<< Volver a la lista de textos
alegría y... - por Toñi Avila ( Vibe)R.
Alegría y…
La alegría se palpaba en el aire. Los niños volaban como cometas por las calles empolvadas jugando al corre que te pillo. Los adolescentes pescaban en el río al despuntar el alba, más tarde en el porche de las casas limpiaban sus capturas, echándole las vísceras y cabezas a la manada de gatos, medio mansos, medio salvajes, pero todos traviesos. El romano con ojos amarillos era un autentico diablillo. ¡Menudo duende! Los miraba haciendo requiebros, no queriendo dejarse tocar. El blanco con la cola atigrada se restregaba contra sus pies hasta encaramarse en sus regazos para que le rascaran. ¡Que camastrón! Los demás comían sin miedo, totalmente tranquilos, presumiendo de una vida en calma.
Las madres, alegres y satisfechas, emborrizaban los salmonetes de río. Los freían tostaditos y crujientes en una sartén sin asa, colocada amorosamente encima de las estrebes de la chimenea. Sentadas en una silla de anea, removían el aceite bien arrimadas a la fogata como en pleno invierno, disfrutando de lo calentito. En el centro de la cocina había una mesa rústica ya muy viejita pero muy querida. Encima se colocaban la fuente de barro con los salmonetes, el pan campesino, los cubiertos de aluminio, las servilletas de tela con encaje de ganchillo, una buena jarra de tintorro, tomates del huerto y fruta del tiempo recolectada con la fresca del amanecer.
Todo formaba un banquete perfecto y acogedor a la vista del corazón.
Los hombres se dejaban caer al olorcillo de la deliciosa fritura y demás manjares. Después de una dura jornada mañanera agradecían una buena comilona y más en compañía de los suyos.
Nada más hacía falta, solo la charla amena de todos y las miradas cómplices que se dedicaban. Familias reunidas en torno al calor hogareño, preocupándose solo de sus risas y abrazos.
Todo el mundo era feliz hasta que… de las profundidades brotaron unas lenguas verdes y viscosas invadiendo todo a su paso. Enormes, corrían como endemoniadas sin dirección, derritiendo con su lava humeante cuanto existía en la aldea. En una respiración cortaron caminos, absorbieron cabañas, asfixiaron animales, arrasaron árboles… en pocas horas no quedó mas que una pasta maloliente verde vómito, unos doscientos veinte grados de masilla verdonata, pegajosa y desagradable. La alegre localidad estaba ahora sepultada. Hirviendo.
Una de las plantas carnívoras afinada en el agua del río llamada aldrovanda vesiculosa, había cobrado vida. Como un ser mutante engullía campos, tragaba chavolas, contaminaba el aire con su halitosis y pudría la atmósfera con su aliento dejando un hedor asqueroso e insufrible impregnado en las carnes. Con sus salvajes mandíbulas daba dentelladas al mismo subsuelo en una feroz lucha contra Madre Tierra. El descontrol se fue apoderando del acogedor y tranquilo pueblo.
De pronto, un sereno apareció gritando al gentío la noticia:
-Los residuos químicos vertidos al río kilómetros atrás, en la central vecina, han provocado una reacción en la planta carnívora.
Las gentes no daban crédito a semejantes palabras. Atónitas miraban al vigilante esperando que se llevase con él los sucesos y todo volviese a ser como antes, pero no ocurrió nada. Todo seguía muerto. Sepultado.
Una semana después la lava dejó de hervir y se secó, dejando todo calcinado. Un mes después todo seguía calcinado. Un año después todo estaba calcinado y cubierto de una atmósfera volátil. Nada volvió a ser lo que era.
Cerrando el libro, miré a mis alumnos para ver sus caras de satisfacción, sorpresa, incredulidad…
Unos ojos de siete años me miraron y dijeron:
– Maestra, voy a conseguir que no haya residuos químicos nunca más, estudiaré mucho y cuando sea mayor enseñaré a todo el mundo que eso es malo.
Esto provocó en mí un inesperado aplauso.
