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El marinero que no subió al barco - por Romina Eleonora Mc Cormack
Cerca de la orilla del mar, estaba reunido un grupo de vacacionantes, compuesto por una enorme familia y amigos. La tarde caía lentamente sobre el oleaje del horizonte. La marea que iba creciendo a medida que aparecía la luna se acercaba hasta los pies del grupo que disfrutaba los últimos minutos de sol.
Entre chapuzones, sánguches y bebidas varias, cada uno había contado alguna anécdota graciosa que era celebrada con innumerables carcajadas. La libertad, el desparpajo, la desnudez, el sudor y la arena tibia no podían generar más que esa algarabía. Llamaba la atención el numeroso grupo tan alegre y diverso.
Entonces, pidió silencio a la bulliciosa multitud el hombre más viejo de los presentes. Era un verdadero personaje de mar, con su barba blanca, su pecho ancho y fuerte y el color dorado de su áspera piel. Además, llevaba un tatuaje borroneado por el paso del tiempo sobre el hombro izquierdo.
Sentado orondamente en su reposera algo oxidada, carraspeó y el resto calló. Advirtió que no se trataba de otro relato gracioso y que debían creerle. Y recomendó a los susceptibles que estaban a tiempo de retirarse. Muchos subestimaron al viejo y se rieron.
"El pesquero La sonora, comandado por el capitán Somosa, zarpó un 17 de junio de 1979", empezó el viejo. "Era un frío día despejado pero se auguraban grandes tormentas para los siguientes. A bordo viajaban catorce marineros contando al capitán. Pedro Barrera debía ser uno de ellos. Pero, a último momento, instado por una aciaga premonición de su esposa, el marinero no subió al barco. El pájaro muerto en el jardín de la casa, el perro aullando a las apariciones que solo él veía, el espejo que se había rajado en un costado insignificante, todo era una señal de la desgracia inminente.
Además, Pedro Barrera padecía los días en altamar, la distancia, la inseguridad. El hondo océano le daba pavor. No era, como los demás, hombre marino. Su circunstancia solamente lo había llevado a esa vida. Así que renunció. No subió y el pesquero partió sin él.
Por la noche, una tormenta capaz de voltear al más fuerte acorazado se desató sobre la región. El oleaje llevaba los gritos de antiguas almas ahogadas.
La mujer y el marinero suspiraron; ella, aliviada y él, apesadumbrado.
A la mañana siguiente, como si tan solo se hubiese tratado de una pesadilla, la tormenta había desaparecido. La mujer atontada por la somnolencia se levantó de la cama, alzó la persiana para que entrara el sol y preparó un desayuno. Llamó a su marido pero este no respondió. Cuando fue a buscarlo, lo encontró en una extraña posición. Sus manos aparecían crispadas sobre la colcha removida y sus ojos estaban desorbitados. De su boca abierta sobresalía una lengua enorme, amoratada, como si no fuese la suya. Estaba lívido, muerto.", así concluyó la historia el viejo.
La multitud, que al principio había hecho silencio más por respeto que por interés, ahora callaba ante el peso y desazón de las desgracias humanas. En el horizonte lejano se observaban los relámpagos que caían sobre el mar; las nubes negras comenzaban a acercarse a la costa, casi tocando las olas que ya eran altas y furiosas, y rompían con hermoso estruendo.
"Qué pasó con el barco?", preguntó uno.
"El pesquero", dijo el viejo, "sólido, incapaz de sentir miedo ante una tormenta, regresó a los días indemne."
Comentarios (5):
Ane
18/01/2018 a las 08:28
Hola Romina Eleonora:
Me ha gustado tu relato. Está muy bien estructurado y contiene una narrativa muy rica.
La historia concuerda perfectsmente con la frase de rigor exigida para este mes.
El único pero, al menos para mi, es lo de “sus manos aparecían crispados sobre la colcha”. No lo entendí muy bien, no sé, me cuesta imaginar a qué se refiere. Pero ya digo, no es mas que una opinión particular.
Lo dicho, me gustó
Saludos.
NadiTti
24/01/2018 a las 14:02
Hola Romina. Me encanta como has sintetizado la narración para darle una introducción nudo y desenlace tan brevemente en una historia secundaria a una principal. Es la primera que leo que no se trata solo de una escena entre los relatos. Con la sorpresa y el desazón de el irónico final del marinero.
Coincido con Ane con respecto a lo de las manos. Y otra apreciación mínima y que hasta podes desestimar es que creo que un marinero con tanto mar como el relator debería tener un lenguaje mas coloquial.
¡Nos leemos! y te invito a comentar mi escena #58
Monty
24/01/2018 a las 20:29
Hola Romina:
Me gustan los relatos de misterio alrededor de una fogata a la orilla del mar. Gracias por ofrecernos un relato entretenido, de esos que se cuentan en una tarde de lluvia.
Permite por favor un par de sugerencias que desde mi poco entendimiento te menciono, con el solo propósito de deleitarme aún más con tu próxima entrega.
1. La palabra “vacacionantes” no me hace mucho sentido si es pronunciada por el relator. Tal vez por el viejo marinero se justificaría, porque es una palabra que no admite la RAE.
2. La palabra “amoratada” y “lívido” tienen la misma acepción, que por economía del lenguaje con una de ellas bastaría.
Ojalá pueda leer más de tus historias en las próximas entregas.
Estoy en el 118 por si gustas comentar.
Wiccan
24/01/2018 a las 22:49
Buenas Romina,
Me ha parecido un texto muy interesante y paradójico. Presentas bien la historia y se hace ameno. Algunas cosillas que revisaría:
– En la frase “La marea que iba creciendo a medida que aparecía la luna se acercaba hasta los pies del grupo que disfrutaba los últimos minutos de sol”, la reestructuraría para que no hubiese tanto “que”.
– Repites varias veces la misma idea “enorme familia”, “numeroso grupo”, “bulliciosa multitud” y la palabra “grupo” en los primeros párrafos, creo que no es necesario porque el lector ya se ha hecho esa idea.
– En “que debían creerle. Y recomendó” cambiaría el punto por coma, me parece más natural.
– La historia que cuenta el viejo la entiendo me resulta extraña tal y como está escrita, no te diría que no es correcta porque probablemente lo sea, pero al ser todo el texto seguido y tener la historia puntos y aparte me parece extraño, no se si sería mejor contarla con guiones de diálogo para que fuese más clara. También faltarían los guiones de diálogo en el final.
Son todo apreciaciones personales que creo que pueden ayudar, gracias por compartir el texto. Un saludo.
Laura
30/01/2018 a las 10:56
Hola Romina.
Ya me preparaste para una historia de marinos y lobos de mar. Muy buena, No imaginaba el final.
Buen desarrollo desde lo técnico.
Hasta la próxima.