Literautas - Tu escuela de escritura

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La orgía - por Luis PonceR.+18

Tengo la impresión de que mi jefa ha amanecido más caliente que de costumbre o que los tranquilizantes que toma ya no están surtiendo efecto.
Desde muy temprano ha tomado posesión de mi cuerpo y lleva un par de horas arrastrándome de lado a lado con una pasión desenfrenada.
Pero no me extraña. Esa actitud suya es típica de esta época. Como ha terminado la temporada turística y con el último visitante se han ido las prisas, el estrés y el dinero, han venido a visitarnos la escasez, las horas largas y el aburrimiento.
La dueña de mis designios, una rubia alta y corpulenta, poseedora de todas las curvas que la naturaleza ha puesto sobre las mujeres, sabe que pasarán tres meses hasta que el pueblo vuelva a llenarse de gente, de música y algarabía. Y sobre todo de dinero.
Mientras tanto habrá que reducir los gastos al mínimo y privarse de algunos placeres.
Para compensar esos sacrificios, ella se las toma conmigo. Soy lo único que le queda. El último deleite.
Para serles franco, como esto se repite cada temporada, los primeros días del ciclo no me disgustan. Es como si fuera la primera vez. Me entrego con total desenfado y a veces hasta con descaro. Me he convencido de que si mi jefa se solaza conmigo yo también puedo disfrutar de nuestra relación. Incluso diría que hay momentos en que me encanta que me tenga en la punta de sus dedos y se entusiasme con mis movimientos.
Lo que me disgusta es ser tratado como un esclavo, sin ninguna consideración ni piedad. No me permite hacer lo que yo quiera. Mi opinión no cuenta y no tengo derecho a reclamar. Muchas veces he intentado declararme en paro pero ella me presiona y me obliga a cumplir su voluntad. Es incansable, inagotable, no tiene misericordia conmigo. Ruego que alguien nos interrumpa pero es en vano porque en esta época no hay clientes. No me queda más que abandonarme y disfrutar de la experiencia.
Al principio culpaba al racismo de esa tendencia abusiva de su conducta, pero luego me cercioré de que no tiene que ver con el color porque no siempre soy negro como ahora, hay veces en que amanezco azul del frío o rojo del calor.
Pero independientemente de mi color, ella siempre abusa de mí. Me subyuga, me arrastra, me exprime y cuando llega al paroxismo me sacude desesperadamente o me estrella contra las paredes negras que me impiden mirar el horizonte.
Ella me arrastra en un incesante zarandeo. Hace conmigo lo que le place: a veces me lleva de frente, otras de espalda. Me deforma en zetas o en eses y alguna vez en el colmo de la desesperación llegó a hacer conmigo un sesenta y nueve. Pero en otras ocasiones se detiene bruscamente sin importarle ni mis traumas ni mi frustración. Estoy a un paso de volverme loco. Tengo que encontrar la salida para no terminar en un manicomio.
—Buenos días, ¿me puede atender?
La voz del cliente ha interrumpido lo que parecía que iba a ser un final maravilloso. Pero mi jefa me abandona justo antes del clímax porque tiene su mente influenciada por el dinero y no le importa dejarme botado en la mitad del camino.
—Sí señor, ¿en qué le puedo servir?— pregunta servicial.
—¿Sería tan amable de enseñarme el “Borsalino” azul que se encuentra en la vitrina?
—Encantada—contesta melosa.
Antes me ponía celoso, pero me he resignado a que prefiera el dinero antes que el disfrutar de nuestra relación.
—¿Qué precio tiene?
—Ciento sesenta euros—responde apresurada sin esconder la necesidad de la venta.
—¿Le puedo pagar con un cheque de viajero?
—Claro, si me permite su pasaporte.
Sonríe coqueta con el comprador cuando cierra el primer negocio del día. Yo he quedado solo y abandonado en el fondo del desfiladero teniendo como cielo las alas de los “Panamá”, los “Fedora”, los “Cordobés” y los “Cloché” que sobresalen en la estantería.
Luego de cerrar el trato, la única mujer de mi vida, la razón de mi existir, llena una papeleta de depósito del banco y sin lanzarme ni siquiera una mirada de desprecio, cierra el negocio con un cartelito que dice:"Regreso en quince minutos".
Mientras tanto yo, un simple punto de tinta negra, permaneceré abandonado sobre el papel del periódico dominical a la espera de que ella regrese para tratar de encontrar la salida de este laberinto.

Comentarios (16):

Luis Ponce

17/08/2018 a las 19:25

Saludos a todos:
mis disculpas para quienes esperaban otra cosa, pero así son las cosas en este pueblo.

Susana

17/08/2018 a las 20:15

Hola, soy Susana

Luis Ponce, desde que llegué a Literautas he leído dos de tus relatos, el primero fue “Homónimo” que me encantó y éste es el segundo, y no puedo decidir cuál es mi favorito.

Me encanta tu sentido del humor tan doble sentido y sano a la vez. Creo que tienes mucho potencial para crear historias divertidas y activas.Y no encontré ningún error!

No suelo leer escritos de ésta forma, pero los tuyos hacen que mi opinión y perspectiva cambien.

