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Noche de juego - por eris
El autor/a de este texto es menor de edad
Sábado 3 a.m. la ciudad duerme y allí me encuentro yo después de una noche nefasta de alcohol y tabaco. Allí, en el cuarto de atrás de aquel tugurio donde se reunía lo peor de la ciudad en torno a una mesa de madera y, vuelan las cartas, las apuestas y otros productos de dudosa legalidad.
-Última ronda, ¡que comiencen las apuestas! –dice el repartidor
Empiezan a volar cifras exorbitadas y alguna que otra pieza de gran valor por encima de la mesa, solo tengo una oportunidad, pongo en la mesa el Rolex de oro de mi padre. Como salga mal, me convertiré en otra sombra más en la amplia red que tiene cada uno de estos individuos y utilizan a su antojo. Finalmente, acaban acordando una suma inicial que llegaría a obtener tras meses de negocios.
El repartidor vuelve a hacer el mismo gesto que lleva realizando durante toda la noche y coge una nueva baraja. Reparte los naipes y, poco a poco, se suceden las apuestas, faroles y cartas hasta que el primer valiente nos muestra lo que tiene:
–Color –deja caer su baza, enseñando que es de un tono rojo que nos mira burlón.
Llega el turno del siguiente jugador que deja su mano sobre la mesa con una carcajada:
–Póker de cincos, esta vez ganaré yo.
Acto seguido llega mi turno, miro mis cartas para asegurarme de que no me engañan mis ojos, los naipes, con números comprendidos del seis al diez con un trébol negro de acompañante me devuelven la mirada. Sin pensarlo más, respondo a las anteriores cartas tiradas:
-Escalera de color –los anteriores, me miran asombrados, en toda la noche no he conseguido una buena partida haciendo que haya perdido gran parte de mi fortuna. Ahora le toca al último jugador, posee una expresión imperturbable, como si no le importara la conclusión del juego, es apodado por otros “Dragón” ya que, según se dice, fulmina a los demás tanto con sus cartas, como con sus habilidades para hacer y deshacer negocios de todo tipo. Con cuidado, se coloca su sombrero de ala ancha y a la hora de mostrar sus cartas, me parece ver el esbozo de una sonrisa que acaba en…
Comentarios (7):
Ramiro Orjuela
17/01/2019 a las 16:20
Hola Eris, relato corto pero bueno. Al leerlo haces sentir el lugar con una descripción sencilla y clara. Te felicito!
Hilda G.M.
18/01/2019 a las 15:51
Hola, Eris. Me ha tocado comentar tu texto. Tu narración nos lleva de una manera muy ágil hacia el final, para dejarnos intrigados… Gracias por compartirlo.
Lucy J.S
18/01/2019 a las 15:57
Eris, muy buen relato. Es corto pero poderoso y deja un final intrigante que nos deja queriendo saber más. Sigue así, saludos!!
Jose Maria Moreno Pelayo
20/01/2019 a las 12:31
Hola Iris ,creo que te falta el guion largo en los diálogos, corto relato ,dejando intrigado al lector al final de este. Un saludo mi relato es el 85 por si quieres pasarte
Jose Maria Moreno Pelayo
20/01/2019 a las 12:33
perdón por el error en el nombre,Eris
María Jesús
21/01/2019 a las 12:27
Hola Eris: Que manera de crear expectativa para dejarnos la respuesta en suspenso. Tu relato se me ha asemejado a una carrera de relevos donde el lector toma el testigo para darle el final que desee. Muy acertado y original.
Saludos desde el 107
Toñi Avila (vibe)
23/01/2019 a las 15:52
Hola Eris:
Gracias por comentarme.
Buen relato, intrigante, ágil, fácil de leer y entender y con un final genial. Vas narrando la intriga para al final dejarnos con las ganas de leer el desenlace, sólo imaginarlo.
Con los guiones de cdialogo te pasa igual que a mi, nunca pongo los que son.
Sigue escribiendo se te dá genial. Nos leemos.