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El barco de la muerte - por Carmen Jódar GualR.
“El barco de la muerte”
A veces solo compruebo mi respiración pausada, otras, ni eso. Como si una nube de blancos y algodonosos vaivenes me llevara de un lado a otro, yo sigo flotando. Sin un propósito claro, sin acabar mi porción de la tarta llamada “vida”.
Hace poco más de un año que falleció la mujer de mis sueños. Aquella que me dio los mejores y los peores momentos de su corta y frágil vida. Y, aunque quiera seguir adelante, no puedo pues me hallo perdido, como un marinero en un barco sin rumbo fijo y a la deriva.
Cada vez más y más hondo, perdido, solo, olvidado, deteriorado. ¿Cómo puedo salir de este caos? ¿Cómo puedo ser el de antes?
—Ya no existe Víctor, —pronuncia una voz oscura, grave y pesada —ahora no eres tu yo del pasado.
—¿Quién habla? —pregunto agitado.
Es asombroso que, entre las sombras y el ruido de las olas del mar, pueda escuchar esa voz.
—Solo soy un marinero. Quien te ha hallado en la penumbra más desoladora.
Aquella voz resuena en mi mente, llegando para atormentarme. Sacudo la cabeza, molesto. Crispo los puños sobre la baranda del barco, el cual no se detiene, sino que sigue su curso sin pausa, pero sin prisa. Justo entonces, aquella voz me dice que mire al frente.
—¿Ves la tierra que dejas atrás?
—Si.
—Es tu hogar, donde tienes a tus hijos. Ellos esperan por ti. —Trago saliva.
—Ellos están bien sin mí. Solo soy una pesada carga. —me quejo, cabizbajo.
Aparto la mirada de mi tierra concentrándome en mis pies descalzos. Pero, lejos de eliminar aquella voz, ahora se hace más viva.
—¿Eso piensas? —Oigo su risa a través de mi cabeza —. Te estás condenando tú solo, Víctor. ¿Conoces el rumbo que toma este barco?
—Si. —respondo cansado. Hace tiempo que decidí mi porvenir.
—Entonces sabrás que morirás si sigues montado en este barco, marinero.
Asiento. Después de todo, lo tengo claro.
Justo entonces, camino por la cubierta sin saber a donde ir cuando me detengo para observar a una persona que sube al barco. Parece ser que hemos atracado en un puerto y que se suben muchos pasajeros. Ahora seremos más e iremos apretados. Todos ellos visten con ropas marineras. Las mujeres faldas azules marino mientras que los hombres, pantalones del mismo color. Todos con camisas blancas abotonadas hasta arriba. Charlan entre ellos, se ríen, otros lloran. Aunque lo más curioso es ver a un chico que se me hacía familiar. Podría ser… ¿mi hijo mayor? ¿Qué hace en el barco de la muerte? De pronto, palidezco y comienzo a sudar de solo verle al pie de las escaleras que ascienden a la cubierta. Aun se encuentra en suelo firme. Sin demora, corro hasta las escaleras blancas y grito su nombre, sin embargo, él no me escucha. Mis gritos se quedan atrapados en la garganta.
Asfixiado por dentro, observo con los ojos desorbitados cómo mi hijo sube peldaño a peldaño las escaleras que le conducirían al viaje de la muerte. ¡¿Por qué hace esto?!
—Se está muriendo. —informa la voz dentro de mí.
Pronto, se escucha por un altavoz que el viaje continuará en pocos minutos. Es ahora o nunca, debo evitar que mi hijo suba aquí. De dos zancadas, bajo las escaleras tan rápido como me lo permiten mis piernas al mismo tiempo que intento atrapar a mi hijo del brazo y arrastrarlo conmigo al suelo firme. Unos segundos después, me doy cuenta de que él no me puede ver, ni oír, ni tocar.
Pero yo ya estoy en tierra y mi hijo sigue subiendo al barco.
Grito e intento subir de nuevo. Pero el barco está zarpando y no se me permite su entrada una vez abandonado. Todo se hace gris. No veo nada. Pronto, me desvanezco sin saber lo que ocurrió.
