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¿Donde estoy? - por PepeR.
¿Dónde estoy? Está todo…negro, muy negro, no en un sentido figurado sino en el de que no consigo ver nada. Qué sensación más rara, pero no es la única; no consigo moverme, tengo la impresión de ser sólo pensamiento como si no tuviera nada más que consciencia y sólo consciencia. ¿Será así como uno se siente cuando le dan pasaporte al otro barrio? Un momento… Empiezo a sentir algo… Parece… ¡Puedo mover mi mano! O por lo menos soy consciente de ella, no la veo pero sí que siento sus dedecillos juguetear con el aire. Si mi brazo me lo permitiera…podría tocar mis ojos a ver si adivino qué me pasa, frotármelos aunque fuera. ¡Sí! ¡Puedo! De hecho estoy tocando algo compuesto de una especie de tela o algodón que está tapando mi visión. Voy a probar de quitármelo. ¡Oh! ¡Cuánta luz! ¿Qué es esto que tenía en los ojos? Es un…¿sombrero?¿Qué narices hago yo tirado en el suelo con un sombrero en la cara? No recuerdo nada. Todo parece indicar que en algún momento de mi pasado he sentido la necesidad de acostarme en el sitio donde me encontrara, en el que aún me encuentro, y echarme una siestecita. Vaya. Problema resuelto. Estoy en el suelo de… ¿Dónde? Mejor será que me levante, parece que mis piernas también empiezan a recordar sus funciones. Qué lugar tan raro. Nunca antes lo había visto. Cuántos sombreros. Esto será una tienda de sombreros, pero nunca he estado ni conozco de ninguna, no se quién podrá poseer hoy en día una tienda de sombreros, pero se tiene que poseer una visión capaz de ver más allá de cualquier horizonte para pensar y pretender progresar vendiendo este tipo de complemento de vestir tan pasado de moda. Me cuesta caminar, tengo las piernas engarrotadas y los pies me pesan casi más de lo que puedo soportar, debería primero recordar cómo he llegado aquí, seguro que así se me viene cómo salir de este antro y eso será mejor que divagar con la esperanza de que mis fuerzas aguanten más que la suerte de no encontrar una salida. Pero a mi mente parece que aún le falta tiempo para encontrarse ¡Venga! Piensa en cualquier cosa y seguro que eso la despierta. Mira en derredor, algo la activará. Todo es muy raro en este lugar, las estanterías con sus sombreros, esta luz fuerte que hace que todo brille y se vea todo tan distorsionado, es un lugar demasiado irreal, pero…¿Qué tengo en la mano? Es un sombrero precioso, y ahora que lo miro…¡Sí! ¡Estoy recordando! No es la primera vez que lo veo, este sombrero está empezando a evocar mis primeros recuerdos, pero son algo difusos, aún los percibo oscuros, o negros, como si no trataran de nada… ¡Claro! Este era el sombrero que tenía en en la cara y no me dejaba ver nada. Seré tonto. Pero…qué bonito que es. Seguro que por eso lo habré elegido en su momento. No puedo dejar de mirarlo. Si no estuviera tan destrozado, mi cansancio está anulando incluso la capacidad de deleitarme con su imagen. ¿Y si me sentara? Sí, ésta es la mejor idea que he tenido. Qué raro, siento que antes ya he hecho esto, pero tengo la sensación de que no ha sido exactamente así. Empiezo a tener un repentino mareo, no se si por mi desorientación momentánea o que eso sea la causa de mi desorientación momentánea. Creo que lo mejor será que me acueste. Sí, así, aunque tirado en un frío e inusualmente cómodo suelo, mucho mejor. Si no fuera por esta espantosa e intensa luz. Parece ser que una tienda de sombreros tiene que tener mucha luz, un foco potente y desde una posición elevada resalta mucho más las clarividencias alopécicas que un sombrero pueda saldar u ocultar. ¿Y si me pusiera este sombrero tan bonito que no se que hace en mi mano delante de la cara? ¡Por fin! Ya no hay nada que me moleste. Casi siento incluso ganas de dormir y ahora que lo pienso, creo que eso es lo mejor que podré hacer. Dormiré. Seguro que cuando despierte todo volverá a estar en orden de nuevo. Seguro que volveré a saber dónde he estado, pero lo más importante: seguro que volveré a estar al otro lado de este onírico laberinto.
¿Dónde estoy? Está todo…
Comentarios (10):
Helena Sauras
18/08/2018 a las 14:59
¡Hola Pepe!
He entrado en tu historia y me ha costado poco imaginarme la situación porque has mostrado los pensamientos del protagonista a base de bien y has logrado que me sumerja en la atmósfera. Un monólogo interior bastante cuidado y bien descrito. Además le das un aire circular, porque empieza igual que acaba. También tienes buen dominio de los tiempos verbales.
Lo único y, como sugerencia, te invito que uses los puntos y aparte cuando el personaje mueve la mano, cuando entra más luz, cuando cambia de posición. Creo que le daría otra fluidez al relato y se leería mejor. Aunque sospecho que lo has hecho adrede.
También sobra un “en” en la frase:”Este era el sombrero que tenía en la cara”.
Me he quedado con las ganas de saber qué ocurre al otro lado del laberinto onírico.
Un saludo y te leo en futuros talleres.
Doralú
18/08/2018 a las 23:42
¡Hola Pepe!
¡Qué gusto leer tu monologo! excelente relato, hiciste que viera claramente la escena, los sentimientos, las sensaciones, las dudas presentadas. A mi parecer el pobre hombre está preso en un loop en una sala de emergencia sin saber que ya está muerto.
