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Los Girasoles - por PiquillínR.
Los Girasoles
Cuando miré el documental sobre los Girasoles inmediatamente pensé en ellos.
Los conocí en “Malvinas”, fueron mis compañeros de combate.
Es inédito que ese escenario oscuro y cruel actualizará en mí un recuerdo tan luminoso. Siempre que en mi mente resuenan instantes de esa inútil guerra, mi alma queda un poco más herida, por lo tanto trato de no recordar. Sin embargo; este evento se me tornó grato, por eso dejé fluir el recuerdo.
Al llegar a las islas, los vi por primera vez. Habían arribado en un Hércules a Puerto Argentino. Se encontraban sentados junto a una carpa, uno al lado del otro, muy asustados. Seguramente, estos colimbas se habían enterado recién que estaban en una guerra. Desde ese momento, percibí la conexión que los unía.
El Gringo y el Cordobés, como me enteré que les decían, afrontaban juntos las incomodidades y los peligros. No sé cuando surgió ese acuerdo tácito entre ellos; pero era evidente que los ayudaba a transitar esos días.
Cuando estábamos en combate no debíamos abandonar nuestras posiciones por ningún motivo; pero el hambre nos hacía trasgredir esas leyes y ponernos en peligro constantemente. Una vez, salieron de su trinchera en busca de latas de conserva que sabíamos que estaban escondidas en un galpón. Creyeron que nadie los veía, pero nuestro superior estaba cerca.
—Cuerpo a tierra, soldado—dijo en tono enérgico.
—Usted, vuelva a su posición—increpó el cabo—, tratando de separarlos.
No acataron la orden, los dos hicieron cuerpo a tierra; por lo tanto fueron sancionados.
Muertos de frío, insurrectos y orgullosos transcurrieron toda la noche a la intemperie.
Después vinieron los comentarios de la tropa:
—Ahí están los mariquitas.
—¿Quién será el pasivo? ¿Me lo prestará un ratito?
Yo también festejaba las bromas. Por subsistencia, me acostumbré a la boludez como al hambre y al frío. Pero ahora puedo reconocer que percibí en ellos un aura especial y pude distinguir que el vínculo que construyeron era de amor verdadero.
Sé que no fue un error, ni una casualidad que los dos murieran en aquella última batalla. La balacera que se había desatado en el monte nos agarró de sorpresa por la noche. Algunos estábamos en las trincheras. Otros, entre ellos el cordobés, habían salido a buscar agua. Cuando advertimos el ataque, nos colocamos en posición y lamentamos el destino de nuestros compañeros que quedaron desamparados. Sin embargo, el Gringo salió corriendo y se fundió en un abrazo con el cordobés. Ahí fue cuando un ataque aéreo los impactó.
El video refería que los girasoles, cuando está nublado, no se marchitan; sino que se miran entré sí. Las flores se vuelven las unas a las otras para compartir entre sí sus energías. De esa forma se dan calor. Será por eso que los recordé. En la soledad de esas frías islas, emulando el comportamiento de estas plantas, el Gringo y el Cordobés mantuvieron su luminosidad hasta el final.
Comentarios (13):
Nidama de Isthar
18/09/2018 a las 14:28
Me agrada tu temática del amor en medio de la guerra, me habrīan gustado diálogos entre el gringo y el cordobés para conocerlos más. Bien lo de la relación homosexual en el ejército, bastante polémica y tal vez sería bueno que guardes el final para el final, ya que unos párrafos antes nos dices que los protagonistas se van a morir. Saludos y buen relato
Lucy J.S
18/09/2018 a las 15:57
Piquillín, es un relato excelente. Como argentina, me ha llegado profundamente, sabiendo lo injusta que fue esa guerra, sobre todo la relación de los chicos con los girasoles, casi se me caen las lágrimas. Sigue así, saludos!!
pepe
18/09/2018 a las 17:24
Hola Piquillín!
Muy buen relato el tuyo. Muy redondo además cuentas muchas cosas, es difícil con lo poco que se nos da contar tanto y ser tan profundo.
Me ha encantado el símil o la metáfora tan tierna y elaborada de los girasoles con los soldados, así como su historia de amor.
Lo único que no entendí fue el motivo de que los sancioanran, parece confuso o se me escapa algo que no se qué es.
Nos seguimos leyendo.
Jesús Corralejo
18/09/2018 a las 18:00
Hola Piquillín,
qué bien llevado un tema tan peliagudo como es la homosexualidad en el ejército durante la guerra, y qué buena la metáfora final de los girasoles.
Por ponerle un mínimo “pero”, me sobran algunas comas y el “cordobés” aparece una vez en minúscula, pero nada que menche este magnífico relato de amor.
Si te apetece, me encantaría que pudieras echarle un vistazo a mi relato, es el 99 😉
¡Saludos!
