Literautas - Tu escuela de escritura

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Baja autoestima - por CharolaR.

Web: https://mujerturquesa.wordpress.com/

Sofía contemplaba el cielo desde la playa. Realmente miraba los juguetes de colores que colgaban del amplio manto celeste mecidos por el viento. Deseaba ser parte de ello, pero sus padres se oponían. Logró ser admitida al curso de incidencias de vuelo, pero tuvo que mentir para realizar las clases y arrastró a sus amigas haciéndolas cómplices de sus embustes.

—Hija, ¿adónde vas?

—Voy con Nelly, al cine.

—Todos los sábados tienes una excusa para salir.

—No te preocupes mamá. Adiós.

Por fin se encontraba en la cumbre del Parapuerto de Miraflores, a doscientos cincuenta metros sobre el nivel del mar, lugar de despegue y aterrizaje de parapentes. Alta, atlética, estaba enfundada en una cómoda ropa deportiva, zapatillas, lentes, casco y paracaídas. Esperaba la señal para remontar y alcanzar las nubes y ver desde lo alto el mar azul celeste y el paisaje de la Costa Verde que bordeaba el litoral limeño.

Llevaba seis meses en el vaivén del parapente y sus mentiras. Era setiembre, mes de los vientos, el día se anunciaba sombrío, con preciosos cúmulos en su manto gris, desplegó el velamen rojo sentándose en el arnés. No era el mejor día para volar, pero el duendecillo aventurero le gritaba al oído que se lanzara al vuelo. El instructor permitió que lo hiciera, pues otros la habían precedido sin problemas. La presión del aire entró en el interior de las celdas dando forma al ala y comenzó el ascenso. Nada hacía presagiar el cambio, en segundos se encontró con corrientes continuas fuertes que la hicieron girar y ganar altura alejándola del parapuerto. El piloto en tierra indicó, por radio, que hiciera giros en ocho, mientras Oscar, el marinero, desde la lancha de rescate, veía atento los problemas de control que tenía Sofía, quien continuaba accionando el freno. La angustia se reflejaba en sus ojos desorbitados, el corazón rugía en su pecho y no tuvo más remedio que accionar el paracaídas de emergencia y direccionarlo hacia tierra. No logró su cometido y cayó irremediablemente al mar. Oscar aumentó la velocidad del barco y se tiró al agua al encuentro de Sofía cuyo paracaídas la había cubierto. Venciendo las olas logró sacar el cuerpo inerte de la mujer. La llevaron de emergencia a la clínica. Llamaron a sus padres, quienes desconocían que su hija se estuviese dedicando al deporte prohibido. La recuperación fue ardua, al quinto día despertó y pidió perdón a sus progenitores por desobedecerlos.

Aún no salía de alta cuando sus padres fueron al encuentro de Oscar. Al verlos, el marinero no subió al barco y se acercó a ellos con amabilidad.

—Buenas tardes.

—¿Cómo está, Oscar?

—Bien. ¿Y, Sofía?

—Mejor. Mañana saldrá de alta, pero queremos pedirle que no la vuelva a ver, por favor.

—¿Cómo?

—Sí. Ella nos contó que usted la introdujo en las clases de parapente, las que tenía prohibidas —indicó el padre.

—¿Yo? Disculpe, pero yo la conocí al término del curso. Debe haber una confusión.

—¿No era la primera vez que manejaba el aparato? —preguntó desconcertada la madre.

—¡No! Pregunte a la compañía. Creo que su hija necesita de un especialista. Ella quería parecerse a su hermana, quien decía que era su modelo a seguir. Les mintió a ustedes y no reparó las consecuencias de sus actos.

—No estábamos enterados. Gracias por salvar a nuestra hija y perdón por el agravio.

No fue fácil para Sofía aceptar sus mentiras y asistir al psicólogo. Sus padres también le debían una explicación. Al llegar a casa abordaron el tema:

—Sabes, hija —empezó el padre— queremos contarte lo que sucedió con tu hermana.

—Ustedes estuvieron siempre orgullosos de ella. Yo sé que no le llego ni a los talones, pero…

—Quiero que sepas que no es así —agregó la madre—. Tú no lo recuerdas porque estabas muy pequeña, pero tu hermana murió al no abrirse el paracaídas. No hablamos más de aquello porque nos destrozaba el alma recordarlo.

Sofía abrió los ojos y la boca, sin emitir sonido.

—Tú no tienes que darnos lecciones de osadía —continuó su padre—. Te prohibimos el parapente por miedo a perderte. Eres lo mejor de nuestras vidas.

Sofía cerró los ojos, sintió el cosquilleo de unas lágrimas que pugnaban por salir. Se levantó y abrazó a su madre y el padre se unió a ellas.

Después de meses de tratamiento, sus pasos encontraron el camino hacia el club de parapente. Cuando vio a Oscar corrió a abrazarlo y le dijo:

—Gracias y perdóname, por favor.

Comentarios (54):

Héctor Romero

17/01/2018 a las 18:00

Tú y tus relatos, como siempre… FASCINANTE. Saludo, literauta 127.

