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Me lo haces adrede - por Marcelo KisiR.

Web: http://www.contarelcuento.wordpress.com

―Voy a parar aquí, Asun, necesito un café.

―¿Para qué, Emilio? Falta una hora para llegar.

―Pues avísale a tu madre que llegaremos en hora y media. Necesito mear y un café.

―Ah, ¿sí? Y ya que estamos, ¿por qué no cargas gasolina y juegas una bonita partida de ajedrez con tu celular?

―No se me había ocurrido, pero, ¿sabes qué? Eso es lo que haré. ¡Gracias!

Emilio paró furioso junto al expendedor de gasolina, dispuesto a dar todos esos golpes que ella tanto odiaba. "Me lo haces adrede" parecía ser su frase preferida a la hora de mangonearlo. Que no has tendido la ropa, que la vajilla quedó otra vez amontonada, que la basura no se bota sola. Me lo haces adrede. Pues ahora lo haría en serio.

Se apeó y cerró la puerta del coche con fuerza. Mientras se cargaba el tanque, vio que Asun ya estaba sumergida otra vez en su propia pantalla. Veía el video de Lily, amiga de la pareja, que había salido en televisión.

Asun no lo sabía, pero él ya lo había visto unas siete veces. Lily en la tele era una delicia. Otro de esos programas para el ama de casa, esa especie en extinción. De nuevo contaba sobre su negocio "En orden", y a Emilio, obsesionado por las camisas bien apiladas en el armario, por tipo y color, verla lo ponía cachondo.

―Sí, ahí surgió la idea ―decía ella con tono cálido y profesional―. En el choque tuve una conmoción cerebral y perdí la memoria de corto plazo. Para una loca del orden como yo, tomar el cepillo de dientes y no recordar si ya me había cepillado, era una agonía.

―Con los tratamientos comenzaste a desarrollar un método para ayudar a los ancianos, ¿verdad? ―intentaba apurarla Catalina Vega en persona. La pausa comercial apremiaba.

―Así es. En la rehabilitación entendí que la memoria estaba en un hemisferio cerebral y la lógica en el otro. Los ancianos pierden la memoria de corto plazo sin necesidad de accidentes. Abrí mi negocio "En orden", que ayuda a la gente a mudarse o a ordenar armarios, y muchos clientes son ancianos que se mudan a viviendas protegidas. Para ellos la angustia de no encontrar las cosas es enorme. Te cuento un caso de…

―Y les enseñas a usar la lógica en lugar de la memoria, ¿es así?

―Efectivamente. En lugar de intentar recordar, tranquilizarse, respirar hondo y pensar: conociéndome, ¿dónde pude haber puesto esas llaves?

―¿Dónde pueden encontrarte los que nos ven desde sus casas y están pensando en mudarse o resolver sus problemas con la memoria?

Etcétera. Emilio ya se sabía de memoria el vídeo, y también dónde encontrar a Lily. Si era deliciosa en la tele, más lo era en la cama. Adoraba darse vuelta después del polvo y no ver ropa tirada por todos lados. Cuando se desnudaban, antes de abalanzarse el uno en los brazos del otro, doblaban prolijamente cada prenda, incluso los calcetines.

Con el tanque lleno, estacionó el coche en el costado de la gasolinera, Asun absorta en su teléfono, ya viendo otros videos, con gatos tocando el piano o bebés haciendo lip-sync, y entró a la tienda, compró café, empezó una partida de ajedrez con un uzbeko, y volvió al vehículo.

―Vale, ¿por qué no arrancas?

―¿No ves? Bebo mi café, juego una partida. Es lo que me sugeriste.

―Me lo haces adrede, ¿verdad?

―Quiero explicarte algo. Cuando le dices a un hombre que no, es no. Y no: "sí, pero insísteme más". Sobre todo, en esta época de denuncias por acoso. Y cuando le dices a un hombre que juegue una partida de ajedrez, es eso lo que hará. Aquí está mi adversario esperando desde Uzbekistán, si no te importa, así que continúa con tus vídeos y déjame concentrarme.

―Ya. Me lo haces…

―Mira. Tengo que decirte algo. Lo nuestro no va más. No puedo seguir con esto, y tampoco tengo fuerzas de buscar un momento mejor. Me ahogo. Me muero en vida. Y estoy con Lily.

Silencio.

