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Lección de anatomía - por Darth Quino

El vigilante caminó despacio entre los cuadros de la exposición temporal sin prestarles demasiada atención. Se detuvo ante la última adquisición, un cuadro abstracto, como todos los demás de la sala, titulado “El marinero no subió al barco”. Mirando la mezcla de manchas multicolores que era el lienzo, pensó que el título era lo único con sentido, aunque lo mismo podía haberlo titulado “La Luna sobre un circo” o “Tigre comiendo una manzana”. Nunca le había gustado el arte abstracto. Lo único bueno de él era que nadie podía esconderse en esos cuadros.
Tras unos pocos pasos entró en la primera sala de la exposición permanente y allí empezó a disfrutar con su trabajo, “¡Eso sí era pintar!”. Se detuvo ante cada cuadro, observando detalles que, por otra parte, se conocía de memoria. Al fin y al cabo, era su obligación.
Se maravilló de nuevo con la “vista de Delft” de Vermeer, aunque tuvo que escrutarlo a conciencia pues era fácil esconderse en él. Le emocionó una vez más el lirismo de “El toro”, de Potter; y se angustió con “La matanza de los inocentes” de Van Haarlem, obra con la que también tuvo que emplearse a fondo.
Apenas puso la vista en la “Lección de anatomía” de Rembrandt, percibió los cambios. Eran mínimos, pero evidentes para su ojo entrenado. Suspiró. Eligió como punto oscuro el sombrero del doctor Tulp, se concentró, dio un paso y… estaba dentro del cuadro.
-A ver-dijo al comprobar que fingían no verle-moveos. Sé que estáis ocultando a alguien. Y tú, seas quién seas, sal para que pueda verte.
Despacio y de evidente mala gana, los observadores de la lección se apartaron y apareció un joven pelirrojo que se presentó:
-Me llamo Lorenzo Vázquez y soy Rembranista. En concreto soy el presidente de la Agrupación Rembranista de León y…
-Ya, ya, vale. Está bien. No necesito que me cuentes tu vida. El caso es que por mucho que te guste el autor y este cuadro no puedes permanecer aquí, así que acompáñame sin resistirte y no daré parte de esta infracción.
-Claro, me tratas así porque soy un pacífico Rembranista, seguro que si fuese un revolucionario Goyista o como esos vándalos Miguelangelianos no me tratarías…
En ese punto el vigilante dejó de escuchar. Se conocía la cantinela de memoria ¡Anda que no la había escuchado veces! Además, y dijese este lo que dijese, sabía que en todos los grupos había exaltados. Más de una vez tuvo que intervenir para separar a Davincianos que se estaban pegando con Vermeerianos, o Picassiano enfrentándose a Potterianos. Preparó sus músculos y avanzó un paso cuando uno de los observadores dijo:
-Tal vez pudiéramos llegar a un acuerdo.
El vigilante se detuvo, miró al que había hablado y preguntó:
-¿En qué estás pensando?
-Mira a mi nuevo amigo Lorenzo-dijo pasándole la mano por encima del hombro-, si parecemos gemelos. Él podría sustituirme unos días y yo conocería algo del mundo exterior.
-¿Quieres abandonar el cuadro?
-Solo unos días. No me malinterprete Dr. Nicolaes-dijo mirando al doctor-la lección es interesante, pero llevo casi cuatro siglos escuchándola y me gustaría pasar algún tiempo fuera.
El profesor asintió comprensivo mientras el vigilante se mordisqueaba el labio inferior, antes de decir:
-Es verdad que os parecéis y, si os cambiáis la ropa, podríais dar el pego pero-se dirigió ahora al intruso-si aceptas el cambio tendrás que fiarte de su palabra, yo no podré obligarle a cumplirla si decide romperla.
-¿Bromea?-respondió el aludido-estaré encantado de quedarme el tiempo que haga falta. Esto es un sueño convertido en realidad.
-Está bien, intercambiaros la ropa.
Una vez hecho esto, retocaron el aspecto del recién llegado y los integrantes del cuadro se dedicaron a indicarle todo lo que necesitaba saber, mientras el vigilante y el pelirrojo salían del cuadro. Una vez en el exterior, el primero preguntó:
-¿De verdad piensas regresar en unos días?
-Sí-contestó con una media sonrisa-, en unos cuantos.
-Ya veo.
Le acompañó a la salida y, al pasar delante de la “Joven de la perla”, el vigilante le guiñó un ojo. Ella sonrió levemente y sus mejillas se colorearon.

Comentarios (7):

leugimol

17/01/2018 a las 23:28

Muy bueno. No se siente ni que le falte ni que le sobre nada. Me encanto la manera en que integraste la consigna sin hacerla el nucleo de la historia.

Kurt

17/01/2018 a las 23:51

Muy buen recorrido por las famosas pinturas. Divertido y disparatado sin que se lea como absurdo o ridículo. Una idea muy original.

Lo mismo que Leugimol. Me agrada que no sea el centro de la historia, cómo para variar un poco de los demás relatos.

Abrazo

Menta

18/01/2018 a las 17:51

Hola Darth Quino: Me ha gustado mucho tu relato porque mezclas la literatura con la pintura y obtienes un relato muy interesante.

La idea de poderse esconder las personas en los cuadros es genial.

Me ha encantado cuando escribes que el vigilante guiña un ojo a la Joven de la perla y ella le sonríe y sus mejillas se colorean.

Como no conocía los cuadros y algunos pintores que citabas, Los he buscado en Internet y he aprendido mucho, gracias.

La forma en la que has introducido el reto no me termina de convencer. Me da la impresión que has escrito una introducción larga y sin interés para meter el reto de una manera forzada.

Los guiones de los diálogos son largos y tú los has escrito cortos. En Word, con las teclas de Alt+0151, escribes estos guiones largos.

Te doy la enhorabuena por tu relato y te agradezco que lo hayas compartido con todos nosotros. Un saludo, Menta

Simón Martín

20/01/2018 a las 22:49

Muy creativa tu propuesta, Darth Quino. Te felicito por tu conocimiento sobre pintura, que es lo que, en cambio, le puede hacer perder a un lector poco adicto a este arte. Bien creado el ingreso del vigilante al cuadro, aunque no sucede lo mismo con su salida, es demasiado simple: “…mientras el vigilante y el pelirrojo salían del cuadro”.

Por lo demás, ¡todo bien!

ortzaize

23/01/2018 a las 11:47

hola divertido paseo por el museo. ingenio x la trama y nos tienes pendientes en todo momento hasta que consigues ver que son los personajes .. jaja muy interesante relato.

Laura

25/01/2018 a las 11:47

Hola Darth Quino.
Tu relato es muy divertido y original.
Realmente, felicitaciones.

Hasta la próxima propuesta.

Manuel Jover

28/01/2018 a las 09:59

Enhorabuena!Una propuesta realmente original, una idea brillante muy bien desarrollada.
Unicamente me he perdido en un momento, cuando dices «uno de los observadores dijo» al principio no sabía muy bien si te referías a un personaje del cuadro o a un visitante del museo, hasta que he caido en la cuenta de que observaba la lección del doctor.
Me quedo con ganas de saber más cosas de ese gran personaje del vigilante y de como le irá al pelirrojo por el mundo.
Mención especial para el magnífico final!

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