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Los girasoles - por SowerR.
El autor/a de este texto es menor de edad
Esa mañana mi madre me pidió ir a un pueblo vecino a comprar comida. No me extrañó en absoluto, después de todo hacía tiempo que la situación en nuestro pueblo era más que complicada. Los precios eran absurdamente altos y todas las familias moríamos poco a poco de hambre. Aunque el pueblo más cercano estaba a tres horas de distancia a pie, salí de casa sin rechistar y me puse en marcha.
Durante todo el camino estuve pensando, sobre un sinnúmero de cosas que una niña de diez años jamás debería pensar. Me preguntaba, ¿Por qué papá no volvía a casa, aun cuando ya había pasado un año desde la última vez que lo habíamos visto? ¿Por qué mamá siempre estaba triste y escondía a mi hermano en el armario cuando hombres desconocidos, que portaban armas, entraban a la casa violentamente? ¿Por qué las calles eran tan silenciosas y a los niños no nos dejaban salir a jugar? ¿Por qué cuando intentaba hablar de estas cosas con mi madre ella solo apartaba la mirada y decía que todo era culpa de los “hombres malos” que habían llegado al pueblo?
Cuando llegué a mi destino, compré las cosas que mi madre me había pedido, y emprendí el camino de vuelta a casa, mientras seguía pensando en cómo habían cambiado nuestras vidas en tan poco tiempo.
Todo esto era extraño para mí, no correspondía al estilo de vida al que estaba acostumbrada, antes éramos una familia común. Papá salía a trabajar todas las mañanas y mi hermano y yo íbamos a la escuela del pueblo. Por las tardes todos los niños ayudábamos a nuestras madres con las tareas de la casa y después jugábamos en la calle hasta la hora de cenar. Pero las cosas cambiaron cuando papá nos dijo que debía marcharse, al igual que todos los demás padres.
Ese día mi hermano y yo estábamos llorando desconsoladamente. Para calmarnos papá compró unas semillas de girasol y nos pidió que lo acompañáramos al patio trasero de la casa, donde comenzó a sembrarlas. Nos dijo que debíamos cuidarlas con esmero para que cuando él volviera pudiera ver los hermosos girasoles que habían brotado de ellas. Aunque seguíamos tristes esas semillas nos dieron esperanza, cada vez que las veíamos recordábamos a papá y esperábamos el día en el que regresara a ver el fruto de nuestro esfuerzo.
Me distraje pensando en todo esto, y el camino se me hizo mucho más corto de lo que esperaba, pero eso no fue lo único que noté. El aire olía bastante extraño y, a medida que me acercaba al pueblo, el olor iba haciéndose mucho más fuerte. Olía a quemado. Mientras corría, se amontonaron en mi mente todas las posibles imágenes de lo que podía haber sucedido, pero ninguna se acercaba ni por asomo a la terrible realidad.
Cuando alcé la mirada, mi cuerpo se paralizó. Dejé caer todo lo que tenía en las manos y me desplomé mientras observaba lo que había quedado del pueblo en el que había nacido. No había nada más que madera chamuscada y escombros. La escena me impactó tanto que pude imaginarme el dolor de las personas que me habían visto crecer, era tan fuerte que lloré y grité junto a ellos. Cuando me dirigí a la que antes era mi casa, pude distinguir algo entre las cenizas, era un pequeño girasol, que recordaba la vida que había existido antes de la desolación.
Comentarios (6):
Amilcar Barça
17/09/2018 a las 17:20
Terrible experiencia que espero no te haya tocado vivir. salu2
Ana Roda
18/09/2018 a las 21:55
Bravo, Sower.
Muy bien contado.
Se lee muy bien y emociona.
Duro y conmovedor.
Manuel Jover
18/09/2018 a las 22:39
Impresionante, Sower!
Qué duro y qué hermoso a la vez tu relato!
Pero también que bien escrito y descrito !
Diez puntos! Te sigo!
Don Kendall
21/09/2018 a las 23:06
Hola Sower,
Me gusta este trabajo que presentas al taller. Es un relato redondo, la voz narrativa está conseguida, narradora que a su vez es personaje y manejo modélico de los diferentes tiempos en pasado, desde el prximo hasta el más lejano. Todo ello hace que la trama co sucesión de acontecimientos fluya de forma cómoda y el lector se sienta a gusto. Ese es el objetivo de esta afición / profesión de juntar letras. Como te decía al principio, en mi Despreciable Opinión, como la de cualquiera, es un relato completo y redondo. Gracias por el aporte
Cesar henen
22/09/2018 a las 22:41
Hola Sower, muchas gracias por tu visita a mi relato y con gusto te devuelvo la cortesía.
Tu relato aunque no muestra realmente el por qué de los acontecimientos trágicos, al final se puede ver cierta esperanza y que no todo se perdió en el incendio.
¡Excelente relato!
beba
26/09/2018 a las 21:24
Hola, Sower: me gustó tu relato, tan cargado de angustia. Así culmina
en la desesperada soledad de un pobrecito girasol. Buena escritura; correcto manejo gramatical. Un saludo.