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La verdad - por Héctor RomeroR.
La suave brisa marinera chocaba contra los plises de la bambula del vestido, desvelando a contraluz la silueta de una joven mujer que caminaba con paso apresurado por la resplandeciente arena, estampando una estela de improntas, que evidenciaba su recorrido por la extensa playa. De forma provisional detenía en breves pausas su marcha, momentos que aprovechaba para tomar un poco de aire y reponerse del leve cansancio que le provocaba el ritmo de su paso. Con la mano extendida y apoyada sobre su frente sudada, trataba de contrarrestar el efecto del resplandor y provocar un poco de sombra, que le permitiera distinguir a la distancia el viejo muelle del puerto. Un gesto de angustia desdibujó la expresión de esperanza que su rostro había manifestado hasta ese momento en el que su mirada contemplaba como el inmenso cuerpo cóncavo y ahusado de madera, penetraba lentamente las tibias aguas costeras y ganaba poco a poco distancia de la vieja construcción de piedra afianzada en el lecho acuático. Su rítmico paso se convirtió entonces en una presurosa carrera, la falda de su vestido ahora ondeaba como una blanca bandera, sacudida por el viento. Con el aliento bajo cero se detuvo desconsolada buscando con su mirada una persona que se compadeciera de su situación y le devolviera la esperanza.
—¿Buscas a tu amado marinero? —preguntó una voz a sus espaldas.
Rápidamente hizo un giro hasta encontrarse con la irónica sonrisa de una boca que apresaba con dientes amarillentos una corta colilla de cigarro. Sin dar tiempo a que ella dijera algo, agregó:
—Déjame adivinar, eres otra más que olvida que nosotros somos un amor en cada puerto. Ella no respondió, pero parecía hacerle mil preguntas con su mirada.
—Tienes tres opciones —le dijo. Nuevamente ella no pronunció palabra alguna.
—La primera: así vestida de gaviota, alzas vuelo y alcanzas su barco, —le dijo sonriendo.
—La segunda: con ese cuerpo de sirena, te lanzas al Mar, y lo embrujas con tu canto, —agregó.
—Y la más importante de las tres: lo dejas partir, te olvidas de él y te das el honor de ser cortejada por este apuesto espécimen. ¿Qué dices? —preguntó.
El sonido seco de un puñetazo interrumpió el casi monologo del pretendiente.
—Siempre mintiendo compañero, parece que no tienes cura. —vociferó el protagonista ejecutor del puñetazo.
Mientras sacudía su mano, se dirigió a la angustiada joven, la tomó entre sus brazos y dijo suavemente:
—La verdad, el marinero no subió al barco, el marinero se quedó y aquí está, aquí estoy. ¿Quieres ser mi esposa?
Ella puso de puntillas sus pies para ganar un poco más de altura y alcanzar los labios de su amado marinero, respondiendo con un profundo beso a aquella sublime propuesta.
Comentarios (21):
Carlyn
17/01/2018 a las 17:52
Hola Hector!me pareció un excelente relato… Disfruto mucho el dominio que tienes con las palabras.
Galia
17/01/2018 a las 18:25
Hola Héctor, gracias por tus elogios. Tu relato me pareció como un cuadro impresionista con pinceladas naif. Lo único, ponle el acentó a monótono. Leerlo, fue como aspirar una bocanada de aire fresco.
Saludos.
Galia
Judith
17/01/2018 a las 18:49
Muy lindo relato, Héctor! Descripciones vívidas que casi nos hacen sentir el olor a mar y la angustia de la joven al recorrer esa playa intentando ver el muelle y a su amado. Me encantó la viveza del marinero tramposo y cómo el puñetazo rompió el relato. Si tengo que marcar algo que yo haría distinto es ahondar en los sentimientos que va teniendo la joven a medida que el monólogo del marinero se va desarrollando, para luego, con el puñetazo, también desarmar esa desesperanza que podría comenzar a sentir. Pero como dije, me encantó el relato tal cual está. Soy la literauta 27.
Saludos.
Laura
17/01/2018 a las 22:08
Hola Héctor.
Me encantó tu relato. Las expresiones del marinero son extraordinarias. Me encantaron. Me hizo reir lo del honor del cortejo del apuesto especimen. Imaginar esos dientes amarillos ya dicen muchísimo, por no decir de su desparpajo, aunque labia no es lo que le falta.
Por lo demás, hermoso.
Hasta la próxima propuesta.
jackeline
18/01/2018 a las 00:00
Hola profe:Me encantó su relato
Esta hermosa, me atrapó de principio a fin; un fin que no quería que llegara mientras; leía lentamente.
