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La poetisa - por Naiara

Joe volvía a casa después del instituto, un adolescente de 17 años, un chico muy guapo, todas las chicas de su clase sueñan con salir con él. Pero el vive ajeno a eso, Joe sueña con otras cosas, sueña con ser poeta, con hacer su dolor más tangible, sueña con sentir a través de las palabras.

Cuando llega a su casa se encierra en su habitación, no le apetece hablar con su madre, no se siente con fuerzas en ese momento. Cierra los ojos y siente como la sangre corre por sus venas, los latidos de su corazón que se acelera, alza su mano para tocar sus labios y un escalofrío recorre su cuerpo al recordar el roce de los labios de Robert. De pronto un miedo frío y profundo congela la sangre que corría por sus venas y oprime su pecho casi impidiéndole respirar. Y todo gira en torno al miedo. Miedo a ser. Miedo a sentir. Miedo a una palabra, a decirla en voz alta, a que se la digan en voz alta. Y de nuevo el dolor, un dolor que cada día le paraliza y le invade. Alarga la mano y saca de detrás del escritorio su cuaderno secreto, ya no puede retener más sus lagrimas y las siente saladas en los labios cuando coge un boli y empieza a escribir:

“Sólo veo oscuridad a mi alrededor.
Siento mi mente aprisionada por paredes que yo mismo he levantado
y mi alma dentro de una cárcel hecha de carne y de hueso.
Sueño con mudar la piel y dejar en el camino el cuerpo que tanto me oprime,
con afiladas hojas abriendo mi carne,
derramando mi sangre,
dejando mi alma libre.
Sueño que el dolor se va y que grito.
Que grito, y mis rarezas y mis secretos se alejan
me abandonan y puedo pensar.
Y entonces sentirme y simplemente ser.”

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Hanna volvía a casa después del trabajo con el firme propósito de hacer limpieza en su casa y su vida. Según entra por la puerta coge la caja que tiene mas cerca, se sienta, apoya la caja en la mesa y saca de su bolso las pastillas que acaba de comprar en la farmacia, las mira durante unos segundos para después dirigir la vista al contenido de la caja, entonces lo ve, su cuaderno secreto. Lo abre y lee lo último que escribió, los recuerdos golpean su pecho y no puede evitar coger un boli y ponerse a escribir:

“Llevo tanto tiempo viviendo un sueño, un espejismo, que ahora me encuentro en un punto del camino en el que no se cómo vivir.

He estado tantos años empeñada en vivir una vida que no era la mía, en ser la persona que todos veían en mi, que estaba sorda, ciega y muda, no era capaz de ver mis sentimientos verdaderos, mi verdadero ser.

Rara. Así he sido, así soy y así me definía. Lo he repetido un millón de veces en voz alta, quizá para convencerme, o para que no se notará lo que me afectaba en realidad no ser un adolescente “normal", como todos mis amigos. Y esa supuesta rareza y esa ceguera crónica han conseguido que no me diera cuenta de que me he ido cerrando cada vez más en mi misma, apartando a todo el mundo, eligiendo una soledad que en ocasiones es muy difícil de llevar. Me he convertido en una persona que es todo fachada, y cuando escarbas lo único que encuentras es un foso, arqueros, minas anti persona, un dragón y un muro infranqueable…”

Entonces suelta el boli y mira las hormonas que tiene a su lado en la mesa, por fin su cuerpo dejara de ser una cárcel y su mente podrá volar libre al fin, será capaz de mirarse en el espejo y no sentir vergüenza ni dolor porque está luchando por sentirse, por ser.

Joe finalmente no sería poeta, sería poetisa.

Comentarios (7):

Tatiuska

16/02/2018 a las 18:19

Hola, Naiara
Tu relato me pareció fantástico. Abrumador, doloroso, emocionante. ¡Transmite tanta angustia!, al menos yo la sentí al leerlo, se me encogió el corazón. Menos mal que la última frase es un salto a la esperanza y a la liberación.
No encuentro errores de escritura en tu relato, la verdad. Espero que si hay algo que mejorar, alguien que entienda mas que yo, te pueda ayudar.
Por mi parte, solo decirte que felicidades, Naiara.
Un saludo

Yoli L

17/02/2018 a las 19:49

Hola Naira

Estas entre los tres relatos que me corresponde comentarte y lo hago con gusto.

Me gusta tu relato. Son dos historias diferentes con las mismas inquietudes? Volveré para leerlo detenidamente y tratar de entenderlo.

