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"Los girasoles" - por Luciano SĂvori
Web: http://www.viajarleyendo451.blogspot.com.ar
“Los girasoles”
RecorrĂamos un campo de girasoles por la Ruta 2, cerca de Mar del Plata, cuando mi hijo de siete años volviĂł a preguntarme por enĂ©sima vez:
—¿Ya llegamos, pa?
“¿Ya llegamos, pa?”. “¿Ya llegamos, pa?”. Era todo lo que sabĂa decir. TenĂa chocolatada, galletitas, videojuegos portátiles, celulares, mĂşsica. Todo un centro de entretenimiento a su disposiciĂłn. ÂżPor quĂ© tenĂa que romperme las bolas a mĂ, que estaba podrido de estar hace cinco horas manejando como un boludo?
La bruja dormĂa en el asiento del copiloto. Me habĂa cebado dos mates antes de quedar desnucada. Roncaba incluso. Mientras tanto, el enano me taladraba con preguntas y quejas. Que cuánto faltaba para llegar, que por quĂ© el final de la ruta parece estar siempre mojada, que por quĂ© los girasoles siempre siguen al sol, que por quĂ© al mirar las ventanas del costado el auto parece ir más rápido que al ver hacia adelante.
Y que cuánto faltaba para llegar.
Me harté.
—Benja, ¿sabés por qué te parece que el tiempo no pasa más?
Me mirĂł con curiosidad.
—¿Por qué, papá?
—Es una cuestiĂłn de perspectiva. De relatividad. Mirá: cuando vos tenĂas un año, un año era literalmente una vida para vos. Era todo el tiempo que habĂas conocido. Pero a medida que vas creciendo, un año es una fracciĂłn cada vez más pequeña del total de tu vida. Es como ver para atrás en el auto y notar como todo se va haciendo más chiquito —BenjamĂn acomodĂł mis palabras a sus acciones. Se quedĂł un rato mirando hacia atrás, hipnotizado.
ContinuĂ©. QuerĂa marearlo un poco más:
—Esto significa que esperar 24 dĂas para Navidad a la edad de 5 años se siente igual que esperar un año cuando tenĂ©s 54 años. Un año es el 10% de la vida de un niño de diez años, el 2.6% de la vida de un adulto de 38 años como yo… y 0.25% en la vida de un inmortal de 400 años. ¡Imaginate si vos fueras un inmortal con cuatro siglos de edad! Cada amiguito mortal te durarĂa (desde tu perspectiva) apenas un instante. ÂżEntendĂ©s?
—SĂ, más o menos.
—Es cĂłmo dijo Einstein: una hora en compañĂa de lindas chicas pasa más rápido que una hora en la silla del dentista. ÂżViste que cuando estás en el dentista el tiempo no se te pasa más?
—Igual ni ganas de estar una hora con chicas. Gritan y hablan todas juntas.
Me reĂ.
—Eso decĂs ahora. Esperá a tener trece o catorce.
BenjamĂn se quedĂł un rato en silencio.
—¿Y quién es ese Einstein?
—Albert Einstein fue un viejito súper inteligente, con los pelos todos parados y desprolijos.
—¿Cómo el abuelo?
—SĂ, pero exitoso.
—Ah.
—La cuestión—dije—es que aproveches el viaje para mirar el paisaje, el cielo, los girasoles. Porque cuando crezcas vas a sentir que todo pasa mucho más rápido.
—Bueno—concluyó convencido y agregó —pero nunca me explicaste por qué los girasoles siguen al sol.
ResoplĂ© rendido. Mi idea era aburrirlo lo suficiente para que se pusiera a jugar a su Nintendo Switch, o algo asĂ. Mi malvado plan no habĂa dado resultado. Y, sin embargo, su Ăşltima pregunta me dejĂł pensando.
¿Por qué los girasoles se mueven en dirección al sol?
No me quedĂ© pensando que son plantas con un fototropismo positivo, sino en el hecho de que los girasoles no siguen al sol a lo largo de toda su vida. SĂłlo lo hacen cuando son jĂłvenes. Un dĂa cualquiera simplemente dejan de hacerlo; alcanzan la madurez, detienen su danza. Entonces se quedan mirando indefinidamente hacia el oriente hasta que mueren.
ÂżCuánto tiempo faltaba para que BenjamĂn se cansara de preguntarme cosas? Pronto comenzarĂa a sentir vergĂĽenza de mĂ, esconderĂa a sus parejas, buscarĂa respuestas en cualquier otro lado. Lo imaginĂ© con voz grave diciĂ©ndome: “Callate un poco, viejo. Siempre con los mismos chistes de mierda”.
Estas conversaciones que hoy parecen interminables serĂan estrictos “hola” y “chau”. Todas las cadenas de intrigas y preguntas cientĂficas se reducirĂan a un mundano: Âżme prestás el auto esta noche? RecordĂ© lo eterno que me parecĂa cambiarle los pañales. DespuĂ©s aprendiĂł a andar en bicicleta en un fin de semana.
Realmente crecen rápido.
Demasiado rápido.
—Hagamos asà —le dije— yo te cuento todo sobre los girasoles, pero antes te enseño a cebarme unos mates. Y a la vuelta del viaje vas a venir vos adelante un rato. Que tu madre de copiloto no sirve para nada.
