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Parto arriesgado - por VespasianoR.+18

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Parto arriesgado

Osvaldo ha aparcado el coche de mala manera en la gasolinera Repsol de la avenida Tucuruví y baja de él con semblante demudado dejando la puerta del conductor abierta.

Lleva a su mujer, Catalina, en estado avanzado de gestación para el hospital de “Las Clínicas”, pero esta ha roto aguas y él se ha visto desbordado.

Hay luz dentro de la tienda, se dirige hacia la puerta que está cerradas debido a lo avanzado de la noche, entonces golpea insistentemente el cristal para llamar la atención del empleado. Suplica a este que le ayude a trasladar a su mujer para dentro del local hasta que llegue una ambulancia que él mismo ha llamado de urgencia.

Fernandiño; “Negro Sam” y Gilbán, han salido hace poco más de una hora de la favela de Crackolandia subidos a su último robo; un BMW SERIE 7.

Nelsiño, el empleado de la gasolinera, recela por un instante de abrir la puerta de acceso a la tienda, aunque por otro lado no cabe duda del estado de nervios en el que se encuentra el hombre al otro lado del cristal. Fuera del local hace mucho frío. La puerta abierta del vehículo permite que se escuchen, en la noche, los gritos de dolor de la mujer que se debate llamando a su marido.

Los tres malhechores están pasando por delante de la gasolinera cuando observan que, de un vehículo mal aparcado, dos hombres sacan el cuerpo de una persona y lo trasladan rápidamente hacia el interior de la tienda.

Fernandiño acelera el BMW y se planta en un santiamén a la altura de la puerta antes de que los dos hombres hayan tenido tiempo de depositar el cuerpo, que llevan en volandas, sobre unas toallas que el empleado había cogido previamente de un armario del vestuario de los trabajadores.

Tanto Osvaldo como Nelsiño se ven sorprendidos por la entrada violenta de tres hombres armados que les conminan:
—¡Vamos, al suelo! Las manos a la espalda.

El marido de la parturienta preso de un ataque de ansiedad se siente indispuesto, ante la visión de la sangre que chorrea por las nalgas de la mujer, y pide por favor a Fernandiño que lo deje ir al baño para vomitar.

“Negro Sam” se dirige presto hacia la caja registradora a la cual le descerraja tres tiros abriéndola sin ninguna dificultad, mientras Gilbán corre hasta la caja fuerte y aplicando la carga explosiva que llevaba preparada de antemano, hace saltar por los aires la cerradura de la misma.

Mientras tanto Fernandiño, que está encañonando al empleado se da cuenta del escenario que se le presenta a la vista. Una mujer grita a cada contracción que le viene seguida una de otra y esto le oprime el corazón. Siguiendo un impulso solidario, se distrae de su labor de vigilancia y se dispone a prestar ayuda a la mujer que desespera en ese trance de dar a luz a una criatura sin las mínimas garantías sanitarias.

Ajeno a los disparos y explosiones, Fernandiño sigue atento a la evolución del parto. Lo primero que hace es transmitir tranquilidad a la parturienta:
—No se preocupe señora, soy médico —mintió—. Voy a ayudarle. ¡Relájese y respire profundamente!

Mientras tanto el marido no se atreve a salir del baño; además del miedo que le atenaza, piensa que es mejor para todos no dejar a su hijo huérfano y a su mujer viuda, así que espera impaciente a que cese el tiroteo.

El trabajador de la gasolinera, al no sentirse encañonado, no sabe muy bien que actitud tomar para defender su puesto de trabajo y evitar que el atraco se consumase. Pero esto solo dura un instante ya que Fernandiño amablemente, pero con convicción, le pide:
—Amigo, por favor ¡ayúdenos! Traiga todas las toallas que pueda, empapadas en agua caliente.

A continuación recomienda a la señora:
—Usted, empuje con fuerza cada vez que sienta una contracción.

