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La Poeta - por Marina DuranR.

Web: https://petitanya.wordpress.com/2018/02/13/la-poeta/

LA POETA

Me dejaron sin alma ni tesoro cuando mi único camino a la libertad quedó truncado y difuso bajo unos ojos inocentes. Mis atrevidos doce años estuvieron alumbrados por una luz tenue procedente de un pequeño tragaluz de mi habitación. Cuando llovía, pasaba horas observando las gotas de agua que fluían gradualmente por el cristal.

Boca arriba, encima de mi cama, los pensamientos cobraban sentido cuando les daba forma con mi lápiz de carbón de leña. Verso a verso, entre silencios y puertas, era capaz de exhalar lo que sentía cuando todavía crujían en mí los sentimientos de rechazo y rabia. Era entonces cuando, desconsolada, la libreta me daba cobijo y abrazaba mis palabras, repletas de todo, como nunca nadie lo hizo.

Tantos poemas enmarcados por esquinas rotas y perfumadas de verdades y mentiras sin límites. Entre hojas magulladas encontraba la fuente de inspiración de todos aquellos poemas; mis ojos fríos se atemperaban acariciando un papel en blanco, siendo capaz de captar reflejos que se convertirían en potentes armas de expresión. Por aquél entonces, lo vivido me transmitía más que lo nuevo e impecable. Años después, sigo encontrando la belleza más pura en los cuerpos más desgastados, en las manos más trabajadas y doloridas; Aun así, mis ojos ya no miran con absoluta inocencia y fragilidad. Mi mirada se ha endurecido y parece que se dirige al mundo con tonalidades más sombrías.

Recuerdo cuidar cada palabra escrita más que de mi misma. Las protegía en medio de un ensordecedor silencio dándoles voz y sentimientos propios. Asumo y confieso que en ocasiones era capaz de sentir profundamente consecuencias físicas de mis historias inventadas. Cada día se arraigaba más en mi ánimo la idea aquella de que, cuando comenzase decididamente a ser mujer, había de ser una experta capaz de vivir con la esencia de la poesía que ya florecía en mi interior. Eso me atemorizaba, ¿Cómo voy a ser capaz de sobrellevar todo lo que conlleva ver más allá de lo que nos es mostrado?

Ante los temblores de un suelo de madera, encontré innumerables escondites para mis poemas. Detrás de la mesita de noche, debajo de la cama o entre sábanas. Pero sin duda, mis noches lo eran menos cuando notaba hojas de papel entre mis dedos temblorosos, bajo la almohada. Sin luz, parecía que las palabras escritas se adueñasen de mis sueños durante la noche. Eso me tranquilizaba y me agitaba a la vez.

Cuando cerraba los ojos, me gustaba imaginar que los poemas cobraban vida, y por eso mi libreta cada día estaba más desgastada y consumida. Estaba viva, pensaba, “viva como yo”. Incluso llegué a fantasear que la nutría con mis versos y la alejaba de la sequedad con mis lágrimas. Era así como vivía conscientemente sus hazañas y misterios, fortaleciendo mi alma igual que el final de cada verso.

Todavía puedo revivir la dureza con la que, a mi corta edad, arrancaron de mis manos esa vida que yo misma había creado.

Entre lágrimas melancólicas cierro los ojos y lo vivo una vez más. Quizás para acordarme, quizás para nunca olvidarme. Mis labios apretados se relajan y empiezo a acariciar las sílabas de aquella última estrofa…

[…]

A pesar de la razón,

no moriré sin haber vivido,

que te sustente el corazón,

cuando te alimente lo sentido.

Marina Duran Giné, 2018

Comentarios (8):

Luis Ponce

17/02/2018 a las 23:19

Hola Marina:
Un relato estremecedor. profundo e íntimo que deja al descubierto la piel de palabras de la protagonista.
Un par de detalles de puntuación no afectan la belleza de tu relato.
Te felicito por dejar salir tanto sentimiento.
Saludos.

Tigana

17/02/2018 a las 23:47

Cuando alguien se siente prisionero: de un lugar físico, de un cuerpo enfermo, etc… la literatura es la única forma de viajar. La imaginación es fuerte y vuelas tanto como deseas.
A mí, al igual que a Luis Ponce, me parece un relato intimista, creíble; aunque no es necesariamente real.
Dormir encima de tus palabras y con las manos llenas de tinta es una buena imagen.
El final lo dejas abierto, así cada uno puede terminar su propio relato.

