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Los girasoles - por pablo_m.oR.
El autor/a de este texto es menor de edad
Ámsterdam, tanto estuve esperando el momento en que te conociese, tanto sufrí para verte, que ahora siento pena por lo que te está ocurriendo.
Bombas caen en la ciudad y nadie hace nada para evitarlas. El Museo van Gogh ha sido destruido y, con él, "Los girasoles". Siempre han dicho que los girasoles miran hacia el sol, así que tú acabarás encontrando forma de salir de esto. Eres un girasol que busca su luz para escapar de esta tormenta. Un rayo te iluminará. Ahora solo debes intentar que todos tus ciudadanos te ayuden.
Los militares británicos vuelven a atacar. Están destrozando todo lo que está frente a ellos. No, el Rijksmuseum no. ¡Sálvalo ciudad querida! ¡Evita que bombardeen más arte!
Parece que se asoma un rayo de luz, tu presidente está intentando comunicarse con el líder británico. Sigue ese camino. Recuerda que eres un girasol y tienes una oportunidad de aumentar ese resplandor.
Han sacado a combate a las tropas holandesas. Lucharán contra el ejército inglés. Si ganas, cesará el ataque hacia ti; pero, si pierdes, se quedarán contigo y formarás parte de Gran Bretaña.
Comienza la pelea. El bando inglés se dispone a atacar. Han formado una línea de defensa imposible de superar. Deberás buscar una estrategia para no fracasar. ¿Qué tal si intentas rodearla con tus militares armados? No, sería inútil.
Creo que no tienes por qué ganar la guerra, sino que retirándote seguirás viva, aunque no seguirás formando parte de los Países Bajos. Sé que no lo harás, ya que eres una ciudad holandesa, no británica; pero, ¿y si te retiras para intentar despistarles? Creo que es una buena opción. Sacarás la bandera blanca de tal forma que sepan que no quieres seguir luchando y que, por tanto, te entregas. Entonces, cuando los soldados ingleses se hayan despistado, lanzarás una bomba que destruya a todo su ejército.
Ahora que has comenzado la retirada, no puedes echar a perder la oportunidad. Haz lo que te he dicho.
Ha funcionado, has acabado con los británicos. Ahora podrás seguir mirando hacia la luz, hacia el sol. Podrás respirar profundamente sin ser molestado.
Pero, todo tu arte ha sido destruido. Deberás reconstruirlo con ayuda de tu población. Las pinturas de Van Gogh, aunque estén rotas, seguirán teniendo mucho valor. Solo habrá que sacar sus restos del museo y restaurarlo. Una vez que hayas conseguido todo esto, respirarás hondo y estarás orgullosa de tus ciudadanos. En este punto, serás el girasol que ha encontrado su luz.
Comentarios (5):
Sugar
17/09/2018 a las 21:24
MUY BUENO, ES GENIAL
Cesar henen
18/09/2018 a las 23:43
¡Hola, Pablo!
Magnífica historia en primera persona, me gusta como el narrador le habla a la ciudad como si fuera un ciudadano más de Ámsterdam. Su preocupación por los sitios destruidos dedicados al arte nos muestra a un fiel amante del arte.
¡Excelente trabajo!
De vuelto
20/09/2018 a las 03:38
Hola.
La historia me ha interesado. Me gustó la personificación de la ciudad y la situación planteada. Para mí, se pueden revisar algunas referencias. Lo bueno, si es breve es mejor, dice el dicho. Y al final le pondría un poco más de sorpresa.
Mi relato es el #52
Sower
20/09/2018 a las 04:11
Lo amé.
El hecho de que esté contada como si le hablaras a la ciudad es lo que le da la esencia a la historia.
Me encanta demasiado
pablo_m.o
27/04/2019 a las 19:55
Sé que ahora no tiene mucho sentido contestar a estos mensajes, ya que han pasado unos meses. Pero quería agradeceros estos comentarios que me hacen crecer como escritor.
Recuerdo que al ver el título “Los girasoles”, tuve la necesidad de hablar sobre Ámsterdam y Van Gogh. Obviamente esta historia no ha pasado y esperamos que no pase nunca. El arte es algo indescriptible que emociona, por lo que destruirlo significa destruir emociones, lo que no nos favorece. Lo que nos diferencia de otras especies es el hecho de emocionarse con cosas tan simples y complejas a su vez como una pintura, una canción, un baile, una fotografía, un relato, una poesía e incluso un edificio o una película. Eso es arte, una emoción. Emocionarse es un arte. El arte es emocionarse.