Galia
19/09/2018 a las 17:27
Hola Piquillín, tu relato remueve heridas que nunca van a cicatrizar, muy bien descriptos los personajes y la parábola de los girasoles, excelente.Respecto a lo que me comentas de mi relato, no vi las películas a las que aludes, trataré de buscarlas.
Saludos.
Galia
M.L.Plaza
20/09/2018 a las 02:38
Hola Piquilín.
Un relato muy interesante con un simil final espectacular. Creo que la de Malvinas, debe de ser la guerra occidental más olvidada. Por pura casualidad hace algún tiempo leí Los Pichifuegos, y me deslumbró.
Es una opinión meramente personal, así que pasa de ella si no te interesa, pero lo que menos me ha gustado es el párrafo que empieza Es inédito…No sé si querías decir eso o inaudito. Luego repites recuerdo tres veces. En general utilizas una construcción demasiado rebuscada. Los demás párrafos son mucho más fluidos y se leen estupendamente.
¿Por qué pones Malvinas entre comillas?
Ha sido un auténtico placer leer un texto tan interesante.
Saludos
Jaime
20/09/2018 a las 10:21
Hola, Piquilín:
Me ha gustado mucho tu relato. Me parece muy logrado el tono, serio y melancólico pero con un trasfondo positivo. Me parece que abordas el título y el reto de forma muy original.
Como te han comentado más arriba, a mí también me resultó un poco confuso el pasaje en el que los soldados son sancionados. Introduces un diálogo en el que parece que hablan dos personas, pero interpreto que solo se trata de una, y no queda del todo claro que lo que el superior quería hacer era separarlos.
A un nivel más personal, reconozco que me costó un poco entrar en la historia en una primera lectura, aunque quizá eso se deba a las particularidades del español de cada lugar (el mío es el de España), pero me ganó por completo en sucesivas lecturas.
¡Un saludo!
IreneR
20/09/2018 a las 15:14
Buenas, Piquillín.
Me ha gustado mucho tu relato. Me ha parecido sencillo de leer y engancha desde el principio.
Para no repetir lo que ya te han dicho, concuerdo con los compañeros con que cuando son sancionados resulta un tanto confuso, así como el comentario de M.L.Plaza.
Ha sido un placer leerte.
¡Un saludo!
Menta
21/09/2018 a las 10:53
Buenos días Piquillín: Lo primero de todo quiero disculparme porque el mes pasado me hiciste un comentario a mi relato y yo no te devolví la visita. No tengo perdón pero quiero que sepas que esa quincena estaba de vacaciones haciendo turismo y no tenía un rato libre. Es muy dura la vida del turista. Gracias por comprenderme.
Tu relato de este mes me ha encantado. Has construido alrededor de los dos RETOS de este mes una historia preciosa de amor.
Has tratado lo injusta que fue estas muertes en una guerra casi olvidada.
Me gusta mucho tu narrador porque él sí aprendió lo que es el amor verdadero y ser capaz de admirarlo le ha supuesto convertirse en un ser especialmente sensible.
Te doy la enhorabuena y espero leerte el próximo mes. Un saludo, Menta
Violeta
21/09/2018 a las 22:28
Hola Piquillin:
Tu relato me conmovió desde el comienzo, con un tema como el de Malvinas, tan sentido para los argentinos.
Me gustó el final, la vuelta que le das en la comparación de los seres humanos y los girasoles.
Gracias por leerme y comentar. Saludos. Violeta del 102
Laura
21/09/2018 a las 23:35
Hola Piquillìn.
Me has llegado con el relato.
Me quedó un poco extraño lo de las dos òrdenes dadas por diferentes personas, fundamentalmente la segunda:
Creyeron que nadie los veía, pero nuestro superior estaba cerca.
—Cuerpo a tierra, soldado—dijo en tono enérgico.
—Usted, vuelva a su posición—increpó el cabo—, tratando de separarlos.
¿El superior es el cabo que diò la primera orden sin indicar a cuál de ellos en su intento de separarlos, y luego dice a uno de ellos (no sabemos a cuál)que vuelva a su posiciòn?Me he perdido en esa parte.
Por lo demàs, me encantò lo de los girasoles, excelentemente incluidos.
Mis saludos.
Hasta la pròxima propuesta.
Daniel Escobar Celis
22/09/2018 a las 02:21
Vaya manera inesperada de introducir el tema de los girasoles y la guerra. Una evocacion de recuerdos de la guerra tras hacer una analogia en la vida de los girasoles. Buena esa, ademas no me esperaba que agregaras el tema homosexual dandole una dimension humana.
Veo bastante bueno y redondo el escrito. Dice mucho con pocas palabras.
Saludos desde Venezuela y gracias por pasarte por mi relato.
María Jesús
25/09/2018 a las 20:19
Hola Piquillin: Muy buen relato el tuyo, Lo has narrado de tal manera que se hace ameno e incluso desearías leer más, conocer un poco más a los protagonistas. Preciosa la manera de introducir los girasoles. Un placer haberte leído.
Saludos desde el 9.