LUDIKA

17/01/2018 a las 18:13

Sofía buen relato! Me gusta la forma en que describís la situación del vuelo y caída del parapente. Por otro lado me parece un poco raro el dialogo de los padres con Oscar, este marinero es mencionado como un personaje aislado a ella y conocía más profundos traumas? Esa conexión con la muerte de la hermana me suena un poco forzada.

A seguir escribiendo!

Saludos!

Judith

17/01/2018 a las 19:57

Hola, Sofía! Muy lindo relato. Como a Ludika, el marinero Oscar me genera cierta duda. Aparece como descolgado: en un primer momento pensé que era un marinero cualquier de la guardia costera o algo así, pero luego parece alguien cercano a la familia. Con respecto a la primer parte del cuento, me parece hermosa! quizás, en la segunda parte del párrafo donde se describe el vuelo en parapente, a partir de que comienzan los problemas, podrías utilizar el recurso de oraciones más cortas para dar la idea de emergencia e inmediatez.

Saludos,

Charola

17/01/2018 a las 22:25

Héctor, Ludika y Judith. Gracias por vuestros comentarios.

A veces las amistades saben más que los padres, hermanos y esposos inclusive. Sucede muy a menudo.
En los vuelos de parapente siempre hay un marinero por si sucede algo. Es un personal de la compañía de parapentes.

Ludika, Judith, soy Charola, no Sofía. Jeje.

Voy por sus relatos.

Judith

17/01/2018 a las 22:36

jaja perdón, Charola! Qué raro yo cambiando nombres! Tienes razón, las amistades saben mucho más, generalmente. 😉

Laura

17/01/2018 a las 23:33

Hola Charola.
Muy buena propuesta la cuestión de la autoestima, pero no creo que cortar la alas sea buena para evitar peligros. Es comprensible desde el punto de vista de los padres, pero tal vez hablándolo con la hija sea mejor que negarlo. Por supuesto que es más que difícil, pero la muerte de un hijo no es algo que pueda relegarse. Un tema más que difícil.
Coincido con el diálogo algo extraño con el marinero ya que nada indica que los padres vivieran o tuvieran un barco. Bien incluidas las palabras obligatorias, pero faltó esa conexión del marinero con el barco, hasta entonces no indicada más que simplemente señalas la playa.
Hasta la próxima propuesta.

Charola

18/01/2018 a las 01:02

Hola, Laura.

Gracias por leer mi relato y tu comentario.

Quizás faltó escribir la conexión del marinero con la compañía de vuelos de parapentes. Las compañías de parapente tienen un instructor de vuelo, pilotos para los vuelos con ayuda (cuando cualquier persona sin instrucción en vuelo quiere darse una vuelta en parapente) y el marinero de rescate, que trabaja para la compañía, quien siempre está en el barco, en el mar por si ocurre algún problema. Es como el salvavidas en una piscina.

Procuraré darle un giro por allí para que se entienda. Gracias por las apreciaciones.

Voy por tu relato.

Yoli L

18/01/2018 a las 03:05

Hola Charola

Soy tu vecina #31 y me corresponde leerte.

Precioso tu relato, muy lleno de imágenes que hace que durante la lectura me haga una idea de lo que sucede. La frase del taller está muy bien integrada y el reto lo cumples. Muy buena propuesta como reflexión.

– Con respecto al marinero, me sucedió lo mismo que a quienes me anteceden, entendí que solo estaba por ahí viendo lo que sucedía y luego aparece como que sabe mucho de Sofía. Luego leo tu explicación de la conexión de esos recursos humanos con las empresas dedicadas a vuelos de parapente.

– Aparece 7 veces el nombre Sofía en un relato corto.

– El final, creí que ella volvía a las andadas, pero más bien me dió a entender que aprendió la lección y por ello le pide perdón al amigo. ¿Es así?

¡Un gusto leerte!

(¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)

Jose Luis

18/01/2018 a las 12:29

Hola
Gracias por tus comentarios a mi humilde relato
Creo que has logrado construir toda una historia que, pese a que es breve, parece mucho más larga. No quiero decir que se haga larga, sino que has dicho muchas cosas con pocas palabras. Hay un poco de aventura y de emoción, hay rebeldía, hay mentiras, hay relaciones familiares complicadas, etc. Y el relato es entretenido, además. Bien hecho.
Un saludo

Osvaldo Vela

18/01/2018 a las 14:05

Hola Charola, gracias por tu visita a mi texto y por tus buenas vibras a mi persona.

De tu relato, que te puedo decir, solo que me encantó. Tu personaje, aunque un poquitín mentirosa, es un suspiro de aire fresco. Te toma una descripción de su figura y de su atavío para hacerla atractiva a cualquier lector; gran logro.

La lectura al igual que las mentiras de tu personaje son ligeras y fácil de seguir y aceptar.

Yo me quedo con el comentario de Hector Romero; tú y tus relatos: fascinantes.

Un 2018 lleno de logros para ti.

beba

18/01/2018 a las 18:11

Hola, Charola- Gracias por tu visita y amable comentario. Muy bueno tu relato; sencillo y hasta ingenuo, pero muy claro y bien escrito. Un saludo.

isan

18/01/2018 a las 18:41

Saludos Charola:

En cuanto he leído Miraflores, se me ha encendido la luz. He recordado que yo he estado ahí. Paseamos por el acantilado (o como se llame) y por el parque del amor. Los días estaban nublados, nos dijeron que era normal en esa época. No vimos los juguetes de colores colgados de ese amplio manto celeste que tan poéticamente describes, pero guardo un magnífico recuerdo.

