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Malmeter, bien meter - por Jose LuisR.
Gumersindo, grumete del navío El Patán Feliz, había logrado obtener buenas ganancias en el Atún Veloz, el único bar del muelle. No había perdido ninguna partida de cartas en toda la noche contra Roblocho, el muñeco de madera. El marinero le había pillado el truco a su adversario, porque este no dejaba de lanzar faroles al azar, ya fueran buenas las cartas que tenía en las manos, o malas.
Aprovechando que Gumersindo se fue al baño, junto con todo su dinero, porque no se fiaba de dejarlo cerca de Roblocho, el muñeco de madera urdió un plan para vengarse del grumete, quien debía zarpar a la mañana siguiente. Roblocho no solo mentía sin parar: también le gustaba organizar líos a aquellos a los que consideraba sus enemigos.
Macarena, una de las camareras del Atún Veloz, era famosa por su mal genio. Roblocho lo sabía de sobra cuando se acercó a la barra, para tratar de provocarla. Macarena, de mecha corta, era grande como un mastodonte y los lugareños la respetaban. También los que llegaban de fuera, porque su fama alcanzaba bien lejos. Altísima y de espaldas anchas, ningún hombre se atrevía a meterse con ella, pues era capaz de tumbar con un solo golpe a cualquiera que osase insultarla, aunque fuera de forma leve. Ninguna broma con ella: saltaba a la menor…
—Hola, Macarena. ¿Qué tal estás? —saludó Roblocho, fingiendo alegría por verla.
Hubo un bufido por parte de la camarera que sonó sarcástico.
—¿Qué vas a tomar, cara de astilla?
—Nada, en realidad.
A la camarera se le inyectaron los ojos en sangre.
—¿Entonces para qué me molestas, palillo con patas? Estoy ocupada.
Por unos instantes, el muñeco de madera se frenó en seco, considerando si merecía la pena seguir por el camino que se había trazado de forma mental.
—Vengo de parte de un amigo —dijo Roblocho, con cierta timidez.
—¿Ese con el que estabas jugando a las cartas? ¿Qué quiere beber ese tarambana?
—Nada…
—¿Qué? —gritó la camarera, al tiempo que se le hinchaban las venas de la frente—. ¡Me estás vacilando!
—Tranquila, tranquila, que no es eso. Dame un minuto y te lo explico…
Macarena, irritada, no estaba dispuesta a perder el tiempo.
—¡Tienes treinta segundos, antes de que convierta tu jeta en astillas y las eche al fuego de la chimenea!
Roblocho soltó su historia, con la idea firme de dejar mal a Gumersindo ante la camarera. Y puede que el taimado muñeco de madera lo consiguiera, porque en cuanto ambos se encontraron fuera del baño, cara a cara, saltaron chispas entre el grumete y la camarera furiosa. Roblocho no fue testigo directo de lo que sucedió justo después, porque se largó a dormir, pero, fuera como fuera, el caso es que el marinero no subió al barco cuando El Patán Feliz zarpó del muelle a la mañana siguiente…
Roblocho estuvo contento con lo que había logrado hasta que se los encontró al amanecer, fuera del bar, dando un paseo romántico por el muelle, unidos por las manos.
—¡Mira, pero si es cara de astilla! —exclamó la camarera.
—Tío, gracias por haberle hablado de mí a Macarena —manifestó Gumersindo, con ojos de haber pasado en vela toda la madrugada, pero también con sinceridad—. Hacía tiempo que quería estar con ella, pero no sabía cómo acercarme. Te agradezco que hayas allanado el camino para el amor…
—Para el amor… —repitió Macarena en un susurro, mirando con ojos dulces los de Gumersindo y acariciando su barriga con un dedo—. Resulta que no eres ningún tarambana…
—Gracias, cariño.
Puede que ambos hubieran encontrado al amor de su vida, pero Roblocho no se lo podía creer.
Comentarios (15):
Charola
18/01/2018 a las 03:30
Bien José Luis. Me gustó la historia. Te felicito.
Me gustaron los nombres de los personajes y el del bar Atún Veloz, el navío El Patán Feliz. Ja. Bravo.
Bien escrito.
Un abrazo. Estoy en el 33.
María Jesús
18/01/2018 a las 13:54
Hola Jose Luis: No me ha explicas qué es lo que le cuenta Roblocho a Macarena, pero está claro que el resultado no es lo que esperaba el muñeco de madera. La historia está muy entretenida pero creo que la habría venido muy bien una explicación para entenderla un poco mejor.
Por lo demás el relato está muy bien. Un saludo.
Osvaldo Vela
18/01/2018 a las 20:58
Hola José Luis, un cuento es un cuento y este tiene lo suyo.
Mira que me has hecho reír y hasta despotricar; con los nombres de los personajes, de los navíos, de la camarera gigante de mal genio. De solo pensar que tenía un enamorado perdido y falto de agallas, me hizo sonreír y más el desenlace.
Te Felicito.
Un feliz 2018 colmado de bendiciones.
Patricia Redondo
18/01/2018 a las 23:16
Buen relato Jose Luis ! Entretenido, divertido, original ..parece una historia de guiñol! Uno se imagina a los muñecos 🙂 , el final se me queda un poco cojo…no por la venganza fallida y esa historia de amor propiciada, sin quererlo, por Roblocho…eso me parece genial , es esa ultima frase..como que no me redondea…supongo que el problema es la limitación de palabras
P.D.No me busques que este mes la musa no se presentó
Saludos!