Fui esa joven dama esperando a mi amado.
Denise
18/01/2018 a las 00:26
Estoy de acuerdo con Laura; las intervenciones del marinero son la mejor parte del cuento. Por lo demás, el cuento está muy bien escrito; las descripciones son muy visuales. Sin embargo, una sugerencia que te podría hacer es que no uses tantos adjetivos, porque le quitan un poco de fluidez a la narración.
¡Saludos!
Charola
18/01/2018 a las 00:47
Hola, Héctor.
Primero, gracias por tu comentario en mi relato y me place que te haya gustado. El tuyo, me encantó. Lograste escribir casi con la mitad de palabras una historia tierna y cumplir el reto. ¡Felicitaciones!
Algunas cosillas para mejorar:
-Me suena raro plises, yo diría plisados o pliegues.
-Algunas oraciones me han parecido largas, por ejemplo: “Un gesto de angustia desdibujó la expresión de esperanza que su rostro había manifestado hasta ese momento en el que su mirada contemplaba como el inmenso cuerpo cóncavo y ahusado de madera penetraba…” Wow, parece interminable. Y la coma antes de penetraba está mal, estás separando el sujeto del predicado y “cómo” lleva tilde.
Te toca separar oraciones dándole pausas con comas o puntos. A ver cómo lo haces.
—Déjame adivinar, eres otra más que olvida que nosotros somos un amor en cada puerto.
Ella no respondió, pero parecía hacerle mil preguntas con su mirada.
-Desde “Ella…” separado ya que no es parte del diálogo.
-mar, con minúscula.
-Después de barco y canto, suprimir la coma.
-preguntó después de ¿Qué dices?, no justifica. Puedes borrarlo.
-monólogo.
-después de cura (sin punto).
– aquí está. Aquí estoy.
Espero haberte ayudado.
Nos seguimos leyendo. Un abrazo.
Darlin Cardona
18/01/2018 a las 02:25
Excelente!
He disfrutado leer su relato.
Gi
18/01/2018 a las 06:01
Wow!!! Me devolvió la sonrisa al final, qué lindo! No veia opción en ninguna de las tres propuestas…❤
Osvaldo Vela
18/01/2018 a las 15:39
Hola Hector, de tu escrito que puedo decir. Es poesía pura y un vocabulario que le da vida a palabras que, sin conocerlas, cantan su significado.
Una historia, en la que un verdadero amor, da al traste con la leyenda marinera “en cada puerto un amor”
El escenario del primer párrafo, el cual plasmas con pinceles de letras de un abundante tintero, es único. Contiene belleza, urgencia, desesperación y busca esperanza. excelso. y el mentiroso: tenía, en una de tres opciones, la mejor respuesta para el mal mas abundante de los puertos: El marinero no subió al barco.
Mil Felicitaciones y un gran 2018 nos acecha.
J. Guillén Devís
18/01/2018 a las 17:43
Gracias por tus palabras en mi relato y debo darte la razón en cuanto a la trama: La verdad es que este mes no estaba inspirado.Hablemos del tuyo: Después del acertado análisis de Charola, poco más que decir de la forma. Personalmente, en las descripciones largas cuenta mucho la música de las palabras y eso se advierte leyendo en voz alta. En el contenido es muy emotivo y destaco las opciones del marinero mentiroso. Me encantaron.
Saludos!!
J. Guillén Devís
18/01/2018 a las 17:50
Hola de nuevo, Hector. Debo disculparme porque confundí el comentario sobre la trama de mi relato que escribió beba pensando que fuiste tú. Por lo demás todo lo que escribí sí es para tí.
Saludos de nuevo y perdón por la pequeña confusión.
Yoli L
19/01/2018 a las 00:05
Hola Hector
Un relato precioso, con imágenes muy vívidas, ¡me ha encantado!
Los mejorables que vi ya te los han comentado, nada que agregar.
Gracias por ayudarme a aprender en tu texto.
Un gusto leerte y por si me quieres honrar con tu visita, estoy en el #31 El espía https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-50/9169
¡Nos leemos!
(¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)
isan
19/01/2018 a las 15:42
Hola Héctor:
Lo primero que me ha llamado la atención de tu relato es que, al principio, usas oraciones largas y párrafos largos. Dicen que hay que hacerlo bien (los párrafos largos)para que guste. Yo lo he leído y me ha gustado casi todo. Pero fíjate en esta frase: “Un gesto de angustia desdibujó la expresión de esperanza que su rostro había manifestado hasta ese momento en el que su mirada contemplaba como el inmenso cuerpo cóncavo y ahusado de madera, penetraba lentamente las tibias aguas costeras y ganaba poco a poco distancia de la vieja construcción de piedra afianzada en el lecho acuático.” Hay una sola coma, lo que obliga a tener buenos pulmones o hacer pausa donde no la hay. Además la coma está mal colocada ya que separa “el inmenso cuerpo cóncavo” (sujeto) del verbo “penetraba” (sintagma verbal o predicado) y no se puede separar nunca a no ser que se trate de un inciso.
En este primer párrafo, además, yo habría puesto o cambiado algún otro signo de puntuación. Por ejemplo aquí: “Con el aliento bajo cero se detuvo…” Con una coma después de “cero” das un respiro a toda la frase que resulta larga.
El estilo del relato me ha gustado. Sobre todo el párrafo que he comentado. Lo encuentro muy poético, quizás un poco alambicado, pero se detiene en esos detalles que le dan ese aire romántico.
En cuanto al fondo es una historia de amor y duda bien llevada. Cuando ha aparecido el primer marinero, me había empezado a caer bien, de hecho no me ha caído mal pese al color de sus dientes. No se merecía ese puñetazo. Cada uno hace lo que puede y las opciones que le ofrece a la moza no eran malas. Pero, claro, el amor es el amor y no había naufragado como en principio parecía, sino que estaba ahí para declarar su amor.
Ha sido un pacer leerte.
Ane
19/01/2018 a las 19:28
Hola Héctor:
Hermoso relato, delicado, exquisito. Se agradece encontrar rincones como el tuyo. Tienes un dominio de las palabras. Y lo que es más difícil, logras que el lector se emocione.
Te felicito.
Un saludo.
Pulp
20/01/2018 a las 00:11
Hola Héctor,
Debo confesar que la primera parte de tu relato me ha costado. Me ha parecido muy recargado de palabras que podrían cambiarse por otras que hagan las frases más inteligibles (me ha costado entender lo de “estampando una estela de improntas”… demasiado sofisticado para mi gusto, creo que para explicar que dejaba huellas en la arena no es necesario confundir al lector).
Pero por otro lado, los diálogos (más bien el monólogo) me parece brillante.
Por favor, toma esto en su justa medida, es mi opinión subjetiva, y a cada uno le gusta un determinado estilo.
Te felicito por el relato y espero volver a leerte en próximas ediciones.
Saludos.
Servio Flores
22/01/2018 a las 04:02
Hola Héctor.
Que interesante relato.
Veo que te han hecho algunas observaciones que seguramente vas a analizar.
Por lo demás; corto y preciso. Cumplís como siempre, el manejo del lenguaje es excelente, sale de lo cotidiano adecuándolo a una forma de expresión magistral.
Algunas lineas me han llevado a primeros planos, como esa de la colilla entre los dientes, muchas veces tus escritos llevan implícitos esos elementos cinematográficos de una forma muy natural, nada forzada.
Un gusto leer un relato desarrollado de forma inteligente.
Saludos.
María Kersimon
22/01/2018 a las 20:59
Hola Hector,
Me sorprendiste muy agradablemente por la amplitud de tu vocabulario y tu buen manejo de la pluma. Se lee mu bien, hay buenas descripciones, muy visuales, hay acción, sentimiento, emociones fuertes… y también poesía. Me gusta como escribes.
Saludos.
ortzaize
23/01/2018 a las 11:56
hola parece que estoy por la playa respirando ese olor estupendo que nos llega del mar.
me ha gustado mucho. y manejas muy bien la pluma en este relato.
saludos. gracias
Juana Medina
23/01/2018 a las 17:30
Hola Héctor,
Aquí, llegando con atraso. Tu relato me ha gustado mucho, sobre todo las intervenciones del marinero mentiroso y las descripciones (casi cinematográficas), son lo mejor para mi gusto.
Lo he disfrutado mucho
Un saludo
Otilia
24/01/2018 a las 19:25
Hola Héctor Romero,
Después de tanto comentario poco puedo aportar, pero me apetecía decirte que me ha gustado. Las opciones 1ª, 2ª y 3ª son estupendas.
Solo es mi opinión pero quizás utilizas palabras que restan fluidez al texto: estela de improntas, cuerpo cóncavo y ahusado, lecho acuático…
En mi zona la bambula es una tela que de fabricación viene plisada, es decir tiene pliegues, no usamos plises.
Buen trabajo. Saludos.