Al tema. Primero te digo lo que yo cambiaría de la forma.
Parapuerto supongo que será con minúscula a no ser que sea nombre propio del lugar.

El párrafo que empieza con “Llevaba seis meses…” me parece largo. Además, tiene frases separadas por coma que yo cambiaría algunas por punto.

Al final de ese mismo párrafo hay una petición de perdón a los padres. Para mi gusto la quitaría. Me parece accesoria y que no aporta nada al relato.

“Tú no lo recuerdas porque estabas muy pequeña” Creo que mejor que “estabas” sería ERAS.

El reto obligatorio lo has metido como has podido. Tiene poco que ver con el relato que no suba al barco o no, pero metido está. Mejor está lo de la mentirosa que mantuvo la mentira durante tiempo. Supongo que cuanto a unos y otro pide perdón, será sincera.

Al contrario de algún comentario, la figura del marinero en previsión de algún percance no me ha parecido extraña. No he tenido dificultad en imaginarla y que los padres fueran a agradecerle el rescate tampoco.

En cuanto al fondo. Buenos diálogos y buena historia. La negativa inicial de los padres estaba más que justificada y ha sido una sorpresa. Se quita un trauma que arrastraba desde pequeña, se sincera con sus padres y encuentra novio.

Has sabido urdir una buena trama con un relato al que no le falta de nada.

Como siempre, un placer leerte.

J. Guillén Devís

18/01/2018 a las 18:42

Creo que es un relato impecablemente escrito. Las descripciones tienen ritmo y los diálogos más.
Saludos!

Charola

18/01/2018 a las 21:22

Hola, Yoli L.

Gracias por tu comentario. Te seré sincera, se me hizo difícil escribir este relato, casi no lo envío. Creo que fue porque no estuve en mi “habitat”, a pesar de la visión de los parapentes en vivo me compliqué en la trama. Ja.

Con más cuidado, (ya volví a casita y con el frío que invita a no salir), lo mejoraré. A ver si puedo quitar tantos “Sofía” que me indicas.

Respondiendo a tu pregunta. Sofía aprendió y fue a pedirle perdón al amigo, que según lo ha visto Isan, se convertirá en novio.

La imaginación corre por su cuenta. Somos Literautas.

Hasta la próxima. Un abrazo.

Charola

18/01/2018 a las 21:37

A José Luis.
Siempre es un placer leerte. Gracias por tus amables comentarios.

A Osvaldo Vela.
Gracias por tus palabras. Tus relatos hablan de México. Los míos de Perú. Creo que a ambos nos fascina nuestros lugares. Feliz año 2018, productivo, con salud y amor.

A Beba.
Gracias por leerme y comentar el mío. Siempre te sigo, eres lectura obligada por la dulzura de tus textos, así sean de terror. Un placer.

A Isan.
Me alegra que conozcas Lima. A unos cuantos metros del Parque del Amor está el Parapuerto Miraflores (así debí haber puesto). Ahora estamos en verano y los juguetes voladores están a la orden del día. Puse seis meses porque desde el verano a setiembre son seis meses. Gracias por tu comentario. Un placer. Me gustó que imaginaras que Sofía haya encontrado novio. Sí.

Hasta el próximo reto.

Violeta

19/01/2018 a las 10:52

Hola charola
Has escrito un relato tierno y estremecedor, con carga emocional y bastante gráfico. Muy bien escrito, me ha gustado. Felicidades

Charola

19/01/2018 a las 19:20

Gracias J. Guillén y Violeta por vuestros comentarios.

Nos leemos en la próxima escena. Un abrazo a ambos.

Simon Martin

19/01/2018 a las 19:22

Hola Charola:

Gracias por tus comentarios a mi relato. Te cuento que el tuyo, al llegar al final me enterneció. Es que es un reflejo de lo que sucede en el día a día. Me gustó esa frase que dice “Llevaba seis meses en el vaivén del parapente y sus mentiras”, pues logras integrar dos ideas que se juntan eficazmente. La frase que sigue a continuación me parece que amerita ser dividida en tres frases, pues parecería tener tres ideas. Me refiero a esta frase: “Era setiembre, mes de los vientos, el día se anunciaba sombrío, con preciosos cúmulos en su manto gris, desplegó el velamen rojo sentándose en el arnés”. Me cuadran mejor puntos seguido después de “vientos” (o talvez un punto y coma) y después de “gris” (al menos en este caso me atrevo a decir que es obligatorio el punto seguido).

Por lo demás, !vamos adelante, a seguir escribiendo!

Kurt

20/01/2018 a las 01:25

Buenas! Muy interesante relato. Aunque creo que la conclusión es medio infantil, muestra muy bien el desconocimiento de los padres.
Quisiera corregirte algunas cosillas, que creo harían mejor el relato: está frase, “arrastró a sus amigas haciéndolas cómplices de sus embustes”, la pondría luego de un punto, así “También arrastró a sus amigas, haciéndolas cómplices de sus embustes”. Luego, esta frase: “Nada hacía presagiar el cambio, en segundos se encontró con corrientes continuas fuertes que la hicieron girar y ganar altura alejándola del parapuerto”. Yo la comenzaría con “Aunque nada hacía presagiar… Con corrientes fuertes y continuas que la hicieron…” para marcar mejor el inicio del conflicto.
Lindo texto.
Un abrazo!

