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Los girasoles - por Altair MidnightR.
Web: http://paginasalalba.blogspot.com
Linden miraba al alféizar de la ventana, contemplando los girasoles de pétalos amarillos que descansaban en un jarrón azul. Sonrió al recordar a sus dos hijas, corriendo por el pasillo de la vieja granja que había heredado de sus padres. Aún podía escuchar sus diminutos pies repicando en el piso de madera.
—Te hemos traído un regalo para que nos recuerdes —dijo Elisabeth, su hija mayor, mientras las dos chicas le entregaban las flores recién cortadas que habían traído de los terrenos sembrados de la propiedad.
Aquel improvisado recuerdo descansaba ahora en la ventana de su camarote, y cada día le recordaban que tenía un hogar que le estaba esperando y una familia que pensaba constantemente en él al igual que él pensaba en sus dos pequeñas y su esposa Dafne. Más allá de aquella ventana se extendía un amplio e inmaculado cielo azul, brillando con el tono cerúleo propio del medio día. A través de los cristales, podía ver otras naves iguales a la suya. Flotaban en el aire gracias a los enormes globos de aire que las sustentaban, y avanzaban dejando tras de sí una estela de vapor blanquecino.
—¿Qué diablos estás haciendo aquí? —le preguntó Linden al reflejo que le ofrecía un sucio espejo arrumbado en un rincón del camarote.
Pero sabía muy bien por qué había tenido que embarcarse en aquella nave militar. La granja no estaba generando las ganancias que cabía esperar, y su familia estaba al borde el embargo. Si todo seguía sin cambio, no tardarían en verse obligados a dejar su vida en el campo y marcharse a una de las horribles ciudades cubiertas permanentemente por miasmas nocivos donde él y su mujer se verían obligados a trabajar en plantas de producción para alimentar a sus dos hijas. No podía permitirlo. Por eso, había decidido alistarse al ejército un tiempo; ganar lo justo para pagar las deudas y darle algo de tiempo a la tierra. Quizá, así tendrían algo de margen para que las lluvias fueran más benévolas con ellos y las plantaciones comenzaran a ofrecer un mejor rendimiento.
A pesar de la distancia y del peligro, Elisabeth estuvo de acuerdo con él. Aquella era la única manera de proteger el futuro de su hogar y ofrecerles a sus hijas las maravillas de la vida en sintonía con la naturaleza que ellos tan bien conocían.
—Sólo es una misión de reconocimiento —escribió a su mujer para tranquilizarla desde la Canción Dorada, la aeronave en la que había sido destinado. —Sobrevolaremos la frontera con Gertilastria para comprobar que todo está en orden.
Eso tranquilizaba a Linden. No deseaba participar en un choque militar. Sin embargo, el alto mando le mintió, y las intenciones que tenían para el séptimo escuadrón aéreo al cual la Canción Dorada pertenecía eran bastante diferentes.
En el cuarto día, las alarmas de la nave quebraron el silencio nocturno, y la oscuridad que había arropado los sueños de los soldados dio paso a una luz intermitente y anaranjada.
—Prepárense para enfrentamiento inminente —dijo una locución a través del sistema de radiofonía.
Detrás de la puerta del camarote, Linden podía escuchar el trasiego de soldados recorriendo los pasillos de suelo metálico del exterior. Los gritos de guerra se mezclaban en una grotesca melodía con los llantos de los soldados menos experimentados.
Linden, por su parte, se quedó paralizado. ¿Enfrentamiento? ¡No estaba listo! Él no podía ayudar a quitarle la vida a nadie; era un humilde granjero, no un guerrero. Por eso, tomó una decisión: se quedaría en el camarote a esperar que todo pasara.
A través de la ventana, en compañía de los girasoles de sus hijas, contempló la vasta ciudad volante de Eclipse posada sobre un lago. Las naves de su unidad sobrevolaban el perímetro, expectantes, aguardando a sus enemigos. Aquello no era una misión de reconocimiento, era una invasión. Al parecer, la ciudad de Eclipse no tenía forma de defenderse. Los cielos se llenaron de vítores de los invasores, que ya podían saborear la victoria.
Entonces, algo cambio. Todo se llenó de un fulgor azulado. Al principio, tenue. Después, más intenso. Una de las torres más altas de la ciudad de Eclipse comenzó a emitir un brillo cegador y, sin previo aviso, el mundo se llenó de luz azul y calor. Quizás a las hijas de Linden les habría reconfortado saber que su padre dejó este mundo pensando en lo hermosos que se veían aquellos girasoles de su hogar iluminados por aquel resplandor del color de la tormenta.
Comentarios (10):
isan
17/09/2018 a las 16:28
Hola Altair:
Relato futurista (no sé por qué hablar de futuro es hablar de tragedia) con terrible final cuando parecía que el protagonista tenía la esperanza de librarse quedándose en el camarote. Nada que ver si lo comparo con otro relato que acabo de leer donde ocurre lo contrario.