En cuanto a la forma, unos pequeños detalles:
Ausencia de acento: en el “donde” del título y en
“se” del verbo saber: “…no se quién…”. “…no se si…”. “…no se que hace…” el “que” de la oración anterior también lleva acento.
Un abrazo
Antaviana
19/08/2018 a las 14:04
Hola Pepe,
Me ha gustado tu relato, me ha enganchado para seguir leyendo, la historia de ese monólogo interno de tu personaje está muy bien contada, muy bien escrita.
Y esa forma de narrar, que discurre muy al estilo Rayuela, me gusta mucho.
Te felicito!
Saludos
Labajos.
19/08/2018 a las 18:26
Hola Pepe:
Has hecho tu escrito sin ningún punto y aparte. Eso al principio me ha hecho prejuzgar…”menudo ladrillo”, pero resulta que esta redacción condensada tiene mucho que ver en la sensación de agobio de tu personaje. ¡Genial! Resulta un magnífico efecto. Yo no sé que le ha podido pasar a tu protagonista…alcohol, amnesia, un porro “blanco”, algún psicotrópico…¿Estar muerto? No lo sabemos, pero se enfrenta como puede a una sensación difícil de asimilar, angustiosa, pesada, si fuese un cuadro sería el Grito de Munch.
En mi opinión la palabra “dedecillos”, en diminutivo es amable, incompatible con la inquietud…no pega, ni siquiera “dedillos”. Yo hubiese puesto simplemente “dedos”, pero es solo mi opinión.
En cuanto a las tildes con los monosílabos, solo cabe mi solidaridad, son para mí una pesadilla y me paso la vida consultando, supongo que terminaremos aprendiendo, que para eso estamos. Un saludo y felicidades por tu trabajo.
Jorge G. Labajos
Cecilia Kleiman
19/08/2018 a las 22:43
Hola, Pepe. Muchas gracias por tu comentario en mi relato. Tu escrito me gustó mucho, muy buena la idea del monólogo interno del personaje y de su incertidumbre en cuanto a su paradero. En mi humilde opnión, yo manejaría un poco mejor la forma de pensar del personaje. El proceso mental de tu personaje es poco “real”, parece más bien como si estuviera narrandolo el narrador (valga la redundancia) y no “pensándolo” el protagonista. Un maestro de eso es James Joyce en su desarrollo del estilo “stream of conciousness”. Te recomiendo leer algunos fragmentos de su libreo Ulises. Aclaro que mi opinión está muy influenciada por mis propios gustos literarios, puede ser que no sea la más objetiva. 🙂
Un saludo!
De vuelto
20/08/2018 a las 05:18
La cadena de pensamientos lleva la historia, lo que te encierra en un marco al igual que tu protagonista. La escena es intrigante pero creo que falta algo de evolución para volver a empezar el ciclo con más información.
Mi relato es el #45
Alf
20/08/2018 a las 22:45
¡Buenas, Pepe!
Me ha encantado la propuesta en sí de tu relato y cómo la has llevado a cabo. En tan pocas palabras, consigues construir un ciclo absolutamente cerrado que no presente desconexiones ni brechas por ninguna de sus partes.
Me gusta que quede tanto a interpretación, me gusta esa sensación de angustia e impotencia hacia el sentimiento de encontrarse en una dena que va a acabar repitiéndose y sin posibilidad de escape.
Resaltaría algunos errores de forma, pero veo que el resto de compañeros ya se han encargado bien de ellos… Aunque sí que, personalmente, agradecería párrafos definidos y separados para facilitar la lectura. Puedo entender que el texto sea así para contribuir a la sensación de confusión que pretende producir, pero creo que es un pequeño detalle que no acaba compensando si lo comparas con lo que dificulta la lectura.
Un último comentario: Me encanta esa reflexión que haces sobre lo “loco” que hay que estar para pretender sacar adelante una tienda de sombreros hoy en día. XDD
Espero ver más puestas en escena sorprendentes como esta de tu parte en un futuro.
¡Un saludico!
Pepe
21/08/2018 a las 15:52
Hola y gracias a todos por molestarse en comentar mi relato y gracias también por vuestros consejos, sugerencias, objeciones, correcciones, apuntes y opiniones pero sobre todo muchas gracias por las palabras bonitas, ha sido la primera vez que participaba en esto pero me habéis dado ganas de participar muchas veces más.
En lo referente al relato mi intención era hacer algo cerrado pero dejando una pequeña posibilidad a pensar de que quedara abierto, pero todos habéis acertado: es una persona que está encerrada en sí misma. El motivo ya sea que esté muerto, dormido, en coma, colocado, drogado o presa de una absorbente paja mental lo dejo para la imaginación de cada uno que es donde mejor estará y se desarrollará.
Gracias de nuevo y…ya nos leemos.
Laura
25/08/2018 a las 12:50
Hola Pepe.
Me encantan los relatos circulares.
Con respecto a lo estètico, como ya te han comentado, puede parecer más que pesado al ver semejante bloque, pero si entras en él, lo recorres ìntegramente.
Tu escritura me ha resultado àgil, de a poco vas desenrollando la madeja…para volver al comienzo.
Grandioso.
Saludos.
Hasta la pròxima propuesta.
Cesar henen
28/08/2018 a las 00:14
¡Que tal Pepe!
Me ha gustado tu relato en primera persona, tiene las pausas necesarias para no hacerlo tan abrupto como parece a simple vista, dichas pausas dan el descanso necesario al lector para sentirse dentro de la trama y que no sea pesado leer.