Charola

20/01/2018 a las 02:03

Simon Martin. Gracias por tu comentario. No sé por qué tuve problemas para escribir este relato, no me gustaba y casi no lo envío. Tus alcances me ayudan a observar dónde está lo incorrecto y lo que se necesita para cambiar y mejorarlo.

Kurt. Te agradezco infinitamente las correcciones que haces a mi texto. Ya encontré la forma de mejorar también el diálogo para que no se vea sabiondo el marinero, aunque ocurre con frecuencia que las amistades saben mucho más de los secretos que se quieren guardar que la propia familia. (Para que no parezca infantil el final también).

Gracias a ambos, amigos literautas.

Nos seguimos leyendo.

Doralú

20/01/2018 a las 04:38

¡Hola Charola!

Excelente relato. Fácil de entender. Tu texto ha logrado que me ubicara en el Puerto Miraflores y desde allí viera toda la escena. Lo único que lamento es que el límite de palabras no permitiera incluir las sensaciones y el placer que experimenta Sofía al volar. Sentí preocupación cuando tuvo dificultades en su vuelo y cuando permaneció largos días sin despertar.

En cuanto a la forma, tienes una excelente ortografía y buen uso de los guiones de diálogo. Hay algunas cosillas que comento para tu consideración:
• Hay párrafos largos que al utilizar punto y seguido o punto y coma en vez de coma, quedaría más clara la idea.
• Presentas un bloque de párrafos que es muy largo y contiene ideas diferentes: yo los independizaría al darle enter, de esta manera facilitaría la lectura.

Nada de lo anterior comentado afecta el fondo de la trama, que es muy humana por lo que conlleva el temor de unos padres por el fallecimiento de una hija en similares circunstancias.

Un abrazo

Menta

20/01/2018 a las 15:59

Hola Charola: Me ha gustado mucho tu relato porque he viajado con Sofía por el cielo de Lima, encima del mar.

También porque reflejas magistralmente las relaciones de los padres con los hijos adolescentes. Los hijos rebeldes, unas veces con causas y otros sin ellas, cuando son así suele ser porque existe poca comunicación entre ellos y las mentiras entre unos y otros, parecen suavizar la convivencia.

He comprobado que de padres mentirosos, con secretos y dominantes, salen hijos mentirosos. Unas veces por imitación o educación. otras, si los hijos necesitan protegerse, las mentiras les evitan muchas regañinas y castigos.

En fin, después de leer todos los personajes mentirosos que nos hemos inventado en esta escena, podremos escribir un tratado de psicología de la mente mentirosa.

Te doy la enhorabuena por tu relato. Un saludo, Menta

LUIS

20/01/2018 a las 18:54

Hola, Charola, gracias por tu punto de vista. Tu relato es enternecedor. Una buena lección para la protagonista, eso de mentir no es bueno y a los padres menos. Felicidades. Un abrazo.

marazul

20/01/2018 a las 21:20

Charola, amiga: “los juguetes de colores”, hummm…! que imagen más bonita. Yo hubiese titulado el relato así. Pero no me hagas mucho caso que marazul suele estar en las nubes je,je… Toda la descripción del vuelo en parapente y su posterior caída está muy bien descrita.
El tema central, el de los deportes arriesgados y las mentiras de juventud, es muy real. Todos de jóvenes hemos hecho cosas que nuestros padres no nos dejaban —yo por lo menos—. Lo que más me ha chocado es que la causa sea la baja autoestima de Sofía y la sorpresa de la hermana que muere por causa del paracaídas —se ve que el riesgo venía de familia.
Un relato con mucho fondo, ágil y ameno.
Encantada de leerte, charola
Saludos

Jean Ives Thibauth

20/01/2018 a las 22:19

Hola Charola.

Da la impresión que conoces de cerca el tema de los parapentes. ¿Estoy en lo cierto?

Has conseguido un relato que desde el principio pone al lector en tensión. Para mi gusto haces demasiado hincapié en el peligro que se percibe. Lo hace predecible. Aún así no te niego que produjo sentimientos de alerta.

Un gusto leerte.

Nos seguimos leyendo.

Un abrazo.

Pulp

21/01/2018 a las 11:26

Hola Charola,
Emocionante relato, creo que todos temíamos por la vida de Sofía, pero al final el drama no fue tan grande. Coincido con algunos compañeros en que el relato tiene dos ritmos diferenciados, y para mi gusto gana cuando pasa a la acción. Debo reconocerte que el personaje de Óscar me dejó algo descolocado, quizás deberías haberlo presentado de manera más concreta.
Por lo demás, buena historia, enhorabuena.
Nos leemos,

Laura

21/01/2018 a las 20:33

Hola Charola.
Gracias por explicarme la función del marinero. No la entendía sin ella.
El parapente es una materia que tengo pendiente. Ya lo voy a intentar.