―¿Lily la ordenada? ¿La lánguida, la aburrida, la reina de la lógica, la hija de puta que sale por televisión y se cree la diva del siglo? ¿Cuánto hace? ¡¿Cuánto hace?!

Emilio no respondió. La miró desafiante, y ella a él. En medio de la gasolinera, se quedaron así, contemplando sus quince años juntos, pensando en sus hijos, que le preguntaban a su abuela cuándo llegaban sus padres.

―Llama a tu madre. En una hora llegamos.

―Vale.

Comentarios (28):

Marcelo Kisi

17/11/2017 a las 12:07

Hola compañer@s!

Ojalá disfruten este relatito, que viene en clave de entremés sencillo. Yo ya encontré dos cosas que cambiaría. Pero quizás funcione como relato, no se priven de criticar lo bueno y lo malo, y devolveré todas las visitas, aunque me lleve tiempo este mes, por temas de trabajo.

Gracias de antemano!

Raúl Martín

17/11/2017 a las 17:03

Muy bien Marcelo. No he encontrado nada que criticar. La historia de esta desavenencia, es justamente eso: un entremés, en el que la realidad de los móviles siempre y para todo está presente. Algún día volveremos a ser capaces de hablar directamente entre las personas.

Juana Medina

17/11/2017 a las 17:53

Marcelo, ¡me lo haces adrede!
Será un entremés sencillo, pero no deja de tener su verdad, y su encanto a la hora de contarla.
Yo, con el reto no pude. La gasolinera no me inspiró nada. Pero no tengo auto así que no las frecuento.
Este mes, empecé la lectura por el final de la lista, de modo que te ha tocado más o menos pronto.
Un abrazo

IreneR

17/11/2017 a las 18:08

Buenas Marcelo.

Me ha encantado tu historia. Me gustó mucho tu forma de narrarlo y el diálogo.
Tan solo tengo una cosa que comentar y es la última frase de narración. “En medio de la gasolinera, se quedaron así, contemplando sus quince años juntos, pensando en sus hijos, que le preguntaban a su abuela cuándo llegaban sus padres.”
De pronto han aparecido los nietos, ¿estaban con ellos en el coche? No sé, me pareció como que salían de la nada y eso me dejó un tanto confusa.

Un buen relato, me gustó leerlo.

¡Un saludo!

Yoli

17/11/2017 a las 19:13

Hola, Marcelo.
Tu relato lo he encontrado muy bueno. Describes muy bien la mala relación que hay entre los protagonistas. Me ha hecho gracia la parte en que Emilio explica como antes de tener relaciones con Lily, se dedican a recoger la ropa 😀
Si quieres leer el mío, soy el 171.
Saludos.

Dante Tenet

17/11/2017 a las 19:16

Joder
Diria un amigo.
Asi se termina , no se termina una relacion.
Me gusto el relato y me parecio que como tantas parejas siguen adelante pq la rutina es mas fuerte.
Como siempre
Abrazo de Gol

Tavi Oyarce

17/11/2017 a las 19:32

Hola Marcelo.
Una historia cotidiana, esbozada con personajes reconocidos. Muy bien delineada. Qué agregar o quitar, dices tú, como lector nada. Lo disfruté, me sentí identificado, una redacción de alto nivel, nada más puedo pedirle a tu historia.
Distinto es el punto de vista del autor que lo leerá una y mil veces y a cada lectura lo irá modificando como un trabajo sin fin.
Tu estilo es definido, y como el personaje; metódico.

Muy buen trabajo, un drama bien relatado.
Te felicito

ortzaize

17/11/2017 a las 20:27

hola me ha parecido muy bueno como una gasolinera da para todo este tragin de ropas y desengaños, no parece que se sienta muy disgustada, ya que termina diciendo vale…
bueno saludos.

Patricia Redondo

17/11/2017 a las 21:23

Muy buen relato Marcelo, como siempre…la vida siempre entre la esperanza y el desencanto , verdad ? Que no se hará por los hijos! Lo cual es bueno y a veces puede ser malo. Un buen relato sobre el matrimonio y lo agridulce de las relaciones de pareja. Ahora , si hay que elegir , me pongo del lado de la mujer : siempre he sido bastante desordenada y el personaje de la remilgada de la amante me ha reventado bastante 🙂

Nos leemos! Abrazos!