Jose Ramón Campoamor

19/02/2018 a las 12:31

Hola Marina.

Siguiendo con la costumbre de la página, me toca comentar tu relato. Me encanta como has creado una atmósfera opresiva que empuja al protagonista a escapar por una ventana hacia su interior, la lucha por mantener en pie su mundo y el daño que hace el cerrar esa ventana, privándole de la sensación de libertad. Muy buen realto

María Jesús

20/02/2018 a las 10:48

Hola Marina: Me he quedado muda, al leer una prosa tan poética. No soy capaz de expresar con palabras lo que me ha parecido tu texto, lleno de profundos sentimientos. Tienes, en mi opinión, un talento extraordinario para la creación literaria, en prosa o en poesía ya que el poema final es estupendo. Un placer leerte.

Pilar

21/02/2018 a las 14:04

Hola, Marina!
Todo lo que te han dicho es cierto: intimista, profundo, intenso, bello, repleto de imágenes y capaz de transmitir por un lado el desasosiego y por otro el alivio hallado en las letras. Es un lenguaje muy acorde a los sentimientos de la protagonista que nos acerca al modo de escribir que tiene: nos enseña su poesía sin leer un solo poema —salvo el del final— y por eso nos transmite tanto.
A mí, personalmente, me gusta este estilo de prosa. De hecho me recuerda muchísimo al primero que lancé en este taller, hace más de un año, y te diré algo similar a lo que me comentaron a mí: Aunque tu relato es precioso e intenso, dejas al lector apartado del verdadero conflicto que tiene tu protagonista: Aquello tan horrible que le han hecho, aquello que le duele tanto que la empuja a buscar consuelo en la escritura. O quizás yo no lo haya visto… He pensado en un maltrato o en una muerte súbita e injusta de alguien especial. O simplemente el despertar de la vida, la incomprensión, la autodeterminación que suele darse a partir de esa edad… No sé, me encantaría que me lo aclararas.
Pero es muy bonito, Marina, de verdad y no le encuentro apenas defectos.
Felicidades!!!
Pilar, 92

Orestes Artiles

21/02/2018 a las 22:34

Buenas Marina;

Primero darte las gracias por comentar mi relato. En cuanto a tu texto, está lleno de poesía; una poesía íntima y muy personal. Puede ser un buen comienzo para algo más extenso. Sigue así.

Un saludo. Nos leemos.

Marina Duran

22/02/2018 a las 13:15

Muchas gracias a tod@s por vuestros comentarios. Tengo 24 años y es la primera vez que participo en éste taller. Sin duda, repetiré!

Pilar, muchas gracias por tus aportaciones y por comentarme. Respondiendo a tu duda.. Es cierto que en ningún momento me refiero explicitamente al conflicto. Sin embargo, estaba claramente en mi mente. Qué curioso. Cuando escribo “Ante los temblores de un suelo de madera..”, me refiero a que escucha a alguien dirigiéndose a la habitación de la niña. Es entonces cuando tiene que esconder la libreta y sus poemas.

Quería mostrar el horror de una niña que vive la mayoria de sus horas encerrada en una habitación y bajo el control firme de su padre. “Arrancaron de mis manos esa vida que yo misma había creado” Me refiero a que su padre, finalmente, le quitó lo que más le gustaba. Escribir poesia.

Un abrazo fuerte,

Marina Duran

Pilar

01/03/2018 a las 10:52

Hola otra vez, Marina!!

He leído de nuevo tu relato y tus explicaciones. Visto así, cobra un nuevo sentido y creo que está muy bien interpretado el temor de la niña hacia un padre rígido e incomprensivo. Yo te animo a seguir escribiendo, puliendo este estilo tan poético y también a experimentar con otros. Personalmente, a mí este taller me ha servido para escribir sobre cosas que jamás había imaginado y volverme más versátil, adaptándome a cada historia y sus personajes. Me queda mucho que aprender, por supuesto, pero menos que cuando empecé en “Móntame una escena”, jjjj. Ojalá el parón dure poco…
Muchas gracias y hasta pronto!!

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