Me ha gustado la idea y el planteamiento sobre todo el principio. Desde mi punto de vista, insisto en que es una opinión mía muy subjetiva, el hecho de que haya derivado en una guerra del futuro, ha hecho que perdiera algo de credibilidad. Supongo que a otr@ le parecerá lo contrario. Podía ocurrir en cualquier otra guerra, por ejemplo en Vietnam que también tuvieron fuegos artificiales. Para mí se ve más real.
Ha encontrado algunas cosillas de forma que, aunque tienen poca importancia, te las comento. Luego tú decides.
En el primer párrafo hay dos comas que separan sujeto y predicado, algo que no se debe hacer a no ser que se trate de un inciso: “ventana, contemplando” e “hijas, corriendo” En el primer caso Linden mira y contempla. En el segundo hijas corriendo.
“…no tardarían en verse obligados a dejar su vida en el campo y marcharse a una de las horribles ciudades cubiertas permanentemente por miasmas nocivos donde él y su mujer se verían obligados a trabajar en plantas de producción para alimentar a sus dos hijas.” Parece una frase demasiado larga que precisa un respiro. Se puede conseguir poniendo una coma después de “nocivos”. Además le viene bien ya que de esa forma se ve mejor que “donde él y su mujer…trabajarían” no es en los miasmas sino en las ciudades.
“Solo” es una palabra que ya no se acentúa en ningún caso como se hacía hace un tiempo en algún caso.
“…en la que había sido destinado. —Sobrevolaremos…” Mejor de esta forma: destinado—. Sobrevolaremos…)
“…escuadrón aéreo al cual la Canción Dorada pertenecía eran bastante…” Aquí yo pondría como después de aéreo y después de pertenecía para acotar ese inciso. De esa manera acerco “las intenciones” con su verbo “eran”.
En el último párrafo hay un “fulgor Azulado” y una “luz azul”.
Hasta otra. Un saludo.
Vespasiano
17/09/2018 a las 20:04
Hola Altair:
Es la primera vez que leo un relato escrito por ti y por supuesto la primera vez que te voy a comentar. Espero hacerlo lo mejor que pueda y siempre con la intención de ayudar.
Isan ya te ha señalado algunas cosas que no voy a repetir.
Para ser una historia de corte futurista, la batalla o el asalto a la ciudad de Eclipse me parece un poco lenta, con aquellas naves sostenidas por globos de aire (supongo que aire caliente) que no son muy veloces que digamos.
Pero bueno, la historia es tuya y tus naves serán como tú las hayas imaginado.
“Sonrió al recordar a sus dos hijas, corriendo por el pasillo de la vieja granja”
Aquí creo que deberías situar las carreras de las niñas dentro de una casa y no en el campo ya que en el campo no hay pasillos.
Para mejor entender lo que te digo, te bajo la acepción de granja:
Del fr. grange.
1.f. Hacienda de campo dentro de la cual suele haber un caserío donde se recogen la gente de labor y el ganado.
“Entonces, algo cambio”. Cambió lleva acento.
Bueno en líneas generales, tu historia me ha parecido entretenida y me ha gustado.
Felicidades y nos veremos en siguientes retos.
Altair Midnight
17/09/2018 a las 22:12
Gracias por los comentarios, chicos. Solo aclarar una cosa. La ambientación no es futurista, sino distópica.
Altair Midnight
18/09/2018 a las 09:49
@issan:
Muchas gracias por tu comentario. Permíteme que te explique algunas de las cosas que comentas. En primer lugar, la ambientación. No ocurre en Vietnam ni en ninguna guerra real porque es literatura de ficción de corte distópico. Entiendo que haya gente que prefiera una ambientación más realista, así que te agradezco que te hayas tomado la molestia de leerme incluso si este tipo de marco no te encaja mucho 🙂
En lo del gerundio, tienes razón a medias. Siempre voy con prisas y no reviso los textos lo que debiera, lo que a veces deja ciertas perlitas. El gerundio de la frase de la ventana sí debe ir sin coma, ya que hace referencia al mismo sujeto que el verbo principal, pero en el caso del segundo ejemplo que mencionas, al ser un verbo que referencia a un sujeto diferente, es aconsejable separarlo con una coma para que no cause ambigüedad. No obstante, esa estructura es bastante cutre y en una revisión posterior lo habría cambiado por “mientras corrían” sin coma y sin nada.
En tu segunda puntuación, estoy completamente de acuerdo contigo. Es mi cruz cuando escribo. A veces me salen frases kilométricas dignas del Evangelio según San Lucas. El 70% de mis revisiones consiste en meter tijeretazos a frases psicópatas dispuestas a asfixiar lectores. Gracias por la apreciación.
En tu mención a la ortotipografía del diálogo, completamente de acuerdo. De nuevo, carencia de revisión.
En las comas del relativo, siento decirte que no llevas razón y que de hecho estarías cambiando el sentido del texto, ya que estarías transformando una subordinada relativa especificativa en una explicativa.
