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Por si suenan las campanas... - por paola panzieriR.
Web: http://papan3.blogspot.com
—Señoras y señores, queridos oyentes, son las once, las diez en las islas Canarias —dice el locutor, toma aire y sigue.
Ese día, el programa se realizaba desde Muchopán, pueblo en el cual unos insólitos acontecimientos habían terminado por dividir en dos frentes a la población, y llegaba el momento de afrontar el tema.
—Señor Marín, el Bola, presidente de la peña Los Tercios ¿podría exponernos brevemente los hechos?
—¡Sí señor! —contesta y repiquetea con los dedos sobre el estómago— Nuestras mujeres han perdido la cabeza.
La señora Ramírez, Marrusquia, presidenta de la peña Con un par de tacones, aparta a su paisano y se acerca al altavoz.
—¡Nuestros hombres nos quieren robar!
El Bola chascha la lengua y sonríe al presentador.
—¡Convendrá que eso es injusto, don Carlos! Los hombres proponemos un reparto del premio porque el boleto ganador se compró con fondos familiares.
—¡Trae acá! —grita la Marrusquia adueñándose del micrófono y alzando la voz por encima de los vítores del público— Ten la decencia de contar las cosas como son: en el pueblo existía solo la peña de los Tercios, nada que ver con la de Flandes aunque ahí tampoco podían entrar más que hombres. ¡Eso es inadmisible en el siglo XXI, don Carlos! así que peleamos y los zopencos del ayuntamiento nos cedieron un local porque los hombres se empecinaban en mantener sus normas.
—¡Pues ya estábamos en paz!
—¡Era el antiguo lavadero público! sin paredes ni ventanas ni puertas… —contesta la mujer mirando al contrincante con ojos entornados.
—¡Y bien fresquitas que estabais!
El presentador mira al guardia de seguridad y luego observa a una señora que levanta la mano desde el fondo de la sala.
—¿¡De dónde íbamos a sacar dinero para reformarlo!? —gritan desde el público.
—¡Pues de la lotería! —continúa Marrusquia— Y tuvimos suerte. Todo el mundo era feliz hasta que llegó el momento de la verdad. Nadie sabía qué había puesto cada "cuala" y el premio no se podía repartir por mucho berrinche que cogieran los hombres.
—¡Cuenta, cuenta lo que hicisteis con la pasta…! —increpa el Bola.
—Restaurar el lavadero…
—¡Y poner un yacusi en el pilón, una sauna en el secadero y una sala de masajes para perder molla de la retaguardia!
—¡Nosotras lo merecemos! —gritan desde el público— Y vosotros ¿acaso no disfrutáis de una tele gigante y del canal para el futbol, pagado con dinerito de las familias?
—¡No compares, mujer, lo nuestro es pasión! —contesta el Bola—¿Y qué me dices del pueblo? ¿Os dais cuenta de cómo ha cambiado?
—¿A qué te refieres? ¿A qué los jóvenes han vuelto de la ciudad? ¡pues mira qué bien! —conviene una mujer sentada en primera fila.
—Y los veraneantes se han establecido en los chaletes todo el año y ¡no cabemos en la taberna, por Dios! —contesta un hombre tomando la palabra— Además, la venta de camas individuales se ha disparado porque unos y otras ya no se hablan. ¡Creo que las de Con un par de tacones se están pasando de altas!
La Marrusquia se levanta y mantiene los puños cerrados.
—Interrumpimos el debate —dice el entrevistador a toda prisa— para ceder la palabra a alguien del público que parece deseoso de intervenir. Señora…
—¡A lo hecho, pecho! —grita la mujer levantando un dedo acusador—Hemos ganado la revancha con lo del lavadero y está bien. Pero ahora ha llegado el momento de mirar hacia el futuro, y lo dice alguien que de eso le queda poco.
La mujer avanza muy recta en su silla de ruedas, sin mirar a nadie a la cara.