Yoli L
19/01/2018 a las 00:17
Hola josé Luis
Muy simpático tu relato.
En cuanto a los mejorables:
– Mencionas diez veces el nombre Roblocho y entre ellos, “Roblocho, el muñeco de madera” muy seguido, para un texto corto.
– “Macarena, una de las camareras…” da como un cierto trabalenguas 🙂
Nota: ¿Eres el autor de un cuento de Roblocho aquí en literautas de hace unos meses? Muy divertido por cierto.
Un gusto leerte, por si me quieres visitar, estoy en el #31 El espía https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-50/9169
¡Nos leemos!
(¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)
Berundgaar
19/01/2018 a las 13:29
El relato está muy bien y el título, que ni pintado.
Una historia entretenida y bien escrita y muy divertida, además.
Espero leerte en futuras entregas. Un cordial saludo.
PE: si quieres pasarte por el mío, estoy en el 113.
María Kersimon
22/01/2018 a las 16:12
Hola José Luis,
Es un cuento bien contado que me ha entretenido y divertido. Los nombres de los personajes suenan pintorescos y el poner en escena un muñeco de madera tiene su originalidad, más si es mentiroso… de Roblocho a Pinocho, sólo hay un paso. El prototipo del mentiroso, Pinocho. La camarera musculosa da el contrapunto. Es un entremés ligero y espumoso. Muy bien.
Saludos.
Roger Nhicap
23/01/2018 a las 14:50
Hola José Luis,
El ültimo de la lista de relatos merece una visita y, con más razón, dada la calidad del texto. De agradable lectura y de un humor fino desde el principio hasta el estupendo final. Los nombres están bien elegidos y hay vocablos geniales, como es definir a Macarena “de mecha corta”.
Aprovechas muy bien el diálogo para la caracterización de los personajes, de la camarera y del muñeco de madera.
He pasado un rato agradable y reconozco tu talento para construir esta divertida historia muy bien escrita.
Felicidades y un abrazo.
Juana Medina
23/01/2018 a las 17:46
Bravo, José Luis!
Gran sentido del humor, muy bien llevado y con un final perfecto.
Los nombres también son para remarcar. ¿El título? : Un hallazgo.
Me encantó. No tengo más que decir.
Un placer leerte
Mongope
23/01/2018 a las 18:27
Hola, José Luís. Me ha encantado leerlo. Muy original y divertidos los nombres y la historia. Lo más importante para mí: se lee sin encontrar ninguna piedrecilla en la que se produzca un tropiezo.
Me gustaría decirte algo en lo que mejorar, pero la verdad, yo no lo encuentro.
Saludos.
isan
25/01/2018 a las 18:07
Hola José luís:
Un cuento muy entretenido, pero pagaría una ronda a todos los clientes de Atún Veloz por saber qué le dijo Roblocho a Macarena. Me ha parecido genial cualdo Macarena contesta: “Para el amor…” Me da pena Roblocho ya que parece que su plan no funcionó a pesar, o precisamente por ello, de ser el mentiroso del cuento.
Tal vez se podría prescindir de la última frase porque lo que dice ya lo pendamos todos. Creo que ya te lo han comentado.
Felicidades, ha sido divertido ameno y con buena redacción.
Un saludo
LUIS
27/01/2018 a las 18:24
Hola, Jose Luis. Soy Luis(130). Bonito cuento, lo he pasado bien siguiendo al muñeco. Felicidades. Un abrazo.
Agustín
28/01/2018 a las 02:25
Hola Jose Luis:
Me sumo a las felicitaciones del relato. Ligero y divertido. Se lee con gusto. Los personajes claros y un buen final.
En mi opinión, habría empezado la historia desde el punto de vista de Roblocho para darle más profundidad y entender mejor por qué le considera enemigo.
Algo que no me cuadra es que el muñeco se levante contento al siguiente día si no sabe nada de lo que pasó. Quizá le hubiera dejado un rato más en el bar, lo justo para ver que se gritaban o algo que le confirmara a Roblocho que su plan estaba surtiendo efecto.
Y una duda: ¿cómo es Gumersindo, robusto como Macarena o enclenque?
Un saludo.
Javier Lopez
31/01/2018 a las 12:57
Hola, José Luís.
Bonito cuento de tasca, con personajes estereotipo de ese tipo de ambientes. Un pelín “naif” pero efectivo a la postre. Se lee de corrido y sin pegas a nivel técnico.
Buen trabajo.
Un saludo.
Nos leemos.
Laura
02/02/2018 a las 00:08
Hola José Luis.
Veo que Roblocho ha vuelto a las suyas. Me encantó que haya logrado unir a la camarera y el amigo a pesar de sus malas intenciones.
Repites lo de Roblocho, el muñeco de madera, y en espacios muy seguidos. Considero que lo necesitas para quien no lo conoce, pero ya la segunda, puedes eliminarlo, como eliminar que Macarena era la camarera del Atún Feliz. Simplemente con que era la camarera y ya estábamos en el bar, no era necesario ( en mi criterio) insistir sobre su lugar de trabajo.
Me encantaron los nombres y la descripción de la camarera.
Hasta la propuesta de febrero.