Apenas Nelsiño ha desaparecido de la escena, Catalina se levanta de repente y se despoja de su barriga artificial; entonces Fernandiño sigue los pasos del empleado y lo encierra en el baño de hombres dando dos vueltas a la cerradura de la puerta.

Catalina aprovecha para robar de las estanterías el mayor número posible de botellas de whisky, mientras insta a Gilbán y a “Negro Sam” a que abandonen el local.

Del lavabo de señoras sale Osvaldo, repeinando su cabello. Al encontrarse con Fernandiño le dice sonriente:
—¡Has visto como lo del parto ha sido una buena idea!

Comentarios (19):

Javier López

17/11/2017 a las 12:07

Hola, Vespasiano. Este mes me has tocado entre los tres siguientes aunque te hubiera rendido visita igualmente. Y ha sido un placer.
Muy buena historia. Trepidante cual episodio de la serie “24”, con dos escenas en curso a la vez. La acción después se entremezcla dando como gran final un giro argumental. El truco de que incluso dentro del baño Osvaldo nos hace creer que no está en el ajo, mantiene la sopresa al final. Magnífico.
Técnicamente apenas puedo mencionarte un par de sugerencias:
En “tienda, se dirige ” y “noche, entonces” quizá mejor con ;.
Y un descuido, en “puerta que está cerradas” se te coló la s.
Por lo demás, un texto redondo.
Un saludo.
Nos leemos.

Dante Tenet

17/11/2017 a las 18:52

Hola
Me ha gustado el relato
Pero al finalizar me dio la sensacion de que eran dos relatos unidos.
Por ejemplo la sangre de la mujer , no cierra con la barriga falsa.
Suena como demasiado para un robo.
Puliendo detalles es un lindo policial.

Clara Gonorowsky

17/11/2017 a las 19:48

Hola Vespasiano: es un buen relato policial aunque hace aguas, para mí, en el tema de la sangre ya que si es un bulto artificial la barriga, de dónde provenía la misma?
Tiene un buen ritmo.
Saludos.
Galia.

charola

18/11/2017 a las 01:37

Hola Vespasiano!

Me pareció muy buena idea lo de robo a la gasolinera. Lo que no encaja es que teniendo anulado al dependiente, lo hubiesen utilizado para abrir las cajas registradoras y no armar tanto lío con las detonaciones, pues pudiesen haber alertado a la policía. Pero felicito tu imaginación, puliendo detalles te va a quedar un relato redondo.

Felicitaciones.

Estoy en el 27.

Thomas Carnacki

18/11/2017 a las 06:04

Hola Vespasiano! Convulso relato, cargado de adrenalina… y sangre 😛 Me ha tomado por sopresa el giro del final: excelente. No podía ser mejor.
A nivel argumental, coincido con Dante & Clara con el detalle de la “sangre artificial” que queda sin esclarecer (aunque como lector, lo puedo deducir) y con Charola sobre “armar tanto jaleo”, cuando tenían de por sí todo a su disposición.
Son pormenores que no desmerecen tu historia, trepidante por sí sola. En fin, entrenido relato. Un gusto leerte 😉
Hasta la próxima, mis saludos.

Nos estamos leyendo!

Guiomar de Zahara

18/11/2017 a las 11:01

Hola Vespasiano: te eché en falta el mes pasado. Dicho lo cual tu relato -aparte de los comentarios ya expuestos- me ha gustado y el final sorprendente.
Como siempre me admira tu capacidad de expresar con precisas palabras una idea.
Es un gusto leer tus escritos.
¡Enhorabuena!