—¡A ver qué le parece, don Carlos!— dice después de dejar un fardo de tela anudada sobre la mesa.
—¡Vaya! —dice el locutor— una hogaza como las de antaño, y ¡qué perfume a tiempos pasados! Señora, acabo de volver a la infancia…
—Eso era lo quería oír, porque aquí se está perdiendo la cordura. Con el dinero sobrante se podría abrir la vieja tahona de mi Anselmo que en paz descanse. Se daría trabajo a los parados y buen pan a la gente de bien. Y, por si suenan las campanas, aprovecho la oportunidad para darnos a conocer en la comarca—y acercándose al micro grita— ¡Con un par de tercios, el pan de la abuela, en su horno de Muchopán!
Tras unos segundos de titubeo El Bola y La Marrusquia se aprietan las manos, el locutor da paso a la publicidad y en la sala se contagian los aplausos.
Comentarios (28):
Altair Midnight
17/10/2018 a las 09:22
Un texto costumbrista precioso, de agradable lectura y excelente caracterización. Me ha encantado cómo dotas a los personajes de tanto color y caracterización en tan poco espacio.
Excelente.
Altair Midnight (63)
Arnool
17/10/2018 a las 11:10
¿Habilidad, técnica o arte? Creo que para llegar a esto se comienza aprendiendo una técnica a través de los libros, se convierte en habilidad escribiendo mucho pero solo se llega a la categoría de arte cuando consigues que el lector se olvide de que había que imponer en el texto una frase.
Tan ensimismado estaba en la trama, tan centrado estaba en los caracteres que al terminar, y por curiosidad busqué la regla que marcaba este mes el concurso.
Y ahí está: Fluye de una manera natural; el relato no está construido en función de la frase ni tampoco es un elemento ortopédico caído del cielo; la fuerza del argumento y de los personajes es tal que no es extraño que me haya pasado desapercibida.
Cuando sea mayor…
Fuciños
17/10/2018 a las 12:40
Saludos Paola
Que interesante tu escrito, dinámico, alegre y me has hecho reír con lo de —¡Y bien fresquitas que estabais!. Gracias!!!
Patricia Redondo
17/10/2018 a las 13:07
Muy bueno Paola, me uno a los aplausos del resto de los lectores.
Nos leemos! (no te molestes en buscarme, que este mes no escribí)
M.L.Plaza
17/10/2018 a las 21:27
Hola Paola.
Gracias por leer mi relato.
Me ha encantado la guerra de sexos que planteas en el tuyo. Los argumentos de los hombres (lo nuestro es pasión, ya no cabemos en la taberna,se están pasando de altas) me han parecido desternillantes.
Ha sido un verdadero placer leerte.
Saludos
Luigi Callieri
17/10/2018 a las 22:20
Magnífico ejercicio colega! Aplaudo hasta con las orejas. Los personajes están de pie, en 3D. La trama fluye y la anécdota, ni siquiera importa al lector. Carlo Gadda se alegraría de su lectura. Gracias y enhorabuena
Minnie
17/10/2018 a las 23:25
Me gustó mucho, muy buena historia, divertida además. Porque un pedazo de pan siempre cae bien, barrigas llenas, corazones contentos.
Saludos,
beba
18/10/2018 a las 00:28
Me encantó, Paola. Sabroso como el pan de Muchopán. Excelente tu escritura.
IreneR
18/10/2018 a las 09:00
Buenas, Paola.
Me ha gustado mucho tu relato y tu guerra de géneros. Creo que está muy bien escrito, es fácil de leer y uno llega al final sin casi enterarse.
Solo un pero, en los diálogos, después del narrador, cuando el personaje vuelve a hablar, hay que poner algún signo de puntuación (casi siempre), te pongo un ejemplo: “—¡Trae acá! —grita la Marrusquia adueñándose del micrófono y alzando la voz por encima de los vítores del público— Ten la decencia de contar las cosas como son:”. La siguiente palabra empieza en mayúscula, pero si no has puesto un punto, ¿de dónde sale esa mayúscula?