María Kersimon

21/01/2018 a las 20:49

Hola Charola,
Para empezar gracias por tu visita. Me ha gustado mucho tu relato, una composición equilibrada, un estilo ameno y ágil. Las descripciones del vuelo en parapente y la caída al mar es vívida y coloreada. Mezclas la acción con una parte sentimental que elaboras bien, la bordas, realmente. Así que felicitaciones.

Daniel Escobar Celis

21/01/2018 a las 22:26

Tenía tiempo sin pasar por aquí. Muy buen y aleccionador relato. Se podría decir que esas son las consecuencias de las mentiras.

Saludos y cuando puedas pasas por el mio el 94

Charola

22/01/2018 a las 00:05

Gracias Doralú, Menta, Luis, Marazul, Jean Ives, Pulp, María Kersimon y Daniel por pasar por este número 33 para leer mi relato y sobre todo por vuestros comentarios.

A Laura. Decirte que no es culpa tuya, sino mía de no poner quién era Oscar y su relación con la compañía de parapentes.
Ya decía antes que este relato se me hizo difícil y casi no lo envío. Tienes razón Pulp.

A Jean. Cuando voy a Lima (recién he retornado de allí) veo siempre estos juguetes de colores meciéndose en el viento, pero no he participado activamente de ellos. Me han contado nada más. ¡Ah, si fuese joven! Aunque para vuelos con instructor no hay edad, pero me da miedo, debo reconocerlo. Pero verlos ya es inspirador.

Nos vemos para la próxima escena. Saludos.

Don Kendall

22/01/2018 a las 07:48

Hola Charola,
Me gusta el trabajo que ofreces. Es un buen material para el aprendizaje. Hay un buen manejo de recursos y en su ejecución no rechina nada.
Hay imprecisiones notables en los detalles de la acción, que la hacen poco verosímil : El paracaídas de emergencia no es muy aconsejable en principiantes. Quizá mereciese la pena dar una vuelta al tema y prescindir del paracaídas. Sin él es todo más creíble. El ascenso por el aire caliente de la superficie del mar en Miraflores parece que está garantizado ;-).El “freno” impide en cierto modo el empuje hacia tierra, por lo que podría ser que fuese hacia el mar en uno de los “ochos” mal hechos ;-).
En una palabra, creo que el paracaídas estorba más que otra cosa.
En vuelo individual, antes de las 200 horas de vuelo, para nada es recomendable, da lugar a más problemas que los que puede solucionar.
¡Ah! y la edad, no es un freno, así que ¡anímate!. Es una gozada.
Un abrazo

Charola

22/01/2018 a las 17:08

Hola, Don.

Dando respuesta a tu amable visita.

Cuando trabajo un tema trato de rodearme de mucha información, ya sea del internet, como de las consultas a especialistas y de la experiencia o casos ocurridos. Te voy a pasar algunos links de los que revisé para hacer el relato y donde el paracaídas es de uso casi obligatorio:

https://elcomercio.pe/vamos/peru/conoce-5-lugares-puedes-parapente-lima-39234

http://zero-gravity.es/cursos-paracaidas-emergencia

También lo hice porque una amiga de mi esposo murió en ese lugar porque el paracaídas la cubrió al caer al mar. Ella fue a Lima con una delegación argentina para hacer una exhibición de parapente. Solo le sucedió esto a ella, terminó en el mar, activó el paracaídas y la cubrió. No la salvaron a tiempo y lamentablemente se ahogó. Esto es verídico.

También leí relato de un sobreviviente de parapente en Google, está a disposición de todos. Puedes ir.

Gracias por tu comentario.

Y… No, no me atrevo a esa aventura.

Don Kendall

22/01/2018 a las 19:09

Hola Charola,
Sí, sí, así es. Precisamente incidía en eso que me dices. Ahora te explico. Pero antes, el enlace de el Comercio, no conduce a ninguna parte. De cualquier modo no te preocupes. Sé como va la cosa en Miraflores.
Mi mejor amigo, fue paracaidista hace años, y también plegador de paracaídas en el ejército y además celebró su sesenta cumpleaños, obteniendo la licencia de piloto de parapente. Y precisamente eso que me cuentas, es así. Por eso no es recomendable llevar paracaídas, porque el paracaídas a menos de 200 metros solo sirve para una desgracia como la que me cuentas. Precisamente a quien está aprendiendo, o tiene menos de 200 horas de vuelo no es recomendable el colocar paracaídas, porque en una situación de nerviosismo, propia de la bisoñez, activa el paracaídas de emergencia y ocurre eso. Que no se abre por altura insuficiente y son 25 o 30 m2 de tela enrollados con la del parapente que son otros 30 m2. El resultado por desgracia es ese. Por eso es muuuy difícil pero que muuuuy difícil y en Miraflores creo que menos, que hagan cursillos de paracaidas de emergencia en parapente a aprendices. En razón a eso, y dado que el relato no se resiente, te sugerí la posibilidad de prescindir de ese dato, porque sí se puede ir al mar con una mala maniobra y no arriesgas la verosimilitud.
De cualquier modo ya sabes que es solo un comentario, por que me resultó muy próximo el medio y las circunstancias.

