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El poeta - por GaliaR.
Web: http://poesiadesdeelsentimiento.blogspot.com.ar
Ese verano, dos años atrás, fue muy diferente. Cuando cumplí los nueve, el regalo fue ir a visitar a mis abuelos que viven en Chile. Mis padres me pusieron en un avión a cuidado de la tripulación y tras una hora y media de viaje, me pude estrechar con ellos.
Estaban encantados con mi visita y me tenían reservada una sorpresa, iríamos a visitar la casa del poeta. Mi abuela era escritora y quería darle una impronta diferente a estas vacaciones.
Al tecer día de estadía, me dijo que me aprontara pues nos iríamos de viaje.
Así calcé mi pantalón nuevo, mis zapatillas también para estrenar y una remera celeste, los colores de mi club de fútbol.
Subimos al automóvil y noté un brillo especial en sus ojos, el abuelo sonreía con complicidad.
Cuando le pregunté a dónde nos dirigíamos, solo me dijo: «a la casa del poeta.»
Recordé así una estrofa que ella me cantaba para hacerme dormir:
“ El viento es un caballo:
óyelo cómo corre
por el mar, por el cielo.”
Después de una hora y media de viaje, yo dormitaba y me despertó el grito de mi abuela pues había divisado el peñasco donde estaba la vivienda. Efectivamente, habíamos llegado a Isla Negra.
Descendimos, nos dirigimos los tres hacia la entrada, mi abuela apretó mi mano y me dijo: «esperé muchos años, Joaquín, demasiados para visitar su última morada y ahora aquí, siento que no podré aguantar tanta emoción.»
Entramos muy serios como la ocasión lo requería. En la sala de estar los mascarones de proa empezaron a danzar frente a mis ojos y me sentí en medio de una ciudad fantasma habitada por estos seres, algunos de los cuales parecía salido del libro de mitología que leíamos en clase.
Cerré por un instante los ojos, pero al abrirlos todavía estaban allí, parecían que se burlaban de mí. Algunos me daban miedo. Me refregué los ojos muchas veces para ahuyentar la imagen pero se empecinaban en permanecer, altivos y desafiantes. Si hasta me parecía que se burlaban de mí.
De lejos, vi a mi abuela parada en el aposento junto a la que había sido la cama de Neruda recitando el Poema 20. Desde atrás, un parlante hacia el eco… “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”…
Recorrimos palmo a palmo cada rincón de la casa y ya afuera, en el jardín, vi a mi abuela arrodillarse y llorar frente a dos tumbas. Mi abuelo la acompañaba de pie. El mar golpeaba el peñasco y rezaba un murmullo de eternidad.
Yo me quedé alejado, con miedo quizás, la muerte siempre me genera ese sentimiento.
Ella regresó, me volvió a asir la mano y me dijo: «en este lugar, sabes, duermen el amor y el genio; los apartaron, los quisieron silenciar, los persiguieron, pero al final, los dejaron descansar en paz en el último lugar que eligieron para estar juntos: él y Matilde, su último gran amor.»
Solté su mano, corrí hacia esas tumbas frente al mar, las miré conmovido y cuando leí el epitafio redactado por Neruda de manera premonitoria, “Regresé de mis viajes. Navegué construyendo la alegría”, desde el fondo de mi garganta salió un grito de despedida: « Adiós Poeta, adiós Don Pablo.»
Comentarios (16):
Carmen Ramacciotti
17/02/2018 a las 03:58
Hola Galia.
Cuánta emoción irradiaba esa abuela! Qué alma tan pura la del niño para dejarse invadir por ella!Y el reconocimiento al gran poeta americano en esa visita cargada de magia y ternura a su amada Isla Negra. Dan ganas de estar allí y sentir la presencia de su espíritu, todo poesía.
Gracias Galia.
Saludos.
Dante Tenet
17/02/2018 a las 23:42
Galia:
Mucha emocion en tu relato, al principio pense que era autobiográfico, pero el protagonista es un niño.
Con respecto a este querido y entrañable espacio, soy optimista, quiero ser optimista.
nos estamos leyendo.
Otilia
18/02/2018 a las 10:41
Hola Galia:
Gracias por leer y por el comentario tan amable.
Tu relato me ha gustado y se lee con fluidez.
Un bonito homenaje al poeta Neruda por medio del recuerdo de un niño.
Buen trabajo. Saludos.
Ismael Tomas Perez
18/02/2018 a las 19:32
Hola Galia:
Gracias una vez mas por pasarte por mi relato. Respecto al tuyo, siempre me encanta leerte. Ya me he acostumbrado un poco a los vocablos argentinos que al principio, recordarás, me costaban mucho. Me ha gustado mucho, es muy tierno y evocador. Para mi un solo fallos, a mi gusto, la repetición de la frase: parecia que se burlan de mi.
Como siempre “Genial”.
Un abrazo
Roberta
18/02/2018 a las 20:37
Hola Galia.
Impecable tu relato y un excelente homenaje a un enorme poeta como fue Neruda. Gracias.
Muchas gracias también por comentar mi relato.
Felicitaciones.
Nos seguimos leyendo.
Piquillín
18/02/2018 a las 22:07
Hola Galia: En principio te agradezco la visita a mi relato. Me gustó mucho tu texto, sobre todo la descripción de la casa de Neruda, dan ganas de ir a conocerla. A mí también me sonó repetitiva la frase “parecían que se burlaban de mí”.
