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Luz de luna - por Rafa FrisbyR.
—El hombre se transformó en lobo… ¿Te das cuenta de lo que has dicho, Eufemio? Sabes bien que los trasmutantes están extintos desde hace dos siglos —el tono de la voz y la manera en que la melena rojiza de la mujer se mecía en el viento mientras negaba, lograron que el chico perdiera el valor para continuar con su relato.
—No fue mi intención alterarte con mi historia, Isi. Fuiste tu quien me siguió hasta acá en busca de detalles…
Al verlo bajar la mirada, ella se compadeció un poco, forzándose a recordar que el muchacho no cumplía aun los diecisiete —tienes razón, discúlpame. Solo quiero saber si te topaste con alguno de los guardias del enemigo.
—No pienso repetir lo que vi. Llevamos un mes arrinconados como ratas en este edificio abandonado, desde una semana lo único que comemos es media barra energética al día, y, aun así, cuando te he dicho lo que ocurrió frente a mí, solo me gané esa mirada de lastima con la que me ves.
Isi resopló por lo bajo —¿Por qué no regresó Antón contigo?
—Al saltar la barda me obligó a retrasarme, dijo que el serviría de distracción si nos topábamos con el enemigo —respondió, desviando la mirada.
Isi no preguntó más, comprendía a la perfección lo que Eufemio debía estar pensando. Seguramente se había abierto con ella respecto a lo que creyó ver por ser la única sobrenatural en aquel grupo de refugiados.
—No quiero que te preocupes por Antón, ya regresará cuando sienta que es seguro, ¿vale?
Por toda respuesta el chico se encogió de hombros, para luego dirigirse a un grupito de jóvenes que se arremolinaban al fuego que emanaba de una destartalada barrica de metal. Isi no pudo más que desear que su compañero no tardara en regresar, confiaba en que el hubiese tenido una mejor percepción del hecho que había trastocado a Eufemio hasta el punto de creer que un licántropo se había transformado frente a sus narices.
<<Debió ser obra de alguno de los ilusionistas que nos persiguen>> razonó, pero algo en la mirada del muchacho mientras les contaba lo ocurrido le hacía dudar. Sin pensarlo dos veces se encaminó hacia el lado de la barda por donde Eufemio y Antón habían saltado. Al haber sido ella quien lo había lanzado, no fue necesario que retirara el encantamiento de protección del edificio. Retrocediendo un poco tomó vuelo, impulsándose después por encima de la barrera.
—Isi, déjame ir contigo —pidió alguien con voz lozana, haciéndola sonreír sin ganas.
Una vez del otro lado, Eufemio le mostró el lugar exacto donde había ocurrido la metamorfosis lupina —yo venía de mal humor porque era la tercera ocasión en la que Antón me escogía como acompañante de cacería en una semana… La verdad es que no ponía mucha atención hacia enfrente…hasta que lo vi; la figura de un humano distorsionándose bajo la luz de la luna.
—¿Has gritado?
—No, ni de loco. Me arrinconé detrás de ese álamo, y cuando el lobo-hombre-cosa dejo de jadear y se lanzó hacia el rio, salí disparado y no me detuve hasta que te escuché llamándome a gritos.
Ella lo contemplo un tanto divertida —¿ya vez porque Antón te escoge siempre? Cualquiera de tus amigos o se caga encima o sale llorando despavorido con el ente ese detrás suyo.
Obviamente complacido con el comentario, Eufemio comenzó a buscar en el suelo por algo que les pudiera orientar. Un pedazo de tela oscura con diseños blancos que refulgían bajo la luna lo hizo palidecer —Isi, ¿no es esto parte de la camisola que vestía Antón esta noche?
Al verla asentir el chico volvió a entrar en pánico —¡se lo ha tragado; la bestia esa se ha devorado a mi amigo! —antes de que la mujer pudiera hablar, Eufemio ya había alcanzado la tapia del edificio nuevamente.
Mientras le contemplaba saltar, Isi reconoció que era el humano más rápido y flexible que conocía. No le había dado tiempo de señalarle que el trapo que sostenía en las manos no estaba manchado de sangre. Tampoco pudo mencionarle cuanto le gustaba a Antón que ella hundiera los dedos en su melena mientras conciliaba el sueño. Eufemio no se enteró que ella apenas caía en la cuenta de que nunca estaban juntos en noches como aquella, cuando la luna reinaba en el cielo… —¡Antón hijo de puta!