Charola

22/01/2018 a las 22:18

Para conocimiento:

-Los vuelos de parapente con instructor se llaman Vuelos biplaza o Tandem. El que realiza el vuelo no necesita preparación, pueden realizarlo incluso niños y/o personas de cualquier edad. Van al parapuerto y lo hacen con un instructor. No se necesita el uso de paracaídas.

-Para los vuelos individuales siguen un curso SIV (Simulación de Incidencias de Vuelo) que están destinados a aprender a pilotar activamente el parapente en turbulencia (térmica), a controlarlo para evitar incidencias, o para resolver la incidencia si esta ya se ha producido. Plegado del paracaídas en caso de aterrizaje al agua accidental.
“No se trata de practicar maniobras extremas ni de descontrolar el parapente. El objetivo de este curso es aumentar la seguridad en vuelo mediante técnicas de pilotaje activo, proporcionando al piloto los conocimientos y la práctica necesarios para entender, controlar y resolver cualquier situación anormal de su parapente en vuelo, y la correcta utilización del paracaídas de emergencia, como último recurso”. Para este vuelo sí se necesita paracaídas, por supuesto. Lo que puse entre comillas está sacado exactamente del curso SIV.

En el relato dice que este curso es el que hizo Sofía. Por lo tanto, ella no puede ir sin paracaídas. Eso sería inverosímil.
Cuando hizo uso del paracaídas fue porque por acción de las corrientes de aire ganó altura, allí lo dice. Las prácticas de paracaídas se hacen en tierra y en agua y lo hacen más en agua. Es por ello que hay un marinero de rescate SIEMPRE.

Cuando hago un relato reviso mucha bibliografía antes porque sé la importancia que lleva crear una historia y ser un buen escritor. Se debe leer mucho. No niego que uno a veces se equivoca, pero este no es el caso.
El problema que tuve con este relato, más bien, fue en el diálogo y en el título porque al inicio había puesto Mitomanía que también significa: “Tendencia a mitificar o a admirar exageradamente a personas o cosas”. Me hice un embrollo y no me gustaba. Pero en cuanto al parapente lo tuve muy claro.

Gracias por pasar por aquí a leer mi relato y gracias por sus comentarios. De ellos se aprende mucho.

Don Kendall

22/01/2018 a las 23:34

Totalmente de acuerdo Charola. Nada más que apostillar. En cualquier caso lo siento si mis comentarios le han podido, incomodar. Garantizó que no volverá a suceder.
Saludos

Don Kendall

22/01/2018 a las 23:35

Garantizo que no volverá a suceder. (Se coló una tilde en el mensaje anterior)

Charola

23/01/2018 a las 02:29

Hola, Don.

La verdad ningún comentario me incomoda porque sé que todo Literauta lo hace porque quiere que la otra persona mejore su relato. Sabemos que estamos aquí para comentar y sacar en claro algunos puntos que quizás no lo estén o que no lo entendimos bien.

En la pasada escena corregí a Vespasiano algo que yo no tenía razón. No lo hice para molestarlo, sino que dije mi parecer y estaba equivocada y él me lo hizo saber.

Y por favor no me trates de usted que me haces sentir más vieja de lo que soy. Jeje.

Y…, bueno sigue comentándome ETDO. Encantada.

Muchas gracias. Nos vemos en la próxima escena.

Don Kendall

23/01/2018 a las 09:00

Hola Charola,
El trato de usted se corresponde con el cambio en tu mensaje previo al mío : “… gracias por suscomentarios.”
Yo también me siento más cómodo con el tuteo.
Saludos

Leosinprisa

23/01/2018 a las 09:01

Hola Charola, si he de ser sincero conozco poco del entorno de los parapentes y los paracaídas, a decir verdad nada, salvo que sirven para volar y evitar dolorosas caídas, pero tu relato se me hace cercano como si perteneciera a ese mismo mundo, lo cual tiene su mérito.

Es una historia muy emotiva, escrita con elegancia y ternura. Poco te puedo decir para que la mejores, salvo en la siguiente frase:

Realmente miraba los juguetes de colores que colgaban del amplio manto celeste mecidos por el viento.

Yo creo que el manto celeste es ya suficientemente amplio, para que utilices la palabra “amplio” al mismo tiempo, valga la redundancia. Es una opinión personal y, por lo tanto, cuestionable. Pero me da la sensación de que nada le ocurriría a tu frase si la excluyeras y seguiría teniendo la misma carga descriptiva.

Agradecerte tu comentario en mi texto, ha sido un placer leerte. Un saludo.

ortzaize

23/01/2018 a las 11:59

hola precioso relato los compañeros ya te han rectificado alguna cosa.
asi que saludos y seguiremos escribiendo.

Javier López

23/01/2018 a las 13:36

Hola, Charola.
Me ha gustado la historia. Es como un guión de cine resumido. “Las mentiras de Sofía”. Muy visual, aunque un poco a tirones, cuestión totalmente subjetiva.
Ya tienes muchos comentarios y supongo que te habrán indicado los pocos mejorables que he visto, así que me quedo con la sensación que he tenido al volar con la protagonista, lo mejor del texto.
Un saludo.

kupuri Tatei

24/01/2018 a las 02:27

Hola Charola:
¡Vaya, se ve mucho trabajo en todo esto! Hablas de un tema del que pocos se atreven a tomar un riesgo como esos, das a entender que sabes de eso, hiciste una investigación y es grande la cantidad de comentarios que has recibido.