Espero que nos podamos seguir leyendo, siempre es un gusto.
Orestes Artiles
18/02/2018 a las 23:11
Buenas Galia;
Primero agradecerte tu comentario. Segundo, coincido con la reiteración comentada anterior y añadiría un “como” para marcar la comparación en:”y me sentí en medio de una ciudad fantasma”.
Por lo demás, es un placer leer tus relatos y éste invita a continuar en la próxima escena. Definitivamente muy conmovedor.
Un saludo.Nos leemos.
Lucho
19/02/2018 a las 05:38
Hola Galia. Primero para agradecerte por los comentarios sobre mi escrito. Paso a comentar el tuyo: Es fluído y coherente. Un reconocimiento a ese poesta de ustedes y de todos nosotros Neruda. El escrito es bonito. Algunas observaciones:
Frases que me gustaron:El mar golpeaba el peñasco y rezaba un murmullo de eternidad.
Aspectos a corregir si los encuentras que valen la pena, es tan solo mi comentario:miré conmovido y cuando leí el epitafio redactado por Neruda de manera premonitoria, “Regresé de mis viajes. Navegué construyendo la alegría”, desde el fondo de mi garganta salió un grito de despedida: « Adiós Poeta, adiós Don Pablo.» CONSIDERO QUE QUEDA INCONCLUSA ESTA FRASE, ¿SERA QUE SOBRA LA Y?
Al tecer día de estadía TERCER VA JUNTO, ERROR DE DEDO. CREO QUE NO SUENA BIEN DÍA Y ESTADÍA.
algunos de los cuales parecía salido PARECÍAN SALIDOS
SE USA LA PALABRA PARECÍA MUY CERCA Y NO SUENA BIEN: EN LA FRASE ANTERIOR Y EN ESTA parecían que se burlaban Y LUEGO EN ESTA Si hasta me parecía
Saludos
Judith
19/02/2018 a las 06:27
Hola Galia,
Muy lindo homenaje a Neruda! La relación abuelo-nieto siempre resulta en algo muy tierno y tu relato lo es. Me gustó mucho.
Leí en un comentario que sos argentina (por fin puedo poner el “sos” libremente jaja). Yo soy uruguaya pero vivo en México desde hace 6 años ya.
Espero poder seguir leyéndote. Soy la 137 por si querés leerme.
Saludos.
saulo
19/02/2018 a las 09:05
Hola, me ha gustado mucho el relato. No sé qué puedo decirte, tiene ritmo, está bellamente escrito… ¿Que hay cosas que podrían mejorarse? En qué relato no las hay. Gracias
paola panzieri
19/02/2018 a las 14:50
Hola Galia
Siento el retraso.
El relato está bien escrito y se lee bien pero personalmente me falta algo de trama. Quizás si no hubiéramos sabido desde un principio adónde iban hubiera sido mejor, habrías jugado con la herramienta del misterio del viaje y la de la sorpresa final tanto para la niña como para el lector, de encontrarnos en la casa de Neruda.
Espero haberte ayudado con la aportación.
Saludos
Dino
19/02/2018 a las 19:48
Hola Galia, tremendo relato el tuyo. Muy bien ambientado el viaje del niño. Por medio de tus palabras resulta fácil sentir lo que siente el protagonista y la ambientación y el ritmo se llevan de lo mejor. Saludos,
yolareina
21/02/2018 a las 14:35
Hola Galia, Gracias por comentar mi relato, del tuyo te comento que recreas muy bien el ambiente, no sé por qué me pareció que había mucho viento en el jardín y que el día estaba nublado, Nada cosas que suceden cuando uno se adentra en una buena lectura. Yo no soy buena atrapando gazapos, suerte que hay compañeros que si lo son y nos ayudan con sus conocimientos. Solo decirte gracias por las emociones transmitidas.
saludos
Osvaldo Vela
23/02/2018 a las 00:00
Hola Galia, gracias por tu fortuita visita a mi texto. Nada mejor que los buenos deseos de los compañeros para querer conservar el taller.
En cuanto a tu texto, acumulo imagenes de otros comentaristas: cuanta emoción, que alma tan pura la del niño, que reconocimiento a un gran poeta,parece una biografía, que descripción de la casa de Neruda, impecable relato y excelente homenaje, muy conmovedor, tiene ritmo y está bellamente escrito, tremendo relato el tuyo, recreas muy bien el ambiente y para cerrar con broche de oro. “Adiós Poeta, adiós Don Pablo”.
Te felicito.
Ane
25/02/2018 a las 17:50
Muy bonito Galia, es todo sentimiento. Transmites muy bien el ambiente mágico que envuelve a Isla Negra. Seguro que es un excelente lugar para perderse.
Saludos, y agradezco tu visita.
Vespasiano
06/03/2018 a las 14:04
Hola Galia:
Gracias por pasarte por mi relato y dejar tan bonito comentario.
Tu historia es un entrañable homenaje a tan insigne poeta.
Yo tuve la suerte de haberle visto y escuchado en vivo y en directo, en el Teatro Municipal de Sao Paulo con motivo del homenaje que le hicieron a Federico García Lorca, del cual era amigo personal, allá por el año mil novecientos sesenta y seis.
Al comienzo de la lectura, me ha llamado la atención la frase siguiente: “Ese verano, dos años atrás, fue muy diferente…”. Creo que debería ser. “Aquel verano, dos años atrás, fue muy diferente…”.
Tu relato me ha gustado y por ello te felicito.