Literautas - Tu escuela de escritura

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LA POETISA - por Mª Jesús Hernando NavasR.

La niña Gloria vivía en una portería del viejo Madrid. Entonces en los primeros años del siglo XX, los porteros de fincas no eran como los de ahora que pueden disfrutar de una casa como los demás. Su vivienda era interior, en el sótano, y la caldera de carbón y leña que cada mañana cargaba el padre de Gloria no tenía derivación hacia su casa. Entre aquellas paredes, hacía frío en invierno, mucho calor en verano y había poco dinero,siempre. Gloria era una niña de zapatos rotos y sin muñecas. Muy triste pero tan vivaracha e inquieta que no perdía un solo día de clase aunque estuviera enferma y con fiebre. Y eso que una monja malhumorada le pellizcaba los mofletes pálidos cuando se quedaba dormida en las letanías. Decía que era para sacarle el color.

Gloria sabía que mentía, callaba porque ella quería aprender y aprender para no tener que ser niñera, ni modista como su madre −todo el día pedaleando, luchando para que el pespunte saliera recto y suplicando al cielo que la máquina no se atascara con el polvillo que dejaban las recias telas que cosía−. La niña Gloria prefería otra máquina: la de escribir fue su primer juguete y como en su infancia triste no se podía perder el tiempo jugando, rellenaba sobres con direcciones a un céntimo la pieza, para ayudar en casa.

El sonido de las teclas sobre la página en blanco le apasionaba, aprendió mecanografía, como era moda entonces, porque era una hija buena y quería complacer a su madre y para poder contarle a alguien sus soledades y sus alegrías. Quería ser poeta.

Gloria vivió ochenta y un años y hasta el final fue una niña sola, “como esa isla que ignorada late acunada por árboles jugosos −en el centro de un mar que no entiende rodeada de nada, sola solo”, pero se apellidaba Fuertes.

Comentarios (6):

Charles Babel

17/02/2018 a las 00:50

Hola:

Me ha gustado mucho tu relato. Creo que escribes con mucho gusto y haces que el lector viaje por el relato con facilidad para terminar con ese último guiño.

Desde hoy tienes un fiel seguidor.

Enhorabuena desde el 107!

María Jesús Hernando

17/02/2018 a las 10:10

Muchas gracias Charles, buscaré el tuyo. Un abrazo

María Jesús

18/02/2018 a las 10:35

Hola María Jesús: Maravilloso relato, sencillo, claro, conmovedor, muy bien escrito. Y el final sorprendente y todo un acierto, Gloria Fuertes acompañó mi infancia con sus simpáticos poemas con los que disfrutamos mucho mis hermanos y yo. Un placer leerte, como siempre.
Saludos.

Earendil

18/02/2018 a las 20:25

Hola, Mª Jesús.
Te felicito por tu homenaje a esa gran poetisa y, sobre todo, mejor persona.
Conocía de su infancia y juventud, otra víctima de la posguerra (vengo de leer un relato desgarrador sobre esa época)
Tal vez, para mi gusto, no hubiese hecho falta poner su apellido para que todos la reconocieran. Tenía tantas virtudes humanas que cualquiera de ellas hubiese bastado para identificarla. Pero es tu escrito, y tú mandas.
Por otra parte, me gustaría dejarte un par de incisos sobre la parte formal:
* “Entonces en los primeros años del siglo XX,”____creo que falta una coma tras “entonces”.
* “Su vivienda era interior, en el sótano, y la caldera de carbón y leña que cada mañana cargaba el padre de Gloria no tenía derivación hacia su casa.”____en esta otra frase, también pondría entre comas “que cada mañana cargaba el padre de Gloria”.
Has hecho un buen trabajo, enhorabuena.
Estoy en el 104, por si te apetece pasar a comentar.
Un saludo.

M.L.Plaza

18/02/2018 a las 22:13

Hola, MªJesús.
Me ha encantado tu relato:claro, ágil y muy bien escrito. Coincido con Earendil en que sobra el apellido; yo hubiera acabado con sus versos.
Yo la única pega que le veo es a que pones juguete y jugando muy cerca.Aunque yo quitaría lo de “fue su primer juguete y “.Después de escribir pondría punto y seguido. Y seguiría con “Como…”. Tal y como lo cuentas la máquina no fue un juguete.Aunque me sorprende que, dadas las penurias, pudiera tener una. Creía que la gente escribía los sobres a mano.
De cualquier manera, ha sido un gusto leerte.
Saludos

María Jesús Hernando

19/02/2018 a las 16:51

Hola a todos. Gracias por vuestros comentarios. Como dice María Jesús, me planteé no poner el apellido pero al final lo hice para recalcar más su gran personalidad. Lo de que escribía direcciones en unamáquina de escribir lo leí en una biografía suya . Creo posible que tuviera una porque en el monte de Piedad -casa de empeños de la época- se podían conseguir por poco dinero. Pasare por vuestros relatos pero os pido un poco de paciencia,tengo menos tiempo del que me gustaría. Un abrazo

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