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Liberando un ángel del infierno - por Nacho S.R.+18

Liberando un ángel del infierno

Sentado sobre un banco en la barra del bar el marinero hacía sus mejores esfuerzos para convencer a la impresionante muchacha de irse con él a un lugar más "privado." Sobre el hombro de su interlocutora vió entrar a su compañero, aquél que en el barco apodaban "San Inocente" por su propensión a siempre andar diciendo mentiras para gastar bromas. Éste, con una mirada muy seria, se acercó al primer grupo de nuevos reclutas sentados alrededor de una mesa al lado de la puerta y les dijo algo. Los cuatro jóvenes se levantaron y salieron corriendo del bar. Luego San Inocente se acercó al marinero y le dijo: -Todos los permisos están cancelados, hay que ir de vuelta al barco de inmediato. -Ajá -le respondió levantando su copa en señal de hacer un irónico brindis pero el mensajero ya se había movido a la próxima mesa. El marinero pensó en la decepción de sus camaradas más jóvenes que habían obedecido ciegamente "la orden" transmitida por San Inocente cuando la hermosa muchacha desapareció de su vista cuando todas las luces se apagaron al mismo tiempo que todo el bar se sacudía con un estruendo ensordecedor…

El marinero corría despavorido hacia el muelle. No podría decir como había llegado allí desde el bar pero la realidad era que las bombas caían a su alrededor, alguna que otra habiéndole hecho rodar por tierra pero era afortunado, no como el pobre San Inocente que corriendo a su lado había desaparecido sin dejar rastro cuando una bomba le había caído en la cabeza. De repente una de esas explosiones demasiado cercanas le proyectó unos diez metros. Cayó de bruces y quedó semi inconsciente. El zumbido en sus oídos cubría el ruido de la batalla y sus ojos le mostraban la violencia del bombardeo en cámara lenta. Una escena surrealista: un caos mudo.

Aquella paz momentánea le permitió saborear la ironía de su situación: desde que su país había entrado en la guerra, siendo él miembro de la marina, esperaba que la muerte le sorprendería en alta mar y lo había aceptado. Cuando después de cuatro meses de combates navales sangrientos finalmente había tenido un permiso en puerto para descansar un fin de semana, el sorpresivo ataque de la artillería y aviación enemigas le había dejado una única salida: volver a su navío para encontrar la seguridad del mar, de "su tumba."

La sacudida de otro bombazo le hizo volver a su realidad inmediata. Entre la humareda distinguía ya la sombra enorme de su barco así que se lanzó en su dirección. Al aproximarse percibió con terror que las amarras estaban siendo elevadas y que el barco partía ya. Corrió entonces como nunca, llegó al pie de la pasarela para subir a bordo y allí la vio: acurrucada al lado de la la entrada una niñita de unos tres años lloraba desconsoladamente. Sin pensarlo la tomó en sus brazos y subió por la pasarela. El navío ya se había alejado algunos metros y para él era imposible saltar con la niña en brazos. Lo dudó un momento, pensó en sus propios hijos esperándolo en casa, era tan fácil poner a la niña en la pasarela y saltar pero finalmente tomó una decisión: retrocedió unos metros en la rampa, tomó a la niña entre sus poderosas manos de lobo de mar y la elevó sobre su cabeza. Corrió tan rápido como pudo y lo más cerca posible del borde de la pasarela que conducía ahora hacia el vacío, aventó a la niña con todas las fuerzas que le quedaban.

La niña describió un arco en el aire y otro marinero, al que sostenían precariamente sobre la barandilla otros pasajeros, se inclinó sobre el mar y la atrapó en el aire de un bracito. Los pasajeros tiraron del marinero que colgaba ahora cabeza abajo sobre las aguas sosteniendo a la niñita del brazo. Los subieron a bordo a ambos al tiempo que exclamaban gritos de alegría. Un oficial se acercó a ver que pasaba y le informaron rápidamente del rescate de la niña. Pidió entonces ver al héroe que había salvado a la criatura pensando en proponerlo para una medalla, pero la respuesta que recibió de los presentes consiguió arrancarle una lágrima: -El marinero no subió al barco.

Comentarios (6):

Charles Babel

19/01/2018 a las 11:57

Hola, Nacho:

Me he decidido a leerte y a escribirte porque no me gusta que alguien se quede sin comentarios.
Tu relato me ha gustado y me ha parecido fácil de leer. Una historia en la que he podido empatizar con el protagonista y sentir la tristeza por los hechos narrados.

Por otro lado, hay algunas faltas ortográficas:

-Vio va sin acento
– En la frase: Un oficial se acercó a ver que pasaba , ese “que” debe llevar acento porque se trata de una interrogativa indirecta.

Enhorabuena y a seguir escribiendo.

Un saludo desde el 66

A. R. Payán

19/01/2018 a las 16:42

Hola Nacho.

He leído tu relato, que tiene un buen concepto e idea. En general me a parecido bueno aunque si he notado varios fallos en cuanto a signos de puntuación, también el uso de comillas en algunas palabras, yo creo que es inecesario, algun fallo lógico de la realidad, empiezo por esto último.
…San Inocente que corriendo a su lado había desaparecido sin dejar rastro cuando una bomba le había caído en la cabeza.
Si una bomba cae al lado de alguien que va corriendo al lado tuyo, yo creo que te afecta y mucho.