…
—Papá, papá, ¿estás despierto? —pregunta la inconfundible voz de mi hija menor. Abro los ojos poco a poco, acostumbrándome a la luz. De inmediato, recuerdo a mi hijo.
—¿Dónde está Alejandro? —inquiero angustiado. Me incorporo con rapidez sobre la cama, mas mi hija coloca sus manos sobre mis hombros y me tranquiliza.
—Papá, él está a tu lado. —contesta ella soltando algunas lágrimas y sonriendo.
Al final, el marinero no subió al barco.
FIN
Comentarios (15):
Doralú
18/01/2018 a las 02:30
¡Hola Carmen Jódar Gual!
Primera vez que te leo. Me ha gustado un mundo tu relato. Tiene fluidez, buen estructura el conflicto, y me mantuviste hasta el final con la intriga.
En cuanto a la forma señalaré unos detalles sin importancia:
En dos oportunidades aparece: “—Si.” Debe decir: “—Sí.” Afirmativo.
Donde aparece “…sin saber a donde ir…” Debe decir: “:::sin saber a dónde ir…”
¡Un abrazo!
Carmen Jódar
18/01/2018 a las 16:15
Hola Doralú 🙂
Muchísimas gracias por tu comentario además de por las correcciones. Me alegra que te haya mantenido con la intriga hasta acabar 😀 Ese era mi propósito.
Intentaré seguir escribiendo y mejor jeje.
¡Otro abrazo para ti!
Carmen Sánchez Gutiérrez
18/01/2018 a las 23:08
Hola: Es un relato precioso, Carmen, muy conmovedor. Un texto muy trabajado, por eso deberías evitar frases demasiado comunes:¨sin prisa pero sin pausa¨, creo que restan valor al texto. En cuánto al resto, perfecto.
Un saludo y gracias por tu comentario, tomaré nota de tus correcciones.
Otilia
19/01/2018 a las 11:28
Hola Carmen Jódar,
Gracias por leer y por el amable comentario.
Tu relato me ha gustado y se lee con fluidez, quizás al principio hayas puesto demasiados adjetivos, solo es mi opinión.
En cuanto a la forma estoy de acuerdo con los anteriores comentarios.
Para crear más intriga hubiera puesto otro titulo, ese ya lo escribes en el texto.
Buen trabajo. Saludos.
Verónica
19/01/2018 a las 12:08
Hola Carmen
Me gustó mucho tu relato, me mantuvo expectante hasta el final. Saludos
Judith
19/01/2018 a las 18:49
Hola Carmen,
Qué lindo y tierno relato creaste! Me gustó mucho. La descripción del estado anímico del viejo es muy buena, incluyendo ese diálogo surrealista. Tengo un par de sugerencias para hacer el cuento un poco más intrigante: como te dijeron ya, el título, no debería dar una pista tan clara de sobre qué se trata el cuento; esta frase “—Entonces sabrás que morirás si sigues montado en este barco, marinero.” Yo la hubiera eliminado así como todas las que nombran a la muerte. Así, por ejemplo cuando dices “—Se está muriendo. —informa la voz dentro de mí.”, podrías decir algo como “No tiene otra opción” o incluso “Él no tiene opción” como para indicar que su hijo no tiene opción, pero él sí. Si dejas al lector llenar con su imaginación los espacios en blanco se va a sentir más cercano a tu relato.
Finalmente, yo no sé si no hubiera terminado el cuento con el viejo viendo el barco partir con su hijo adentro y trabajar así, en el trasfondo del cuento, el tema de la opción a seguir viviendo y la de dejarse morir. Incluso cuando ve el barco yéndose podría ver a sus nietos llorando en el muelle como un cierto final esperanzador. No sé, son ideas que me trajeron tu relato.
Espero te hayan servido mis comentarios.
Saludos.
Carmen Jódar
21/01/2018 a las 20:00
Muchas gracias por todos los consejos.
Carmen Sánchez Gutiérrez: Me alegra que te haya gustado. Tomaré nota en cuanto a las frases hechas (es una manía mía colocar este tipo de frases xD).