Thomas Carnacki

18/11/2017 a las 09:00

¡Buenas, Marcelo!
Me parecido un buen relatito, pero no más. Un tanto cliché. Quizá sea por lo mismo que dices tú: es un entremés. Conociendo tus relatos, podía ser mucho mejor. Sin embargo, no dejo de admirar lo cuidada que está tu prosa, no abundan los errores y es todo muy consiso. Te felicito, y un gusto leerte.
Hasta la próxima, mis saludos 😉

¡Nos estamos leyendo!

Earendil

18/11/2017 a las 20:52

Hola, Marcelo.
¡Hay que ver lo que puede dar de sí una gasolinera!
Este mes ni siquiera intenté el reto y a ti te ha dado hasta para una partida de ajedrez. Me hizo bastante gracia el ritual de doblar la ropa antes de acostarse con la amante, un plus añadido al deleite del engaño.
En cuanto a la parte formal yo sí cambiaría una cosa. En esta frase: “Me lo haces adrede”, que más bien es un pensamiento interno de un personaje, cambiaría las comillas por « », más adecuados para este tipo de incisos.
“Los ancianos pierden la memoria de corto plazo sin necesidad de accidentes”. En esta otra, no sé si en Argentina se dice así, pero aquí en España se suele decir “a corto plazo”, cambiando la preposición “de” por “a”.
Un placer leerte, como siempre.
Un saludo.

Melisa

18/11/2017 a las 21:34

Hola Marcelo!

Acá de visita, ya que este mes no logré inspirarme con la propuesta.

Me gustó muchísimo el relato! Me metí completamente en la historia y la disfruté un montón. Admiro cómo armás los diálogos!

Saludos y hasta la próxima 🙂

Alejandro

18/11/2017 a las 22:09

Hola, Marcelo, te escribe el vecino del piso 137.
Yo leo los relatos con el temor de encontrar a alguien que tal vez no sea tan bueno, pero es que todos los participantes tienen un talento!!! Y tú no eres la excepción. Hay cosas del relato que no me encajan, parte del argumento no lo digiero bien por lo que no termina de llenarme. Pero ya ves, cuestión de gustos. Enhorabuena!!!

Que nunca se apague la llama!!!

charola

19/11/2017 a las 03:31

¡Hola, Marcelo!

Nos has traído un relato de la vida cotidiana con un final genial.
Lo que admiro más de ti son tus finales. Sabes dónde y cómo cerrar el punto. Felicitaciones.

kikin87

19/11/2017 a las 12:09

Entre en el relato pk el título me llamo la atención, así que buena elección.
Lectura fácil, buena estructura.

Felicidades.

Soy el 143, por si quieres pasarte.

Kik

Javier López

20/11/2017 a las 14:21

Hola, Marcelo. Estupenda escena.
Me ha resultado corta, pese a apurar las palabras permitidas, porque iba leyendo con ganas de saber más. Has introducido todos los ingredientes poco a poco y el guiso ha quedado perfecto. Lenguaje llano y cadencia medida. Estupendo.
Y la moraleja. Que sutil. Cuántas parejas hoy en día mantienen esa relación tóxica-amorosa.
Técnicamente no puedo reprochar casi nada, salvo quizá que “darse vuelta” igual le falta un la, salvo que sea un localismo.
Y “prolijamente”, es esdrújula, ¿no? ¿los adverbios acabados en mente no se acentúan? Porque lo he buscado y es así, pero me duele a los ojos. XD.
Un saludo.
Nos leemos.

Perla preciosa

20/11/2017 a las 15:39

Pues la historia me ha gustado, pero no el señor, que parece un macho hacendrado, de los que, por desgracia, quedan aún muchos.
No voy a comentar nada del estilo, porque, quien gha publicado ya un libro, será que no lo hace muy mal. Estoy tres posiciones detrás de ti, si te apetece pasarte: tú eres escritor oficial y yo, filóloga hispanista y doctora.

dopidop

20/11/2017 a las 16:58

Buenas Marcelo,

Me toca comentar tu relato ya que estoy un par de puestos por encima tuyo, me ha parecido muy fresco y de lectura fácil.

Enseguida entras en el ambiente de pareja “rancia” que lleva la tira de años juntos, con sus manías y sus frases picajosas. Son geniales hasta el punto que cuando él confiesa, en vez de montar un follón impresionante, simplemente siguen a lo suyo.

Muy buen trabajo, felicidades.