Yo, ni loco me subo a una cosa de esas, gracias por traernos esta historia de las alturas hasta la seguridad del suelo.

J.Sfield

24/01/2018 a las 12:05

Hola, Charola.

Un drama familiar muy bien escrito, como era de esperar… 🙂 ¡Enhorabuena! Me ha gustado y lo he disfrutado, se nota que está muy trabajado. He visto un par de detalles a mejorar (o que a mi me lo parece) que no sé si ya te han comentado:

“—Mejor. Mañana saldrá de alta, pero…” Saldrá de alta no me suena bien, yo diría “saldrá del hospital” o “le darán el alta”.

En “no reparó las consecuencias de sus actos.” te falta la preposición, debe ser “no reparó en las consecuencias…”.

Nos leemos, saludos.

Vespasiano

25/01/2018 a las 19:08

Hola charola:

Gracias por pasarte por mi relato y comentarlo.

El tuyo me ha parecido muy descriptivo a la vez que imaginativo.

La chica me ha parecido más valiente que mentirosilla. Yo no me subiría en uno de esos artilugios, ni borracho.

Hace muchos años, más de cincuenta, el marido de una gran amiga murió al caer al vacío con un chisme de esos.

Después de tantas visitas, poco me queda para comentar a no ser que me ha gustado, con su puntito melodramático en la conversación que sostienen los padres con ella.

Nos seguiremos leyéndonos.

Felicidades.

Charola

25/01/2018 a las 21:55

-A Leosinprisa.
Gracias por tu aporte a mi relato. Nos seguiremos leyendo.

-A Ortzaize.
Muchas gracias por leerme y me place que te haya gustado. Seguiremos leyéndonos.

-A Javier López.
Gracias por pasarte por mi relato y que el vuelo sea solo en el relato. Jeje.

-A Kupuri Tatei.
Gracias por tus comentarios. Me pasé por tu relato. Muy bueno y por ello entiendo cuando hablas acerca de la seguridad del suelo. Nos seguiremos leyendo.

-A J.Sfield.
Gracias por tu comentario y por los “mejorables”. En el escrito final ya están cambiados como me lo señalas. Muy buen aporte.

-A Vespasiano.
Muchas gracias por pasar por aquí. Eres muy esperado, le lo digo con sinceridad, porque eres preciso. Yo tuve problemas con este relato y casi no lo envío. Mi protagonista no era mentirosa, sino valiente. Mi esposo me dijo lo mismo: “Yo la veo normal”. Por ello puse lo de la hermana. Lo del diálogo tampoco me gustaba. Pero en el escrito final lo he cambiado. Muchas gracias nuevamente.

Saludos a todos. Si me falta comentar aún, no se preocupen, pasaré por sus relatos.

Hasta la próxima escena.

ANGEL CLIMENT

28/01/2018 a las 11:23

Hola, lamento comentar tan tarde tú relato, pero por motivos de salud, no he podido hacerlo antes, al igual que este mes no pude enviar mi relato.
Que más decirte después de todo lo que ta han dicho, corrigue lo que tú creqas necesario. A mí me gusto.
Nos leemos el próximo mes

Baltasar

28/01/2018 a las 19:18

Aquí estoy, Charola, como ayer te prometí: Escribes que es una gozada leerte. Me atrevería a decir que con una fluidez que maravilla. Tan sencillo lo haces, que parece que pudiera hacerlo cualquiera así.
En cuanto al personaje, lindísimo. ¡Qué mentirosilla, Sofía! Me encantó la historia.
Muy bien, Charola. Felicidades. Hasta las metáforas son francamente bellas. Puede que en una de las dos hubiera que sustituir la palabra «manto». En cualquier caso, preciosas.
Alguna pequeña cosilla que me gustaría me aclararas: «Parapuerto». Supongo que es el lugar en el que aterrizan los parapentes, pero que no recoge el DLE.
Más de lo mismo y como curiosidad, pues no tengo ni idea del deporte en cuestión. Dices que es «lugar de despegue y aterrizaje de parapentes». Pensé que de despegue sí. ¿De aterrizaje también? Te lo prometo, no tengo ni idea, pero me asusta pensar que aterricen en un montículo desde el que despegan.
Cosas más sustanciales:«La recuperación fue ardua, al quinto día despertó y pidió perdón a sus progenitores por desobedecerlos».
Pregunto: ¿Si esto fue así, cómo es que los padres culpan a Oscar de haberla introducido en las clases, como ella les dijo?
¿Quieres decir, Charola, que hasta ese punto quisiste llevar el reto de mentirosa compulsiva?!
Felicidades de nuevo.
Mi más cordial saludo.

Charola

28/01/2018 a las 20:19

Hola, Baltasar.

Exactamente. Parapuerto no está en el diccionario de la RAE, pero así se le llama a ese lugar, que cuando tenga el relato definitivo va a decir Parapuerto Miraflores. Te copio literalmente qué es. Yo lo he visto, he recorrido esa zona, pero el duendecillo en mi cabeza me decía: No, no subas. Jeje.

