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La fabula del dragón y los roedores - por Alicia CommissoR.
La fabula del dragón y los roedores
Después de haber fracasado en el intento de alcanzar a un corzo adulto, el longevo dragón se echó en un charco cristalino a orillas de la isla en la que habitaba junto a su familia y otras especies. Se lo veía exhausto, enfurecido y hambriento. Bajo la sombra de una palmera enorme tres roedores observaban la escena descompuestos de risa. Muy audaces, se acercaron al depredador con la malicia de burlarse y humillarlo, ya que su estado era decrépito.
— ¡Tururú viejo lagarto! Parece que ya no estás para corridas— se mofaba el menor.
— ¡Buah! Creía que tu madurez te daría más conocimiento para mejorar la caza— agregó el otro con sutil desprecio.
— ¡Caray! Pobre anciano…no le alcanza ni tan siquiera su orgullo; vean qué agitado está— opinó el mayor muy sorprendido.
— ¡Rayos! No me provoquen pequeños idiotas, no abusen de mi paciencia; ya saben que mis movimientos son veloces y letales— respondió sin poder abrir sus ojos.
— ¡Aja! Prometemos no volver a cuestionar tu destreza ni tu bravura. Tenemos algunas barajas y queremos proponerte algo diferente; para divertirnos y pasar el tiempo ¿Qué te parece amigo?
—No me atraen esos tipos de juegos; mi diversión es el reto de poder atrapar a mi presa con intuición y fuerza. Lo de ustedes es un juego de niños; seres despreciables, horribles, ingenuos, envidiosos, sin habilidad corporal— replicó malhumorado.
A pesar del hambre feroz dejó pasar las jaranas de los impertinentes vecinos, el cansancio lo venció y se durmió como un tronco. Y como era de esperar, los ratones disfrutaban de ver al lagarto más grande y poderoso del mundo físicamente abatido, y aprovecharon para vociferarlo por toda la península, jactándose de haber desafiado al temerario reptil.
Cuando el monstruoso animal despertó de su letargo, se incorporó y comenzó a empoderarse del lugar con su lenta caminata, sin esfuerzo, sólo con la sabiduría que le regalaba su vejez, y con su agudo olfato se aprestó a reñir con los insaciables buitres por la nauseabunda carroña. Luego siguió su camino, imponente como un rey, necesitaba más alimento; se las arregló para emboscar a dos jóvenes cabras y saciar una parte de su hambruna; sin embargo, le faltaba el postre y fue por los atrevidos ratoncitos; los invitó a pasear por el islote. Dudaron. Eran conscientes que estaban sentenciados, pero lo vieron tan débil, rengo como a un animalito indefenso, y entonces aceptaron la invitación. Ni bien salieron, entre risas y charlas anecdóticas, la fiera pensaba cómo se los devoraría con su infalible lengüetaza para luego despedazarlos con sus filosos dientes, más tarde volvería a su morada; el descanso sería ideal para una buena digestión. La mirada intemperante, penetrante de la bestia los alertó del peligro y con su pronta avidez lo condujeron hacia otro atajo. De repente tropezó y cayó adentro de un pozo de donde nunca más podría salir; la trampa había funcionado. Sabían que la lucha por la supervivencia continuaría en ese mundo isleño y que cada día deberían enfrentar nuevos duelos.
Moraleja: Nadie puede asegurar si la batalla ha sido ganada o perdida sin haberla combatido hasta el final.
Alicia Commisso
Comentarios (4):
Jose Luis
17/01/2019 a las 16:28
Hola
Me toca hacerte un comentario
Creo que tu texto es bastante entretenido y también enseña una moraleja, como deben hacer las fábulas. Creo que, en esta ocasión, el cuento se podría haber acortado un poco. Es raro, pero lo pienso de verdad. Los diálogos del principio se podrían haber suprimido y/o resumido; lo importante es que los ratones se burlan del viejo dragón, y exponer esta circunstancia no lleva muchas palabras.
Un saludo
Amadeo
17/01/2019 a las 21:54
Alicia:
Hermosa fábula para niños. Creo haber leído algo parecido, pero con distinta moraleja..
Prestaría atención a:
1.- Demasiados adjetivos calificativos
2.- Por momento no sé quien habla o piensa.
3.- Redundancia sonora en: intemperante, penetrante
Estoy en el 69 por si quieres leerlo y comentar.
Cordiales saludos
Amadeo
Anael
18/01/2019 a las 12:16
¡Hola, Alicia!
Muchas gracias por comentar mi texto. A continuación te señalo los detalles que me han gustado del tuyo y te hago algunas sugerencias, que son como las lentejas, si las quieres las tomas y si no las dejas 😉 :
1. «¡Tururú viejo lagarto!»
Errata: falta la coma de vocativo, que separa «tururú» de «viejo» 😉
2. La puntuación de diálogos es un poco irregular y necesita revisión, tanto en el tipo de rayas como en los espacios que hay entre ellas y las frases que acotan. Te recomiendo este estupendo artículo de Literautas que a mí siempre me ayuda:
https://www.literautas.com/es/blog/post-10363/como-representar-un-dialogo-graficamente/
3. «Pobre anciano…no le alcanza»
Pobre anciano… No le alcanza
4. «sin poder abrir sus ojos»
Calco del inglés, se entiende que son los suyos, por lo que «sus» habría que cambiarlo a «los».
5. «¡Aja!»
¡Ajá!
6. Rengo, no conocía esa palabra. Una nueva adición a mi vocabulario 🙂
7. «imponente como un rey, necesitaba más alimento»
«despedazarlos con sus filosos dientes, más tarde volvería a su morada»
En ambos casos estos enunciados son distintos, los separaría con un punto y así acortaría la frase que es un poco larga en el texto
El texto me ha gustado aunque se me ha hecho un poco lento. Quizá habría que revisar el ritmo de la acción y reducir palabras donde se pueda hacer sin perder significado. Sentía que iba a lomos del dragón y me movía con su misma lentitud, y estaba un poco desesperada por llegar al final. Espero que las sugerencias y comentarios te sean útiles 😉
¡Un abrazo!
Alicia
21/01/2019 a las 21:41
¡Hola, Anael!
Me han gustado muchísimo tus consejos tan acertados; eres una persona muy servicial en cuanto te ocupas de transmitir tu conocimiento a los compañeros para que aprendamos de nuestros errores. Ademas, agradezco el link de ayuda que me enviaste.
Un cariño grande.Nos seguimos leyendo.