Comentarios (9):
marazul
18/10/2018 a las 19:32
Hola Toñi:
Empezaré diciendo que el final es muy bueno. A mi me has engañado porque no sabía cómo ibas a resolver ese inesperado y brusco giro en la narración. Un comienzo idílico muy bien ambientado, un cambio radical de catástrofe también perfectamente descrito, un final imprevisto y un relato didáctico y con mensaje.
Me ha gustado
Saludos
Charola
19/10/2018 a las 00:20
Hola, Toñi.
Me toca comentar tu relato y me siento complacida de haber leído tu texto. Tienes escenas muy buenas y conmovedoras. Felicitaciones.
Solo te sugiero que para que tu texto no se vea tan denso, cada vez que coloques el punto final, dale doble click cuando lo hayas pasado y estés en el formulario. Otro apunte es que no repitas el título.
Por allí tienes un que que debía ir con tilde: ¡Qué camastrón!
Por lo demás, me gustó. Sigue escribiendo.
Estoy en el # 106.
ANGEL CLIMENT
20/10/2018 a las 11:05
Hola Toñi: Me sumó a los dos comentarios, buen relato, final inesperado y bien resuelto, yo también incluyo el titulo en el escrito. a partir de ahora no lo haré.
Ofelia Gómez
21/10/2018 a las 01:59
Hola Toñi Avila
Muy buena tu descripción de un mundo feliz. Conocés acerca de lo que escribes y eso te acerca aun más al lector.
Y sí, muchas veces cobran vida ciertas “aldrovandas vesiculosas” y arruinan la felicidad de muchos.
El final es esperanzador y acertado.
Nos seguimos leyendo.
Saludos
Toñi Avila (vibe)
22/10/2018 a las 22:31
Gracias a todos por comentar. Tendré en cuenta lo de el doble click , no repetir el título y corregiré la tilde de ¡qué camastrón!
Gracias por dedicar vuestro precioso tiempo a mi relato.
Sophie
23/10/2018 a las 17:59
Hola, Toñi.
No sé si ya has hecho todas las correcciones que dices, pero yo pondría también una coma después de volaban y empolvadas, en la primera línea.
En cuanto al fondo, me ha gustado el principio y el final. El final ¡FANTÁSTICO!
Hay algo que no entiendo: si la lava ya arrasó todo ¿qué pudieron arrasar las plantas carnívoras?
Se nota que sabes de lo que hablas, pero si lo lees despacito quizás veas que incides dos veces en la devastación, una con la lava y otra con la planta. Aunque sea así, quedaría más claro explicado de otra forma.
Agradezco mucho las palabras del comentario que hiciste en mi relato.
Nos seguiremos leyendo y aprendiendo unos de otros.
Saludos.
Toñi Avila (vibe)
25/10/2018 a las 21:56
Gracias a todos otra vez, y a ti Sophie decirte que colocaré las dos comas que me señalas de nuevo, las tenía puestas y al final las quité. Con razón dicen que la primera corazonada es la que Vale.
Con respecto a lo de la lava y la planta carnívora, son la misma cosa. Tal vez no supe explicarlo bien, de hecho la lava es verde por rse motivo. Miraré como resolver el tema que me planteas para que se entienda mejor.
Gracias de nuevo.
Laura
26/10/2018 a las 11:55
Hola Toñi Avila (Vibe)
Nos has dejado un relato muy bien escrito.
Busquè lo de las chavolas, sòlo encontrè la palabra con b, chabola, lo de chavola sòlo como un restaurante de Vigo, algo separado del entorno de tu relato. Creo que se te ha pasado esa letra.
Por todo lo demàs, nada que señalar.
Mis saludos.
Clau Cruz
30/10/2018 a las 21:27
Hola Toñi Avila:
Tu relato me ha gustado mucho, el giro del final, en verdad no lo esperaba, aparte con un buen mensaje.
¡Felicidades has logrado un buen trabajo!
Gracias por pasarte por mi relato.
Nos seguimos leyendo.