Comentarios (14):
Norelkis
17/09/2018 a las 19:39
Dios por el lenguaje que utilizaba el padre por un momento creĂ que detestaba a su propia familia, jajaja.
Aunque ahora que lo pienso tal vez sĂłlo se trataba de que estaba agotado.
Me gustó el pequeño Benjamin, es la clase de muchachito curioso que no le importa fastidiar a los demás mientras quiera aprender.
Saludos.
IreneR
17/09/2018 a las 20:48
Buenas, Luciano.
Me ha encantado tu relato. La curiosidad del niño y cómo esa pregunta sin responder hace que el padre cambie totalmente de opinión.
Creo que está muy bien escrito y que lo has sabido llevar a la perfección.
Gran trabajo.
Un saludo.
JUANA MEDINA
17/09/2018 a las 21:46
¡Qué bueno, Luciano! Veo que has vuelto al ruedo con todas las pilas.
Ă‘o he disfrutado muchĂsimo. Tiene, además. la agilidad del viaje.
Un abrazo
JUANA MEDINA
17/09/2018 a las 21:48
Era: LO HE DISFRUTADO. no Ă‘o. Ja,ja,ja,
Edu, S. C.
18/09/2018 a las 01:30
Hola Luciano, me ha parecido genial tu relato, genial escrito, divertido y muy visual. Todo un compendio de, como bien dice el protagonista, lo rápido que crecen. Yo tengo dos, uno de trece, y los monosĂlabos han tomado mucho protagonismo, pero aĂşn no me pide el coche.
Me han gustado especialmente las reflexiones (con malévolas intenciones) del padre a propósito de la perspectiva del tiempo. Supongo que de eso es de lo que hablan en los libros sobre escritura creativa cuándo dicen que hay que abordar lo conocido con otra mirada.
Te felicito. Me gustarĂa aportarte alguna crĂtica constructiva, pero no puedo.
DoralĂş
18/09/2018 a las 02:16
!Hola Luciano SĂvori!
Me he reĂdo muchĂsimo con ese par. Fue fácil imaginar los personajes y sus acciones. Muy ágil y fluido el relato.
Un abrazo
Jaime
18/09/2018 a las 11:13
Hola, Luciano:
Me ha gustado mucho tu relato. El lenguaje, el ritmo, la manera en que se vuelve serio al final sin perder el humor… No le falta ni le sobra nada. Muy bueno.
¡Un saludo!
Conrad Crad
18/09/2018 a las 11:16
Hola, Luciano. Muy bueno tu relato. Bien escrito, ágil y también profundo. Me ha gustado mucho. Si te apetece, mi historia es la 139. Nos leemos
Luciano SĂvori
18/09/2018 a las 12:19
¡Hola a todos! Gracias por sus hermosas palabras. Aprovecharé estas horas de la mañana para recorrer y comentar sus relatos.
¡Saludos desde Argentina!
De vuelto
19/09/2018 a las 15:21
A mĂ tambiĂ©n me gusta mucho tu cuento. Para aportar con un detalle que puedas mejorar, creo que las palabras del niño son más maduras de lo que suelen ser a su edad… Pero en realidad lo que quiero decir es: felicitaciones.
Mi relato es el #52
Charola
21/09/2018 a las 05:13
Muy bueno, Luciano.
Bastante fluido tu relato, buenos diálogos, incluso profundos en su sencillez. Me gustó mucho.
Mejorables:
—¿Cómo el abuelo? —¿Como el abuelo?
—La cuestiĂłn—dije—es que aproveches…
—La cuestiĂłn —dije— es que aproveches…
—Bueno—concluyĂł convencido y agregĂł —pero…
—Bueno —concluyĂł convencido y agregó— pero…
Por lo demás excelente.
Felicitaciones.
Yoli
21/09/2018 a las 11:36
Hola, Luciano.
Me gustó tu relato. Relatas muy bien como es el padre y su relación con su hijo, y como el tiempo pasa muy rápido. Lo encontré divertido y tierno.
Los únicos fallo que he encontrado es que son números tienen que ir en letras. Lo demás lo veo todo bien.
Si quieres leer el mĂo, soy el 56
Saludos
Carlos Jaime Noreña
21/09/2018 a las 16:41
Qué entretenido relato, Luciano! Y qué bien refleja esos ratos de estrés en los largos viajes familiares por carretera. Los calificativos al niño, que pudimos haber usado unos distintos en nuestro momento, muestran muy bien ese desespero que surge de unas circunstancias atosigantes. ¡Y el de “bruja” lo dice todo!
Muy imaginativos los recursos utilizados para atormentar al chico, como en un desquite; Einstein, relatividad, filosofĂa del tiempo…
Hablando de tiempo… ¡Ojo con el uso de los tiempos verbales! “estaba podrido de estar hace cinco horas…” AquĂ debe ir “hacĂa”, por concordancia.
Y te felicito por haber eludido el tema de la guerra.
Luciano SĂvori
21/09/2018 a las 19:45
Hola a todos y gracias por sus comentarios y correcciones.
El cuento lo subà a mi blog, donde también pueden encontrar muchos otros. =)
http://viajarleyendo451.blogspot.com/2018/09/los-girasoles-cuento.html