Un buen trabajo, sigue escribiendo.
Nos leemos.
¡Un saludo!
Laura
18/10/2018 a las 12:12
Hola Paola.
Me ha encantado tu relato. Maravilloso. Me has trasladado a esa reuniòn con las primeras palabras.
Nada que señalar, màs que …sigue escribiendo.
Mis saludos
Florencia M
18/10/2018 a las 13:08
Paola, me ha encantado tu relato. Tus personajes están llenos de vida! Los diálogos son geniales. Felicitaciones y hasta la próxima.
Alma
18/10/2018 a las 14:48
Hola Paola.
Un relato fresco, sencillo y divertido. Aún mantengo la sonrisa y eso, no es tan fácil de transmitir. Tu lo has conseguido, con tus personajes vivos y una dinámica muy natural y ágil.
¡Felicidades!
Saludos
Ramón Reyes
18/10/2018 a las 16:53
Calidad de relato
Dino Gon
18/10/2018 a las 17:57
Hola Paola, buen relato, hiciste maravillas con los diálogos que caracterizan de manera orgánica a los personajes, no cansan ni parece obra de teatro. La consigna del taller está puesta perfectamente y no se ve forzada para nada (como me pasó a mí, je).
Lo que me confundió un poco fue el nombre del grupo de mujeres que podría estar entre comillas y/o las iniciales en mayúsculas.
Saludos,
Dino
el chaval
18/10/2018 a las 18:51
Hola PAOLA.Muy buena la descripción de los personajes y además con gran ironía. Y el entusiasmo de cada uno por defender lo suyo, aunque totalmente equivocados los hombres y con mala sombra. No me extraña que llame zoquetes al personal del Ayuntamiento, con lo del lavadero.
La palabra “cuala” me hace recordar a un pueblo castellano que se utilizaba con normalidad entre las mujeres. por ejemplo: cada cuala que haga lo que quiera ( cada una que haga lo que quiera).
la palabra “chascha” en realidad es chascar o chasquear la lengua.
Felicidades Paola,espero leerte el próximo. Es un placer.
María Esther
19/10/2018 a las 01:16
Hola Paola, muy bueno y divertido tu relato, se lee en forma ágil, de corrido.Me gustó ese sabor a pueblo que tiene.Felicitaciones.
Estoy en el 15, si gustas pasar.Saludos.
Osvaldo Vela
19/10/2018 a las 20:12
Hola Paola, paso por tu texto mas por reciprocidad que por otra cosa. Cuando, en uno de los talleres, me tocó ser el numero uno en la lista recibí muchos comentarios. Hoy que me toca ser el ultimo en el listado regreso lo recibido.
Veo con agrado que el ser recíproco tiene sus premios. con tu relato me transportaste a la niñez donde en el pueblo se daban las tertulias para definir como organizar la fiesta de la santa patrona del pueblo y por lo que recuerdo las mujeres siempre llevaban la voz cantante. Gracias.
Te felicito.
Ofelia Gómez
20/10/2018 a las 01:05
Hola Paola Panzieri
¡Hermosa historia, bien narrada! Comienzas a leer y te transportas al lugar y te parece ver a los pueblerinos en plena discusión. Es un cuento muy bien logrado.
Ahora, una pequeñez. Después del guion de diálogo debes poner un punto y un espacio si quieres continuar con una mayúscula.
Necesité releer el párrafo donde escribes “Con un par de tacones” porque no caía en la cuenta de qué significaba. Pero no te alarmes, soy lenta pero llego.
Felicitaciones y un gran saludo.
Conrad Crad
20/10/2018 a las 10:38
Hola Paola.
Gracias otra vez por comentar mi relato.
