<< Volver a la lista de textos
LA SALAMANDRA Y EL DRAGON - por HUGOR.
Camuflada entre la hojarasca, a la sombra de una sequoia milenaria, la salamandra pasaba las horas jugando al solitario con un mazo de baraja española, mientras esperaba que anochezca para salir a cazar insectos y gusanos. Tan entretenida estaba, que no se dio cuenta de que un dragón se había metido en la caverna de la montaña donde ella habitaba.
Un rugido parecido al trueno acabó con el silencio de la tarde y un resplandor, similar al de un rayo, iluminó la entrada, muy cerca de la sequoia. Fue tal el susto de la salamandra, que los naipes volaron por el aire. Lenguas de fuego salían por la boca de la cueva, parecía que la montaña hubiese entrado en erupción.
Enseguida corrió hacia el interior atravesando las llamas y cuando llegó al fondo vio al dragón provocando todo ese alboroto. A pesar de que era cientos de veces más grande que ella, no le tuvo miedo y lo enfrentó:
—¿Qué haces en mi casa, intruso? Vete.
El dragón reía sin poder parar. Nadie, hasta ahora, se había atrevido a desafiarlo así, sin ningún armamento, y menos un ser tan pequeño. Por respeto a semejante osadía decidió perdonarle la vida.
—¡Anda!, corre antes que te convierta en cenizas.
—¿No sabes que el fuego no me daña? Márchate ya.
—Entonces te comeré…
—Peor para ti—interrumpió la salamandra—. Si me comes, jamás volverás a lanzar una bocanada de fuego. Lo sabes.
Al dragón ya no lo divertía tanto esa pequeña criatura y sus ojos amarillos comenzaron a enrojecer.
— ¡Basta!—gritó—Es la última oportunidad que tienes para irte. Ahora esta cueva es mía.
—Lo mismo digo—respondió la salamandra.
El dragón finalizó la discusión y bramando fuego la aprisionó entre sus garras y salió volando de la caverna, elevándose más, más y más, hasta llegar a una altura suficiente para librarse de ella arrojándola al vacío. Luego, ya sin estorbos, sobrevoló los nuevos dominios y buscó presas para devorar. Cuando hartó su apetito regresó a su nueva morada.
En la entrada de la caverna estaba la salamandra jugando con la baraja.
—Pero… ¡no puede ser! Tendrías que estar muerta, ahogada en medio del lago al que te arrojé.
—¡Ay dragón! Tan grandote y tan bruto. ¿No sabes acaso que soy anfibia?
—¡ Ay salamandra! Ya no sé qué hacer contigo.
—¿Qué tal si jugamos con las cartas…, si quieres puedo enseñarte?— Dijo mirándolo a los ojos.
El dragón lo pensó un momento y sentándose en una roca frente a ella, respondió:
— Intentemos.
Comentarios (10):
LUDIKA
16/01/2019 a las 18:16
Hugo me gustó tu relato, lograste conectar bien las palabras sugeridas y llevar a cabo una linda fábula.
Bien hecho, quizás podrías incluir tu moraleja.
Saludos
Héctor
17/01/2019 a las 06:28
He disfrutado tu relato Hugo. Me parece que como complemento de tu fábula incluyas su moraleja. Literauta 72.
Jose Maria Moreno Pelayo
17/01/2019 a las 14:56
Buen relato Hugo saludos José María .Soy el 85 este mes
Jose Maria Moreno Pelayo
17/01/2019 a las 15:21
Hola de nuevo me podrías explicar que quiere decir, sequoia ? en
español pues secuoya del ingles. Sequoia es lo que pone en el diccionario y su definición como secuoya un saludo ,creo que te as liado con alguna tecla.
HUGO
18/01/2019 a las 03:20
Hola:
Generalmente las fábulas terminan con una enseñanza, moraleja o afabulación que puede ser útil para el lector. Más raramente aparece al principio o no aparece de forma explícita. Yo opté por esta última modalidad para que sea el lector el que la elabore según su interpretación. A mi se me habían ocurrido tres alternativas, y ¿A ustedes?
Por otra parte la sequoia o secuoya es un árbol muy longevo (entre 2000 y 3000 años), es la conífera más alta que existe, llegando a alcanzar 115 m de altura y 8 m de diámetro en su base.
Solo he visto una en mi vida y era un ejemplar joven originario de California y plantado en Neuquén, Argentina.
Es cierto no figura en el diccionario de la RAE pero si la pueden encontrar en Wikipedia.
Gracias por sus comentarios.
Alonso García-Risso
20/01/2019 a las 00:40
Saludos Hugo: Tu texto guarda la gracia de ser “grato de leer”. Pocos escritos cuentan con ello lo que lo hace muy meritorio. No es la única observación favorable; por otro lado el desenlace se encuentra fuera de las expectativas del lector, lo cual aumenta el factor sorpresa.
Es un buen trabajo que termina por sorprendernos y del cual podemos sacar provechosas conclusiones. Felicitaciones
Pilar
21/01/2019 a las 12:14
Hola Hugo!!
¡Qué buena tu fábula! Tiene el ritmo de las clásicas, con su giro y su enseñanza. La he leído de un tirón y me ha resultado muy amena.
No te corrijo nada, me parece perfecta así tal cual.¡Reto conseguido!
¡Enhorabuena por este trabajo tan rendondo!
Saludos
Pilar, 24.
Carmen Sánchez Gutiérrez
22/01/2019 a las 22:53
Hola Hugo:
En primer lugar quiero darte las gracias por el análisis tan pormenorizado que has hecho de mi relato, me ha ayudado mucho. Intentaré que el mío también te sea útil.
Me han gustado los diálogos, cumplen muy bien su función de dar información sobre los personajes, pero el final ha sido un poco abrupto, creo que podías haber jugado un poco mas con los personajes antes de que se hicieran amigos.
Un saludo
El chaval
23/01/2019 a las 10:41
Hola Hugo
Una enseñanza en el relato:no hay que menospreciar a nadie.
Veo mejor mientras (anocheciera) que no anochezca.
Atención a las rayas en los diálogos, un ejemplo
—¿no sabes que el fuego no me daña? —márchate ya.
un saludo (106)
Osvaldo Vela
30/01/2019 a las 16:54
Hola Hugo.
Me tocó leer un comentario tuyo a Pilar y decidí pasar por el tuyo.
Que te puedo decir de una fábula tan bien elaborado y solo con la información justa. de verdad me encantó.
La enseñanza de tu escrito es que puede más la decisión y la palabra que cualquier medida de tamaño.
Te felicito.