Espero que sigas creando, leyendo y escribiendo!

Mi número de relato es el 131. Me encantaría que lo leyeras y me dieras tu opinión.

Enhorabuena, Luis! Y me encantan tus relatos 🙂

Luis Ponce

18/08/2018 a las 00:39

Gracias Susana.

Osvaldo Vela

18/08/2018 a las 14:35

Hola Luis, me da gusto visitar tu página de nuevo. Pasé por el taller anterior y dejé mi comentario.

En ambos veo que has mantenido y mejorado la comicidad de tus letras. No olvido el recorrido socarrón y jocoso que le diste a las obras de Botero.

De este escrito también me llenan ciertas chispas de ingenio que te atreves a plasmar. “soy su último deleite” o “hay veces que amanezco azul de frío o rojo del calor” “soy un simple punto de tinta negra” como queriendo agregar: “en el lienzo de su calentura”. Bravo por el pintor.

Felicidades.

Agradezco de sobremanera el comentario que dejaste en mi texto. En él, me vistes de charro y atraviesas la bandera de México en mi pecho.

Seigel

18/08/2018 a las 15:44

Hola Luis,

Me ha gustado mucho la manera en la que juegas con las palabras para dar una sensación de “confusión”. La identidad del protagonista me parece muy original y la forma en la que la descubres me ha encantado.

Felicidades por el relato, yo estoy el último de la lista (138) por si quieres pasarte.

Un saludo, espero verte en próximos meses.

Alétheia

18/08/2018 a las 16:15

Hola Luis.

Tu relato me ha sorprendido bastante. Sinceramente al principio no me estaba gustando, pero cuando lo terminé me paré un rato a pensar y entendí lo que pasaba. De modo que hice una segunda lectura pensando en el bolígrafo y todo encajaba a la perfección. Es curioso cómo cambia nuestra percepción cuando cambiamos una premisa.

Un saludo, y gracias por pasarte por el 120.

Daniel Escobar Celis

18/08/2018 a las 19:24

Yo ya decía que había algo raro en ese cuento XD. Creo que no miraré los laberintos del mismo modo.

Bueno Saludos. Cuando puedas pasas por mi relato el 130.

beba

18/08/2018 a las 21:14

Hola, Luis: Como siempre, un relato pulcro e inteligente. Muy bueno el diseño de los personajes y el entramado de equívocos para llegar a un desenlace inesperado.

Charola

19/08/2018 a las 03:09

Hola, Luis Ponce.
Disculpado. Jajaja.
Buen relato con la finura de tu pluma.
Felicitaciones.
Osvaldo Vela habla sobre Botero, no lo he leído. ¿En qué escena está?

Un abrazo.

pepe

19/08/2018 a las 10:40

Hola Luis!!!

Me encantó tu relato, y eso que el tema no me llamaba para nada la atención, pero es que incluso aún pensando que se trataba de otra cosa me tenías enganchado. ¡¡¡Y qué final!!! Te invita a releerlo otras tantas veces y buscar los entresijos tan bien orquestados.

Es la primera vez que participo en literautas y éste, tu relato, aunque escondido entre otros también muy buenos, es de los que más me han gustado.

Te seguiré en futuras lecturas.

Mª Jesús Hernando

19/08/2018 a las 11:11

Divertido equívoco Luis. Ha sido un gusto leerlo. Enhorabuena. Nos leemos.

ANGEL CLIMENT

19/08/2018 a las 11:38

Hola Luis: En tu linea, como siempre, un muy buen relato que deja un buen sabor de boca. Me encanto el leerlo.
Nos leemos – soy el 114 – Saludos

Cecilia Kleiman

19/08/2018 a las 22:28

Hola Luis, en general, coincido con las opiniones de todos lo compañeros. Relato muy inteligente, cargado de humor y cin final sorpesivo. ¡Te admiro!
Te invito a pasarte por mi relato (57).
Saludos!

Laura

20/08/2018 a las 12:23

Hola Luis Ponce.
Me sumo a los que te felicitan por la ligereza de tu pluma, la versatilidad de tu imaginaciòn y el derroche de gracia.
Te van a señalar, probablemente, lo mismo que a mì me han señalado: los epacios entre el guiòn de diàlogo y el parlamento. Son causados seguramente por las prisas.
Hasta la pròxima propuesta.

Lujabal

21/08/2018 a las 17:34

Hola Luis Ponce :

Estoy impresionado con tu relato. Empezaste jugando con el título y la clasificación ( +18 ) para sorprendernos a todos.El resultado ha sido increíble.

Un saludo.

Vespasiano

26/08/2018 a las 20:26

Hola Luis Ponce:

Muchas gracias por pasarte por mi relato y dejar tu amable comentario.

El tuyo lo he tenido que leer un par de veces e incluso ayudarme de algunos comentarios de los compañeros. Lo atribuyo a que estoy de vacaciones y mis neuronas se han debido de ahogar en la playa.

Después de revisar tu texto veo que tu relato es sorprendentemente imaginativo, y por ello te felicito.

Seguiré leyéndote para disfrutar de tus historias.

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