De momento te digo que entre los mejorables encuentro:

– El el primer párrafo repites el nombre Joe, así como otras palabras durante el relato. Hay que tratar de espaciar la repetición de nombres y palabras, éstas últimas ver si no son necesarias o mejor sustituir por sinónimos.

– lágrimas con tilde.

Gracias por permitirme aprender con tu historia, por si me quieres visitar estoy en el #13 La poetisa https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-51/9300

¡Saludos!

(¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)

Vivir soñando

18/02/2018 a las 11:31

Hola, Naiara
Me ha gustado mucho tu relato porque sin ser una historia muy larga has conseguido darle emoción. Aunque se pueda imaginar el final, dejas el misterio hasta la última frase, aspecto que me ha encantado.

En cuanto a aspectos a mejorar, considero que en el segundo párrafo repites muy seguido “la sangre corre por sus venas” o “congela la sangre que corría por sus venas”.

Nada más, felicidades.

cualquiera

18/02/2018 a las 23:59

Retratos de tormento adolescente. Bueno, de todo hay que leer. Me alegro de que Joe se sienta tan poetisa.

Dino

20/02/2018 a las 16:40

Hola Naiara, me gustó cómo separaste tu relato en dos partes que parecen inconexas pero con el fluir de las palabras se van encontrando. Lograr eso en un relato tan corto me parece muy bueno.
Me parece que algunas oraciones son bastante largas y con unos puntos podría leerse mejor.
No entendí cómo es que mira a las hormonas que tenía en la mesa, se me escapa la referencia, pero el resto lo entendí, o eso creo.

Saludos,

isan

20/02/2018 a las 22:41

Hola Naiara:

No había leído ningún relato tuyo y me ha llamado la atención el nombre, por eso me he decidido a leer y comentar.

Te comento primero alguna cosilla de forma que yo cambiaría:

Este principio: “Joe volvía a casa después del instituto, un adolescente de 17 años…” Habría sido mejor poner un punto después de instituto o, incluso recomponer la frase: Joe volvía a casa después del instituto. Un adolescente de diecisiete años. Un chico muy guapo con quien todas las chicas de su clase sueñan con salir. Además he puesto diecisiete con letra que es como se suelen poner los números pequeños.

Repites la sangre que corre y corría por sus venas. Mejor cambiar una de las dos porque resaltan bastante.

“…por sus venas, los latidos de su corazón que se acelera, alza…” Yo cambiaría la primera coma por una ye y la segunda coma por un punto.

“De pronto un miedo frío y profundo…” Después de pronto hay que poner coma.

“…retener más sus lagrimas y…” lágrimas con tilde.

“Solo” es una palabra que la RAE prefiere que no se acentúe en ningún caso.

“…coge la caja que tiene mas cerca, se sienta, apoya la caja en la mesa…” más lleva tilde en este caso. “coge la caja” produce cacofonía, por lo que mejor evitar ponerlas juntas, además vuelves a repetir dos veces más CAJA. Con decir que la apoya en la mesa sería suficiente para entenderlo.

“…camino en el que no se cómo vivir.” SÉ con tilde.

“…o para que no se notará lo que me afectaba en realidad no ser un adolescente “normal”,…” NOTARA va sin tilde. Después de realidad yo pondría dos puntos(:) para indicar qué es lo que no quería que no se notara.

La frase final tiene un tiempo verbal en pasado que me resulta extraño. Si el anterior párrafo está en presente, no veo porqué lo cambias. Decir Joe, finalmente, no es poeta es poetisa, no lo veo mal. Aunque afinando un poco más, ten en cuenta que “poeta” sirve para el masculino y el femenino. Entiendo que hayas querido diferenciarlo con poetisa. Igual si pones el artículo lo arreglas.

En cuanto al fondo, me parece un relato muy valiente como la decisión que toma Joe para ser Hanna y como la que toman tantos en la vida real. Digo valiente porque esta sociedad llena de perjuicios y de intolerancia es incapaz de aceptar algo que se sale de su esquema. La lucha es ardua, por eso cada paso que se da es una proeza.

Está muy bien narrado, con sentimiento. Es duro y positivo a la vez. Te felicito por ello.

Un saludo

P.J Dawon

21/02/2018 a las 12:49

Buenas, Naiara.
Un relato cargado de sentimientos. Me ha gustado la muda que sufre el protagonista de poeta a poetisa, la frustración del primer escrito se esfuma y en el segundo se nota el desahogo de poder por fin ser una misma.
Por otro lado, coincido con los consejos de los compañeros, nada que no se arregle con un par de revisiones más antes de darlo por terminado.
Un saludo desde el número 8.
Nos leemos.

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