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“Yo hago listas” - por Luciano Sívori
Web: http://www.viajarleyendo451.blogspot.com.ar
“Yo hago listas”
¿Por qué hago listas? Qué buena pregunta. A mi mujer solía molestarle que me la pasara haciendo listas. A lo mejor es mi principio ordenador de las cosas. Todos tenemos uno me parece. Unos van y rezan, cada noche se ponen de rodillas a un lado de la cama y piden por algo. Otros se toman su taza de café por la mañana a la misma temperatura. Siempre a la misma temperatura, porque si no el día ya arrancó mal.
La cuestión es que es lo mío son las listas. A ver, qué tipo de listas. Algunas son necesarias. Bueno, lo que se dice “necesarias” no son. ¿Qué es realmente necesario en esta vida? Tengo la lista de las compras en el súper, la lista de pendientes en mi correo electrónico. Hay una lista de cosas que no tengo ganas de hacer en mi laburo y otra de cosas que debería ponerme a hacer en la mesa de luz de mi habitación. Ahí está esa lista, muerta de risa. “Arrancar el gimnasio”, “Análisis de sangre”, “Volver a escribir en serio”, “Decir más seguido: gracias, perdón y por favor”.
Hace poco me hicieron con el celular. Fue una situación muy incómoda porque los dos estábamos muy nerviosos. Yo, por lo que el tipo me podía llegar a hacer. Él, porque no sabía bien lo que estaba haciendo (y sí se le podía ir de las manos). A ninguno de los dos nos importaba mi celular, que vale dos mangos. Sólo queríamos que aquel momento incómodo se terminara. Ahora tengo uno con tapita que teníamos tirado en casa, por un tiempo, hasta que la cosa se arregle.
Cosas positivas de tener un celular con tapita:
– Cumplen con la función original del teléfono: llamar y recibir mensajes.
– La batería te dura días. (¡Sí, días!)
– Generalmente tienen la viborita.
– Siempre podés inventar una historia diferente sobre: “¿Sabés cómo conseguí esta cicatriz tecnológica?”
– Es inhackeable (creo) e indestructible (comprobado).
– No te bajás boludeces.
– Si alguien te hace enojar, le podés cortar cerrando la tapita con fuerza. Él lo va a notar. LO VA A NOTAR.
Esa lista la compartí por Facebook y recibió 72 me gusta. 72, ¿entendés? Es un montón. Y ni hablar de los mensajes, desde el “qué garrón, espero que estés bien” hasta el “jajaja” que muestra un claro signo de apoyo hacia mi jocosa observación sobre nuestro quehacer cotidiano. Mi mujer no puso un me gusta igual, porque dice que ya está re podrida de mis “listitas”.
Tengo diez reglas de oro para parecer exitoso en el trabajo (“Para todo clavá un powerpoint”, “Siempre caminá apurado por los pasillos… y ¡por el amor de Dios! Lleváte una carpeta debajo del brazo”, “Una mesa de trabajo llena de papeles es tu mejor compañera”, “Siempre poné cara de preocupado”), veinte pelis que prefiero ver dobladas al castellano, treinta chistes sobre “un hombre entra a un bar”, cinco motivos por los que me llaman carbón y quince cosas con las que tendría sexo (una cerveza escarchada, una biblioteca llena de videojuegos retro, todas las películas de Woody Allen juntas, Zac Efron, una buena milanesa napolitana con puré de zapallo, Jennifer Connelly).
Cosas que me hicieron darme cuenta de que mi mujer me dejó:
– Las camisas sin planchar se empezaron a acumular.
– Si busco sexo, no hay nadie a quien le duela la cabeza.
– Cuando digo “hola” no recibo un “¡cállate un poco, carajo!”
– El cuarto estaba vacío desde hace días.
La vida transcurre entre situaciones donde lo que hagas es irrelevante. No importa, no va a cambiar nada. Por ejemplo, se cae un puente por la fatiga de los materiales, hay un maremoto en Japón o tu mujer te dice que tiene a un amante y que se va de casa. Son cosas que pasan, fuerzas de la naturaleza. Podés afeitarte la cabeza, gritar, patear un puerta o hacer una lista sobre cómo vas a cambiar a partir de ahora. Es lo mismo, ya está, ya pasó. Como cuando me robaron el celu. Ya está, ya pasó. No, no hace falta que me lo discutas, menos que me expliques por qué no estás de acuerdo. Para eso sos mi psiquiatra, che. Que para eso te pago. Bueno, dale, una pregunta sí te puedo contestar. ¡Pero una sola, eh!
¡Ah! ¿Qué por qué hago listas? Mirá, tengo varias razones. Cuarenta y ocho específicamente. Ahí van…
Hola, Luciano: original, ocurrente y muy dinámico. Buena escritura. Iba a hacer una lista de las ” sugerencias”, pero sólo tengo una: sacale el acento al primer que en la conversación con el psicólogo: ¿Que por qué? Saludos.
Hola Luciano.
En mi opinión, un relato muy divertido, original, bien contado y fácil de leer.
Te felicito.
Si quieres pasar por el mío, es el # 54.
Saludos.
Genial, Luciano!
Ágil, rápido, con gracia. Es un placer reencontrarte en la lista de Literautas. Espero que no sea cierto que no estás escribiendo.
En cuanto al acento sobrante, ya te lo dijo Beba.
Bienvenido. Un abrazo
Curioso, divertido y buena estructura.
me gusto mucho amigo. Nos leemos saludos.
Un relato divertido y se podría hacer una lista argumentado las razones para continuar con la broma jeje.
Me parece dinámico y ocurrente, retrata de una forma curiosa el tema de los tocs o incluso de lo que sencillamente llamamos manías y que todos tenemos aunque no nos demos cuenta. También de como a veces nos metemos tanto en lo que nos absorbe, sea lo que sea, que no nos damos cuenta de nada más y por ello buscamos alguien que nos dé una respuesta, quizá porque a veces nosotros no sabemos siquiera que pregunta nos queremos hacer.
Un saludo y sigue escribiendo.
¡Hola a todos! Gracias por sus sugerencias y correcciones.
El relato es, como dicen ustedes, un pase de comedia, una pavada para divertirnos un rato. No creo que tenga demasiado contenido serio, jaja. Pronto lo estaré colgando en el blog, con correcciones y ediciones. Ahora me paso por sus textos también. ¡Gracias por comentar!
Luciano.
http://viajarleyendo451.blogspot.com
!Hola Luciano Sivori!
Qué bueno encontrar un texto como este. Me divertí mucho leyéndolo, es dinámico, con una trama sencilla pero a la vez profunda. Trajo a mi memoria ciertos detalles de mi cotidianidad.
Un placer volver a leerte
Hola
Soy la número 35. Me ha hecho gracia el título, yo también soy un poco “de listas”.
Muy divertido, refleja bien la cotidianidad e incluso el absurdo de nuestras vidas, creo
Me costó un poco entender los giros típicos de Argentina, pero tienen su gracia
Me lo pasé bien
Saludos!