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Un sombrero nuevo para una nueva vida - por Luna PaniaguaR.

Web: http://lunapaniagua.wordpress.com

La tienda era más grande de lo que Eli siempre había pensado al verla desde fuera. Aunque le sorprendió aún más que allí solo vendieran sombreros. A pesar del cartel sobre el escaparate: «La sombrerería», estaba segura de que habría más productos; cestas de mimbre, corbatas, fulares… algo de eso. Le parecía increíble que la gente comprara tantos sombreros como para que alguien pudiera vivir de ello.

A pesar de que Eli residía en el portal de al lado desde hacía diez años, era la primera vez que entraba en La sombrerería. En unas horas embarcaría rumbo al Caribe y no le apetecía llevar su desgastada gorra de propaganda para un viaje tan especial. Mientras se probaba diferentes tipos de boinas no podía dejar de sonreír. Cómo no iba a hacerlo con el horizonte que se abría ante ella: una nueva vida junto al hombre al que amaba, quien había aparecido cuando y donde menos lo esperaba para llenar su mundo de felicidad.

Sabía que su familia no lo aceptaría, por eso no les había contado nada sobre Antonio. En cuanto conocieran su pasado intentarían alejarla de él. También ella tuvo sus reparos al principio, no lo niega, pero enseguida se dio cuenta de que era una buena persona que cometió un error, del que estaba arrepentido. Lo conoció cuando intentaba salir del laberinto oscuro de su pasado, y Eli le ayudó, le dio la mano y tiró de él. Antonio la necesitaba, y ella sabía ver al verdadero hombre, más allá de las etiquetas que le pusieran los demás. A la mierda todos esos prejuiciosos, lo conocía y confiaba en él.

No le convencían las boinas. Se acercó a las estanterías de las pamelas. Sí, le sentaban mejor. Se decidió por una de ala especialmente ancha y una cinta morada con una flor rosa y amarilla. Después eligió un sombrero para Antonio, uno convencional, el más grande para que le calara bien. Se acercó al mostrador. Era la única clienta, no había entrado nadie más desde que estaba allí, lo cual reavivó su duda sobre la rentabilidad de un local así.

Pidió al dependiente que el de hombre lo envolviera para regalo. Mientras lo veía preparar el paquete repasó mentalmente lo que debía llevar: las dos maletas con ropa, un par de libros, la cámara de fotos, los sombreros, las gafas de sol, el sobre con el dinero y los pasaportes falsos. En —miró el reloj— tres horas y veinte minutos recogería a Antonio en el penal como siempre, solo que después de ese permiso ya no volvería a entrar a ese odioso lugar. Para cuando empezaran a buscarlo estarían muy lejos, con nuevas identidades y nueva vida, una normal como la de las otras parejas de enamorados. Por supuesto que lo que él hizo estuvo mal, pero ya había cumplido muchos años de condena; lo sentía por esas mujeres, sin embargo el que su Antonio estuviera en la cárcel no les iba a devolver la vida. Además, se había rehabilitado y no volvería a hacer algo así. Claro que no. Ella lo ayudó a cambiar y siempre lo cuidaría. Él la necesitaba y no lo defraudaría.

Pagó, cogió la bolsa, abrió la puerta y se alejó, dejando tras de sí el eco de sus tacones.

Comentarios (13):

IreneR

18/08/2018 a las 16:32

Buenas, Luna Paniagua.

Me ha gustado tu relato. Conforme lo iba leyendo me he ido preguntando dónde estaría el punto que lo diferenciaba de una compra normal, el pasaporte falso me ha dado la respuesta.
Me ha recordado un poco a mi propio relato. Creo que lo de los sombreros y un pasaporte da mucho pie a una fuga.

Solo he encontrado una frase extraña: “Pidió al dependiente que el de hombre lo envolviera para regalo.” Ahí falla algo.

Buen trabajo.

Un saludo.

S. Freeman

20/08/2018 a las 04:59

Hola, Luna.
¡Qué buen relato! Me lo leí súper suave, fluido y todas las escenas se veían claras en mi cabeza.
Me gustó mucho cómo fuiste construyendo las cosas para al final revelar algo que de alguna manera esperaba, pero que de todas formas resulta sorprendente (cosa que he leído demuestra habilidad).
Lo único que cambiaría sería la frase: “Él la necesitaba y no lo defraudaría”. Sería bueno usar alguna metáfora, o algo fuerte, que demuestre y no sólo diga.

