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La bruja y el dragón - por Carmen Sánchez GutiérrezR.
La bruja Lidia y su dragón no salían de su asombro. Acababan de saber que el rey había ordenado que todos los habitantes del reino debían vestirse de color rojo y solo de rojo o serían expulsados.
-Una locura -decía el dragón con tristeza.
-No nos desanimemos -contestó Lidia- hablaré con él y comprenderá.
-No servirá de nada, ya lo verás.
Ambos sabían que el rey era una persona muy tozuda y caprichosa y que cuando algo se le metía en la cabeza…
Lidia cogió una baraja para leer en las cartas. No, el futuro que pronosticaban no era muy alentador.
Sin embargo, a la mañana siguiente se encaminó hacia el castillo y pidió una audiencia con el rey. Al cabo de unas horas consiguió al fin que el monarca la recibiera, como era previsible, vestido completamente de rojo.
-Mi señor -comenzó Lidia- no puedo cumplir su mandato. Mi trabajo consiste en recoger hierbas del bosque con las que preparo las medicinas que curan a vuestro pueblo. Mis trajes, como puede observar, son verdes porque así puedo camuflarme entre la vegetación y evitar que las fieras me descubran y devoren. Vestida de rojo sería una presa muy fácil.
Tal y como predijo el dragón, el rey no atendió ninguno de sus razonamientos y repitió la amenaza de expulsarla si no cumplía con el mandato.
Al cabo de unos días ambos fueron expulsados porque ni el dragón podía mutar sus escamas verde-grisáceas, ni Lidia quería ser devorada.
En cuánto la bruja desapareció, las desdichas no dejaron de suceder en el reino en forma de enfermedades que nadie sabía curar.
-Por favor, Majestad, llame a la bruja. La necesitamos.
-Me ha desobedecido y nunca volverá -contestaba sin piedad ante el sufrimiento de su pueblo.
Hasta que él también enfermó con una fiebre altísima. Veía sombras que se convertían en fantasmas terroríficos y enormes monstruos que lo torturaban día y noche. Pasó sus últimos días llamando entre lamentos a la bruja y su dragón, pero nunca aparecieron porque ambos estaban muy lejos, en otro reino donde les permitían vivir, pensar e incluso vestirse como quisieran.
Comentarios (8):
Héctor
17/01/2019 a las 06:40
Hola Carmen, muy bonito tu trabajo, entretiene. Tal vez complementarlo con una moraleja. Literauta 72
Víctor Alverdi
17/01/2019 a las 17:23
Hola Carmen. Una historia entretenida, me gustó. Solo un pequeño detalle: en los diálogos hay que poner guión largo y no guión simple, pero eso no afecta en nada la lectura. Un saludo.
Galia
18/01/2019 a las 21:42
Muy entretenida tu fábula, Carmen. Como ya opinaron antes, faltaría cerrarla con una moraleja. La mía está en el 65.
Saludos.
Galia
HUGO
19/01/2019 a las 00:15
Hola Carmen
Respetando la consigna de comentar los tres relatos siguientes al mío, he comenzado por el de PROYMAN y continúo con el tuyo.
Trataré de hacer lo mejor que pueda en mi debut, para que mis comentarios te sean útiles.
La consigna está cumplida, el texto tiene todos los requisitos de una fábula, aunque no hay animales salvo el dragón, al que veo como un personaje secundario, siendo la bruja el personaje protagonista y el rey es el antagonista.
Quizás el título debería ser La bruja y el rey, ya que entre ellos se desarrolla el conflicto. El dragón parecería ser una mascota o sirviente de la bruja. Digo esto porque el texto comienza así: “La bruja Lidia y su dragón…”
Y ese SU (tan fuerte) lo presenta al dragón como si fuera propiedad de la bruja.
Está muy bien estructurada, mantiene un tono bastante neutro y con la adjetivación justa.
Se intercala el estilo directo con el indirecto (resumen y diálogo) dándole buen ritmo a la narración.
En el último diálogo aparece una voz que en principio me desorientó porque no supe quien hablaba:
—Por favor, Majestad, llame a la bruja. La necesitamos.
Deduzco que es la voz del pueblo ya que la narradora no presenta a ningún personaje que haga ese pedido.
Veo que no hay moraleja explícita y creo que es una buena decisión dejar que el lector elabore su propia moraleja. En mi caso, entiendo que es una enseñanza para los dictadores, en el sentido de que si se les quita la libertad a los pueblos, más temprano que tarde la recuperarán y el castigo caerá sobre el dictador.
Muy bueno el relato Carmen. Nos seguiremos leyendo.
Hugo
Jose Maria Moreno Pelayo
19/01/2019 a las 18:08
Hola Carmen, Bonito cuento y para mi, creo que tiene varias moralejas
y una de ellas ,podría ser que por muy importante o rico que sea no se puede tener todos los caprichos….etc. un saludo mi relato es el 85 por si te quieres pasar
Alonso García-Risso
20/01/2019 a las 01:05
Saludos Carmen: Una fabula que nos deja como moraleja’hasta que punto el poder nubla la visión de ciertos gobernantes’. Este escrito me trajo a la memoria el caso de la tozudez del faraón egipcio aquel y las plagas que asolaron su reino…
Un buen escrito que deja mucho en qué pensar. Felicitaciones
Rufino Manzaneque Ramos
23/01/2019 a las 18:41
PROYMAN dice:
Estimada Carmen he leído tu relato y me gusta lo escrito el ambiente ecológico que planea es un atino para la bruja creyéndose superior al rey y nada de eso creo que en este mundo si desafías al poder ya se sabe como poco te puede pasar lo que a la bruja, para mi esa es la fabula.
pepe
25/01/2019 a las 14:37
Hola Carmen,
Una fábula muy bonita, tierna aunque con un mensaje bastante duro.
La lectura se hace fluida y aunque me parezca que su extensión es la adecuada, y digo esto sólo por aportar algo, nada más, sí que al final me quedó cierta sensación suspensiva, como si pudieras haber estirado un poco más la agonía del pueblo o algo así.
No obstante me gustó mucho.
Nos leemos.