Bien, aquí hay una parte de publicidad del Parapuerto Miraflores: “En la parte sur del Parque Antonio Raimondi, ubicado en el Malecón de Miraflores se encuentra el “Parapuerto” de Miraflores. Es una amplia zona plana que permite el despegar y aterrizar seguro de los parapentes y de las alas deltas. Sobrevolar esta hermosa zona, varias decenas de metros encima del océano pacífico es una experiencia única!” Y este aviso recortado: “Varias empresas serias y acreditadas proponen vuelos seguros con o sin reserva previa. La mayoría propone también cursos, aunque al inicio los primeros saltos se realizan desde otra parte, más adecuada, de la ciudad”. Para los que reciben cursos son en otro lugar.

La respuesta de lo último, lo de mentirosa. Sí. Un mentiroso compulsivo siempre trata de justificar de alguna manera sus mentiras. Hay una necesidad de inventar hechos para sentirse bien y equilibrar el humor del momento. Cuando un mentiroso queda atrapado inventa otra historia sobre cómo es falsamente incriminado, excusándose de cualquier culpa o responsabilidad. También pensé que la historia podía ser de la manera más corta, que al pedir perdón a sus padres, ella hubiese encarado lo de su hermana: “¿por qué a ella sí y a mí no?”. Pero me fui por el lado de la mentira compulsiva. No sé si para bien.

Gracias Baltasar. Me gustan tus comentarios porque eres exhaustivo y eso está muy bien.

Un abrazo. Nos vemos en la próxima escena.

Baltasar

29/01/2018 a las 19:15

Muchas gracias, Charola, por tu amplia exposición.
Otro para ti y, hasta la próxima, seguro.

José Torma

30/01/2018 a las 03:25

Hola Charola, como siempre un gusto estas visitas reciprocas cada taller.
Me gusta mucho como escribes, siempre tienes algo nuevo o se nota que experimentas con diferentes cosas. A mí lo único que me salto y tal vez por despiste, fue el asunto de la hermana, pero de ahí lo encontré muy correcto y bien contado. Yo como cobarde profesional, jamás me subiría a una “chimostreta” de esas.
Felicidades.

Yoli

30/01/2018 a las 11:25

Hola, Charola.
Gracias por comentar mi relato. El tuyo me ha parecido muy profesional, sobretodo en la parte del vuelo y del accidente, lo has descrito muy bien. Es verdad que el personaje de Oscar queda un poco raro, pero en general me ha gustado mucho y el titulo es muy acertado.
Saludos.

Roger Nhicap

31/01/2018 a las 10:13

Hola Charola,
Aunque tarde, llego a leerte y te agradezco la visita y comentarios a mi texto.
Tu relato es la historia comprimida de una familia vista desde lo alto. Has construido con esmero una narración sencilla, de fácil lectura y buen manejo de los diálogos y de las descripciones que hacen visual el vuelo en un parapente.
El reto lo incluyes “a martillazos” a través de un personaje que el ejercicio de ese deporte, desde un acantilado, requiere. Bien hecho.
Me ha gustado y entretenido.
Un abrazo

R.J. Esperanza Pardo

31/01/2018 a las 11:35

Hola, Charola

Por fin llego para leer tu precioso relato lleno de imágenes bellas, como la primera, que no he podido evitar analizarla un poquito pero que tal como está está muy bien también:

* “Sofía contemplaba el cielo desde la playa. Realmente miraba los juguetes de colores que colgaban del amplio manto celeste mecidos por el viento.”:”Desde la playa, Sofía contemplaba los juguetes de colores que colgaban del amplio manto celeste mecidos por el viento.” Quitando “Realmente miraba”, ahorras dos palabras, y para mi gusto queda más sugerente, no me hagas mucho caso.

Los bloques de diálogos, más que nada el primero, me han sonado como extractos de una conversación telefónica, como flashbacks algo incrustados. Pero posiblemente es lo que hay cuando el relato no es una escena única que se desarrolla en un espacio corto de tiempo, sino que es una historia en toda regla que se alarga en el tiempo. El tercer párrafo, el más largo, me queda algo denso, no sé si se podría separar, no me atrevo a tocarlo.

La verdad es que me ha gustado mucho el contenido y la forma en que describes y el tema que has tratado también, tengo dos hijas y me lo ha recordado. Has hecho un buen trabajo, me ha resultado muy interesante y muy bien descrito, como de costumbre.

Un abrazo

Charola

31/01/2018 a las 22:49

No quiero dejar de agradecer a José Torma, siempre es un placer leer tus relatos y si pasas por el mío, encantada.

Gracias Yoli por tus amables palabras.

Gracias Roger Nhicap. En las mejoras del relato he justificado la presencia de Oscar, el marinero, para que no quede al aire su inclusión.

Gracias R.J. Esperanza Pardo. Cuando vine a Literautas siempre me corregían el orden en que ponía las palabras, creo que he mejorado un poquito, pero quizás quedan rezagos de aquello. Jeje. Te doy la razón en la primera oración. En cuanto a los diálogos los he trabajado mejor para la versión última. Espero que sí. Muchas gracias por tus aportes.

Nos vemos en la próxima escena que casi no falta nada.
Un abrazo a todos.

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