Literautas - Tu escuela de escritura

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La ofensa - por Altair MidnightR.

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Aisander cruzaba la frontera entre mundos a lomos de su fiel yegua Karya. Cruzó el Muro de Espinas bañado por la niebla perpetua, y su capa, una vez más, se hizo jirones. En un parpadeo, cabalgaba por la tierra de los Despiertos.

Caminaba por un lugar agreste, donde la vegetación era espesa y los animales alzaban al unísono sus cánticos nocturnos a Selene. Los cascos de Karya martilleaban incesantes la nana de susurros que le envolvían, haciendo que ese lugar casi pareciera tan mágico como su Oniria natal.

Aquel escenario de ensueño se vio interrumpido por un claro. Se extendía en mitad de aquella hermosura como un implacable tumor. En el centro, Aisander contempló una gran instalación con símbolos humanos grabados sobre el pórtico principal. Si Aisander hubiera podido leer la escritura humana, habría podido saber que ahí ponía almacén.
Entonces supo que debía entrar en el lugar. Alguien necesitaba ayuda. No lo vio, ni lo escuchó. Ni siquiera lo oyó. Lo notó con el corazón.

Galopó lo más deprisa que pudo, recorriendo pasillos estériles a lomos de su inseparable amiga. Los humanos, ataviados con batas blancas y con mantos de avaricia, no podían verle.

Llegó hasta él, y contempló los ojos más tristes que existían en este mundo y en el suyo. ¡Aquello era una ofensa contra la vida! La criatura decía llamarse gorila. Le habían arrebatado todo. Su familia, su hogar, su propia esencia. Incluso las ganas de existir. Solo deseaba descansar y dejar aquel mundo que, sin ninguna razón, lo había engullido vorazmente.
Aisander desenvainó su mandoble forjado con los rayos del sol y le brindó a aquella pobre alma el descanso que tanto anhelaba. Lo observó partir, feliz, en busca de los suyos. Le aguardaban más allá del arcoíris, donde alguna vez todos partiremos al cabalgar el viento. Entonces, Aisander derramó dos lágrimas. Una era dulce. La otra, amarga.

Comentarios (4):

Laura

16/02/2019 a las 21:54

Hola Altair.
Maravilloso relato con mensaje de lujo. Gran final.
Tal vez puedes omitir alguna vez el nombre de tu personaje ya que es el ùnico que tienes:En el centro, Aisander contempló una gran instalación con símbolos humanos grabados sobre el pórtico principal. Si (Aisander) hubiera podido leer la escritura humana, habría podido saber que ahí ponía almacén.
Mis saludos.

Conrad Crad

17/02/2019 a las 19:59

Hola ,Altair Midnight
Una bonita metáfora ese muro de espinas bañado por una niebla perpetua que conecta el mundo de Oniria con la tierra de los Despiertos. Creo que partir del descubrimiento del almacén, la historia se precipita y vas a saco. La cuentas con palabras, pero apenas nos enseñas y yo me quedo con las ganas de un matiz, de un gesto, de algo que cree las luces y las sombras de las que ese final carece.
Caminaba por un lugar agreste… Quizás lo cambiaría por: El caballo trotaba por un…, o galopaba por un, a simplemente el lugar era agreste, la vegetación…
Un saludo Altair. Nos leemos

Rachel Moonlight

21/02/2019 a las 09:26

Hola Altair,
Me ha gustado como combinas los dos tipos de mundos, como juegas con lo que es real y con lo que no.
Un saludo de tu vecina 61

Amadeo

23/02/2019 a las 13:26

Altair:
Me encantó tu imaginación del mundo etéreo y como llegas al gorila (tan terrestre) Excelente final

Estoy en el 88 por si quieres leerlo y comentar
Cordiales saludos
Amadeo

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