Cesar A. Martin

18/11/2017 a las 15:58

hola Vespasiano:
Es dificil darle ritmo a un relato de acción y tu lo consigues, además para tan poca extensión participan muchos personajes y no existe confusión.
Lo que no me cuadra es que una vez dentro de la gasolinera sigan con la farsa.
Y para mi gusto, el final tiene suficiente fuerza, no creo que sea necesario subrayar el desenlace con la frase de Osvaldo.
Enhorabuena por el relato

Laura

19/11/2017 a las 11:49

Hola Vespasiano.
Soy Laura del 53.
Coincido con quienes ya han entrado antes.
Al final son cinco personas contra un pobre empleado donde simplemente con encerrarlo en el baño podían robar la caja.
Como prueba para otro robo a futuro puede ser válido, aunque siempre lo impensado sucede.
Nada que aportar desde lo formal. Realmente la escena es más que visual.
Hasta la próxima propuesta

Vespasiano

19/11/2017 a las 16:24

Agradecimientos:

Para Javier López por haberle gustado la historia y por las mejoras que me aporta en cuanto a la puntuación correcta que sin duda tendré en cuenta y por la “s” que se me ha colado,

Para Dante Tenet por dejar su punto de vista en mi relato, siempre bienvenido y pensar, en su opinión, que son dos relatos unidos. Pero la idea nunca ha sido esa.

Para Clara Gonorowsky por resaltar las dudas que le deja lo de la sangre.
Cuando escribí el relato sabía de antemano que algunos lectores preguntarían de dónde provenía la misma. Pero solo tenía setecientas cincuenta palabras para contar una escena y no podía gastarlas en explicar el mecanismo que hacía verter la sangre por las nalgas de la mujer.
Por otro lado cuando un expectador ve en el cine una escena sangrienta, no se pregunta de dónde proviene la sangre. Le gusta o no le gusta la historia.

Para charola por parecerle buena la idea del robo, aunque no comparta la anulación del dependiente. En mi historia no veía novedosa la utilización del empleado para la consumación del robo, una vez que este podría ser útil para abrir la caja registradora, pero no la caja fuerte cuyo código de apertura normalmente no es del conocimiento del empleado y además poseen retardos de apertura que podrían complicar el robo.

Para Thomas Carnacki por parecerle excelente el giro final y entretenido el relato.
Esa era mi intención, mantener al lector metido en la escena del robo, para después sorprender con la farsa del parto que al final de cuentas no ha sido más que aplicar o, mejor, utilizar una de las palabras del reto, la “idea”.

Para Guiomar de Zahara por sus amables palabras, por haberle gustado y por haberle parecido el final sorprendente.
Efectivamente el mes pasado no pude participar y este mes lo hice de chiripa y a ultimísima hora. Pero si pude leer tu relato que me pareció muy bueno,aunque no lo pude comentar al igual que el de otros compañeros que leí.

Para Cesar A. Martin por haberle gustado el ritmo y la participación de los personajes sin que, en su opinión, estos no le hayan producido confusión.
En cuanto a seguir con la farsa después de haber tenido acceso a la tienda, me pareció original, porque cualquier bandido sin “idea” le hubiera pegado un tiro y se hubiera acabado la historia. Y estos ladrones no querían hacerle daño al empleado que sin duda es un sujeto solidario y de buen corazón.
En cuanto a la frase final de Osvaldo, lo hice de propósito para subrayar que el atraco no fue una coincidencia, en el lugar ni en el tiempo, de los atracadores y el matrimonio, sino que era una acción estudiada y premeditada por el grupo y que todos se conocían de antemano.

Para Laura por parecerle la escena muy visual y dejar su opinión, siempre respetable y bienvenida. Aunque de haberlo hecho como propone, la historia sería muy simple y ahora no podríamos estar intercambiando puntos de vista.

Gracias por leerme y felicidades para todos.

María Jesús

20/11/2017 a las 12:32

Hola Vespasiano: Has elaborado un relato muy trepidante, con sorpresa final incluida. Muy rocambolesca la idea de fingir un parto para llevar acabo un atraco, pero tan válida como cualquier otra. Un buen ejercicio.
Saludos.

ortzaize

20/11/2017 a las 16:44

hola cuanto da una barriga en la noche de la gasolinera,
no tendran suficiente dinero para todos ya que es una gasolinera, poco visitada?
bueno tienes una rapidez mental que me encanta. saludos.

