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Motas de polvo - por Jose LuisR.
¿Dónde estaba ella? ¿Es que acaso ha sido un sueño?, se preguntó el hombre, despeinado y amodorrado.
El sol se filtraba alegremente por la ventana, esquivando las cortinas, iluminando las motas de polvo que revoloteaban por el aire. El cuarto estaba vacío. Dolorosamente vacío. Aunque los recuerdos de la noche anterior aún estaban frescos en la memoria, pero que perdone el lector si los detalles más concretos permanecen en la cabeza del protagonista. Hay que esquivar la indiscreción y respetar su intimidad.
Edelmiro posaba la vista, todavía legañosa, sobre la cama, añorando y rememorando. Por otro lado, apenas podía creer la suerte que había tenido de encontrar a una persona como Jacinta. Era perfecta, a falta de un adjetivo mejor que pudiera definirla como persona y amante. Habían hablado casi toda la noche y habían conectado a casi todos los niveles. Luego hicieron el amor como locos y disfrutaron de sus cuerpos mutuamente. Pero lo primero, para Edelmiro, había sido una sutil conexión, allende el prosaico ayuntamiento carnal. Para él todo había consistido en algo mucho más profundo que una simple cópula salvaje, bien ejecutada y disfrutada, junto con el delicioso roce de sus pieles sudorosas.
Al principio, muchas horas antes, cuando se conocieron en el bar y pidieron exactamente lo mismo para beber, riéndose de dicha casualidad, solo eran unos desconocidos que nada sabían el uno del otro, pero tras pasar la noche en mutua compañía ya no fueron sino almas gemelas. Fue como si el amable destino hubiese dispuesto que ambos se encontraran en el mismo lugar y a la misma hora en aquel tugurio.
Edelmiro estaba ahora bien despierto, de regreso a la realidad. Definitivamente, no fue un sueño, pues parte del delicado perfume de Jacinta, y de su esencia misma, incluyendo el sudor, se habían quedado impregnados en cada rincón de la cama. Posó la mano sobre la almohada, y casi pudo notar algo de calor humano todavía posado en ella.
Edelmiro se levantó de la cama para ir a orinar, y en el ínterin posó la vista por casualidad en sus pantalones, tirados negligentemente sobre una silla la noche antes, momentos antes de comenzar el fragor del sexo. Encima de la ropa, donde él sabía que no la había dejado, estaba su cartera, con las cremalleras abiertas de par en par. El hombre ni siquiera se molestó en ir a comprobarlo para allanar el camino hacia la certeza, porque, aparte de que le daba igual, tampoco se enfadó por ello. No se sentía estafado en absoluto. El recuerdo eterno que le iba a quedar para siempre bien lo valía.
Jacinta, si es que ese era su nombre verdadero, se había marchado, y tal vez nunca más volvería a verla; pero, mucho más importante, aparte de sustraerle a Edelmiro todo su dinero, sin querer le había robado también un poquito el corazón.
Comentarios (12):
JUANA MEDINA
19/07/2018 a las 00:50
Hola José Luis.
Muchas gracias por tu visita a mi relato, y por tus comentarios.
Tu historia me gusta por la vuelta de tuerca final y la forma en que la has llevado. En un primer momento uno se deja llevar por un relato erótico-romántico y se pregunta adónde vas con una situación tantas veces descripta, y en un segundo hemos pasado a otro plano bien distinto. Aplausos. Y un aplauso más por “sin querer le había robado también un poquito el corazón”.
Sentí pena por Edelmiro.
Un abrazo
paola
19/07/2018 a las 10:50
Hola José Luis
Me ha gustado mucho tu relato.
Lo único que yo omitiría la parte en la que dices al lector que no vas a contar pormenores, suena extraño.
Enhorabuena y saludos
El chaval
19/07/2018 a las 10:59
Buen relato y mejores ratos,me gusta como a Juana Medina. Qué importa si la vida proporciona una agradable estadía con un ser humano .nada que decir a las puntuaciones.nos leemos
Laura
19/07/2018 a las 12:06
Hola José Luis.
Relato muy bien escrito. Me gustò el detalle de queno ibas a ir por los pormenores. Delicado.
Y algo inocente si entrega el corazòn a alguien que conoce de una noche. Pero todo puede suceder.
Saludos.
