posible que la alusión a la multipropiedad no esté bien explicada. Cuando recordamos experiencias, posiblemente no lo hagamos solos si otras personas intervienen en ellas.
Prometo que el próximo relato será alegre, perdonad que de vez en cuando me coma “el coco”.
Saludos.

Alicia

22/03/2019 a las 22:26

Hola Labajos.
Gracias por pasar por mi relato. Tu personaje me mantuvo intrigada hasta el final. Me gustó la temática: un hombre con mucho pesar que reflexiona con cada recuerdo que va apareciendo a través de la historia que cuenta, y no lo puede asimilar. Una huida desesperada de alguien quien advierte el peligro. Una narración donde lo implícito le da un toque de atracción.

Felicidades!
Nos seguimos leyendo.

Amilcar Barça

24/03/2019 a las 13:47

Amigo Labajos, por lo que veo, no solo la morriña invade las almas gallegas. Inconscientemente, has trasladado tu propia melancolía al relato. Bien. Un abrazo.

Jose Luis

26/03/2019 a las 17:21

Hola
Gracias por tus comentarios. Tu visita a mi cuento se agradece, habida cuenta de que, a estas alturas del mes, ya está todo el pescado vendido. (Me refiero a que ya casi no hay visitas.)
Tu relato está bien ambientado y narrado, pero le falta un giro inesperado, un final sorpresa o algo del estilo. Añadir un poco de trama no hubiera estado mal, para que no resulte tan críptico, tan introspectivo. Había espacio para contar más cosas y no dejar tanto a la imaginación del lector. Es mi opinión personal, espero que no te lo tomes a mal.
El texto tiende a repetir las mismas ideas en un par de párrafos. Por ejemplo, si lees bien el tercer párrafo y el principio del cuarto, te podrás dar cuenta de este detalle; la misma idea la expresas dos veces en corto espacio, lo que se hace notar en un relato tan breve.
Un saludo

Labajos

27/03/2019 a las 01:23

José Luis, agradezco tu opinión, como la de todos. Es posible que seas quien más ha acertado en mi intención: hacdr un ejercicio de instrospección, por eso se titula “balance”. No es necesario haber sido un ogro para que recordemos más nitidamente lo malo. Lo que pasa es que esos recuerdos se fijan mejor, precisamente porque en general somos buena gente. El proximo mes estaré de mejor ánimo, seguro. Yo jamás me tomo a mal una sana crítica. Saludos.

Dama de Bailalunas

28/03/2019 a las 23:18

¡Hola Labajos!

Muchas gracias por tu comentario a mi relato.

Tu relato me ha resultado ágil y fácil de leer. Un poco angustiosa la manera como el protagonista siente la visita a la casa abandonada. Por otro lado esto significa que has transmitido muy bien esa idea.

Un saludo y espero leer el próximo.

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