Signos de puntuación.

El marinero pensó en la decepción de sus camaradas más jóvenes, habían obedecido ciegamente la orden transmitida por San Inocente, cuando la hermosa muchacha desapareció de su vista y todas las luces se apagaron al mismo tiempo que todo el bar se sacudía con un estruendo ensordecedor… así me suena mejor.

Y esta en la primera linea

Sentado sobre un banco en la barra del bar, el marinero hacía…, creo que queda mejor con esa coma.

En cuanto a la pregunta indirecta que te comenta el Charles, discrepo, yo no veo pregunta indirecta en esa oración.

Buena historia.

Te invito a leer el mio, es el 136.

Nos leemos.

Paola

20/01/2018 a las 13:05

Hola Nacho!
Soy tu vecina y me toca pasar por tu texto… no iba a dejarte “sin comentarios” es solo que me demoré un poco…
Leí tu cuento dos veces. Me gustó mucho! Lo que mas me atrae de la lectura es poder estar en el mismo sitio que el protagonista y ver lo que él ve.
Me situé enseguida en la escena y eso me encanta!
Un escenario peligroso como estamos acostumbrados a ver de un tiempo a esta parte… una pena!
La historia está muy bien.
En cuanto a la “pregunta indirecta” …yo le hubiese puesto tilde… y estoy ahora en una duda… la averiguaré y, si puedo, te cuento el resultado…

Saludos!!!

Alf

22/01/2018 a las 07:38

¡Buenas, Nacho!

Primero, agradecer tu comentario en mi texto. Todo un detalle que vengo a corresponder.

Como comentan arriba, la idea del relato es buena, y sin duda una de sus mejores bazas es la de proporcionar en la mente del lector una imagen clara de cada escena que describes; detalle muy importante sobre todo en este caso, en el que una de las intenciones del texto es precisamente el mostrar lo horrenda e impredecible que puede llegar a ser la guerra.´

Dicho esto, no puedo decir que me haya desagradado. Desde luego, creo que aquí hay potencial, pero también, refiriéndome ya a la forma, he notado bastantes faltas ortográficas, algunas gramaticales (en especial creo que faltan unas cuantas comas a lo largo de todo el texto)… incluso diría que podrías haberlo dividido en más párrafos de los que hay; no solo porque sería probablemente lo correcto, sino también por hacer la lectura más agradable y limpa visualmente.

Como último punto, también me ha dado la ligera sensación de que todo lo que ocurre pasa demasiado… ¿seguido, precipitado, acelerado? Sé que aquí justo no hay demasiado espacio para profundizar, pero si eso mismo que has escrito hubiera tenido un buen punto de dramatismo que realzase los sentimientos que evoca, o alguna pausa más para dejar un poco de suspense con lo que aumentar el impulso del lector y que sirva de paso para asimilar todo lo que está pasando un poco… Con cosas como esas (aunque son solo ejemplos, cada uno lo enfoca como quiere, claro está), creo que podrías pulir resultados mucho más sobresalientes y que serían sin duda aún más apasionantes de leer.

Dicho esto, me despido, recordando de nuevo que si tienes a alguna persona de confianza que te pueda ayudar con el tema de la ortografía, la gramática y las comas conforme vayas escribiendo cosillas seguro que te ayudaría a mejorar mucho, y animándote justo a que sigas escribiendo, por supuesto, y buscando siempre esa mejora a la hora de expresar todo lo que tienes dentro que, como dije al principio, se nota que es bastante y que ahí hay potencial.

¡Saludos!

sinombre

24/01/2018 a las 21:41

Hola Nacho, tu historia de aventuras está bien contada. Aunque se podrían mejorar algunas expresiones en las que la reiteración de una misma preposición resulta cacofónica. Por ejemplo: “cuando la hermosa muchacha desapareció de su vista cuando todas las luces se apagaron…”. También creo que algunas frases demasiado largas dificultan la lectura.

Por otro lado, en cuánto a la coherencia de la historia, no acabo de entender un hilo conductor, más bien parece que una serie de acontecimientos van sucediendo unos detrás de otros, pero que no tienen una relación suficiente entre sí que otorguen identidad, e intensidad al relato. Empieza con el marinero invitando a la guapa muchacha y acaba con este salvando a la niña, pero no sabemos no parece existir una relación relevante entre ambos acontecimientos. Te invito, no obstante, a que sigas escribiendo, y aprendiendo, porque tus maneras desde luego son de narrador nato. Un saludo.

Laura

31/01/2018 a las 10:52

Hola Nacho S.
Coincido con quienes me preceden en los detalles señalados desde lo formal.
En cuanto al contenido, también encuentro una sucesión de situaciones. Tal vez sólo debías enfocarte en una: si lo que te interesaba era el rescate de la niña, abocarte a ella. Tienes muchos personajes que no parecen aportar, sino que son diversas situaciones en un mismo tiempo y espacio. Las 750 palabras no dan espacio a muchos personajes, tan sólo a unos pocos.
Para el mes próximo, antes de subir el texto, léelo luego de unos días de escribirlo (por supuesto, antes del 15, y ten en cuenta la diferencia horaria si corresponde)

Esperamos tu próxima propuesta.

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