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Puerto - por Seigel
Última mañana de agosto, despierto. Me encuentro en mi casa, sentado frente al portátil, observando la pantalla y todos los píxeles que formaban aquel conjunto de símbolos que interpretaba como "e-mail". En toda esa algarabía de letras solo retumbaba una frase en mi cabeza: "¡Enhorabuena, ha sido aceptado!". Yo estaba que no me lo creía, lo había conseguido, tras muchísimo esfuerzo ahí estaba el pasaporte a mi felicidad, el billete de no retorno hacia mi vida deseada.
Estaba un paso más cerca de mi objetivo, pero… joder, pero. No importa lo bien que vayan las cosas, absolutamente siempre mi cerebro se pone en la peor situación posible y crea estos "peros" que surgen uno detrás de otro. Esta vez eran las palabras de mi abuelo, que se agolpaban unas con otras: "¿Para qué sirve eso? ¿Quién va a molestarse en perder el tiempo con eso? Tu idea es completamente inútil, bien te vendría hacer la mili como Louisa, ahí es donde se forman las personas de verdad".
Mi abuelo era un capullo integral, pero de entre todas las dagas que me lanzaba al cuello de manera desenfrenada surgía un miedo que me atormentaba: esto no era una apuesta segura. Pese a llevar siete años persiguiéndolo, todo podría acabarse a los dos días. O aún peor: podría ocurrir que, pasado todo este infierno, realmente me diera cuenta de que esto no es lo que me gusta, que no me hace feliz, que acabara igual de amargado que ahora. Habría hecho que mi vida fuera una mentira.
Este es el laberinto emocional del que nunca logro salir, en el que siempre acabo perdido, pensando en todo lo que podría salir mal y gritando para pedir auxilio mientras finjo que todo está bien y no muevo ni un músculo.
Sin embargo, la ansiedad se detuvo de golpe. No, esta vez sí que no. He estado toda la vida asqueado y quejándome porque tenía que hacer cosas que llegaba hasta a odiar solo para conseguir llegar hasta aquí. La bulliciosa ciudad portuaria queda tras de mí y mis retinas solo son capaces de captar la mar. Una hermosa mar llena de conocimientos que esperan ser descubiertos por mí. Y, al final, he podido construir mi barco y no me pienso echar atrás.
Mis héroes consiguieron cruzar el horizonte que se cierne ante mis ojos y lograron observar las verdades que se ocultaban tras él. Y tú, amigo, no vas a ser menos que ellos.
Comentarios (9):
Amadeo
17/08/2018 a las 23:48
Seigel:
No logré conocer el mensaje, el tema del texto. Un hombre consigue “algo” que busca hace tiempo (No sé que es). Filosofa sobre dichos de su abuelo y sobre sus propios problemas. Aparecen “sus” héroes (No sé quienes son) que observan verdades. No sé quién es “tú” (amigo).
En fin… no.
Estoy en el 101 por si quieres leerlo y comentar
Saludos
Amadeo
Seigel
18/08/2018 a las 15:16
Hola Amadeo,
Este texto está basado en mi experiencia. Voy a entrar en la universidad ahora y es un gran paso que ha llevado mucho esfuerzo, pero el texto es tan ambiguo para que todos se puedan sentir identificados con un gran cambio que han sufrido en sus vidas.
Todos los cambios dan miedo, y de ahí todas las frases negativas que le decía su abuelo, en las que el protagonista se pone en lo peor. Pero el protagonista al final mira a su futuro (a su horizonte) con ilusión.
Creo que todos hemos pasado por grandes cambios y quería reflejar mis sensaciones en este relato.
Un saludo, nos vamos leyendo.
Luis Ponce
18/08/2018 a las 17:18
Hola seigel:
Gracias por tu comentario en mi relato.Me gusta el humor.
El tuyo es un relato esperanzador. Todos hemos pasado por una situación semejante, lo importante es la convicción con la que cierras la propuesta, esa es la base del éxito.
Me ha gustado, está bien escrito, pero personalmente, quitaría la última frase, para que el mensaje tenga un destino general.
Nos leemos.
beba
18/08/2018 a las 19:47
Hola, Seigel: Es un buen relato. La intención “didáctica” le quita fuerza. Y tal vez sería más interesante si incluyera acciones, más que reflexiones,que lleven al desenlace. Un saludo.
ANGEL CLIMENT
19/08/2018 a las 11:51
Hola Seigel: bastante de acuerdo con los comentarios a tu relato, esta bien escrito, es interesante, pero le faltan acciones para que deje de ser más un alegato, una reflexión que un relato.
Estoy en el 114 – Nos leemos – Saludos
Carlos J. Noreña
20/08/2018 a las 02:23
Seigel, respondo a tu invitación a leer tu escrito.
Qué bonitas reflexiones y qué bien enlazadas en ese relato donde no nos cuentas qué fue, en concreto, lo que consiguió el protagonista en primera persona y solo lo insinúas al final; porque el objetivo, intuyo, es presentar la lucha personal tras un logro, por encima de todos los obstáculos que se nos interponen más los que nosotros mismos le atravesamos.
Esto lo empecé a escribir antes de leer tu explicación y me satisfizo que me acerqué a lo que tu querías significar con tu trama.
No estoy de acuerdo en que le falten acciones ni en que le sobre la última frase.
R.C. Moons
20/08/2018 a las 14:44
¡Excelente trabajo amigo! Es el primer texto que leo en este blog y me identifico totalmente con él. Estoy pasando por algo muy similar y me es curioso que leyera esto de primera vez.
En mi opinión no le hace falta nada; se entendió perfectamente que es un dilema existencial por el cual atraviesa todo ser humano de una manera u otra. No es importante saber cuál es el problema, pues le otorga intriga además de la mencionada idea de que cada cual le proporcione su significado particular; en fin el relato es vivo y versátil en su propia naturaleza. ¡Éxito!
Toñi Avila (vibe)
20/08/2018 a las 22:39
Hola Seigel:
A mi particularmente me gusta tu relato tal cual está escrito, ni le sobra ni le falta nada. Dejas la opción abierta para que cada uno apliquemos nuestras propias experiencias personales .
El final es genial, venciendo los miedos que nos impiden seguir adelante sin dejarnos vencer.
Gracas por escribir.
Seigel
22/08/2018 a las 15:30
Hola a todos,
Muchas gracias por vuestros comentarios, me animan mucho a seguir escribiendo y leyendo otras entradas del taller.
Sí que es cierto que mis escritos suelen ser muy reflexivos e incluyen pocas acciones. No tiene que ser algo malo, pero me alegra que lo hayáis mencionado, así me puedo proponer un reto más a la hora de escribir.
¡Si habéis participado en el reto poned dónde estáis para que me pase por favor! Y si no lo habéis hecho, os lo recomiendo el mes que viene.
Un saludo, nos seguiremos leyendo 🙂