Un fuerte abrazo.
Saludos.

Yoli

20/08/2018 a las 11:18

Hola, Luna.
Me ha gustado tu relato. Al principio pensé que era una compra normal, pero cuando empezaste a hablar de Antonio ahí vi algo. Solo espero que la protagonista tenga razón y esté rehabilitado y no sea una nueva victima

Si quieres leer el mío, soy el 7

Saludos

Luna Paniagua

22/08/2018 a las 07:46

¡Muchas gracias! Les daré una vuelta a las frases que me comentáis.
Ahora os visito.

Saludos,

Luna

Kein V. Raad

22/08/2018 a las 13:38

Hola Luna,

Me gustó mucho tu relato, el cómo gradualmente vas llegando al meollo del asunto, mientras te mueves entre los sucesos en la tienda y la historia con Antonio.

A pesar de que no es Eli quien narra, todo lo dices desde su punto de vista, así que al final el lector queda con la interesante duda de qué pasará después y qué tanto Antonio ha cambiado en realidad.

Saludos.

Fortunata

22/08/2018 a las 18:20

Hola

Muy interesante y entretenido. El final lo mejor. No puedo evitar ver a una mujer manipulada por un psicópata peligroso, lo cual lo hace inquietante dándole mucho valor añadido

Saludos!!

Maurice

24/08/2018 a las 00:41

¡hola Laura!
Leí tu relato y me pareció una historia simple, de lectura fluida, rápida, de amor y de fuga, recordada por una mujer que huye con un asesino de quién se enamoró. ¡Dios la ayude en su nueva vida Ja, ja, ja! No es extraño que a este tipo de persona se le ocurriera pensar en la baja rentabilidad de la tienda. A pesar que el argumento está bien armado, me parece que deja poco a la imaginación del lector, lo que considero esencial a la hora de vender el cuento. Igual, me gusto. Felicitaciones
NOTA: si leiste las historias de Sherlok Holmes, te invito a que pases por mi relato, estoy en el 38.

Maurice

24/08/2018 a las 00:43

¡Perdón, quise decir Luna! Disculpame.

Laura

24/08/2018 a las 21:49

Hola Luna.
Tienes una buena historia, suave que se dirige sin dudas hacia su desenlace.
Creo que te sobran algunas alusiones a Eli: es la ùnica protagonista. Simplemente con la primera vez que la nombras creo que es suficiente.
Por lo demàs, nada que señalar.
Saludos.
Hasta la pròxima propuesta.

Roger Nhicap

25/08/2018 a las 13:10

Hola Luna, Soy tu vecino de arriba. Me ha gustado la sencillez narrativa con la que construyes la historia.
Una cosa que no encaja es porqué la protagonista compra los sombreros en la tienda justo al lado de su casa. Si tiene previsto fugarse con un prófugo, y con pasaportes falsos, parece que descuida las precauciones básicas y deja una pista en su entorno próximo.
Me imaginé otro final, pero está claro el futuro de la pareja.
Buen trabajo. Un abrazo

tyess

26/08/2018 a las 07:22

“Aquí yace Eli, pesimista sobre el negocio de al lado, optimista sobre la reformación de un asesino en serie. Su familia todavía la debe estar buscando.”
¿Esperabas ese pesimismo del lector? ¿O dirías que tu relato tiene un final abierto?

Buena dosificación de la información, uno ni cuenta se da a que hora se da cuenta de lo que se cocina.
Me gusta como juegas con el evento en curso y la trama real que se oculta bajo la inocente compra.

marazul

30/08/2018 a las 20:58

Hola Luna: un relato interesante con un buen final. Sinceramente pensé mientras iba leyendo que en esa tienda se vendía algo más que sombreros. Esa preocupación de Eli por la rentabilidad del negocio me hizo sospechar que algo “ sucio” se escondía allí. Así que has conseguido engañarme je, je…
Pobre Eli, acabará como las otras…
Encantada de leerte Luna
Saludos

Luna Paniagua

01/09/2018 a las 21:39

Hola a todos, y muchas gracias por vuestros comentarios e indicaciones.

Tyess, sí que esperaría pesimismo del lector, es lo que me transmite a mí también una historia así.

Saludos,

Luna

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