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Bajo la higuera - por Lavalle

La televisión, que alguien había sacado al patio y colocado sobre el pozo, hacía en realidad las veces de radio. La luz era tan intensa que el reflejo desbarataba la imagen. Aún así reconocí a Cobi porque aquella misma mañana me habían regalado una calcomanía con su figura en el supermercado, que lucía orgulloso en mi hombro. En su sillón de mimbre y resguardado bajo su visera, el abuelo, un ser entrañable, enjuto y de prominente nariz, sostenía una copa de Calisay con su mano izquierda. La derecha la reservaba a sujetar una manoseada baraja. Estaba demasiado ocupado en trampear aquel solitario como para prestar atención al desfile inaugural de los Juegos Olímpicos. La abuela, varios años más joven que su marido y de peor carácter, deambulaba por el jardín paseando una cojera que se fue agravando con los años. Con una lata de conservas oxidada regaba los gladiolos, bocas de dragón y geranios. Yo me hacía el remolón al merendarme un bocadillo de foie gras a la sombra de una higuera en cuyas ramas encontraría el postre. En mis piernas lucía las heridas de guerra de un verano lejos de la ciudad.

El gerente de la constructora me había mandado un whatsapp la noche anterior. Le pedí que me avisara antes de que la excavadora se llevara por delante la higuera, el pozo, mi infancia. Un enorme cartel anunciaba la próxima apertura de apuestaygana.com. Entonces supe que me había equivocado. Pero ya era demasiado tarde.

Comentarios (7):

Ulises Vidal

17/01/2019 a las 15:50

¡Hola Lavalle!
Tu relato me ha dejado un sabor amargo. En pocas líneas has logrado plasmar las consecuencias “del progreso ”
Y también de la desidia de los hombres de la casa. Por eso es comprensible el mal carácter de la abuela.
Si fuese tú sólo usaría palabras extranjeras cuando no existiera la española correspondiente. Escribiría wasap,en lugar de hacerlo al modo inglés.

Aportaría algunos diálogos que me permitieran mostrar a los personajes en acción.
A pesar del sinsabor que sentí lo disfruté puesto que has planteado el tema de manera cruda y breve.
Espero que nos sigamos leyendo. ¡Gracias por pasarte por mi relato!

Florencia M

18/01/2019 a las 11:26

Hola Lavalle,

Me pareció excelente tu descripción! Me transportó a ese patio, vi al abuelo, a la abuela, al niño. Están muy vivos, una escena muy creíble. Con pocas palabras cuentas mucho de cada personaje y nos haces imaginar sus vidas.

Hasta la próxima!
Florencia

Sophie

20/01/2019 a las 09:47

Hola, Lavalle.
La primera parte del relato me ha gustado y he sido testigo del patio, de los personajes que describes, así como de la higuera y del fruto que te reservaba ¡qué buenos los higos!
La segunda parte ya no la veo tan clara, supongo que ha vendido la finca y ahora siente que van a desaparecer los recuerdos de su infancia. Está claro que, pese a que el cartel diga: apuestaygana.com, no siempre que se apuesta se gana…
Saludos y feliz año.

María Esther

22/01/2019 a las 03:02

Hola Lavalle, leí tu relato, costumbrista, con personajes que se pueden encontrar en cualquier lugar y a cualquier hora, pero no por eso dejan de ser muy humanos.
Me gustó la descripción de los mismos, y del entorno que los rodea. Logras trasmitir la vida que fluye y va cambiando.Yo diría con Ulises que con unos diálogos se enriquecería la historia, porque conoceríamos más los personajes, sus ideas, recuerdos, opiniones…
La historia me gustó, espero leerte otra vez.
Saludos.

María Esther

23/01/2019 a las 03:05

Hola Lavalle, soy yo nuevamente, María Esther.
Te he leído otra vez porque me llamó la atención que varios compañeros te han leído y tu no le has contestado a ninguno.No sabemos si estás de acuerdo o no con las apreciaciones que hemos hecho.
Es importante además visitar los trabajos de los compañeros, que han tenido el placer de leerte.
Saludos,estoy en el 21.

Lavalle

27/01/2019 a las 19:59

Buenas tardes. Agradezco mucho vuestros comentarios y aportaciones. Siento el retraso en contestar, pero no he tenido la posibilidad de hacerlo antes. Ahora, además, tendré el placer de pasarme por vuestros relatos, como bien señalaba María Esther.

Con el relato quería mostrar de forma sencilla y breve el paso del tiempo, la evocación de los recuerdos, la infancia… Quería plasmar una atmósfera de la niñez que cualquiera hemos podido tener.

Muchas gracias por la sugerencia de los diálogos. Seguramente darían más profundidad a los personajes. Comparto que una de las debilidades del relato es la superficialidad de los mismos, principalmente del personaje narrador.

Es mi primer relato y mi primera experiencia en Literautas así que vuestros comentarios me animan a seguir. Muchas gracias y nos seguimos leyendo.

María Esther

29/01/2019 a las 01:25

Hola soy María Esther de nuevo, tu dirás qué pesada, pero solo quería decirte que justamente lo que más me gustó fue la sencillez de tu relato y los personajes, está todo muy natural.
No dejes de escribir, que cada uno tiene sus ideas, lo importante es tener algo que decir.
Sabes que un día anduve todo el día con ganas de escribir algo sobre la muerte, pero no sabía qué, ni cómo.
A la noche me puse a leer un cuento de Borges, y de pronto leí una frase que me iluminó. A partir de ahí me di cuenta que era como el empujón que me hacía falta.
Enseguida escribí el cuento, que por supuesto no tenía nada que ver con el que estaba leyendo.
Saludos otra vez.

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