Laura

20/11/2017 a las 22:01

Hola Marcelo.
Soy Laura del 53.
Me ha gustado tu historia, y ni que decir del final. Me gustó el peso de la mirada en silencio. Me pareció verlos.
Si él es desordenado con su esposa, sin embargo le gusta ver la ropa ordenada cuando está con Lily. Realmente, ¿lo hace a propósito para molestar a Asun?
Hasta la próxima propuesta.

María Jesús

22/11/2017 a las 16:14

Hola Marcelo: Un placer leer tu relato, las primeras frases destilan un sarcasmo brutal. Me ha gustado mucho como cuentas esa historia, y el tira y afloja de los personajes.
A mí me han llamado la atención en el mio porque he puesto una interrogación precedida de una exclamación, pero tú también lo has hecho, lo cual me tranquiliza.
Soberbio relato. Un saludo.

María Kersimon

22/11/2017 a las 22:19

Hola Marcelo,
Me gustó tu relato. A pesar de que lo calificas de entremés sencillo, tiene su lado humano, alude a las eternas disputas de las parejas, a los problemas que tienen los seres humanos modernos. Está escrito en clave de humor… mordaz e irónico, sin piedad y sin tapujos. No somos ángeles y la estupidez nos sobrevuela en muchas ocasiones amagando hacer presa en nosotros. He aquí un ejemplo de humanos que cayeron presa de ella. Bien redactado, el interés se sostiene hasta el final.
Saludos.

Yoli L.

23/11/2017 a las 23:59

Hola Marcelo

Como desde hace mucho relatos atrás, me deleito leyendo tus historias, que se llevan a cabo principalmente en la cotidianidad de la rutina de las personas y que además, nos dejan reflexionando.

Esta propuesta, tan de la vida de muchas parejas y que al final, pareciera que siguen tal cual, por los hijos y sabrán ellos porque más.

¡Qué pesados! me refiero a la escena donde doblan la ropa antes de hacer el amor, demasiado TOC.

– Como lectora me faltó y quería preguntártelo a ver si así se usa, la parte en que él repite el vídeo, que me parece es en su mente, debería ir entrecomillado? es que hasta la segunda vez que leo, me entero que no estaba en vivo sino que él lo recuerda y tal vez entre comillas es más fácil de comprender.

Y esta frase: “Te cuento un caso de…”, yo diría “Te cuento el caso de…” o si lo quieres dejar así “Te cuento un caso…” y eliminas “de…”

Por lo demás, un gusto leerte, estoy en el #169 para cuando puedas pasar y me opines si es ¿Pesadilla o realidad?
https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-48/8779

Saludos desde Costa Rica
(¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)

Servio Flores

24/11/2017 a las 03:21

Hola Marcelo.
El relato me ha gustado. Ya se que le han apuntado algunas cosas.
Yo le haré una observación o sugerencia, según usted lo tome. En algunos momentos me desubica el escrito, especialmente en la parte de los diálogos de Lily. Sugiero alguna indicación mas clara.
El relato pone un elemento que al parecer es el que da desde mi perspectiva, pie a que el final sea redondo, pero por lo que percibo en los comentarios anteriores no se marca lo suficiente, y estoy escribiendo sobre la perdida de la memoria a corto plazo. En ese sentido va mi sugerencia.
Repito, me ha gustado la idea y el relato en general.
Por si hay tiempo, estoy en el #37.
Saludos.

Menta

25/11/2017 a las 21:27

Buenas noches Marcelo Kisi: Me ha gustado mucho tu relato.

El desencuentro en los matrimonios es un filón inagotable. El final superrealista.

Enhorabuena y muchas gracias por compartirlo. Un saludo, Menta

Osvaldo Vela

25/11/2017 a las 22:23

Hola Marcelo. por los comentarios que encuentro a mi paso se que es poco lo que puedo agregar, así es que, voy a dar un paseo del porqué pasan esas cosas.

En primer lugar: te casas con una perfecta desconocida. De ella solo sabes que es muy bonita, que es el alma del grupo, que es una deportista sensacional, pero, desconoces los verdaderos valores o la falta de cualidades que posee.

Con una unión legalizada nace entre la pareja algo que esta por encima de cualidades o defectos: los hijos. Y, ellos son los que con el tiempo y el amor medían la vida en la familia.