En cuanto a lo de luz azul y fulgor azulado, es normal que aparezca varias veces en el párrafo, ya que mencionan la misma idea. De hecho, el rayo azul es un elemento clave en la historia ya que es el catalizador del final. El problema no es ese, sino la repetición de la estructura “todo se llenó de un fulgor azul” y “el mundo se llenó de luz azul”. Quizás, la segunda se podría haber cambiado por algo parecido a “una luz azul envolvió el mundo” o algo así.
En fin, de nuevo te doy las gracias por el comentario y espero que no te moleste nada de lo aquí expuesto, ya que mi única intención es debatir amistosamente sobre nuestra querida lengua.
Saludos cordiales.
Altair Midnight
18/09/2018 a las 09:57
@Vespasiano:
Muchas gracias por pasarte y comentar. Te explico algunas cosillas ^^
Cuando se dice que las niñas corren por el pasillo de la granja, queda claro que se refiere a LA CASA (por la referencia gráfica del pasillo). No hay que guiarse solamente por las definiciones de la RAE, ya que existe un recurso lingüístico llamado sinécdoque el cual está aplicado en esa oración (nombrar una parte por el todo o viceversa).
En lo del acento sí que llevas razón, pero como le dije al compañero issan, algo propio de un texto que no está revisado (lo escribí en veinte minutos el día 15 porque se me pasaba el plazo y quería mandar algo este mes ><)
Gracias por tomarte tu tiempo para comentar.
Saludos cordiales.
Gina
19/09/2018 a las 00:14
Hola,
Muy buena tu historia. Yo tengo dos comentarios que me han causado confusión, mencionas los diminutos pies de sus hijas lo que lleva a pensar son de corta edad, sin embargo luego dices las chicas. Puede ser que en Mexico la palabra chicas se utiliza para jóvenes no niñas.
En el final no entendí porque murió al estallar o derrumbarse el edificio. La explosión derrumbó la nave? Le cayó encima?
Ojalá puedas leer y comentar mi relato estoy tres arriba.
Gracias y felicidades
Sophie
20/09/2018 a las 11:13
Hola, Altair.
Vistos los comentarios de otros compañeros y tus aclaraciones, no voy a entrar en eso.
El relato me ha gustado, más bien por el mensaje que transmite que por lo que dice. Los relatos sobre guerras, sean reales, de ficción, distópicas o utópicas, Jeje, no son santo de mi devoción.
Reflexionar sobre ellas, para alcanzar un mundo más justo y mejor, me parece excelente.
Gracias por compartirlo.
Un cariñoso saludo.
Laura
20/09/2018 a las 11:39
Hola Altair.
Creo que al ser un único protagonista, con simplemente nombrarlo la primera vez ya está. Puedes omitirlo las demàs.
En cuanto al contenido, se enlistó como soldado. No veo que los altos mandos den muchas explicaciones a los soldados. Si le mintieron o no, es una cuestiòn que realmente no se habría de considerar. Las fuerzas armadas son estructuras verticalistas, donde se obedece simplemente. Incluso dudo que le sea tan sencillo quedarse simplemente en el camarote a la espera de que todo termine.
Por último, con relaciòn a Eclipse. La primera vez la nombras como la vasta ciudad de Eclipse, flotando sobre un lago. Listo, ya está el nombre de la ciudad, luego vuelves a nombrar la ciudad de Eclipse, ahì simplemente optaría por la ciudad o por Eclipse, no por ambas formas, lo considero redundante.
Por último, y no por ello menos importante, me encantò la forma en que introdujiste los girasoles. XD.
Mis saludos.
Hasta la próxima propuesta.
Florencia M
22/09/2018 a las 09:34
Hola Altair,
Encuentro tu relato bien escrito y me gustó el ambiente que has creado. Te señalo lo siguiente:
-Al principio pones que la hija se llama Elisabeth y la esposa Dafne. Luego, cuando mencionas que tomó la decisión de alistarse en el ejército, pones que Elisabeth estuvo de acuerdo en su decisión ya que era lo mejor para la familia. ¿No sería más lógico que sea Dafne, la esposa, con quien acuerda una decisión así, y no con la hija?
-Luego encuentro poco creíble que un soldado raso vaya a la guerra con un ramo de girasoles. Piensa en el tamaño de las flores, en el olor, en lo estricto que es un ejército. Sería más verosímil una foto de los girasoles o una fotos de la familia junto a los girasoles. Una foto cumple la misma función para el relato (la de recordar a sus hijas) y es mucho más fácil de colarlo en una nave de guerra.
-Por último, encuentro que tu protagonista es muy pasivo. Es activo cuando se enrola al ejército para salvar a su familia pero luego simplemente se queda mirando la guerra desde la ventana. Un poco gallina y un poco raro que la estructura militar se lo permita.
Un saludo y hasta la próxima!
María Jesús
24/09/2018 a las 20:32
Hola Altair: Aunque lo mío no son las distopías, debo decir que tu relato me ha gustado mucho porque está escrito de tal manera que se entiende bien. Has creado una situación bien desarrollada que resulta amena. No te voy a poner ninguna pega porque ya te han dado caña por ahí arriba, solo me quedo con el contexto del relato.
Saludos desde el 9.