Otilia: Gracias por tus aportes. En cuanto a los adjetivos, quería dar un toque de “poesía” al comienzo del relato. Pero gracias por tu sinceridad ^-^
Verónica: Aww, muchas gracias 🙂
Judith: muchísimas gracias por tus consejos. Tienes razón en cuanto a mantener la intriga, no debería haber revelado con tanto fervor el misterio que acontece en el barco. Solo lo quería dejar claro, pero lo he hecho demasiado jaja.
En cuanto al final del relato, bueno, es cierto que si lo hubiera dejado más ambiguo quizá resultase más impactante, pero quería dejar por zanjado que el relato acababa “bien”.
Lo dicho, muchas gracias por la molestia de corregirme.
¡Un abrazo a todos! 😀
LUIS
22/01/2018 a las 12:42
Hola Carmen, soy Luis (130). Describes muy bien los momentos melacólicos que vive el protagonista en el recuerdo de la muerte de su esposa. Un relato muy emotivo. Felicidades
Laura
22/01/2018 a las 14:11
Hola Carmen.
Hermoso relato en primera persona, en tono más que íntimo, para llegar al final, afortunadamente esperanzador para con el anciano y su hijo.
El principio me resultó un poco reiterativo,pero tal vez lo necesitabas para crear convenientemente el ambiente. Yo te lo modificaría en algunas partes:
“A veces solo compruebo mi respiración pausada, otras, ni eso. Como si una nube me llevara de un lado a otro, yo sigo flotando sin un propósito claro, sin acabar mi porción de la tarta llamada “vida”.
Hace poco más de un año que falleció la mujer de mis sueños. Aquella que me dio los mejores y los peores momentos de su corta y frágil vida. Y, aunque quiera seguir adelante, no puedo pues me hallo perdido, como en un barco que va a la deriva.”
Por supuesto, es una cuestión de estilo.
Hasta la próxima propuesta.
Carmen Jódar
22/01/2018 a las 21:15
Hola Luis, muchas gracias por tus palabras. Ahora me paso por tu relato 🙂
Hola Laura, muchas gracias por tus consejos. Lo tendré en cuenta para futuras descripciones ^-^
Un saludo a ambos 😀
Carlota Baronchelli
22/01/2018 a las 22:12
Hola, Carmen Jódar:
Primero que nada agradecerte tu comentario de mi relato. El tuyo me ha parecido muy bueno y conmovedor. Me ha gustado la forma y como vas llevando al lector hacia la resolución. Las descripciones de los ocupantes del barco me parecen muy realistas y haces que casi los puedas ver.
Resumiendo: que me ha encantado.
Espero seguir leyéndote
Carmen Jódar
24/01/2018 a las 22:16
Muchas gracias por tu opinión Carlota Baronchelli ^-^ Estoy contenta de que te gustara 🙂 Intento escribir lo mejor que puedo.
Un abrazo y nos leemos 😀
Aqua
27/01/2018 a las 11:59
Hola, Carmen. Muchas gracias por tus palabras sobre mi relato.
En cuanto al tuyo, me ha encantado. Su lectura es muy suave y llevas al lector por donde quieres. Ese giro final ya pone la guinda a un maravilloso pastel.
Por apuntar algo, pones dos puntos en los diálogos y solo debería haber uno. Me explico con un ejemplo: “—Se está muriendo. —informa la voz dentro de mí.” El punto después de “muriendo” no habría que ponerlo, ya que la frase cierra en “mí”.
Felicidades y espero seguir leyéndote 🙂
Carmen Jódar
28/01/2018 a las 21:59
Hola Aqua, muchísimas gracias por tu comentario y ha sido un placer leer el tuyo ^-^
También te agradezco la corrección sobre los dos puntos, 🙂
Un saludo, nos leemos 😀
Minerva Long
13/02/2018 a las 22:01
Hola Carmen Jódar, me ha gustado tu historia, sobretodo como has ambientado lo ocurrido, me ha sido muy fácil imaginarlo todo :). Solo un detalle, primero hablas del marinero del barco y después el protagonista también tiene ese nombre y me ha parecido que queda un poco confuso.
Saludos!