Te felicito por conocer estos conceptos tan a profundidad.

Nos leemos.

Marcelo Kisi

06/12/2017 a las 00:40

Muchas gracias a todos, compañeros y compañeras, por sus generosos comentarios!

Pido perdón por la tardanza en reaccionar, es que noviembre y diciembre suele ser mi temporada alta de trabajo y, como decimos en mis pagos, estoy hasta las manos. Ni sé si voy a poder participar en el micro de diciembre, pero lo intentaré.

Algunas respuestas:

IRENER: Los hijos no están con ellos, sino con la abuela, que les hace de babysitter, y ellos los están yendo a recoger. Leí mi propio texto para ver si los había puesto por error en el coche, pero no. Igual, gracias por preguntar, a veces se cometen esos errores de “continuidad”.

JAVIER LÓPEZ: Como intenté imitar el habla española, o por lo menos “desargentinizar” un poco el estilo, puede que tengas razón y haya debido escribir “darse la vuelta”, en lugar de “darse vuelta”, como en Argentina, así que gracias! Con respecto a “prolijamente”, las palabras terminadas en mente se acentúan según su original (sin “mente”). Y “prolija” es una palabra grave terminada en vocal, y no esdrújula, entonces no lleva tilde.

PERLA PRECIOSA: De ninguna manera me considero un “escritor oficial” ni mucho menos, apenas en camino, como todos aquí. Si bien en materia de estilo hay que tener en cuenta el aspecto cultural (yo escribo un poco “en argentino”, a pesar de que en este caso intenté ser un poco más “español”), el hecho de que ya haya publicado un libro no significa que no tenga lo que corregir, o que no me quepan las mismas reglas que a todos aquí. Sigo intentando aprender como todos y se me pueden marcar correcciones, tanto de estilo como de lo que sea. Así que estás más que invitada a decir lo que te parece.

LAURA: Excelente observación, lo de la conducta contradictoria del hombre. La verdad es que me di cuenta después de publicarlo y tenés razón. Lo podemos pensar juntos: el tipo tiene una conducta en casa y otra afuera, como los chicos. O como somos todos, diferentes con cada persona con la que interactuamos, que un poco nos definen. Y parece que el TOC de Lily activa el de él, que de repente se siente más “en casa”. A saber 😉 Otra opción es ajustar esa parte: él no es desordenado en casa (ordena mucho sus cosas: su ropa, sus libros, sus papeles), pero otras tareas de la casa en general no entran en su radar, como tirar la basura o colgar la ropa recién lavada, entonces ella lo tiene que estar dirigiendo y eso es lo que lo cansa.

YOLI L.: El entrecomillado para los pensamientos suele ser un dogma en los talleres literarios. Pero después uno se encuentra con que en la literatura actual es muy frecuente entrecruzar relato con pensamientos. Muchas veces el narrador es equisciente, es decir que está en la cabeza del personaje, sabe lo que él sabe, y siente lo que él siente, entonces habla como él, pero en tercera persona. La única condición para trabajar así es que se entienda, que no confunda al lector. Para mí es una condición de hierro. Si un lector, como en este caso Servio Flores, me dice que no le quedó claro, tengo que revisarlo. Gracias!

SERVIO FLORES: Te agradezco tu comentario, si tengo alguna obsesión cuando escribo es la claridad. Bastante trabajo se toma el lector cuando nos lee, como para encima hacérselo más difícil. Así que trabajaré en ello. Gracias!

A TODOS: Gracias infinitas! Y hasta el 17 habré leído todos sus textos!

Vespasiano

06/12/2017 a las 12:28

Hola Marcelo:

Muy bien narrada la historia de una desavenencia que ha llegado al limite del conformismo.

Hay pequeñas o grandes cosas dentro de la relación de una pareja que van llenando gota a gota el vaso de la paciencia hasta que esta rebosa. Entonces él o ella explota y dice lo que no debe, llegando incluso a los golpes; o como en esta ocasión revelando la relación que mantiene con la tal Lily.

Muchas felicidades.

Jean Ives Thibauth

28/12/2017 a las 18:27

¡Tú sí que lo haces adrede!

Hasta un relato ligero lo conviertes en toda una declaración de intenciones.
Es en lecturas como estas en las que sabemos que tenemos ante nosotros un gran escritor.

Felicidades, Marcelo.

Nos seguimos leyendo.

Un abrazo.

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