En cuanto al tuyo, menuda pelea de gallos y gallinas, y por supuesto las gallinas, mucho más listas, picando donde más duele. Me ha gustado mucho leerte. Es un relato ágil y divertido, con unos diálogos inteligentes y algunos momentos realmente brillantes. ¡Felicidades! Te sigo.
Paola Panzieri
20/10/2018 a las 18:36
Gracias Altair, Arnool, Fuziños, Patricia, M L Plaza, Ligi, Minnie, Beba, Irene, Alma, Florencia, Alma, Ramón, Dino, El Chaval, Maria Ester, Osvaldo, Ofelia y Conrad por vuestros comentarios alentadores.
Pondré más atención en la puntuación detrás de un guión y Mayúsculas En Con Un Par De Tacones!!
Un abrazo y sigo con las visitas…
Charola
20/10/2018 a las 23:41
Hola, Paola.
Maravilloso relato pueblerino. Ágil y divertido.
Felicitaciones.
Un abrazo.
Estoy en el #106 por si deseas leer mi relato.
Labajos
21/10/2018 a las 15:08
Me uno a las felicitaciones de los demás.
Dwarlyn
21/10/2018 a las 18:29
Nada que agregar a la gran cantidad de felicitaciones que te han dado, te las mereces.
Sólo una corrección, que veo que no te la hicieron, a las mujeres se les dice también “presidente”, pues son personas con la capacidad de presidir, así que se les agrega el “ente”.
Paola Panzieri
21/10/2018 a las 18:38
Gracias Charola, Labajos y Dwarlyn.
En cuanto a la apreciación de DWARLYN sobre la palabra presidenta, me ha dado un patatus porque odio ese tipo de errores. Lo he mirado y por lo visto son válidas las dos palabras pues se le otorga a presidenta la misma validez que a infanta o dependienta, de todas formas, me gusta casi más “la presidente” en este caso. Gracias.
Karian V
22/10/2018 a las 01:24
Saludos Paola:
Tremenda pelea que nos lleva de lo banal a lo trascendental! Te felicito, en forma jocosa transmites una enseñanza! Te buscaré el próximo mes.
isan
23/10/2018 a las 22:25
Hola Paola:
Aunque no me gustan estas rimas fáciles, por un día haré una excepción. Lo digo por el saludo.
Un relato divertidísimo a base de diálogos que le dan buen ritmo. Has sabido crear la atmósfera perfecta de la eterna disputa entre hambres y mujeres y en un ambiente de pueblo donde todos se conocen. La transformación del lavadero me ha parecido genial.
No he entendido cómo se dice que el dinero no se podía repartir, pero luego hay un sobrante.
He visto alguna cosilla de forma para repasar. Poca cosa porque el relato está muy bien estructurado y redactado:
Los nombres de Asociaciones deben escribirse con mayúsculas las palabras que tengan relevancia, no los artículos: Peña de los Tercios, Con un Par de Tacones. Ayuntamiento.
“vítores del público—“: falta el punto después de la raya.
“…aprovecho la oportunidad para darnos a conocer…” Creo que sería mejor APREVECHAMOS en plural.
He disfrutado con este relato fresco y jocoso.
Un saludo.
Edu SC
27/10/2018 a las 22:35
Hola Paola,
Gracias por tu comentario en mi cuento y disculpa la tardanza en devolver la visita.
Genial tu relato, me ha gustado mucho. A pesar de todos los personajes que aparecen en el relato, has conseguido que no me perdiera, el relato fluye, fantásticos los diálogos.
Un relato muy bien llevado con los diálogos, muy divertido.
Te felicito.
Edu,
Beatriz Emilia
29/10/2018 a las 02:26
Hola Paola,
En concordancia con los comentarios anteriores, el relato es divertido y me permitió ir imaginando a los personajes, las escenas. Lo que más destaco del relato es que lo pudiste construir a través de diálogos.
Vamos, ánimo a seguir escribiendo
Beatriz