Comentarios (8):
Ales
17/03/2019 a las 16:30
Hola de nuevo, Rafa. Me ha parecido un texto muy interesante. Una lástima que el límite de palabras no te permita terminar de desarrollar la historia, porque me da la impresión de que tienes mucho más que contar con esta historia.
Rafa Frisby
20/03/2019 a las 03:27
Gracias, Ales, espero que haya quedado con un mejor desarrollo que mi relato del mes pasado. Saludos
M.L.Plaza
20/03/2019 a las 16:56
Hola Rafa.
Una historia muy interesante, que al final resulta de amor y desengaño. Los personajes están bien diseñados,aunque me parece raro que Eufemio, si vió al hombre, no reconociera a Antón o, al menos,intuyera algo porque Isi lo hace enseguida.
La última frase me parece un final estupendo. La separaría para darle más fuerza y pondría una coma después de Antón.
A continuación te digo las cosas que yo corregiría, pero ya sabes que es una mera opinión personal:
desde una semana, desde hace una semana
me ves,me miras
¿Has gritado?, ¿Gritaste?
vez, ves
porque, por qué
detrás suyo, detrás de él
suelo por algo, sobra por
se ha devorado, sobra se
tiempo de, tiempo a
enteró que, enteró de que
Lo que sí que creo es que faltan muchos acentos.
Me ha parecido un relato bien construido y con unos personajes interesantes.
Saludos
Rafa Frisby
21/03/2019 a las 02:15
M.L. Plza, gracias por pasarte por el relato y por tus consejos, me alegra que te haya entretenido.
Víctor Alverdi
21/03/2019 a las 11:45
Me he quedado con ganas de saber más, muy buen relato. Ya te comentaron sobre algunos errores en la redacción así que solo resta felicitarte. Saludos.
isan
23/03/2019 a las 20:13
Hola Rafa:
Un clásico del hombre lobo que, no por haberse dicho tanto, deja de interesar. Siempre hay mil historias que contar, nuevos puntos de vista. Como ha sido el tuyo. Un cuento que merecía la pena trabajarlo un poco más para encontrarle toda la fuerza que parece esconder, porque no me he metido de lleno en la historia, no ha terminado de engancharme. También tengo que decir que esta temática no me atrae especialmente.
En lo formal hay algunas cosas que habría que revisar.
Los diálogos (sirva este como ejemplo: —¿Por qué no regresó Antón contigo?) se deben empezar en línea aparte.
Cuando se expresa un pensamiento (<>) hay que utilizar comillas inglesas (“) o mejor las latinas («»). Como quiera que estas no están en el teclado, se consiguen pulsando alt+174 para abrir y alt+175 para cerrar.
De ortografía he encontrado un tú un él y un lástima que les faltaba la tilde, un vez que debe ser ves,
Mejor que “se mecía en el viento” sería CON el viento.
“desde una semana”, Mejor desde HACE una semana.
El párrafo que empieza por “confiaba en que el hubiese…”resulta un poco largo. Habría que darle un respiro.
“…la melena rojiza de la mujer se mecía en el viento” No está mal, pero tal vez mejor se mecía CON el viento.
Ha sido un placer.
Rafa Frisby
25/03/2019 a las 09:50
Gracias Isan, la verdad es que peco en no darle suficientes revisiones al texto, pondre mas empeño para la otra.
Osvaldo Vela
26/03/2019 a las 14:24
Hola Rafa Frisby.
Ne gusto tu relato. Le supiste imprimir un ritmo muy bueno además de mantenerlo interesante. Esto a través de un personaje, Anton, quien le preocupaba al grupo pero mas que nada al lector. logro de una buena redacción. te felicito.
Coincido con los comentarios que recibes. el tuyo es un texto para mas de setecientas cincuenta palabras. tiene tintes de apuntar al tema clásico de vampiros. La frase final le da un cierre de mucha fuerza.
Algo que ayudaría a una visualización menos amontonada del texto sería el doble espacio entre párrafos y diálogos.
Te felicito y enhorabuena.
Un abrazo y saludos.