Osvaldo Vela

21/11/2017 a las 19:54

Hola Vespaciano, yo me uno a todas las buenas vibras que has recibido pero tu personaje principal,quien lleva mi nombre, lo paseas por menesteres muy variados: primero un marido preocupado y luego por un cobarde el que prefiere esconderse y al final lo conviertes en casi el jefe de la banda de asaltantes.

Estos cambios son excelsos para la trama de la historia pero para mi nombre no.

Te felicito y nos seguimos leyendo. Excelente relato.

Wester

22/11/2017 a las 17:48

Buenas Vespasiano,

Me ha encantado la trama. Tiene ritmo y, aunque se diga que si lo de la sangre, que si lo del dependiente, 750 caracteres no dan para más. Tampoco creo que la gente se plantee qué es cierto, falso o por qué los personajes hacen lo que hacen, por ejemplo en una película.

La idea es muy original así como el desarrollo. Me gusta cómo enlazas al inicio a los delicuentes y a la ‘embarazada’. Eso me consiguió despistar. En el apartado técnico, tan sólo puedo achacar un pequeño lío que creo que te has hecho en una oración pero poco más.

Si quieres leer lo que he hecho yo, estoy en el 176.

Abrazos

Vespasiano

22/11/2017 a las 19:50

Agradecimientos:

Para María Jesús por encontrar el relato trepidante.

Para ortzaize por leerme y aportar sus comentarios siempre bienvenidos.

Para Osvaldo Vela por haberle parecido buenos los cambios de actitud del personaje Octavio.
Aprovecho para disculparme y certificar que no hay cualquier parecido de los personajes y de la trama con ningún compañero/a de Literautas. Ha sido mera y pura coincidencia.
Celebro que te haya gustado la historia.

Para Wester por haberle parecido la historia original, aunque me gustaría que hubiera resaltado la oración que ha encontrado mal redactada. Estamos en un taller y siempre es bueno recibir “tirones de orejas” para seguir avanzando.

Gracias por leerme y felicidades para todos.

Vespasiano

22/11/2017 a las 19:54

Hola Osvaldo nuevamente:

Me he equivocado al transcribir el nombre del marido camaleón. Como verás no es Octavio.

¡Hasta el próximo reto!

María Kersimon

22/11/2017 a las 22:33

Hola Vespasiano,
¡Te aplaudo calurosamente!Impresionante cuento. Le has tomado el pelo al lector como has querido con tus quiebros y requiebros. La vuelta de tuerca final es tremenda. Había que atreverse y lo has hecho. Bravo. Muy entretenido, trepidante, y tremendamente sorprendente.
Logras divertir al personal, lo que es una gran virtud.
Saludos.

Stinkelgeneroso

26/11/2017 a las 00:40

Muy buena historia. Aparte de lo que han comentado los compis añado algún fallo de puntuación. Por lo demás, todo perfecto.
Saludos.

Vespasiano

26/11/2017 a las 18:46

Agradecimientos:

Para Maria Kersimon por encontrar el relato impresionante y por haberse divertido con el engaño propuesto.

Para Stinkelgeneroso por encontrar buena la historia, aunque me gustaría que hubieses señalado los fallos de puntuación que dice haber encontrado.
Repito para ti lo que le dije a Wester:
«Estamos en un taller y siempre es bueno recibir “tirones de orejas” para seguir avanzando».

Felicidades para los dos.

Leonardo Ossa (Medellín - Antioquia)

29/11/2017 a las 03:19

Hola Vespasiano, tu relato ha tenido un final que no me lo esperaba. Has manejado muy bien toda la escena para hacernos sentir la angustia de la pareja en emergencia. Bastante dinámico tu texto, me ha parecido muy entretenido.
P/D.-He leído tu nota de condolencia dejada bajo el texto de nuestro compañero Osvaldo y agradezco tu solidaridad en estos momentos tan dolorosos de mi vida por la repentina desaparición de un ser tan querido, como lo es el de mi Madre.
Gracias por tus gentiles palabras, me hacen sentir rodeado.
Espero encontrar la calma para volver a escribir en el futuro.
Un abrazo con afecto desde la distancia.

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