Hasta la pròxima propuesta.
isan
21/07/2018 a las 19:23
Hola José Luís:
Vaya con Jacinta, es lo que se dice una auténtica profesional. Buen trabajo. Le limpia la cartera y el hombre la ama.
Me ha gustado la cadencia con la que está contado el relato. También me ha gustado la ambivalencia del título.
Me han llamado la atención algunas palabras repetidas. En el primer párrafo: esquivando y esquivar. En el tercero, quinto y sexto: posaba, posó posado, posó. Son palabras que le dan estilo y van bien al relato pero que se notan mucho. “…sobre una silla la noche antes, momentos antes de comenzar…” aquí es ANTES la que se repite y están muy próximas.
A mí también me resulta extraño, como dice Paola, la referencia al lector.
Relato magnífico. Creo que es el primero que no va de tragedia, teniendo en cuenta que a Edelmiro no le ha importado que le desplumen.
Un saludo.
Luis Ponce
22/07/2018 a las 01:25
Hola José Luis.
Gracias por tus comentarios en mi relato.
En el tuyo me ha parecido interesante encontrar una metáfora escondida entre las motas del polvo.
Tiene un aire caballeresco para tratar un tema sinuoso y pones un aire de galán de novela romántica con el cierre elegante.
Me ha gustado mucho, creo que una pulida adicional para afinar los detalles que te han comentado los compañeros, puedes lograr algo interesante.
Nos leemos.
M.L.Plaza
22/07/2018 a las 02:11
Hola José Luis.
Me ha gustado mucho tu relato. Ayer leí uno parecido (acabo de ver que es el 101). Buen perdedor, tu Edelmiro.
La primera frase creo que debe de ir en presente porque se lo está preguntando el protagonista en ese momento.
Creo que es correcto pero me suena raro lo de la suerte de encontrar; yo hubiera puesto al encontrar.
Aunque me parece un texto muy bien escrito, en algunos momentos abusas del gerundio. Por supuesto, es tu estilo.
Tres párrafos empiezan por Edelmiro; me parecen demasiados para un texto tan breve.
Al contrario que Juana, el último párrafo me parece el más flojo de todos, y la última frase,pelín cursi.
“El recuerdo eterno que le iba a quedar para siempre bien lo valía.” es un final redondo.
Me ha encantado leerte.
Saludos
M.L.Plaza
23/07/2018 a las 03:11
Hola José Luis.
Muchas gracias por leer mi texto. Me ha encantado la crítica que le has hecho. Estuve a punto de no mandarlo porque sé que no es un relato, que no hay historia. Pero, sinceramente, no la encontré. Me perdí entre las dunas.
No sé si es un abuso hablar de mi relato en tu espacio.
Muchas graciás por tu crítica.
Saludos
María Jesús
28/07/2018 a las 09:58
Hola José Luis: Hermoso relato lleno de poesía que ensalza el amor, aunque este sea de tipo carnal. Lo único que no me ha gustado es cuando dices “Edelmiro se levantó de la cama para ir a orinar”, al leerlo he sentido como si se rompiese la magia de un relato que estaba pareciéndome tan delicado. Incluso el robo del dinero por parte de Jacinta lo tratas con sutileza. Un buen trabajo.
Saludos.
ortzaize
01/08/2018 a las 09:18
hola ese final deja la historia estupenda. me alegro de haberla leido
saludos
Pilar
01/08/2018 a las 12:02
Hola,
Me gusta muchísimo tu estilo desde siempre, aunque creo que aquí podrías haber dado un paso más y en vez de repetir tanto los recuerdos de una noche fantástica con una mujer, en apariencia, también fantástica, nos podrías haber regalado alguna sensación: el primer roce, el aroma de la piel, los cuerpos que se encuentran… pero por supuesto es tu historia.
A mi también me ha resultado inadecuado lo de «no darle detalles al lector», creo que la huella del autor en ese punto, aleja de la historia; es mejor haberlo dejado todo como un narrador equisciente durante todo el relato.
Pero, lo dicho, un placer leerte de nuevo.
Y yo, espero el reto de agosto para participar, si la inspiración me acompaña…
Wolfdux
05/08/2018 a las 08:53
Curiosa coincidencia la nuestra. ¿Es posible que Jacinta y la chica de mi relato sean la misma persona? Jejeje.
Un saludo.